Críticas
Honeymoon: Mazinger es fuerte y bravo, es una furia
Stills de 'Honeymoon' (Filmax). Montaje: © Cine con Ñ
En Honeymoon la pareja que forman Carlos y Eva se encuentra en su peor momento y recibe un golpe que parece definitivo: Jonás, su hijo, todavía un niño, acaba de morir en un accidente mientras se encontraba de intercambio en EEUU. Lo peor: para repatriar el cuerpo necesitan 25.000 euros que no tienen y cualquier intento de conseguirlo recurriendo a amigos y familiares fracasa. La casualidad quieren que acaben al cargo del vehículo de un comercial y vendedor de vídeos de dibujos animados antiguos y de una niña de origen chino que estaba a cargo del mismo. Una niña que tiene una habilidad de robar que podría ser muy útil al matrimonio en crisis.
La sinopsis es de comedia negra, pero el tono de Honeymoon se mantiene casi siempre pegado al drama, con un humor negro, negrísimo, pero sin chistes en el que la información que se nos da es graciosa en teoría pero incómoda y algo turbia en la manera en que la recibimos. Enrique Otero ha vuelto al largometraje nada menos que doce años después de Crebinsky (2011), con una propuesta que tiene más en común con aquella de lo que parece, con el mismo aire de ligero surrealismo, nostalgia y mitigación del tremendismo a través de lo cotidiano enrarecido.