GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
ISSN 2255-2707
Edited by
Institute for Social, Political and Legal Studies
(Valencia, Spain)
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Citation
Rafael Ramis-Barceló, “Las Elegantiae de Lorenzo Valla y los juristas del siglo XVI”, GLOSSAE.
European Journal of Legal History 20 (2023), pp. 518-546 (available at http://www.glossae.eu)
GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
Las Elegantiae de Lorenzo Valla y los juristas del siglo XVI
The Elegantiae by Lorenzo Valla and the Jurists of the Sixteenth Century
Rafael Ramis-Barceló
Universitat de les Illes Balears – IEHM
Universidad Bernardo O’Higgins (Chile)
ORCID ID: 0000-0003-1756-6695
Recibido: 14.03.2023
Aceptado: 20.05.2023
Resumen
Este artículo analiza la recepción de las Elegantiae de Valla en los juristas del siglo XVI. Este tema nunca
ha sido estudiado sistemáticamente y aquí se propone una perspectiva general buscando las referencias a
las Elegantiae de Valla en las obras jurídicas. El artículo intenta responder a tres preguntas: 1) ¿Qué juristas
citaron a Valla?; 2) ¿qué orientación tenían estos juristas?; y 3) ¿en qué tipo de obras mencionaron los
juristas a Valla? Tras el examen de más de cuatrocientas obras jurídicas impresas del siglo XVI, se propone
una clasificación temática, con el fin de mostrar la compleja recepción de las Elegantiae de Valla entre los
juristas.
Palabras clave
Valla, Elegantiae, Juristas, Renacimiento, Humanismo jurídico.
Abstract
This article studies the reception of the Valla’s Elegantiae in the jurists of the Sixteenth Century. This
subject has never been studied systematically and here a general perspective is proposed by searching for
references to Valla’s Elegantiae in legal works. The article tries to answer tres questions: 1) What jurists
cited Valla?; 2) What orientation did these jurists have?; and 3) in what types of works did the jurists
mention Valla? After examining more than four hundred printed legal works from the Sixteenth Century,
a thematic classification is proposed, in order to show the complex reception of Valla’s Elegantiae among
jurists.
Keywords
Valla, Elegantiae, Jurists, Renaissance, Legal Humanism.
Sumario: 1. Introducción. 2. Método. 3. Primera etapa: de 1500 a 1540. 4. Segunda etapa:
de 1540 a 1580. 5. Tercera etapa: de 1580 a 1600. Conclusiones. Referencias
bibliográficas
1. Introducción
Lorenzo Valla (1407-1457), humanista romano, es un autor esencial no solo en la
evolución de la historia de las ideas1, sino también en la del pensamiento jurídico. Así
Edificio G. M. de Jovellanos. Universitat de les Illes Balears. Instituto de Estudios Hispánicos en
la Modernidad, Unidad Asociada al CSIC. Carretera de Valldemossa, km. 7.5, 07122 Palma de Mallorca
(España). E-mail: r.ramis@uib.es. https://orcid.org/0000-0003-1756-6695. Este trabajo forma parte del
PID2020-117702GA-I00/MICIN/AEI/10.13039/501100011033, financiado por el Ministerio de Ciencia e
Innovación y la Agencia Estatal de Investigación.
1
Véase, entre otros, Camporeale, S., Lorenzo Valla. Umanesimo e teologia, Firenze, Istituto
Nazionale di Studi sul Rinascimento, 1972; y Regoliosi, M. (ed.), Lorenzo Valla. La riforma della lingua
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como ha sido considerado unánimemente el punto de partida del “humanismo jurídico”2,
nuestra intención es estudiar la recepción que los juristas del siglo XVI hicieron de su
obra, de acuerdo con un método –y unas salvedades– que indicaremos a continuación.
Antes de ello, debemos presentar de forma muy sucinta sus escritos.
La influencia de Valla entre los juristas –más allá de las referencias puntuales en
escritos diversos– se debe, básicamente, a tres obras y a un opúsculo. La primera, De
linguae latinae elegantia, conocida también como Elegantiae 3 , fue la que tuvo una
incidencia más directa sobre los cultivadores del Derecho, puesto que, en diversos pasajes
de la misma, se atacaba a los glosadores y comentaristas medievales, se reinterpretaban
algunos pasajes de los textos de los jurisprudentes romanos, y se proponían soluciones
filológicas distintas para la intelección de ciertos vocablos del Digesto. La segunda obra
es el discurso De falso credita et ementita Constantini donatione 4 , en el que –con
argumentos histórico-filológicos– demostró la falsedad de la donación del Imperio de
Occidente por parte del emperador Constantino al papa Silvestre. Por último, la
Repastinatio dialectice et philosophie5, conocida asimismo como Dialectica, es una de
las obras clave para la recuperación de la obra de Quintiliano y la simplificación de la
lógica medieval.
El opúsculo al que hemos hecho mención es una obra de juventud, la Epistola
contra Bartolum (1433)6, que Valla escribió a Pier Candido Decembrio, comentando el
De insignis et armis de Bartolo de Sassoferrato7. Se trata de un texto breve, aunque muy
enjundioso, que –como veremos– fue poco citado por parte de los juristas del siglo XVI.
Ello no significa, por supuesto, que la crítica que en él se contenía no penetrase entre los
jurisconsultos del momento, especialmente tras la publicación de las obras completas de
Valla, en 1540. En la Epistola se indicaba que los cisnes romanos, caprichosamente
seleccionados por Triboniano, fueron sustituidos –al cabo de un milenio– por los gansos
boloñeses. Valla, con ardiente patriotismo romano, se quejaba de aquellos jurisconsultos
universitarios medievales, desconocedores la lengua de Roma, que se atrevían a
interpretar –con tanta ignorancia como descaro– las leyes de diversas épocas de la
civilización romana antigua.
e della logica (Atti del convegno del Comitato Nazionale VII centenario della nascita di Lorenzo Valla,
Prato, 4-7 giugno 2008), Firenze, Edizioni Polistampa, 2010.
2
Véase, por todos, Maffei, D., Gli inizi dell’umanesimo giuridico, Milano, Giuffrè, 1956, pp. 1516 y passim. La misma idea se recoge en obras igualmente clásicas, como las de Orestano, R., Introduzione
allo studio del diritto romano, Bologna, Il Mulino, 1987, pp. 607-615, y Cortese, E., Il diritto nella storia
medievale, II. Il basso Medioevo, Roma, Il Cigno, 1995, pp. 461-484.
3
Valla, L., De linguae latinae elegantia, ed. crítica de Santiago López Moreda, Cáceres,
Universidad de Extremadura, 1999.
4
Valla, L., La falsa donazione di Costantino, ed. de Gabriele Pepe, Firenze, Ponte alle
Grazie, 1992.
5
Valla, L., Repastinatio dialectice et philosophie, ed. de Gianni Zippel, Padova, Antenore, 1982
(2 vols.).
6
Regoliosi, M., “L’Epistola contra Bartolum del Valla”, en V. Fera – G. Ferraù (eds.), Filologia
umanistica. Per Gianvito Resta, II, Padova, Editrice Antenore, 1997, pp. 1501-1571.
7
Una reflexión sobre esta obra, puede verse en Kisch, G., Gestalten und Probleme aus
Humanismus und Jurisprudenz, Berlin, Walter de Gruyter, 1969, pp. 113-124, y también en Quaglioni, D.,
“L’Epistola contra Bartolum (1433) de Lorenzo Valla, fondation de l’humanisme juridique?”, en X. Prévost
– L. A. Sanchi (eds.), L’humanisme juridique. Aspects d’un phénomène intellectuel européen, Paris,
Classiques Garnier, 2022, pp. 47-66.
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Un estudio completo de la influencia de Valla entre los juristas exigiría un análisis
de estas tres obras y de la Epistola. En cuanto a la segunda, De falso credita et ementita
Constantini donatione, hay que afirmar que buena parte del trabajo está hecho, gracias al
libro de Giovanni Antonazzi8. Cierto es que se podrían añadir otras referencias, si bien lo
esencial está ya bien estudiado y las conclusiones siguen siendo válidas.
En lo tocante a la Dialectica, existe un importante vacío que aún no se ha colmado,
y cuyo alcance sobrepasa la extensión de un artículo. Hace falta todavía un estudio de
conjunto de la influencia en el derecho las categorías de la dialéctica renacentista9, desde
Valla a Ramus10, pasando por Jorge de Trebisonda, Rodolfo Agricola11 y Melanchthon,
de modo que puedan encuadrarse debidamente las obras de Gammarus, Everardus,
Cantiuncula, Apel, Hegendorff… Los trabajos sintéticos de Vincenzo Piano Mortari12
siguen siendo insuficientes para explicar la influencia de la dialéctica renacentista y el
papel de Valla aún no ha sido bien explicitado.
