Revolución rusa (1917) – LHistoria

Revolución rusa (1917)

La Revolución rusa de 1917 fue uno de los eventos políticos más explosivos del siglo XX. La violenta rebelión marcó el fin de la dinastía Romanova y del Imperio ruso. Los bolcheviques asumen el poder por la fuerza en octubre reemplazando al régimen zarista por la República Soviética de Rusia.

La Revolución rusa, o Segunda revolución rusa, abarca el período entre la Revolución de febrero en la que fue derrocado el gobierno imperial ruso, y la Revolución de octubre de 1917 en la que los Bolcheviques asumen el poder, ocurridas en marzo y noviembre respectivamente (según el calendario gregoriano), así como todos los eventos que las circundaron. La Revolución fue una directa consecuencia de la participación rusa en la Primera Guerra Mundial desde , aunada a la ineficiencia y la corrupción gubernamental. Los ejércitos rusos, que se encontraban pobremente liderados y abastecidos, sufrieron pérdidas catastróficas frente a los ejércitos alemanes, lo que produjo numerosos motines entre las tropas rusas a partir de . La crisis económica causada por la guerra hizo inevitable la Revolución, que inicialmente estimuló la esperanza de quienes buscaban poner fin a la explotación de los trabajadores y campesinos, pero pronto, el gobierno imperial sería sustituido por la igualmente salvaje y corrupta dictadura Bolchevique.

La Revolución de febrero de 1917 (en según el actual calendario gregoriano) fue una rebelión popular espontánea focalizada inicialmente en Petrogrado (actual San Petersburgo) en medio de motines militares que limitaban la capacidad gubernamental de respuesta, tras lo cual fue derrocado el zar Nicolás II, último emperador de Rusia. Los miembros de la Duma imperial (o parlamento) asumieron el control del país conformando un gobierno provisional. Ocurre un período de poder dual en Rusia, en el cual el Gobierno provisional ruso mantuvo el poder del Estado, mientras que los sóviets (o consejos obreros) a lo largo del país mantenían la lealtad de las clases bajas y la izquierda política. El Gobierno provisional eligió permanecer en la guerra, mientra que los Bolcheviques pretendían abandonarla. Numerosos motines militares y huelgas de trabajadores ocurren.

Revolución rusa. Derrocamiento del zar Nicolás II en marzo de 1817. Una multitud se reune en las afueras de la Duma imperial en medio de un severo desgaste economico en la vida civil provocado por la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. A la derecha se observa un letrero con la frase
Revolución rusa. Derrocamiento del zar Nicolás II en marzo de 1817. Una multitud se reune en las afueras de la Duma imperial en medio de un severo desgaste economico en la vida civil provocado por la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. A la derecha se observa un letrero con la frase "Tierra y Reforma".

La Revolución de octubre de 1917 (ocurrida en según el calendario gregoriano), también conocida como «Revolución bolchevique», fue un golpe de Estado tras el cual el partido bolchevique liderado por Vladimir Lenin, en alianza con los Soviets, derrocan al Gobierno provisional y asumen el poder en Rusia, inaugurando la era soviética. Los bolcheviques entonces firman un tratado de paz con Alemania, poniendo fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Pero pronto estallaría la Guerra civil rusa entre las facciones nacionalistas «roja» (bolchevique) y «blanca» (antibolcheviques) que continuaría hasta con la victoria de los rojos, dejando una nación exhausta y arruinada. Entre las repercusiones históricas más relevantes de la Revolución rusa se observan la creación de la Unión Soviética (URSS) en , así como la proliferación del comunismo.

Antecedentes

Aunque una crisis doméstica sacudía a Rusia en 1914, el pais en su conjunto saludó el estallido de la Primera Guerra Mundial con demostraciones de patriotismo nacional. La Duma imperial apoyó la guerra, mientras que los partidos de izquierda se abstuvieron de votar a favor de los préstamos de guerra pero ofrecieron ayudar en la defensa nacional. Pero las severas consecuencias de la guerra y el fracaso del régimen en el manejo de las crisis emergentes precipitarían una revolución en 1917. Rusia se encontraba aislada geográficamente de las municiones, abastecimientos y pertrechos que de otro modo le habrían llegado de los aliados. A pesar de los grandes recursos agrícolas y el potencial industrial de Rusia, el transporte era inadecuado desde un principio, y cuando se utilizaban los trenes para trasladar tropas se producía una escasez de alimentos en las ciudades. Las pérdidas rusas en la guerra fueron pasmosas desde el principio; los rusos sufrieron casi 4 millones de bajas en combate solo durante el primer año de la guerra.

