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307 pages, Paperback
First published January 1, 1962
A revolution starts in the battlefields, but once it gets corrupted, even though military battles are still won, it’s lost. And we’re all to blame. We’ve let ourselves be divided and directed by the lustful, the ambitious, the mediocre. Those who want a real, radical, intransigent revolution are, unfortunately, ignorant, bloody men.
Artemio Cruz. So that was the name of the new world rising out of the civil war; that was the name of those who had come to take his place. Unfortunate land that has to destroy its old possessors with each new generation and put in their place new owners just as rapacious and ambitious as the old ones.
You will not stop to think about the fact that your blood circulates, your heart beats, your gallbladder empties itself of serous liquids, your liver secretes bile, your kidney produces urine, your pancreas regulates the sugar in your blood. You haven’t caused these functions by thinking about them. You will know that you breathe, but you will not think about it, because it doesn’t depend on your thoughts. You will turn your back on it and live… Until today. Today, when your involuntary functions will force you to take account of them, will triumph, and end up destroying your person.
“Viva México, jijos de su rechingada”También en esta novela cabría parafrasear la famosa cuestión que planteó el escritor peruano en su novela: ¿en qué momento se había jodido México? Pregunta retórica que parte de una premisa falsa, esto es, que hubo algún momento en el que no estuvieron jodidos. No conozco ningún pueblo que no haya estado jodido desde siempre, no conozco una revolución en contra de la opresión de un pueblo que no haya acabado oprimiendo a ese mismo pueblo. Nunca faltan los Artemio Cruz dispuestos a la rapiña en nombre de la revolución, a engrandecer su nombre en el supuesto engrandecimiento de la revolución y que contribuyen a acabar con la revolución encumbrando a otra casta de opresores que tratarán a su pueblo de igual o similar forma que los opresores depuestos. Así se termina siempre por muy idealistas que sean los objetivos y por muy justas que sean las demandas, por eso, porque nunca faltan los Artemio Cruz.
“A veces, me parece que la falta de sangre y de muerte nos desespera. Es como si sólo nos sintiéramos vivos rodeados de destrucción y fusilamientos”La novela es exigente con el lector, que deberá estar dispuesto a poner todo de su parte para lidiar con los varios narradores que se alternan sin previo aviso, con los textos en primera, segunda y tercera persona que se suceden sin interrupción, con el frecuente flujo de conciencia, con los varios planos temporales y espaciales sucesivos y simultáneos que contribuyen a la sensación de que la historia se mueve en círculos, que nada cambia, que todo acaba siempre igual, con los mismos perdedores de siempre…
“Eres quien eres porque supiste chingar y no te dejaste chingar; eres quien eres porque no supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a todos”… para contarnos una historia de traición, de ambición voraz, de odio y rencor, de remordimientos, también de superación, de amor, de sacrificio, de pasión, una historia personal de Artemio Cruz, desde su nacimiento hasta su muerte, que encarna al mismo tiempo la historia colectiva de la revolución mexicana.
“… el padrecito le da la salvación eterna a don Gamaliel, a cambio de que don Gamaliel le dé la salvación en la tierra al padrecito”No sé si me irrita un poco la idea del exitoso prócer sin escrúpulos que al borde de la muerte sufre por el rumbo que cogió su vida, por los amores que no pudo vivir, por las desgracias familiares, ese estúpido e impotente consuelo de que los ricos también lloran y que el deterioro físico, la enfermedad y la muerte acaba por igualarnos a todos. Supongo que todo contribuye a dar volumen a un personaje tan contradictorio y, lamentablemente, tan frecuente.
“… descubrirás que la virtud es sólo deseable, pero la soberbia es sólo necesaria...sólo al final, aunque sea al final, la soberbia es superflua y la humildad necesaria”
‘‘Se relatan aquí las doce horas de agonía de este viejo que muere de infarto al mesenterio, mal que los médicos no descubren sino hasta el último momento. En el transcurso de estas doce horas se interpolan los doce días que él considera definitivos en su vida. Hay un tercer elemento, el subconsciente, especie de Virgilio que lo guía por los doce círculos de su infierno, y que es la otra cara de su espejo, la otra mitad de Artemio Cruz: es el Tú que habla en futuro. Es el subconsciente que se aferra a un porvenir que el Yo —el viejo moribundo— no alcanzará a conocer. El viejo Yo es el presente, en tanto el Él rescata el pasado de Artemio Cruz. Se trata de un diálogo de espejos entre las tres personas, entre los tres tiempos que forman la vida de este personaje duro y enajenado. En su agonía, Artemio trata de reconquistar, por medio de la memoria, sus doce días definitivos, días que son, en realidad, doce opciones. Su biografía espiritual es más importante que su biografía física. Las negativas, las traiciones, las elecciones, las presiones a las que su espíritu se somete lo empujan al mundo de los objetos, en el cual él es un objeto más. En el tiempo presente de la novela, Artemio es un hombre sin libertad: la ha agotado a fuerza de elegir. Bueno o malo, al lector toca decidirlo.”
“Midday had barely passed: the rays of the sun in decline passed through the root of tropical leaves like water through a sieve, pelting down hard. The time of paralyzed branches, when even the river seemed not to flow.”It was really not easy to make sense of the disarray that your mind is displaying through Fuentes’ words, but it was so rewarding when I succeeded in doing so. I mentally experienced such wonderfully narrated moments, in spite of their sadness, that I will always remember you like a character who, although highly unlikable, has a certain je-ne-sais-quoi that attracts and stays in your memory alive.
… but I look at my fingernails when I reach out to touch my frozen feet which I no longer feel, I look at my brand-new blue, blackish fingernails that I've put on especially to die, ahhh! it won't go away, I don't want that blue skin, that skin painted over with lifeless blood, no, no, I don't want it, blue is for other things, blue for the sky, blue for memories, blue for horses that ford rivers, blue for shiny horses and green for the sea, blue for flowers, but not blue for me, no, no, no, ahhh! ahhh! and I have to lie back because I don't know where to go, how to move, I don't know where to put my arms and the legs I don't feel, I don't know where to look, I don't want to get up anymore…