En efecto, si leemos los tratados de tópica o de dialéctica, hay que indicar que la
influencia de la Dialectica de Valla –aunque fundamental– fue muy indirecta, hasta el
punto de que los autores prefirieron refugiarse en textos clásicos (como Cicerón o
Quintiliano), aunque bebieran muchas veces directamente de las ideas de Valla. De este
modo, el influjo del humanista romano fue mucho más sutil de lo que los propios juristas
dejaron al descubierto. De ahí que sea imprescindible trazar una historia continua de la
argumentación jurídica en el Renacimiento, a fin de mostrar las etapas, y el significativo
papel de Valla, que permaneció en la penumbra.
Todo lo contrario sucedió con las Elegantiae. Los juristas reaccionaron de forma
muy directa y espontánea ante los ataques de Valla. No se trataba, como en la Dialectica,
de una propuesta metodológica, sino de un conjunto de correcciones que, sin la
causticidad de la Epistola, afectaban directamente a la comprensión de los textos de los
jurisperitos romanos y a lectura que de ellos hicieron los grandes maestros del ius
commune13.
Recordemos que, para Valla, los más egregios filósofos, los óptimos oradores y
jurisconsultos eran quienes se preocupaban de hablar correctamente. Por no conocer
8
Antonazzi, G., Lorenzo Valla e la polemica sulla donazione di Costantino, Roma, Ed. di Storia
e Letteratura, 1985.
9
Desde el punto de vista filosófico, véase Risse, W., Die Logik der Neuzeit, I: 1540–1640, Vol. 1,
Stuttgart-Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog, 1964, que sigue siendo un estudio fundamental, al igual que
Vasoli, C., La dialettica e la retorica dell’umanesimo. ‘Invenzione’ e ‘metodo’ nella cultura del XV e XVI
secolo, Milano, Feltrinelli, 1968, pp. 147-182. Sobre la difusión de la retórica y la dialéctica, véase Mack,
P., Renaissance Argument: Valla and Agricola in the Traditions of Rhetoric and Dialectic, Leiden, Brill,
1993, Laffranchi, M., Dialettica e filosofia in Lorenzo Valla, Milano, Vita e Pensiero, 1999, y Mack, P., A
History of Renaissance Rhetoric, 1380-1620, Oxford, OUP, 2011.
10
Véase Ramis Barceló, R., Petrus Ramus y el derecho. Los juristas ramistas del siglo XVI,
Madrid, Dykinson, 2016.
11
Ramis Barceló, R., “La recepción de la obra de Rodolfo Agricola en los juristas (1500-1650)”,
Revue historique de droit français et étranger, 97/4 (2019), pp. 443-462.
12
Piano Mortari, V., Diritto, logica, metodo nel secolo XVI, Napoli, Jovene, 1978.
13
Véase Rossi, G., “Valla e il diritto: l’«Epistola contra Bartolum» e le «Elegantiae». Percorsi di
ricerca e proposte interpretative”, en M. Regoliosi (ed.), Pubblicare il Valla, Firenze, Edizioni Polistampa,
2008, pp. 507-599.
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correctamente la lengua latina, los juristas de su tiempo –a quienes tachaba de leguleyos–
no entendían a los jurisperitos romanos14.
En el prefacio del Libro III, Valla declaró su admiración por los juristas romanos
recogidos en la compilación justinianea, y apreció la unidad de su lengua latina, pese a
los siglos que les separaban unos de otros. Como puede verse, el humanista romano se
centraba en la lengua, y no en contenido. De este modo, alababa la elocuencia, la pureza
y la elegancia de los jurisconsultos romanos, no por la penetración de los conceptos, sino
por la exquisitez lingüística15.
De hecho, la esencia del derecho descansaba –según Valla– en el estudio y la
interpretación de las palabras, de suerte que el jurista tenía que estudiar a fondo la
lexicología latina. Como recuerda López Moreda, “aplicado este principio al terreno del
derecho, por ejemplo, implica que un buen jurista sólo puede ser aquél que conoce
la realidad extralingüística del derecho romano y su modo de expresarse para conseguir
el fin último de adecuar res y verba”16.
También del prefacio del Libro III se desprendía una crítica hacia todos los
juristas, desde Justiniano hasta sus coetáneos, que consideraba más “leguleyos” que
jurisconsultos. La explicitación de todas estas críticas se hallaba en el Libro VI. En los
capítulos XXXV y XXXVI, se le reprochaba al emperador bizantino –de quien Valla
decía que “no conoció las leyes ni tal vez la lengua latina”17– la aceptación de etimologías
equivocadas (entre ellas, noxae dedere y testamentum). Asimismo, los capítulos
XXXVIII al LXIV contenían la revisión crítica de cierta terminología utilizada por
Ulpiano, Gayo y Paulo, y que había sido objeto de una interpretación errónea por parte
de los juristas medievales Accursio, Bartolo y Baldo, a quienes dirigió zahirientes
invectivas. Tras la cita de un centenar de pasajes del Digesto, Valla llegó a la conclusión
de que los glosadores y comentaristas no sabían latín y, por lo tanto, no podían interpretar
adecuadamente el derecho romano, por ignorancia de los términos y los contextos sobre
los que se legislaba.
Es obvio que estas acusaciones dolieron mucho a los juristas universitarios,
quienes bajaron, con el paso de las décadas, a la arena del combate. Lo hicieron
especialmente espoleados por otras críticas en la misma dirección, aunque de distinto
modo, como las que pueden hallarse en la obra de Poliziano18.
2. Método
Con el fin de lograr un cuadro de conjunto de la recepción del humanista romano
entre los juristas del siglo XVI, nos proponemos abordar este tema mediante el examen
14
Valla, De linguae latinae elegantia, Lib. I, p. 60.
Mantovani, D., “‘Per quotidianam lectionem Digestorum semper incolumis et in honore fuit
lingua Romana’. L’elogio dei giuristi romani nel proemio al III libro delle Elegantiae di Lorenzo Valla”,
en E. Narducci – S. Audano – L. Fezzi (ed.), Aspetti della fortuna dell’Antico nella cultura europea. Atti
della III giornata di studi. Sestri Levante, 24 marzo 2006, Pisa, ETS, 2007, pp. 99-148.
16
López Moreda, S., “Introducción”, en Valla, De linguae latinae elegantia, p. 35.
17
Valla, De linguae latinae elegantia, Lib. VI, p. 747.
18
Rossi, G., “Letture umanistiche del Digesto lungo il XV secolo. Da Valla a Poliziano”, en D.
Mantovani - A. Padoa Schioppa (eds.), Interpretare il Digesto. Storia e metodi, Pavia, IUSS Press, 2014,
pp. 311-369.
15
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de tres cuestiones: 1) ¿qué juristas citaron a Valla?; 2) ¿qué orientación tenían dichos
juristas (humanistas, civilistas, canonistas…)?; 3) ¿en qué tipo de obras le mencionaron
(diccionarios, comentarios, monografías, ediciones de textos jurídicos…)?
Se trata aquí de una primera aproximación, pensada para superar la explicación
tradicional, centrada en la recepción de Valla por parte de Zasio, Alciato y Budé19, y
elaborada para suscitar investigaciones nuevas en un campo que –por el momento–
apenas ha merecido la atención de los investigadores. Como nos proponemos trabajar la
recepción en el marco de toda una centuria, es necesario acotar la investigación, en un
triple sentido: 1) solamente manejamos fuentes impresas, de modo que dejamos para otra
ocasión estudiar el abundante patrimonio manuscrito, especialmente italiano; 2) nos
ceñimos a los tratados en lengua latina, los más frecuentes tanto en la cultura del ius
commune y del humanismo, y 3) no estudiamos todas las obras jurídicas desde los
primeros incunables hasta 1600, algo muy alejado de nuestras posibilidades, sino una
selección, elaborada en base, sobre todo, al repertorio sobre el humanismo jurídico de
Hans E. Troje, así como la obra de Gaetano Colli, que recoge los índices del Tractatus
universi iuris20. Con ello, se cubre, por una parte, el contexto humanista, mientras que,
por otra, se tiene debidamente en cuenta el ámbito italiano, tan importante en la recepción
de Valla.
Hemos manejado unas cuatrocientas obras, a partir de las cuales hemos recopilado
las referencias a Valla. Salta a la vista que, si tuviéramos que desglosarlas todas, la
extensión no sería la de un artículo, sino la de una amplia monografía. Como muchas de
ellas se repiten de autor en autor, hemos considerado pertinente hacer una selección de
las más relevantes, con el fin de que las diversas tendencias y sensibilidades quedaran
suficientemente representadas.
Este método sirve, sobre todo, para lograr una síntesis de conjunto, que no
solamente se quede en los autores más prominentes y estudiados, sino que también llegue
a otros menos conocidos, y dé una imagen más fiel de la recepción21. Asimismo, hemos
revisado, de la mano de la clasificación de Troje, los diferentes géneros, a fin de poder
tener una visión global. Dividimos la exposición en un sentido cronológico, con la
finalidad de que el lector pueda seguir mejor el itinerario, y comprender diacrónicamente
las diferencias en la apreciación de las Elegantiae por parte de los juristas.
19
Véase, sobre todo, AAVV, Pédagogues et Juristes. Congrès du Centre d’Études Supérieures de
la Renaissance de Tours, Eté 1960, Paris, J. Vrin, 1963; Gilmore, M., Humanists and Jurists: Six Studies
in the Renaissance, Cambridge, Mass., Harvard University-Belknap Press, 1963; Kelley, D., Fundations of
modern historical scolarship, Language, Law and History, New York, CUP, 1970.