Para mediados de 1915 los grupos de centro y de izquierda de la Duma, conocidos como el Bloque Progresista, instaban a realizar reformas moderadas, como por ejemplo, el fin de la discriminación contra las nacionalidades minoritarias y un aumento a los poderes de los zemstvos. En el otoño de 1915, en respuesta a una demanda del Bloque Progresista de un gabinete que le respondió a él y no al zar, Nicolás destituyó a la Duma y tomó personalmente el mando de los ejércitos en el campo, dejando a su esposa como autoridad en San Petersburgo. A su vez, ella dejó los asuntos en manos de su favorito, el místico ruso Grigori Rasputín.

Con la emperatriz y Rasputín al mando del gobierno, una pandilla de tenebrosos aventureros, chantajistas y especuladores compraron y vendieron cargos, especularon con los suministros militares, pusieron a sus propios títeres como ministros y fueron centro de escándalos.

Durante 1916 la confusión, las huelgas y el derrotismo crecían en el Rusia, en tanto que los ejércitos en el frente se encontraban carentes de medios de transporte, equipos, suministros y cuidados médicos; las tropas se desangraban poco a poco hasta morir. El Ejército Imperial Ruso tuvo que soportar graves derrotas en la guerra, particularmente en Prusia Oriental. Las fábricas en Rusia no eran lo suficientemente productivas, la red ferroviaria era ineficiente y el suministro de armas y alimentos al Ejército fallaba. Con más de millón y medio de muertos, por sobre los cinco millones de heridos, las fatalidades eran catastróficas. La moral de los soldados se encontraba por el suelo tras soportar la incapacidad de sus oficiales, que llegó al punto en el que fueron suministrados municiones que no correspondían con el calibre de sus armas, así como el empleo de la intimidación y los castigos corporales. Los conservadores comenzaron a denunciar a Rasputín públicamente, y en diciembre de 1916 fue asesinado.

La hambruna que plagaba a las tropas pronto se extendió hacia la población civil y las mercancías comenzaron a escasear. La economía rusa, que antes de la guerra contaba con la tasa de crecimiento más alta de Europa ahora se encontraba estancada y completamente aislada del mercado europeo. Entre 1915 y 1916 proliferaron comités que intentaban hacerse cargo de todo aquello que el Estado imperial ya no asumía (abastecimiento, encargos, intercambios comerciales, etc). Junto a las cooperativas y los sindicatos, estos comités se convirtieron en órganos paralelos de poder. El régimen ya no controlaba al país.

A pesar de las repetidas advertencias de las facciones moderadas de la Duma, sobre el hecho que el gobierno mismo estaba precipitando una solución al no crear un ministerio responsable, el zar se mantuvo apático. Cuando las noticias de la muerte de Rasputín llegaron a Berlín, los alemanes vieron la oportunidad de excluir a Rusia de la guerra promoviendo movimientos independentistas en Ucrania, Polonia y Finlandia y ayudando a los revolucionamos rusos. Algunos parientes de la familia imperial y miembros de la Duma comenzaron a conspirar para conseguir la abdicación de Nicolás. En los primeros meses de 1917 todas las condiciones eran favorables a la revolución, pero los revolucionarios no estaban preparados aún.

Revolución rusa

Para el mes de febrero de 1917 se encontraban en vilo todas las características necesarias para la inminente revuelta popular: el duro invierno ruso, aunado a la severa escasez de alimentos, así como el hastío popular que prevalecía hacia la guerra.

Revolución de febrero

Para febrero de 1917 (en marzo según el calendario gregoriano) quedaban sólo diez días de provisiones de harina en la capital rusa y el comandante regional estableció un sistema de racionamiento. Las largas filas, las tiendas cerradas y el espectro del hambre originaron desórdenes entre la población. En la Duma se atacó a los «ministros ineptos». Los diputados de izquierda recurrieron a los comités y las organizaciones secretas que ya habían estado exaltando a la opinión pública contra el despido de miles de trabajadores fabriles por el gobierno después de haber organizado una huelga. Los huelguistas se manifestaron en las calles, y miles de trabajadores más, encabezados por sus esposas, se unieron a una marcha que fue disuelta por la policía montada. Ya para el tercer día los bolcheviques habían tomado el control de las continuas huelgas, marchas y protestas. Esos días la policía secreta del zar, la Okbrana, llevó a cabo arrestos en masa. Pero los efectivos de las fuerzas armadas ya se estaban negando a obedecer las órdenes de detener a los trabajadores que querían marchar a través del río Neva de sus oficinas hacia los palacios.

