Ip Man 4: El final (2019), de Wilson Yip

Han pasado los años e Ip Man recibe la noticia de que está gravemente enfermo de cáncer. El golpe es duro, porque aún es joven y tiene un hijo adolescente que todavía no ha madurado y que le da muchos quebraderos de cabeza. Decidido a dedicarse al kung fu, el hijo es expulsado del colegio e Ip Man tomará la decisión de que lo mejor para él es marchar a estudiar a Estados Unidos, un enorme país que está desarrollándose vertiginosamente. Ip Man viajará entonces hasta San Francisco para conseguir que admitan a su hijo en un buen colegio. Sin embargo, aunque será recibido con alegría por antiguos colegas también se encontrará con la sorprendente oposición del jefe chino más importante de la ciudad.

Estupendo colofón de la tetralogía dedicada al legendario Ip Man, maestro de Bruce Lee. Como en las películas precedentes estamos ante un protagonista de enorme integridad, incapaz de cruzar los brazos ante la injusticia, pero que también es paciente y sabe aguantar los reveses de la vida. Es doloroso ver cómo su hijo le falta al respeto y a la vez comprobar cómo sabe darle razón. A veces los mayores también pueden estar equivocados o simplemente ver las cosas con un prisma distinto, de otra época. El guión ademas está cuidado, no se precipita y sabe incluir personajes secundarios con esmero, como las apariciones del poco convencional Bruce Lee o la encantadora presencia de la hija del jefe de la comunidad china.

Pero no vaya a creerse que estamos únicamente ante un dramón, nostálgico, de buenos sentimientos. Nada de eso. Ip Man 4 es una película vibrante por momentos, que reúne muchísima acción, con algunos combates que resultan terriblemente realistas, a veces violentos, con la referencias al racismo y la falta de adaptación de los inmigrantes como telón de fondo. Entre éstos, destaca, claro está, el último combate contra el malvado de turno, un militar xenófobo a quien da vida con solvencia el luchador Scott Adkins. Por su parte, Donnie Yen, aquí también en labores de productor, encarna con la perfección acostumbrada al genio del "wing chun", el arte marcial que hizo legendario al maestro Ip Man.