20
Troje, H. E., “Die Literatur des gemeinen Rechts unter dem Einfluss des Humanismus”, en H.
E. Troje (ed.), Handbuch der Quellen und Literatur der neueren europaischen Rechtsgeschichte, II.1,
München, Beck, 1977, pp. 615-795; Colli, G., Per una bibliografia dei trattati giuridici pubblicati nel XVI
secolo: indici del Tractatus universi iuris, Milano, Giuffrè, 1994. Hemos aplicado el mismo método para
el estudio de otros autores del Renacimiento italiano, como Dante y Petrarca. Véase Ramis Barceló, R.,
“Dante Alighieri e i giuristi del Rinascimento”, Bibliothèque d’Humanisme et Renaissance, 84/2 (2022),
pp. 305-326; y Ramis Barceló, R., “Francesco Petrarca y los juristas del Renacimiento”, Historia et ius, 22
(2022), pp. 1-26
21
Un ejemplo de un método muy similar, aplicado a la recepción de Budé, puede verse en
Arabeyre, P., “Les Bartolistes ont-ils lu Budé? De l’influence de l’humanisme juridique sur les travaux des
juristes français de la première moitié du XVIᵉ siècle”, en C. Bénévent – R. Menini – L. A. Sanchi (eds.),
Les Noces de Philologie et de Guillaume Budé. Un humaniste et son œuvre à la Renaissance, Paris, École
nationale des chartes, 2021, pp. 439-452.
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3. Primera etapa: de 1500 a 1540
Hasta la publicación de las Opera22 de Valla, en 1540, se sucedieron ediciones de
sus escritos más representativos. Sin embargo, puede constatarse que, desde 1540,
espoleados los lectores por la publicación de la obra y por las polémicas que habían
iniciado Zasio y Alciato, las referencias al humanista romano se multiplicaron.
Desde comienzos del siglo XVI, los juristas del mos italicus, incluso los más
prestigiosos, como Giasone del Maino23, se defendieron de las críticas de Valla, pues
estaban en unas coordenadas intelectuales totalmente opuestas. De hecho, Giasone
incluyó en sus obras citas a Valla y a Poliziano24, para mostrar otros enfoques diversos
frente al bartolismo tradicional que profesaba. Sin embargo, no se dedicó a rebatirlos
sistemáticamente. Fue necesario el surgimiento de una generación de juristas con
sensibilidad humanista para responder a Valla con sus mismas armas.
Sustancialmente, cabe decir que la clasificación historiográfica, que puso a Budé
como continuador de Valla, frente a sus detractores Zasio y Alciato, es correcta 25 .
Efectivamente, Budé siguió los pasos de Valla y de Poliziano, al criticar a los glosadores
y a los comentaristas. Sin embargo, sus invectivas no tenían tanto calado jurídico como
filológico: de ahí que sintiera mucha familiaridad con Valla y Poliziano, y que sus
alusiones a ambos fueran a menudo elogiosas26 o, como mínimo, respetuosas. Tampoco
Budé se mostró esquivo con los italianos: según David O. McNeil27, estaba en buenas
relaciones con Alciato y otros, y –aunque puso de manifiesto algunos de sus errores– no
quiso ser demasiado incisivo con ellos. Budé disparó sus dardos hacia los juristas
medievales, blanco de todas sus críticas. En realidad, el humanista francés era un erudito
como Valla, que tenía en poca consideración a los juristas, y no albergaba la menor
intención de descender a los detalles de la praxis. Según Céard28, Budé, más incluso que
Valla, se despreocupó totalmente de las consecuencias jurídicas, y solamente se concentró
en los ejemplos del buen latín que se hallaba en el Digestum Vetus. En realidad, en su
visión enciclopédica, el maestro parisino no solamente trató algunas cuestiones que
aparecían en las Elegantiae –como ciertas disquisiciones filológicas acerca de
22
Valla, L., Opera, Basileae, apud Henricum Petrum, 1540.
Maynus, I., In primam codicis partem commentaria, s.e., 1542, p. 25v: “Et circa hoc dum glos.
tua dicit: munus dicitur cum causa, donum sine causa alibi aliter videtur dicere ter. in l. munus proprie ff.
de verborum significatio[ne] et propterea Laurentius Valensis in vi. lib. elegantiarum in ca. cccclvii
reprehendit differentiam utriusque iurisconsulti”.
24
Maynus, I., In primam Infortiati partem. In titulis Solu. matri., Venetiis, per Philippum Pincium
Mantuanum, 1511, p. 8; Maynus, I., Lectura insignis super secunda parte. ff. noui, per Philippum Pincium
Mantuanum, 1514, p. 50.
25
Una síntesis del estado de la cuestión puede verse en Schoeck, R. J., “Humanism and
Jurisprudence”, en A. Rabil (ed.), Renaissance Humanism: Foundations, Forms and Legacy, III,
Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1988, pp. 310-326.
26
Budaeus, G., Annotationes Quatuor et viginti Pandectarum Libros, Parisiis, Badius
ascensianus, 1508, p. 8: “Is erit Laurentius Vallensis: vir certe cum latine doctissimus: tum vero alienorum
scriptorum iudex, ut optimus sic minime ambitiosus, et veritatis amantissimus”.
27
McNeil, D. O., Guillaume Budé and Humanism in the Reign of Francis I, Genève, Droz, 1975,
p. 33.
28
Céard, J., “Un humaniste au travail: les Annotationes in Pandectas”, en C. Bénévent – R. Menini
– L. A. Sanchi (eds.), Les Noces de Philologie et de Guillaume Budé. Un humaniste et son œuvre à la
Renaissance, p. 309: “Pas plus que Valla, Budé ne se préoccupe d’abord, me semble-t-il, de servir le droit:
ce qui lui importe, c’est la latinité, la bonne latinité, la bonne littérature”.
23
524
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testamentum29 u otras nociones–, sino que se entretuvo también en otras cuestiones de
exégesis bíblica30.
Esta crítica a los glosadores y comentaristas resultó intolerable para Zasio, quien,
a fuer de jurista y por su actividad como docente de Leyes, aborrecía que el derecho
justinianeo tuviera que ser enmendado a base de caprichos filológicos. Aquí yace, en
efecto, la diferencia entre Zasio y Budé: el primero –profesor en la Universidad de
Friburgo– era un jurista conocedor de la praxis forense, que se había convertido al nuevo
humanismo, mientras que el segundo era un humanista de cuerpo entero, que había
recibido asimismo –y nunca con especial interés– una formación jurídica. Zasio no ahorró
críticas a Valla y, de paso, a su seguidor francés. Ciertos pasajes de las Lucubrationes se
han hecho famosos por su contundencia:
“Dissidentiam vero legum, qua elevare Iurisconsultos Valla pergit, quam et Budaeus (quod
abominor) manu adiuvet, post finem Scholiorum speciatim diluemus: hic diluturi, si non omnino
impertinenter evagati diceremur”31.
Las críticas hacia Valla se hallaban presentes en toda la obra 32 , si bien, era
especialmente destacada la comparación entre Cicerón y Valla que se encontraba en la
Carta que escribió a Claude Chansonette, situada en la parte final de las Lucubrationes.
En ella se leía que:
“Sed haec plus nimio: levicula enim sunt, vel mediocribus Iuris professoribus, in quibus
tamen Valla consistere non potuit. Et audet homo temerarius, ne dicam insanus, sese iactitare,
qui iuris civilis scientiam edocere eos, quos tanquam primarios iuris interpretes veneramur,
triennioque meliores, quam Accursius glossas super iure civili facere possit. Vide quo erumpat
improvida temeritas. Legerat Ciceronem Valla, ubi in oratione pro Murena, triduo se
Iurisconsultum futurum, si quis ei stomachum moveret, dicebat: hunc tantum virum, hoc
doctrinarum lumen fraterculus iste Gigantum in suam effigere personam conatur: pulchra me
Hercule et lepida comparatio Ciceronis ad Vallam, lucis ad tenebras. Cicero se iurisconsultum
triduo futurum, non iniuste pollicebatur, qui a iuvene Scaevolam audierat, a cuius latere non
discesserat: qui iuris prudentes omneis pellegerat, in eis ita consueverat, ut sicut erat oratorum
princeps, ita iuris civilis scientia clarus haberetur. At Valla, in triviis, in compitis fortasse,
grammaticis suffarcinatus rudimentis, insignem iuris civilis scientiam, ne a limine quidem
unquam salutavit”33.
Tras esta crítica a Valla, seguía otra a Budé, en los términos antes expresados.
Este párrafo anterior resume –a nuestro juicio– la postura que sostuvo Zasio frente a las
ideas del humanista romano. También en 1518, Andrea Alciato publicó su volumen
Paradoxorum ad Pratum, en el cual se hallaban ciertas críticas a las Elegantiae de Valla.