La Revolución de febrero se inicia con una huelga espontánea de los trabajadores de las fábricas de la capital, Petrogrado (actual San Petersburgo) el 23 de febrero de 1917 (según el calendario juliano que se encontraba vigente en Rusia para la fecha) o el 8 de marzo (según el actual calendario gregoriano). La protesta concordó con el Día Internacional de la Mujer. Las mujeres de Petrogrado protestaban exigiendo pan en medio de la escasez de harina, y recibieron el apoyo de los obreros, quienes encontraron una razón para prolongar su huelga. Ese día se produjeron enfrentamientos con la policía, pero no hubo víctimas fatales. Pero los días siguientes las huelgas se generalizaron en Petrogrado, muchos manifestantes se armaron, y los enfrentamientos con la policía saldaron víctimas en ambas partes.

El 25 de febrero (10 de marzo según el calendario gregoriano), después de tres días de manifestaciones en Petrogrado, el zar ordenó la movilización de la guarnición militar de la capital para sofocar la rebelión. Los soldados obedecieron las órdenes el 26 de febrero (11 de marzo en el gregoriano), resistieron las primeras tentativas de confraternización y masacraron numerosos manifestantes. Sin embargo, esa noche se amotinan militares de rangos menores que se suman a los insurgentes, entregando sus armas a la multitud. Los motines militares se extendieron progresivamente durante la noche. En la mañana del 27 de febrero (12 de marzo en el gregoriano) muchos de los trabajadores ahora se encontraban armados en las calles. Los soldados enviados a sofocar los disturbios se unen a la multitud y disparan contra la policía, con pequeñas cintas rojas atadas a sus bayonetas como distintivos. La policía se encontró superada en número y poder de fuego, pero luego se unieron al ejército y a los civiles. Con la desintegración las fuerzas del orden público, la autoridad civil imperial colapsó.

Ese mismo 27 de febrero (12 de marzo en el calendario gregoriano) el minoritario Bloque Progresista de la Duma imperial conforma un Gobierno provisional para intentar mantener el orden hasta que se pudiese llevar a cabo una asamblea constituyente. El completo gabinete imperial presentó la renuncia al zar y propusieron una dictadura militar temporal, pero los líderes militares rusos rechazaron este curso de acción. Nicolás, mientras tanto, había estado en el frente con los soldados, donde había observado de primera mano la derrota rusa en la Batalla de Tannenburg. Frustrado y consciente del hecho que las manifestaciones eran masivas; el zar temía por su vida y la de su familia. Finalmente el zar acepta su derrota y abdica el 2 de marzo según el antiguo calendario ruso (15 de marzo en el calendario gregoriano). Era el colapso de la dinastía Romanova que había gobernado Rusia por 300 años.

El gobierno provisional ordena la detención zar Nicolás es junto con su familia en Tsarskoye Selo, la residencia oficial de la familia imperial rusa cerca de San Petersburgo. Inicialmente estaba planeado que Nicolás y su familia serían enviados a Inglaterra, pero ante la oposición del Soviet de Petrogrado, fueron llevados a Tobolsk en Siberia occidental y eventualmente trasladados a Ekaterimburgo. Este paso sellaría su destino. En julio de 1918, ante el avance de los ejércitos blancos en el área, se llevaría a cabo el asesinato de la familia Romanov, el zar Nicolás junto a toda su familia son ejecutados para prevenir un posible rescate.

Gobierno provisional

Con la abdicación del zar se inicia un periodo confuso y al mismo tiempo de entusiasmo entre la población. El Gobierno provisional sucedió rápidamente al zarismo, mientras que la revolución se profundizaba y la masa de trabajadores era politizada.

