Paul Aguilar merece una salida acorde a su trayectoria: es el mejor lateral derecho en la historia del América

Los años transcurren y los ídolos americanistas escasean cada vez más. La globalización y el buen mercado que tienen las Águilas han hecho que los grandes cracks que surgen del nido emigren rápidamente, por lo que la longevidad y la lealtad es cada vez más difícil de encontrar en un equipo.

Paul Aguilar está a punto de decirle adiós a la casaca azulcrema luego de 19 temporadas consecutivas, en las que pregonó un sentimiento americanista digno de un canterano. Portó los colores del América con un orgullo que irradiaba confianza en incluso propiciaba la prepotencia en sus aficionados y por supuesto, ganó una cantidad de títulos suficientes para ponerse en el cuadro de honor de los defensas históricos del club.

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Será cuestión de gustos, puntos de vista y hasta una cuestión de edad colocarlo como el mejor lateral derecho en la historia de las Águilas, pero quien no se atreva a colocarlo como un digno candidato a ocupar ese honorable puesto, no entiende lo que Paul Aguilar dejó en Copa.

Además de ese ferviente odio deportivo a Chivas, Cruz Azul y Pumas, el 'Cachorrón' deja en las vitrinas del club tres títulos de Liga MX, dos trofeos de Concacaf, una Copa MX y un título de Campeón de Campeones. Números que no solo lo ponen a competir con Juan Hernández o Mario Trejo, sino que incluso superan en cantidad de títulos a ese par de carrileros diestros.

Nadie quiere desacreditar a otros jugadores históricos, pues el objetivo aquí es darle el mérito que merece la trayectoria de Paul Aguilar como un exitoso lateral del Club América, quien pasará a los libros de historia como uno de los héroes del 26 de mayo, alguien que levantó una liga como capitán, un constante seleccionado nacional y, sobre todas las cosas, un futbolista que sintió como pocos los colores de este club.

Los años no pasan en vano y aunque merece un contrato vitalicio con el América, los ciclos deben cerrarse, pero eso no significa que su salida tenga que ser por la puerta de atrás, mucho menos si en su pasado existen más de 350 partidos, 14 goles y 31 asistencias vestido de amarillo.

Paul Aguilar merece dejar el Estadio Azteca como un ídolo, con una despedida acorde a la cantidad de alegrías que dejó en la afición, a la cantidad de títulos que dejó en el museo y en sinónimo de agradecimiento por cubrir con creces un sitio donde tanta falta hacía un jugador con esas garantías y que sin duda será muy difícil de recuperar para el América. ¡Gracias por tanto Paul!

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