Entre otros pasajes, en el capítulo XIII de Dispunctionum encontramos una notable
invectiva a la temeridad de Valla, quien, siendo un mero gramático, se había atrevido a
29
Budaeus, Annotationes Quatuor et viginti Pandectarum Libros, p. 94v.
Ibidem, p. 34.
31
Zasius, U., Lucubrationes aliquot sane quam elegantes, Apud inclytam Basileam, [Frobenius],
1518, p. 56.
32
Ibidem, pp. 12, 30, 34-35, 64.
33
Idem, p. 78.
30
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enmendar la plana a Accursio y a Bartolo 34 . Las sucesivas ediciones de esta obra
cambiaron la formulación de algunas críticas, si bien añadieron otras35.
De todos modos, Alciato decidió combatir a Valla en su propio terreno. Ello puede
verse en De verborum significatione libri quatuor, un auténtico ajuste de cuentas con el
humanista romano. Harto de que las ideas de Valla circulasen entre los juristas, y que
estos se avergonzasen de la ignorancia de Accursio y Baldo, así como de la suya propia,
el jurista milanés mostró su abierta preferencia por los glosadores y los comentaristas,
pues, aunque supieran poco latín y menos griego, al fin y el cabo, eran juristas36. Es decir,
sabían derecho y, en los textos justinianeos, buscaban una interpretación legal y no
meramente filológica. En cambio,
“Laurentius tamen Valla, ut maximae vir doctrinae, ita et supra vires suas audax, nec a
Iureconsultis quidem temperaverit, quo minus illis diem diceret, et de verborum quorudam
significatione, ceu Latinae maiestatis laesae, reos faceret, cuius accusationis novem et viginti
capita breviter ego confutanda duxi: tum ut tantam eius arrogantiam nescio, certe φιλαυτίαν,
aliquatenus retunderem: tum ut hi literatores non esse temere a nostri recedendum cognosceret,
et veriora a Iureconsultis, etiam in alienis professionibus tradi, quam ipsemet Valla, alioquin
Grammaticorum praestantissimus, in propria arte commentari potuerit”37.
Alciato puede ser considerado el crítico más agudo de Valla –a quien reconocía
su saber y competencia como gramático– pues se manejaba espléndidamente con el latín
y el griego, y era un jurista que dominaba tanto los textos justinianeos como la práctica
legal. Su conocimiento del derecho y de la cultura clásica le situaba en un peldaño
superior a Valla, quien solamente se valía de las armas de la filología. La φιλαυτία, el
amor propio –el ego, que diríamos hoy– de Alciato no era menor que el de Valla. Las
continuas invectivas contra el humanista romano en De verborum significatione 38
tuvieron su continuación en los sucesivos libros de su celebrada obra Parerga iuris39. Este
enfrentamiento ha sido ya tratado en diversos trabajos, algunos de ellos ya indicados40, y
constituye un topos clásico del humanismo jurídico.
Hasta aquí hemos explicado un estado estandarizado de la cuestión y constatamos,
grosso modo, la presencia de dos tendencias entre los juristas humanistas: la de Budé,
34
Alciatus, A., Paradoxorum Ad Pratum libri VI [Mediolani, Minutianus, 1518], p. 86v.
Alciatus, A., Paradoxorum Ad Pratum libri VI, Basileae, in Officina Andreae Cratandri, 1531,
pp. 9, 52, 77-78, 83.
36
Véase Viard, P. É., André Alciat (1492-1550), Paris, Sirey, 1926; Mesnard, P., “Alciato y el
nacimiento del humanismo jurídico”, Revista de Estudios Políticos, 53 (1950), pp. 123-129; Belloni,
A. “Contributi dell’Alciato all’interpretazione del diritto romano e alla sua storia”, en L. Gargan – M.P.
Mussini Sacchi (eds.), I classici e l’Università umanistica. Atti del Convegno di Pavia, 22-24 novembre
2001, Messina, Sicania, 2006, pp. 113-160 y, sobre todo, Rolet, A. – Rolet, S. (eds.), André Alciat (14921550): un humaniste au confluent des savoirs dans l’Europe de la Renaissance. Actes du Colloque
international du Centre d’études supérieures de la Renaissance (Tours, 30 novembre - 2 décembre 2010),
Turnhout, Brepols, 2013.
37
Alciatus, A., De verborum significatione libri quatuor, Lugduni, Seb. Gryphius excudebat,
1530, p. 90.
38
Ibidem, pp. 90-96, y múltiples referencias posteriores.
39
Alciatus, A., Parergon iuris libri tres, Ludguni, apud haeredes Simonis Vincentii, 1538, pp. 83
y 109, y Alciatus, A., Parergon juris libri tres, Lugduni, Apud Sebastianum Gryphium, 1543, pp. 37-75.
40
Debe añadirse a Troje, H.E., “Alciats Methode der Kommentierung des ‘Corpus iuris civilis’”,
en A. Buck – O. Herding (eds.), Der Kommentar in der Renaissance, Boppard, Boldt, 1975, pp. 47-61, y
Drysdall, D. L., “Alciato and the Grammarians: The Law and the Humanities in the ‘Parergon iuris libri
duodecim’”, Renaissance Quarterly, 56/3 (2003), pp. 695-722.
35
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respetuosa y empática con las ideas de Valla, y la de Zasio y Alciato, muy crítica con
ellas. Toca ahora conocer cómo se desarrollaron esas dos corrientes a lo largo del siglo
XVI.
No hay duda de que, entre Valla y Budé, encontramos a Poliziano y a otros
autores, quienes, desde la gramática, quisieron contribuir al desarrollo del saber jurídico.
La atención por las etimologías y el sentido de las palabras hizo que pronto emergieran
diccionarios jurídicos. El más importante de los que se escribieron a principios del siglo
XVI fue el de Antonio de Nebrija.
En efecto, el Iuris ciuilis lexicon, publicado por vez primera en Salamanca en
1506, constituye el primer gran diccionario del léxico jurídico, en plena armonía con las
ideas y el sentir humanista. La influencia de Valla (y de Poliziano) es esencial: 41 no
solamente se manifiesta en las palabras elegidas, sino también en la forma de tratar los
temas: addico, anniculus, aquiminarium, cavillatio, coenaculum, donaria, epulum,
libertinus, tantisper, versicolor… son las palabras en las que comentaba el parecer de
Valla, de quien, al referirse a libertinus, escribió: Hanc differentiam primus omnium
animadvertit Laurentius Valla vir harum rerum diligens indagator atque acerrimus
inventor42.
Nebrija asimiló el programa de Valla e incorporó las adiciones de Poliziano.
Cubrió desde los estratos más iniciales de la enseñanza del latín hasta los saberes
superiores, entre los que se hallaba el Derecho43. Con todo, las Annotationes in libros
pandectarum44, tan caras a Valla y cercanas al espíritu con las que Budé preparó las suyas,
quedaron manuscritas, de modo que solamente el Iuris ciuilis lexicon tuvo repercusión.
Como puede verse, las Elegantiae eran la base de las entradas del léxico de
Nebrija, del mismo modo que lo fueron para el jurista e historiador Aymar du Rivail
(1491-1558), autor de Libri de historia juris civilis et pontificii, que se basaba en Valla
para interpretar algunos aspectos de la historia del derecho público romano45. Maffei46 ya
sugirió la importancia de Aymar du Rivail para el desarrollo de la obra del triunvirato
(Budé, Zasio y Alciato), y creemos, en efecto, que, junto con la de Nebrija y otras,
constituyó un frente histórico-filológico, en el que primaba esta orientación sobre la
interpretación jurídica. La obra de Zasio y Alciato, así como también algunos trabajos
tardíos de Budé, vinieron a dar respuesta a esta controversia en torno a Valla.
No hay duda de que los gramáticos e historiadores se mostraron mucho más
sensibles al método valliano, convencidos de que la filología –y, secundariamente, la
historia– era el modo más pertinente para estudiar la filosofía, el derecho o la teología.
Véase Perona, J., “Autores y obras citadas en el Iuris Civilis Lexicon”, en Antonio de Nebrija:
Lebrija (Sevilla) 1441 o 1444 - Alcalá de Henares, 1522, Murcia, Universidad de Murcia, 2010, pp. 273296.
42
Nebrissensis, A., Iuris ciuilis lexicon, [Salamanticae], s.e., 1506, s.f.
43
Rico, F., Nebrija frente a los bárbaros. El canon de los gramáticos nefastos, Salamanca,
Universidad de Salamanca, 1978, pp. 52-59.
44
Nebrissensis, A. A., Annotationes in libros pandectarum, introducción, edición y notas de
Antonio García y García, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1996.
45
Rivallus, A., Libri de historia juris civilis et pontificii, [Valentiae], Biblioteca Ludouici Oliuelli
bibliopoli uniuersitatis Valen[tiae] iurati, 1515, pp. 8, 49v, 95.
46
Maffei, D., “Les Debuts de l’activite de Budé, Alciat et Zase ainsi que quelques remarques sur
Aymer du Rivail”, en AAVV, Pédagogues et Juristes, pp. 23-30.