El Gobierno provisional estuvo en funciones entre mediados de marzo y principios de noviembre de 1917 (según en calendario gregoriano), pero fue un fracaso total. Los rusos moderados carecían de experiencia en el ejercicio de la autoridad y los separaba de las clases más bajas un gran abismo cultural. Su oportunidad para gobernar ocurría en medio de una terrible guerra global que, desde su perspectiva, debían continuar al mismo tiempo que debían reconstruir y democratizar el enorme e inflexible Imperio ruso. Por otra parte, el Soviet poseía muchos de los instrumentos de poder y sin embargo se negaba a asumir la responsabilidad. Los trabajadores y los soldados de la capital apoyan al Soviet. En las provincias los nuevos gobernadores nombrados por el Gobierno provisional no tenían más arma que la persuasión contra los soviets locales elegidos por los campesinos, los cuales se multiplicaron rápidamente.

Los dos grandes problemas a los que el Gobierno provisional se enfrentaba eran el descontento agrario y la continuación de la guerra. Los campesinos querían tierra, y la querían de inmediato. Sin embargo, el Gobierno provisional intentó actuar con deliberación y conforme a la ley, negándose a aprobar la toma de tierras por los campesinos. En cambio, nombró una comisión encargada de reunir información que sirviera de base para una futura legislación agraria. En cuanto a la participación en la guerra, en el Gobierno provisional todavía consideraban (de forma poco realista) que Rusia podría triunfar y ganar los territorios prometidos por los aliados. Pero el Soviet minó la disciplina de los ejércitos que estaban en el frente al emitir una «declaración de los derechos de los soldados», con la cual anuló prácticamente la autoridad de los oficiales sobre los enrolados. Incluso los miembros bolcheviques del Soviet que ahora comenzaban a regresar del exilio, exigieron únicamente que Rusia participara en las negociaciones generales de paz, que debían iniciarse de inmediato.

Regreso de Lenin

El más importante de los exiliados bolcheviques que regresaban a Rusia era Vladimir Lenin. Su nombre verdadero era Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924), pero en sus escritos se identificaba solo como «Lenin», el cual a veces escribía antecedido de la inicial «N», una abreviatura rusa para la palabra «nadie», con objeto de indicar a sus lectores que utilizaba un seudónimo. Lenin se hizo revolucionario en la década de 1880 y en los primeros años de los socialistas demócratas dirigió el ala bolchevique del partido. Lenin había regresado del extranjero a Rusia durante la Revolución de 1905, pero se exiló de Rusia una vez más en 1908. Desde el extranjero Lenin se sumó a un pequeño grupo de socialistas que se oponían a la participación rusa en la guerra y exhortaba a transformarla en una guerra de clases. Lenin consideraba a la guerra como producto del imperialismo, engendrado a su vez por el capitalismo; por tanto, para reformar la sociedad era necesario destruir tanto la guerra como a los imperios y al capitalismo.

El Estado Mayor alemán consideraba que el regreso de Lenin a Rusia en pleno desarrollo de los acontecimientos revolucionarios ayudaría a mermar el esfuerzo bélico ruso. Los militares alemanes transportaron a Lenin y a otros caudillos bolcheviques a través de Alemania, desde Suiza hasta el Báltico, en un vagón de ferrocarril cerrado. Lenin llegó a la estación Finlandia de Petrogrado el 3 de abril de 1917 (16 de abril en el calendario gregoriano), poco más de un mes después de haber estallado Revolución de febrero.

Lenin no confiaba en las masas ni en las bases de los trabajadores para hacer una revolución. Consideraba que eran capaces sólo de alcanzar una conciencia sindical. Por lo tanto, estaba a favor de la dictadura de una pequeña élite sobre el partido bolchevique y la clase trabajadora. A final de cuentas, en razón de que no confiaba en otros puntos de vista que no fueran los suyos, Lenin estaba en favor, aunque nunca lo manifestó así explícitamente, de su dictadura personal sobre esa élite. Otro futuro dirigente ruso de nombre Lev Davidovich Bronstein, mejor conocido como León Trotsky (1879-1940), advirtió muy pronto sobre el hecho que los criterios de Lenin implicaban la dictadura de un solo hombre.

Jornadas de abril

Lenin era un pensador radical, pero a la vez un hábil estratega. Desde antes de volver a Rusia en 1917 ya había calculado algunas de las dificultades que el Gobierno provisional enfrentaba y decidió que las masas podían tomar el poder en ese momento. Por tanto, inmediatamente después de su regreso a Rusia, saludó la revolución mundial proclamando que era el fin del imperialismo; la última etapa del capitalismo había llegado, y exigió que al instante se entregase todo el poder a los Soviets. Estas doctrinas se conocen como las «Tesis de Abril». Afirmaba que el capitalismo había entrado en una «fase de putrefacción» y que la burguesía ya no era capaz de asumir el papel revolucionario que ya había desempeñado en el pasado en los países recientemente industrializados.

