X-Men: Fénix Oscura - Análisis

Los mutantes no evitan su apocalipsis.

Crítica de Fénix Oscura - X-Men: Fénix Oscura

X-Men: Fénix Oscura es la conclusión de una nueva línea temporal de personajes Marvel, que nacieron en 2011 con Primera Generación, pero que se entretejió con la anterior trilogía de películas de X-Men de manera magistral en Días del Futuro Pasado. De esta forma, Simon Kinberg, guionista, productor y director de esta cinta que nos ocupa no solo ha tenido el espejo de las anteriores entregas de esta 'tanda' de películas de X-Men en la que mirarse, sino que también ha tenido el reflejo de la trilogía original de los mutantes que, curiosamente, también trató de contar la historia de Fénix Oscura en su tercera, y definitiva, entrega, subtitulada en España como 'La Decisión Final'.

De esta manera, la historia que nos pone ante un nuevo intento de Kinberg por acertar a retratar al personaje de Jean Grey, poniéndola en el centro de la acción. Además, es la gran posibilidad de redención para esta serie, que nos dejó un buen sabor de boca con Primera Generación y Días del Futuro Pasado, pero acabó decepcionando terriblemente con Apocalipsis hace ya tres años. También es la supuesta despedida del elenco de actores que interpretan a los X-Men de sus mutantes, ya que a partir de ahora la incertidumbre se cierne sobre las películas con esta licencia de Fox, tras la compra del estudio por parte de Disney.

De esta forma, las espadas están en todo lo alto, ya que el material original de los cómics es extraordinario, obra de los maestros Chris Claremont y John Byrne. Los actores y actrices que interpretan a los personajes son de máximo nivel también, con estrellas James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Sophie Turner, Tye Sheridan, Alexandra Shipp, Kodi Smit-McPhee, Evan Peters, con la incorporación de Jessica Chastain a la ecuación. En contra de este proyecto hay que dejar claro que la saga de cómics de Fénix Oscura es muy difícil de adaptar, pero esto no es óbice que achante a Kinberg y compañía.

Por desgracia la cinta no consigue remontar el vuelo, ni resultar tan épica como le gustaría, jugando más con lo devaneos mentales de Jean Grey (Sophie Turner) que con el destino de la humanidad o de sus poderes casi ilimitados, y quedándose su narrativa en un punto medio que no satisfará a casi nadie. Por una parte está su intento de adaptar los cómics, cosa que se consigue durante buena parte de la cinta, pero que acaba olvidándose y cayendo del lado casi más cotidiano que apocalíptico, hasta el punto de que por momentos pensamos que más que Fénix Oscura, estamos ante una Fénix Grisacea, que no acaba de ser dar con la tecla en el tremo final. Por otro lado, está que como película de acción no acaba de resultar interesante, hasta el punto de que parece que no tiene muy claro lo que quiere hacer con determinados personajes, con varios héroes y villanos desaprovechados, un enemigo con cero carisma (aunque esto no es nuevo para esta tanda de películas de X-Men) y algunas reacciones no demasiado naturales.

Nos referimos por ejemplo a Quicksilver, que simplemente no era necesario, a los personajes que acompañan a Magneto, que se podría decir están ahí para hacer bulto y repartir galletas, al villano que interpreta una Chastain unidimensional y plana como pocos personajes de la cinta, entre otros. Tampoco Sophie Turner consigue hacernos empatizar con su personaje de Jean Grey, aunque aquí la culpa no es tanto suya, sino más bien de un guión que no la define demasiado, manteniéndola entre dos aguas constántemente, mientras lidia con su tragedia personal. Ni chicha, ni limoná que dicen en algunos barrios.

Al final, la sensación que queda tras los 114 minutos de X-Men: Fénix Oscura es de agotamiento de la fórmula de los mutantes en su formato actual. De que se han acabado las buenas ideas, a pesar de los prometedores inicios de esta sub-serie. Ya incluso lo dejó caer Michael Fassbender en una rueda de prensa a la que asistimos, para él "yo ya" con los superhéroes, tras haber vivido lo mejor y lo peor de este tipo de personajes.

No es que la película sea aburrida, porque no lo es, pero sí que es una sucesión de porque sís, con interpretaciones simplemente correctas por parte del elenco de actores y actrices, sin demasiada acción de por medio, y con un final que resulta un tanto decepcionante (seguramente por culpa de los reshoots). Con todo esto en mente, X-Men: Fénix Oscura es recomendable para aquellos que han disfrutado con anteriores películas de estos personajes, pero poco más. De hecho, como película independiente no se sostiene demasiado, al ofrecer unas barreras de entrada tremendas para entender bien lo que pasa si no se tiene fresco lo ocurrido en la serie.

Pros

  • La primera mitad de la cinta.
  • Resulta entretenida de principio a fin.

Contras

  • Una conclusión poco acertada.
  • Personajes mal dibujados y desaprovechados.
  • Un guión algo vago.

El veredicto

X-Men: Fénix Oscura sube un tanto el listón respecto a Apocalipsis, pero vuelve a cometer errores que alejan a la cinta de la excelencia, o del nivel de las primeras dos entregas de esta subserie. En esta obra dirigida por Simon Kinberg aprecimos una segunda mitad de cinta poco acertada, quizás por culpa de los reshoots, personajes innecesarios y mal dibujados y cierta falta de acción en parte de la narración. En general no aburre, pero se conforma con cumplir sin estridencias con lo esperado... Y no es que se esperase demasiado tras la anterior película de la serie.

En este artículo

X-Men: Fénix Oscura

FOX | 7 de junio de 2019

Crítica de Fénix Oscura

6
O.K.
Parece que la historia de Fénix Oscura tendrá que esperar a un tercer intento para demostrar lo mucho que puede dar de sí en el cine, ya que esta película de Simon Kinberg no acaba de dar con la tecla en muchos sentidos.
X-Men: Fénix Oscura
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