41
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Así puede verse en la epístola inicial que escribió Josse Bade en Allegoriarum
moraliumque Sententiarum in utrumque Divinae Legis Instrumentum, en la que indicó lo
siguiente:
“Quocirca pro virili mea, vetereque instituto, ac qua in omneis mortales afficior charitate,
delegi cum mihi (quoniam sui praecipue memor est charitas, et tardiusculum me sentio) tum aliis
omnibus hanc via ingredi paratis, triginta magnos proceres atque insignes duces, tam facundos
ut merito pro vehiculo sint: in quibus quod in iureconsultis Romanis Laurentius Valla miratus
est, quod videlicet cum aliquot etiam seculis inter se distarent, sic tamen sermonis latini
elegantiam, et proprietatem pariter observarint, ut uno tempore, unoque ore locutos putare
possis, optimo iure demiremur”47.
En definitiva, la crítica histórica de Valla había calado entre los humanistas.
Algunos, como Giovanni Nevizzano, desearon exhibir ante el público lector un
conocimiento de toda su obra (las Elegantiae, la Dialectica, la refutación de la donación
de Constantino) 48 . Nevizzano, en Inuentarium librorum in vtroque iure hactenus
impressorum ordinatum, publicado en 1522, escribiendo acerca de la autoridad de los
jurisconsultos romanos, se hizo eco de los admiradores y detractores de Valla (Agostino
Dati, Budé…), en lo que quería ser un examen ecuánime del debate acerca de la
interpretación del derecho, desde Petrarca a Zasio:
“…Quanto ergo plus de legibus Digestorum quas et Laurentius Valla omnium maledicus
tantum extollit ut in proemio tertii suarum elegantiarum Petrarcha Epistola ultima, incip. fuerat
ubi dicit quod earum est magna auctoritas et plena Romanae antiquitatis et solent semper
Iurisconsulti propriissime loqui Jas. in l. Gallus.§. videndum. ii. Lectura. col, ii. ff. de libe. et
posth. Fortunius in l. conventionum col. penul. ff. de pac. quidquid dicat Augusti[nus] Datus libr.
ii. epistola cum mihi ante hac circa. fi. est car. clxi. licet Valla ubi supra quem refert Budaeus in
Annotationibus Pandectarum car. vii dicat secus de legibus imperialibus pro quo Afflictus
constitutione si dampna clandestina ante fi. et de compilatoribus Decretalium qui sibi usurparunt
improprietatem vocabulorum ut per Afflictum et Vallam et Fel. in c. caeterum, col. fina. de offic.
ordi. Sed contra Vallam vide in hoc Vldar. Zasium in Epistola incipien. Laurentius Valla”49.
La personalidad del humanista romano no admitía medias tintas: buena parte de
la intelectualidad europea no se mantuvo indiferente, y se manifestó a favor o en contra.
Ciertos jurisconsultos franceses se mostraron refractarios a Alciato, y ello les llevó a
alinearse con Valla. Es lo que le sucedió, por ejemplo, a Jean Longueval, quien escribió:
“Neque credas iureconsultos (qui fuerunt latinissimi ut ex scriptis digestorum clare
apparet, et testatur Laurentius Vallensis homo alioqui cavillosissimus in prohe. tertii
elegantiarum suarum libri) se astrinxisse et sibi legem in hoc dixisse, ut ranciditates istas
leguleiorum et superstitiosas dialecticorum regulas ad normam observarent”50.
Ciertamente, algunos autores, en su crítica a Alciato, ensalzaron a Valla.
Quisieron terciar en el debate otros juristas como Pierre de L’Étoile, profesor en la
Universidad de Orléans, y antiguo discípulo de Budé, que había cargado primero contra
47
[Badius, I.], Allegoriarum moraliumque Sententiarum in utrumque Divinae Legis Instrumentum,
[Parisiis], Venundatur in officina et tabernis literariis eiusdem Iodoci Badii Ascensii, 1520, epístola inicial.
48
Nevizanus, J., Syluae nuptialis libri sex, s.e., 1526, pp. 6, 157, 219, 225.
49
Nevizzanis, J. de, Inventarium librorum in utroque iure hactenus impressorum, Lugduni, 1522,
s.f.
50
Longovallus, I., Nova et facilis Declaratio ad l[egem] Imperium: ff. de jurisd[ictione] om[nium]
judi[cum] et ad multas alias leges, Parisiis, M. Nicolaus a barra, 1528, s.f.
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Zasio, y luego contra Alciato51. En su debate con Zasio acerca de la interpretación de
Cicerón, tocó de cerca a Budé y a Valla:
“Sic omnes qui de latina lingua scripserunt, quantis laudibus, quantis praeconiis efferunt
Ciceronem? Is tamen si Vallae credimus haud uno in loco est lapsus, manifestoque errore
reprehenditur. Quid quod etiam Budaeus in primo libro de asse accusat eum quod graecos
nimium inopes esse dixerit? Idem Valla latinitatis elegantiaeque puritatem iurisconsultis tribuit,
postea tamen eos in quibusdam lapsos ostendere conatur”52.
En realidad, Valla era víctima del debate colateral entre Zasio, Alciato y Budé, en
el que intervinieron profesores como L’Étoile. Todos querían poseer la verdad de la
interpretación de los textos grecolatinos y la cuestión era si los filólogos, solo con la
grammatica, podían enmendar la plana a todos los especialistas de las Facultades
superiores. Se trataba de la consabida querella del humanismo contra el statu quo
universitario53.
A veces, para atacar a Alciato, se alababa Valla o, para respaldar al profesor
milanés, los juristas fustigaban al humanista romano. Entre estos últimos, se hallaba
Claude Chansonette, quien –por ejemplo– al tratar el tema de la manumisión y los
libertos, se inclinó claramente por la interpretación de Alciato, frente a la de Valla en las
Elegantiae54. Una crítica mucho más violenta, aunque independiente, la hallamos en la
obra de Johannes Eisermann, denominado también Ferrarius Montanus (1486-1558),
primer Rector de la Universidad de Marburgo. Ferrarius, en sus Adnotationes in IIII
institutionum Justiniani libros, no ahorró críticas a Valla55, aunque reconoció algunas de
sus contribuciones eruditas, por ejemplo, al tratar el tema de la manumissio56. Pese que a
lo largo de la obra se hallan diversos juicios sobre el humanista romano57, tal vez el retrato
más significativo –a propósito de la noción de testamentum– sea el que sigue:
“…Laurentius Valla, homo immodice mordax, hoc praesertim loci pepercisset, nam in
reliquis iuris recentioris partibus, si non gravius atque in hac voce peccatum esset, errorem ego
arbitrarer tolerabilem, in ea maxime nomenclatura non sic remote petita”58.
Monheit, M. L., “Guillaume Budé, Andrea Alciato, Pierre de l’Estoile: Renaissance Interpreters
of Roman Law”, Journal of the History of Ideas, 58/1, 1997, pp. 21-40.
52
Stella, P., “Apologia adversus Zasium”, en Repetitiones cum pluribus aliis quae in hunc vsque
diem exstare videntur, Aureliae, in aedibus et officinis librariae, almae famataeque Vniuersitatis
Aurelianensis, 1531, p. 86.
53
Sobre este tema, véase el grato ensayo de Rico, F., El sueño del humanismo. De Petrarca a
Erasmo, Madrid, Alianza, 1993.
54
Cantiuncula, C., Paraphrasis in librum primum Institutionum Justiniani Imperatoris, Haganoae,
ex Officina Seceriana, 1533, Tít. IV, s.f.
55
Ferrarius Montanus, I., Adnotationes in IIII institutionum Justiniani libros, Lugduni, apud Seb.
Gryphium, 1534, pp. 199, 264, 268, 425, 464, 506, 508.
56
Ibidem, p. 92.
57
Idem, pp. 69-70: “Quare non admodum nos remoratur etiam in hac parte Laurentius Vallensis,
qui nihil deformius in iurisperitis arbitratur, quam testimonium vel Pauli, vel Ulpiani quoties adsumunt,
quod legem nominant, cum longe sit aliud, legem esse et habere legis vim: rem (si diis placet) acu tetigit
Valla, nam si prudentum responsa legis vim habere permiserit, non video, quare a communi legum
appellatione abhorrere debeant, ut taceam emergentem rerum varietatem, quae necdum tot legibus poterit
in universum comprehendi”.
58
Idem, p. 222.
51
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Un juicio más ponderado lo hallamos en la obra de Johann Apel, quien no
solamente tuvo en cuenta las ideas dialécticas de Valla, sino que estimó sus juicios
filológicos, por ejemplo, al tratar de la diferencia entre pignus e hypotheca:
“Tametsi Laurentius Valla hanc differentiam reprehendat. Qui tamen non improbat
rhetorem probe adpellari professorem artis: orathorem, qui causas agit. Cum tamen hic quoque
praeter ideomata nihil intersit: quod prior vox sit graeca, posterior latina. Ut videas Vallam
Iurisconsultis ex professo fuisse iniquiorem, suis vero plus aequo propitium”59.