Lenin demandaba el completo abandono del Gobierno provisional y el establecimiento de una república de soviets, pero además la confiscación de las propiedades, la nacionalización de la tierra y la abolición del ejército, de los funcionarios de gobierno y de la policía. Lenin ofrecía tierras de inmediato a los impacientes campesinos y paz instantánea al populacho cansado de la guerra. Este programa se adaptaba mucho mejor al ánimo del pueblo que los cautelosos esfuerzos del Gobierno provisional por llevar a cabo una reforma por medios legales. Dogmático, ferozmente intolerante de las componendas y convencido por completo de que sólo él tenía el valor de hablar con la verdad, Lenin impulsaría a los bolcheviques a radicalizar la revolución y eventualmente tomar el poder en Rusia por la fuerza.

Pero las ideas leninistas eran aún minoritarias en el propio seno de los bolcheviques, que mantenían una línea común de apoyo al Gobierno provisional. Incluso, el periódico Pravda, dirigido por Stalin y Mólotov, llegó a discutir públicamente sobre la reanudación del trabajo y el regreso a la normalidad. Pero con el colapso económico y la guerra en curso, las ideas leninistas fueron ganando terreno. A principios de junio, los bolcheviques ya eran mayoría en el Sóviet de Petrogrado constituido en mayor parte por diputados obreros y soldados.

Jornadas de julio

A principios de julio el ejército ruso sufre una decisiva derrota en la Ofensiva de Kérenski, que se convertiría en la última ofensiva rusa durante la Primera Guerra Mundial. Esto provoca una decepción general y la poca esperanza que quedaba de ganar la guerra se desvanecía. El Ejército entró en franca descomposición, las deserciones se multiplicaron, las protestas en la retaguardia se acrecentaron y la popularidad del Gobierno provisional comenzó a deteriorarse. Cuando los soldados situados en la capital se enteraron del fracaso de la ofensiva, se negaron a regresar al frente de batalla. Reunidos con los obreros, salieron a las calles para protestar y exigir que los dirigentes del Soviet de Petrogrado tomaran el poder. Pero los bolcheviques se encontraron desbordados por la situación y fracasa el levantamiento prematuro. 

Jornadas de Julio. Petrogrado. Masacre en la avenida Nevsky el 16 de julio de 1917.

Petrogrado (actual San Petersburgo), 16 de julio de 1917. El ejército ruso acababa de abrir fuego con ametralladoras contra manifestantes que se encontraban entre la avenida Nevsky y la calle Sadovaya provovando al menos 400 muertos. Esto ocurre en medio del fracasado alzamiento bolchevique durante las Jornadas de julio».

Se inició una etapa de represión contra los bolcheviques. Trotski fue encarcelado, Lenin se vio obligado a huir nuevamente y exiliarse en Finlandia, mientras que el periódico bolchevique «Obrero y Soldado» fue prohibido. Los «agitadores» fueron encarcelados y se restauró la pena de muerte, que previamente había sido abolida en febrero. Casi 100 000 hombres habrían tenido que abandonar Petrogrado para evitar persecución o muerte. El 8 de julio, el general Kornílov, comandante en el frente sudoriental, dio la orden de abrir fuego con ametralladora y artillería contra aquellos soldados que abandonaran el frente.

Levantamiento de Kornílov

A finales de agosto de 1917, Kavr Kornílov, recientemente nombrado Comandante Supremo de los Ejércitos rusos, organiza un levantamiento armado, enviando tres regimientos de caballería por ferrocarril a Petrogrado para aplastar a los Sóviets y las organizaciones obreras. Kornílov consideraba que el constante deterioro de la nación la llevaría a un estado de anarquía y que una derrota militar en la guerra sería desastrosa para el honor ruso. Según Kornílov: Lenin y sus espías alemanes deben ser ejecutados, los sóviets erradicados, la disciplina militar restaurada y el Gobierno provisional reestructurado. Kornílov inicialmente pensó que podría aplicar sus reformas con el respaldo del Gobierno provisional dirigido por Kérenski, pero las sucesivas disputas con éste durante el mes de agosto lo convencieron de dar un golpe.