Siguiendo la estela de Nebrija, cuya obra fue reimpresa también en 1538, Jacob
Spiegel, en su Iuris civilis lexicon, hizo una depurada síntesis entre las ideas de Alciato y
Valla. En lo general, prefería a Alciato, si bien –en lo que el milanés no le censuró– adoptó
la solución de las Elegantiae. Puede verse, por ejemplo, el caso de librum:
“Valla interpretatur patrem operis, volumen vero minus esse libro: confutans Ulpiani
sententiam, qui, Si centum, inquit, libri legati sunt, centum volumna ei dabimus, non centum quae
quis ingenio suo metitus est. At quid sibi vellet Iurecons. nescivisse Vallam, Alciatus demonstrat
lib. de verb. sig. quarto”60.
Spiegel citó a Valla reiteradamente para las voces armarium, armentarium,
gestam rem, intervertere, ferri, illexerat, lapilli, male audire, mandare, margaritae,
mereri, natales pluraliter tantum, noxae, noxam, nunc, observantia, offensa, perinde,
perversus, portari, pulsare, quotanis, versicolores… Puede verse que eran, con pequeñas
diferencias, casi las mismas voces que citó Nebrija, aunque aumentadas y con un continuo
contraste entre las doctrinas de Budé, Alciato, Zasio y Valla.
4. Segunda etapa: de 1540 a 1580
La muerte de Budé y la edición de las obras de Valla, ambas en 1540, marcaron
un cambio significativo. Alciato apenas publicó escritos nuevos hasta su óbito, acaecido
en 1550. Sin embargo, otros juristas tomaron partido en esta contienda, espoleados por
los debates anteriores y por una cerrada defensa que Franciscus Floridus (†1547) hizo de
Valla, también ese año. Pensionado por Francisco I, Floridus era un humanista que se
dedicó, entre otras cosas, a confirmar errores que Valla ya había indicado y a refutar los
dislates del triuvirato (Zasio, Alciato y Budé). En particular, animado por su adhesión a
Valla, fue muy contundente contra Alciato:
“Cum igitur de iis quae institueram, parce admodum egissem, nec satis mihi constaret,
postquam prius opusculum recognoscere decreueram, itidem ne in libro de Iuris ciuilis
interpretibus essem facturus, ita me ad id negocium impulerunt, relecti Andreae Alciati de
Verborum significatione libri, ut nullo iure ad eo desistere posse uiderer. Cuius rationem ut
paucis accipias, in eum forte locum incidi, in quo ille omnia solis deferens Iureconsultis, quos
nunquam errare potuisse persuasum habet, durissimam difficillimamque pro eis aduersus
Laurentium Vallensem prouinciam cepit: qui cum de Latinae linguae elegantia exactissime
scriberet, ipsos quoque iureconsultos reos peragere, ac in iudicium uocare non ueritus, ita ab
59
Apellus, J., Methodica dialectices ratio ad jurisprudentiam adcommodata, Norimbergae, apud
Fridericum Peypus, 1535, [p. 39rv].
60
Spiegel, J., Iuris civilis lexicon, Argentorati, Schottus excudebat, 1538, s.f.
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Alciato ubique reijcitur, ut nullo nec bene, nec male scriptorum habito discrimine, quasi mente
captus aliquis id reprehendisse uideatur, quod nullo pacto recipere ualuerit”61.
De nuevo los gramáticos se oponían a los juristas humanistas. Entre los
cultivadores del derecho se formaron, con más nitidez que antes, dos bandos: el de
quienes creían que Valla –con las herramientas de la filología– había hecho una
contribución impagable, y el de los que consideraban que sus ideas tenían muy poco valor
para la exégesis jurídica. En la década de 1540 hallamos una toma de posición de ambas
facciones, aunque con matices entre sí. Sin duda, la mayoría de los juristas se posicionó
contra Valla: se quejaron bien de su excesiva mordacidad, bien del escaso acierto al
interpretar ciertas nociones jurídicas.
Con todo, la obra de Floridus despertó curiosidad entre no pocos juristas, como el
abogado Aurelius David Savius (†1562), quien valoró positivamente algunas de sus
críticas62. Entre los seguidores de Valla hallamos a un jurista-gramático como Jean de
Drosay (†1550) 63 y a un canonista como Jean Quintin (1500-1561), profesor en la
Universidad de París, quien hizo un gran elogio de Valla y de Budé, y cargó las tintas
contra Alciato. Acerca del humanista romano, escribió:
“Laurentius Valla, homo facile doctissimus, et sine ulla dubitatione acutissimus, postque
Vallam plerique doctrina magna et excellenti viri, multa nobis explicuerunt in Pandectis involuta
sane, suisque non intellecta prorsus interpretibus”64.
Hay que subrayar que el respaldo a Valla provenía, casi siempre, de juristas
franceses devotos de Budé, que aborrecían a Alciato. En cambio, los detractores de Valla
procedían de muy diversas latitudes, y casi siempre eran admiradores del jurista milanés.
Cierto es que hubo algunos autores que, siendo fervientes admiradores de Alciato,
exhibieron sus reservas hacia Valla, aunque sin descortesía. Por ejemplo, André
Tiraqueau trató cuidadosamente las Elegantiae65 del humanista romano, si bien se mostró
algo más severo con la Epistola contra Bartolum66. Tampoco Antonio Agustín, pese a ser
un discípulo de Alciato67, fue muy crítico con Valla. Se limitó a subrayar algunas ideas
de las Elegantiae y a señalar cuidadosamente las distintas soluciones 68 . Asimismo,
Girolamo Cagnolo, indicando la mordacidad de Valla69, intentó calibrar sus aportaciones,
especialmente en las nociones de cavillare y calumniare 70 , al igual que Bernhardus
61
Floridus Sabinus, F., In M. Actii Plavti Aliorvmque Latinae Lingvae Scriptorum calumniatores
Apologia, Basileam, s.e., 1540, p. 121.
62
Savius, A. D., In Pandectarum Titulum de verb. et re. signifi. Tractatus Isagogicus, Lugduni,
Sub scuto Basiliensi, 1546, pp. 54-55.
63
Drosaeus, J., Iuris universi Iustinianea Methodus olim a Cicerone optimo iuris artifice
praescripta, nunc Dei munere veluti postliminio revocata, Parisiis, Apud Maturinum Dupuys, 1545, pp. 55,
74, 181v.
64
Quintinus, I., Iuris Analecta, In tit. de verborum significatione, Parisiis, Apud Reginaldum
Chaudiere, 1543, p. 8v.
65
Tiraquellus, A., De nobilitate et jure primigeniorum, Parisiis, apud Iacobum Kerver, 1549, pp.
10, 32, 412.
66
Ibidem, p. 24.
67
Para una reciente visión global, Jordà i Fernández, Antoni, “Un humanista del derecho: Antonio
Agustín (1516-1517?-1586) y su obra jurídica”, e-Legal History Review, 25, 2017, online.
68
Agustinus, A., Emendationum et opinionum, libri quatuor, Lugduni, apud Seb. Gryphium, 1544,
pp. 80-81, 91, 98, 227, 266.
69
Cagnolus, H., Omnium legum tituli ff. de reg. iur. copiosa, subtilis et perutilis interpretatio,
Venetiis, apud Hieronymum Scotum, 1546, p. 359.
70
Ibidem, pp. 201-202.
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Walther, quien apreció ciertos errores y aciertos en la obra valliana, al examinar algunos
temas controvertidos acerca del latín de los jurisprudentes romanos o el alcance del
derecho natural71.
Entre los detractores de Valla hay que incluir a Pierre Loriot, que comentó las
observaciones que aquel había hecho a Ulpiano en la noción de derecho natural y se
mostró refractario a la interpretación valliana de testamentum 72 . Hay que añadir a
Catelliano Cotta, quien en su Memoralia ex variis utriusque Juris Doctoribus collecta
establecía una serie de consideraciones sobre el léxico jurídico, siguiendo un orden
alfabético (addictio, adulterium, donum, exauctorare, gemmae, lamina, liberum,
peculium, stratum…), y criticando a quienes seguían a Valla “con los ojos cerrados”73.
Cotta no regateaba al humanista sus cualidades –Laurentius etiam Valla, vir literis bene
meritus74–, si bien quedaban restringidas a cuestiones puramente gramaticales. Recalcaba
que su interpretación era atinada en muchos aspectos históricos y filológicos, aunque no
acababa de entender diversos pasajes, de modo que desvirtuaba los textos de Ulpiano y
otros. Con todo, Cotta75, años antes, estimulado por el debate de Valla sobre el derecho
natural ulpianeo, había llevado a cabo una lectura propia acerca del concepto de ius
naturale, según la cual la vida y la muerte formaban la parte constitutiva del mismo. Con
ello se lograba una interpretación biológica de la noción de derecho natural, que daba un
sentido a las palabras de Ulpiano, y así se daba una vuelta de tuerca a la lectura valliana.
Esta doctrina de Cotta, como veremos, fue muy comentada en las décadas siguientes.