Kornílov convocó a todos los rusos para «salvar sus tierras» y ordenó a sus tropas avanzar hacia Petrogrado, como había acordado inicialmente con miembros del Gobierno provisional, pero ahora en contra de este. Ante la incapacidad del Gobierno provisional para defenderse, Kérenski se vio obligado a pedir ayuda de todas las facciones. Pero Lenin, desde el exilio, ordenó no apoyar a Kérenski y limitarse a luchar contra Kornílov. Los bolcheviques organizaron la defensa de la capital. Los obreros cavaron trincheras y los ferroviarios enviaron los trenes a vías muertas, provocando el saboteo del movimiento de las tropas de Kornilov.

El levantamiento de Kornílov fracasa principalmente por la acción unilateral de los Bolcheviques, lo cual refuerza inmensamente su posición política. Esto produce además el rearmamento de las masas, los bolcheviques pudieron salir de su semiclandestinidad y los presos políticos fueron puestos en libertad, incluyendo Trotski.

Revolución de octubre

Se conoce como Revolución de octubre porque ocurrió entre el 24 y el 26 de octubre de 1917 según el antiguo calendario juliano que se encontraba vigente en Rusia hasta ese momento. Sin embargo, también suele llamarse Revolución de noviembre debido a que según el actual calendario gregoriano los eventos ocurrieron entre el 6 y el 8 de noviembre de 1917. En último lugar, suele denominarse también como Revolución bolchevique debido al protagonismo de esta facción política tanto en los eventos de estos días, como en el posterior período de la Guerra civil rusa. Se trató realmente de un golpe de Estado militar, con apoyo logístico y financiero de los alemanes, y no de una Revolución popular como intentó mostrarse posteriormente.


El levantamiento de Kornílov en agosto transformó el motín del ejército en una revuelta generalizada. En el campo se quemaron granjas, se destruyeron casas señoriales y se ejecutó a grandes terratenientes. Una vez desaparecidas las grandes fincas los campesinos atacaron las pequeñas propiedades, aunque en algunos distritos permitieron a los dueños de las mismas conservar una parte de sus antiguas tierras mediante una redistribución.

En medio de estos desórdenes Lenin regresa a Petrogrado. Con la advertencia que Kerenski planeaba entregar Petrogrado a los alemanes, Trotsky se hizo del control sobre un Comité Revolucionario Militar a fin de defender la ciudad y transformar el comité en un estado mayor de la revolución. A partir del 4 de noviembre Trotsky habla ante enormes manifestaciones y concentraciones de masas, y el 7 de noviembre (el 25 de octubre del antiguo calendario ruso), la insurrección se desata como Trotski lo había planeado. La revolución de febrero había fracasado y la revolución de octubre tomaba su lugar.

En Petrogrado la revolución se preparó bien y se llevó a cabo con poco derramamiento de sangre. Grupos militares leales a los bolcheviques tomaron el control de puntos clave de la ciudad. Los bolcheviques entraron al Palacio de Invierno, donde el Gobierno provisional hallaba reunido, y arrestaron a los ministros. Kerenski escapó y el Comité Revolucionario Militar se hizo cargo. El 8 de noviembre se inauguró un esperado Congreso de Soviets que representaba a menos de la mitad de los soviets de Rusia.

Tanto Lenin como Trotski hicieron acto de presencia. Cuando los mencheviques y los Socialistas Revolucionarios de derecha abandonaron el recinto, Trotski los calificó como basura que sería barrida a los botes de desperdicios de la historia.

Cooperando con los Socialistas Revolucionarios de izquierda y adoptando su programa de distribución de tierras, Lenin abolió los derechos de propiedad de la Iglesia, de los terratenientes y de la Corona; transfirió las tierras así afectadas a comités locales de tierras y a soviets de diputados campesinos, con lo cual transformó de un golpe las aisladas aldeas rusas «legalizando» un proceso que ya se había iniciado. Asimismo, Lenin exhortó a hacer una paz inmediata sin anexiones ni indemnizaciones e hizo un llamado a los trabajadores de Alemania, Francia e Inglaterra para que lo apoyasen en esta demanda. Por último, se eligió un nuevo gabinete, llamado Consejo de Comisarios del Pueblo, con Lenin como presidente y Trotsky como comisario de relaciones exteriores.