Desde un punto de vista lexicográfico, hay que citar las diversas ediciones del
Lexicon iuris de Johannes Oldendorp, una obra que fue creciendo en número de entradas
y la erudición. Si la edición de 1548 apenas contenía referencias a Valla (por ejemplo, en
la voz mandare)76, fueron muchas más en la de 1553: adorare, armarium, declarare,
edulium, fama, intervertere, lapilli, meretricem, negatio, non, nunc, occupare, offensa,
pignora, pulsare, repetundarum, vector, versicolores…77 y hacían alusión no solo a las
Elegantiae, sino a diversas obras suyas, incluyendo la Dialectica. Hay que subrayar que
la mayoría de estas voces –con alguna innovación– se hallaban ya en la obra de Spiegel.
Con todo, tal vez el mayor detractor de Valla fuera Étienne Forcadel, cuyas
críticas pueden leerse en diversas obras suyas 78 . La más virulenta fue Necyomantia
iurisperiti, uno de los libros jurídicos más enigmáticos de la época. Escrito en forma de
diálogo, contenía diversos pasajes que atacaban a Valla, tachado una y otra vez de
“gramático”. De entrada, al tratar la noción de mancipia, se ponía en boca de uno de los
personajes la siguiente crítica:
71
Vualterus, B., Rhetorices praecepta ex jure, Norimbergae, apud Iohan. Petreium, 1545, s.f.
Loriotus, P., De juris apicibus, tractatus VIII et de juris arte, tract. XX, Ludguni, Apud
Sebastianum Gryphium, 1545, pp. 304, 321.
73
Cotta, C., Memoralia ex variis utriusque Juris Doctoribus collecta, Basileae, 1545, p. 9: “… qui
solum putat posse legi Addictione, sequutus Laurentium Vallam et in hanc etiam sententiam (quam falsam
puto) pedibus venit Siponti pontifex Nicolaus, in suis in linguam latinam Commentariis, et alii omnes
Laurentium clausis oculis sequuti”.
74
Ibidem, p. 329.
75
Cotta, C., Legum Scholastici Memoralia, ex jure Divino et Humano Excerpta per ordinem
Litterarum, Ticini, Jacob de Burgo Franco, 1511, pp. 53-84.
76
Oldendorpius, I., Lexicon iuris, Francoforti, apud Chr. Egenolphum, 1548, s.f.
77
Oldendorpius, I., Lexicon iuris, Francoforti, apud Chr. Egenolphum, 1553, pp. 26, 45, 122, 149,
171, 231, 253, 283, 303, 308, 313, 320, 321, 346, 371, 389, 440, 444…
78
Véase Forcatulus, S., Penus juris civilis, Lugduni, Apud Michaelem Parmenterium, 1542, pp.
8-12.
72
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“Lapsum se Valla sponte confitetur, sicuti nec refragatur opinor, quanvis pervicax, quin
lib. v. cap. xxxiiii, in mancipii etymologia insigniter erravit, dum ait, mancipium dictum fuisse,
quod in manu, id est potestate, sit, ut manumissio”79.
Una crítica similar se hizo a la interpretación de Valla de la noción de mente
captus o testamentum81, así como también contra la lectura que había llevado a cabo el
humanista romano de la idea de derecho natural. Ciertamente, el parecer ulpianeo –que
ponía en común a los hombres y a los animales– le parecía totalmente ridículo a Valla,
mientras que Forcadel defendió abiertamente al jurisconsulto romano82. Una crítica muy
parecida se halla a la noción de convitium o convicium, que se hallaba en el lib. VI, cap.
52 de Valla:
80
“Valla etymologiam falsam dicit, et a vitio vel a vito potius deduci vult, quam a voce, a
convitando ve, quo verbo usum neminem eruditorum scimus, deinde titubat, et modo cum t, modo
cum c, scribi vult convicium, deinde cum reprehensionem etymi ineptam et curiosam intelligat,
negat convicium a maledicto diferre. Nos, primo loco, convicium a voce deductum esse
ostendemus, non a vitio, ut ante Vallam Nonius Marcellus frustra putavit, quia ratio syllabae hoc
detegit, quae enim in vitio, brevis est, in convicio longa deprehenditur, a convito autem quis
convitium deduxerit, cum sit verbum barbarum et imperite novatum?”83
En las siguientes décadas, tras la muerte de Alciato en 1550, la tensión se rebajó
y muchos autores quisieron establecer un juicio ponderado entre el parecer del milanés y
el del romano. Este proceder lo hallamos, por ejemplo, en las obras de Georg
Lauterbeck 84 , o en los diálogos que, bajo el título de Bassanellus, escribió Mantova
Benavides85. Lo mismo puede decirse de los Commentariariorum juris civilis de François
de Connan 86 y muy especialmente en Ad titulum Pandectarum de verborum et rerum
significatione commentarii de Jean Brèche 87 . En esta última obra hay más de treinta
referencias a Valla, que enjuician las Elegantiae con acribia, y con un ánimo muy
calmado. Más allá de las querellas, que las hubo88, Brèche, traductor y abogado, quiso ser
un expositor elegante, que resumía para el lector las principales polémicas, y raramente
tomaba partido en ellas. Las expresiones no solamente eran las más debatidas, sino que
había otras menos trilladas (quaedam agantur, ager, strangula vestis, appellatione, locus,
aliud est, frugem, interdum…). En cambio, muchas menos alusiones hallamos en el
79
Forcatulus, S., Necyomantia iurisperiti sive de occulta iurisprudentia dialogi, Lugduni, Apud
Ioan. Tornaesium, 1549, p. 100.
80
Ibidem, p. 136.
81
Idem, pp. 248-249.
82
Idem, p. 146.
83
Idem, p. 202.
84
Lauterbegius, G., Differentiarum in Iure Libri Duo, Basileae, Apud Ioannem Oporinum, [1551],
pp. 33, 58, 70-71, 96, 166.
85
Mantua Benavidius, M., Bassanellus. Colloquia, seu dialogi, Venetiis, ex officina Erasmiana,
Vincentii Valgrisii, 1553, pp. 229, 404, 609.
86
Connanus, F., Commentariariorum juris civilis, Parisiis, Apud Iacobum Kerver, 1553, Tomus
prior, 12v, 122v, 235v-236r.
87
Brechiaeus, I., Ad titulum Pandectarum de verborum et rerum significatione commentarii,
Lugduni, Apud Ioannem Temporalem, 1556, pp. 60, 80, 87, 137, 145, 161, 165, 174, 179, 182, 211, 219,
290-295, 311, 316, 324, 342, 350-354, 408, 414, 421, 427, 447.
88
Maclean, I., Interpretation and Meaning in the Renaissance: The Case of Law, Cambridge,
Cambridge U. P., 1992, p. 97.
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Commentarius verborum iuris de François Hotman, quien se hizo eco de las nociones de
burdo, novitii, testamentum, uti…89.
En el ámbito germánico, Joachimus Mynsinger a Frundeck 90 citó en diversas
ocasiones las soluciones que Valla había ofrecido en las Elegantiae, aunque en un sentido
muy crítico, y defendió a Justiniano de las calumnias que el humanista romano había
proferido contra él. Mynsinger, con todo, no dejó de indicar la controversia que había
generado la interpretación valliana del derecho natural…
“Quae res occasionem reprehendendi Iurisconsultos Vallae dedit. Sunt autem aliquanto
licentius locuti, nec satis distinxerunt ius naturale ab affectibus naturalibus, forte ut deservirent
teneris studiosorum ingeniis, et populariter rem explicarent. Neque vero rarum est, ut verba
aliquanto crassius accipiantur in iure civili”91.
Efectivamente, algunos juristas habían aprovechado las burlas de Valla a la noción
ulpianea de derecho natural, para enfatizar la dignidad del hombre, y subrayar las
diferencias entre los hombres y las bestias. A su entender, al no aceptar el derecho natural
de Ulpiano, sino otras nociones (como la de Cicerón), se alteraba todo el esquema de los
derechos en Roma (civile, gentium…).
Hay que mencionar a Juan de Orozco, profesor en la Universidad de Salamanca,
quien, en sus comentarios a los dos primeros libros del Digesto, analizó el tenor de los
mismos casi palabra por palabra, con el fin de esclarecer el origen y alcance de cada uno
de los vocablos. Para ello, la ayuda de Valla resultaba claramente iluminadora92. Incluso
quiso limar asperezas, indicando –a propósito de libertus– el posible valor de la
observación valliana:
“Libertinus, relativum ingenui est, libertus patroni, per libertinum, significamus
conditionem hominis, per libertum, privatum quendam respectum, auctor Valla, cuius differentiae
quasi ignaros iuris studiosos, reprahendit, quod nec Iasonem hic latuit. Ego alias pluribus verbis
et ex Iurisconsultorum usu, et ex bonis autoribus ostendi, Vallae observationem hanc, perpetuam
non esse, neque vocum istarum usum tanta (quantam ipse putabat) religione adstringi”93.