Repercusiones

A finales de noviembre de 1917 los Bolcheviques llegaron a un acuerdo con los Socialistas Revolucionarios de izquierda, tres de los cuales pasaron a formar parte del gobierno, y se iniciaron las negociaciones de paz con los alemanes. La revolución propiamente dicha había terminado y Lenin tenía el poder. Sin embargo, el Estado ruso se desintegraba y se hallaba en descomposición social en todos sus ámbitos. El 25 de noviembre los bolcheviques llevaron a cabo elecciones para conformar una Asamblea Constituyente, la primera elección libre en la historia rusa. El voto bolchevique predominó en las ciudades, en especial en Moscú y Petrogrado, mientras que el voto Social Revolucionario fue en gran medida rural.

El 62% de los votos favorecían a sus oponentes, pero Lenin sostuvo que los elementos «más avanzados» habían votado por él. La asamblea se reunió en una sola ocasión, en enero de 1918. Lenin disuelve la Asamblea Constituyente al día siguiente por decreto y envía guardias armados para impedir que una nueva reunión. La mayoría anti-bolchevique se indignó profundamente ante este acto de fuerza contra la voluntad popular, pero no hubo una protesta pública y los delegados de desbandaron. Esto se debió en parte a que los bolcheviques ya habían tomado medidas respecto a lo que más le interesaba al pueblo (paz, pan y libertad), y en parte a que las masas rusas carecían de una tradición parlamentaria democrática.

Con la instauración de la dictadura bolchevique se inicia la Guerra civil rusa, que enfrentó al Ejército Rojo que defendía el tipo de socialismo liderado por Vladimir Lenin, contra un amplio rango de fuerzas aliadas conocidas como el Ejército Blanco, que incluyó diversos intereses políticos que favorecían la monarquia, el capitalismo, así como alternativas formas de socialismo, cada una con variantes democráticas y anti-democráticas. 

El 3 de marzo de 1918 los rusos firmaron la Paz de Brest-Litovsk con los alemanes, efectivamente culminando la participación rusa en la Primera Guerra Mundial, y por el cual renunciaban a toda Ucrania, las provincias bálticas, Finlandia y algunos territorios caucásicos, con lo cual quedaron anulados tres siglos de expansión territorial rusa. El tratado le costo a Rusia un tercio de su población, el 80 por ciento de sus recursos de hierro, y el 90 por ciento de su carbón mineral. Muchos comunistas renunciaron antes que aceptar la paz, y los Socialistas Revolucionarios de izquierda abandonaron el gobierno. Los alemanes invadieron Ucrania y Crimea e impusieron un régimen autoritario. Los blancos, con ayuda de los alemanes, sometieron a los rojos en Finlandia.

El 29 de diciembre de 1922 fue creada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) mediante la firma del Tratado de Creación de la URSS y la Declaración sobre la Creación de la Unión Soviética, en una conferencia de delegaciones plenipotenciarias de la RSFS de Rusia, la RSS de Bielorrusia, RSS de Ucrania y la RFSS de Transcaucasia.

Pero la Guerra civil rusa continuó hasta 1923. El Ejército Rojo derrota al Ejército Blanco al sur de Rusia en Ucrania en 1919, y al ejército dirigido por el almirante Aleksandr Kolchak al este, en Siberia, ese mismo año. Los restos de las fuerzas Blancas comandadas por el Piotr Nikolayevich Wrangel fueron derrotadas en Crimea a finales de 1920. Otras batallas menores continuaron en la periferia rusa durante otros dos años, y pequeñas escaramuzas con las fuerzas remanentes en el Lejano Oriente continuaron hasta bien entrado el año 1923. Con la victoria Bolchevique en la guerra civil quedó asegurada la recién formada URSS.

La revolución rusa marcó el comienzo de la propagación del comunismo en el siglo XX, basada en las ideas escritas por Vladimir Lenin, que a su vez se basó en las ideas de Karl Marx. Por esta razón esta ideología política se conoce como marxista-leninista. Con la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial, el ejército soviético ocupó numerosas naciones tanto en Europa del este como en Asia occidental, y apoyó de diversas maneras económicas o logísticas a levantamientos armados, así como la desestabilización de naciones, todo con el objetivo de propagar el sistema comunista. Esto sería motivo de choque con el mundo liberal occidental. Un nuevo conflicto se iniciaría, de carácter sigiloso o cauteloso, pero potencialmente más destructivo que cualquier otro conflicto previo en la historia: la Guerra Fría.


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