Parecía que los juristas podían perdonar a Valla. Así lo debió de pensar también
Ferdinando d’Adda, caballero del senado veneciano, quien acogió y ponderó los
comentarios vallianos –sobre las cuestiones de siempre, como los libertos o la
transliteración de ciertas nociones griegas94–sin acritud. Algunos, como Tobia Nonio, se
opusieron a algunas de las etimologías de Valla, como la de testamentum95, mientras que
otros no le citaron tanto, y –aunque le consideraron un hombre exagerado– no llevaron a
cabo una crítica radical a su postura. Un ejemplo sería Ludwig Gremp von Freudenstein,
89
Hotomanus, F., Commentarius verborum iuris antiquitatum Ro[manorum] elementis
amplificatus, Basileae, Apud Nicolaum Episcopium Iuniorem, 1558, s.f.
90
Mynsingerus à Frundeck, I., Apotelesma, sive corpus perfectum scholiorum ad quatuor libros
institutionum juris civilis, Basileae, apud Nicolaum Episcopius juniorem, 1555, pp. 23, 26, 110, 161, 164,
319, 323…
91
Ibidem, p. 8.
92
Oroscius, I., Comentarii. Duo hi Tomi, in Priores integrosque Digestorum duos libros,
Salmanticae, In aedibus Andreae à Portonariis, 1558, pp. 79-80, 237, 471, 545, 548, 700, 948.
93
Ibidem, p. 28.
94
Aduensis, F., Explicationum Libri duo, Quorum Primus est in Pandectas: Secundus in alias
Iuris Ciuilis partes, Lugduni, Haered. Seb. Gryphius, 1561, pp. 14, 26, 60, 99, 123-124, 200, 229, 234, 253.
95
Nonius, T., Interpretationes in nonnullos Institu. titulos, Venetiis, s.e, 1566, p. 5v.
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GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
profesor y síndico de la ciudad de Estrasburgo, quien, en su Analysis seu Resolutio
Dialectica Quatuor Librorum Institutionum Imperialium 96 , comentó las dificultades
lingüísticas para entender correctamente el derecho justinianeo:
“Affirmat Laurentius Valla homo alioqui acerrimi iudicii, tantam esse puritatem, quod ad
sermonem attinet in quinquaginta digestorum librum ut etiamsi nostra facies latinae linguae esset
extincta, tamen ex ff. latina lingua in integrum restitui queat”97.
De ahí la importancia del estudio de la lengua latina. La obra más importante a la
sazón fue el Lexicon juris civilis, et canonici, del jurisconsulto francés Pardoux Duprat,
quien no solamente demostró conocer muy bien las Elegantiae, sino también la
Dialéctica98. Esta obra se construyó sobre el modelo de Nebrija y de Spiegel, aunque
enriquecida con otros juicios y perspectivas. El léxico contenía algunas palabras y
expresiones muy estudiadas, así como también otras nuevas: aggeres sunt lapidum,
alumnus, armatos milites, declarare, fama, intervertere, lapilli, mandare, meretricem,
non iustum et iniustum, nunc, occupare, offensa, pignora iniuriae, pulsare,
repetundarum, testamentum…99.
Con todo, a la sazón, y pese a los intermediarios, los dos bandos seguían firmes.
En las mismas fechas, Jean de Coras se opuso por completo a Valla, en una crítica sin
fisuras, en la que alabó a Alciato:
“Nam si vulgarem literam perspexisset Laurent. Valla emunctae naris, acrisque iudicii
grammaticus, qui nec a Iurisconsultis quidem temperavit, credendum est virum illum tam
absurdam interdicti etymologiam, nequaquam praeterisse, qui usque adeo misere et acriter
Iurisconsultos est consectatus, ut illis diem dixerit, et de verborum plurimum significatione
tanquam Latinae maiestatis laesae reos fecerit, quos tamen multo veriora docuisse in alienis
professionibus, quam ipsemet Valla in propria arte commentari potuerit, eleganter defendit Andr.
Alciat. Iurisconsultus, vir aetatis nostrae doctissimus lib. de verb. sig. iiii”100.
En la década de 1570, las alusiones a Valla fueron espaciadas y poco relevantes.
Cabe decir solamente que en el Novum lexicon utriusque juris, de Hieronymus Verrutius,
casi no hubo alusiones (salvo algunas en entradas como edulium, meretrix…)101. Pueden
citarse, de esta época, algunos libros, como las Quaestiones criminales 102 de Ippolito
Bonacossa, el Tractatus de mercatura103 de Benvenuto Straccha, o De arbitrariis judicum
96
[Cornelis van Brederode, P.], Analysis seu Resolutio Dialectica Quatuor Librorum Institutionum
Imperialium, [Argentorati], Excudebat Theodosius Rihelius, 1567, pp. 11, 19.
97
Ibidem, p. 8v.
98
Prateius, P., Lexicon juris civilis, et canonici, sive potius thesaurus, de verborum, quae ad jus
pertinent, significatione, Lugduni, Apud Gugliel, Roovillium, 1567, p. 135.
99
Ibidem, p. 13, 14, 20v, 66v, 86v, 111, 118, 126, 129, 137, 139, 141v, 142, 151, 162, 169v, 187…
100
Corasius, I., In aliquot titulos et capita legum Secundi ac tertii tomi Pandectarum, Lugduni,
Apud Antonium Vincentium, 1568, pp. 292-293.
101
Verrutius, H., Novum lexicon utriusque juris, supra omnes omnium editiones ex authoribus,
tum graecis tum latinis, innumeris fere dictionibus locupletatum, Lutetiae Parisiorum, Apud Michaelem
Sonnium, 1574, pp. 248-249, 425, 1042.
102
Bonacossa, H., Quaestiones criminales, Venetiis, Apud Damianum Zenarum, 1573, pp. 134,
161, 166, 211.
103
Straccha, B., Tractatus de mercatura seu mercatore clarissimi, Coloniae Agrippinae, apud
Ioannem Gymnicum, 1576, pp. 302, 562.
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GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
quaestionibus et causis libri duo104 de Giacoppo Menocchio, aunque todos ellos de escaso
calado para el tema que tratamos.
Sin embargo, la excepción fue la publicación póstuma del amplísimo comentario
que Pierre Rebuffi (1487-1557) hizo a De verborum et rerum significatione. Las
polémicas que se contenían en el libro eran extemporáneas, si bien tuvieron como mérito
reavivar las ideas de Valla en un momento en el que habían entrado en una fase de declive.
Esta obra contenía más de sesenta105 alusiones al humanista romano. Hay que consignar
que algunas de ellas eran notablemente críticas106 con las posturas vallianas, de acuerdo
con el sentir de muchos autores franceses e italianos de la generación de Rebuffi.
Este libro, tras un período en el que Valla estuvo menos presente en los escritos
jurídicos, significó un revulsivo, que se produjo particularmente a partir de 1580, con una
serie de obras de fuerte impacto en la cultura jurídica.
5. Tercera etapa: de 1580 a 1600
Hay que indicar que hallamos referencias incidentales en algunos autores desde
1576 a 1580: por ejemplo, Tiberio Deciani, quien a lo largo de su vida citó en diversas
ocasiones al humanista romano y atacó duramente al cervicosus et superstitiosus ille
prudentum iuris infectator Laur. Valla107, o Pierre de Grégoire, que afeó a Valla no haber
entendido la noción ulpianea de derecho natural108.
Sin embargo, las dos obras más significativas de esta etapa –muy diferentes entre
sí– se publicaron en 1582. La primera que trataremos es De juris interpretibus dialogi VI,
de Alberico Gentili, la cual contenía una crítica sin fisuras a todos los filólogos
humanistas109. Gentili no tenía ningún tipo de misericordia con los gramáticos que se
atrevían a opinar de derecho sin saber nada de leyes: sin hacer distinción alguna entre las
diversas sensibilidades de los juristas humanistas, se preguntó cuáles habían sido los
méritos de dichos humanistas y cuál había sido el progreso crítico del saber jurídico con
sus contribuciones:
“Quid id credere difficile est de Bartolo et reliquis, qui dies, noctesque semper in manibus
habebant illorum monimenta, qui vel ipsi Ciceroni in Latina oratione non concedunt, si verum
dixit Laurentius Valla, hunc trahe exemplum, quod proponitur in hanc ipsam meam sententiam,
de homine, quo in Sole ambulet, ut coloretur, etsi id ille minime cogitet, etsi Bartolus, caeterisque
cogitaverint minime Latinae linguae cognitionem adipisci; quod tamen Latinissimorum scripta
versaverint semper, credendum omnino est, illis vel obtigisse, percurre tecum omnia, videris
transfundi in res quasque, in homines quosque multum semper alienarum affectionum ex iugi
104
Menochius, I., De arbitrariis judicum quaestionibus et causis libri duo, Francofurti ad
Moenum, s.e., 1576, pp. 7, 9, 63, 269, 297, 333.
105
Rebuffi, P., In tit. Dig. de verborum et rerum significatione commentaria amplissima, Lugduni,
Apud Gulielmum Rovillium, 1576, pp. 19, 36, 45-46, 67-69, 82, 111, 125, 151, 162, 176…
106
Ibidem, pp. 316, 589…
107
Decianus, T., Responsorum, Vol. IV, Venetiis, apud Hieronymum et Ioannem Zenarios, 1579,
p. 33.
108
Gregorius, P., De Juris arte, methodo et praeceptis, Lugduni, apud Ant. Gryphium, 1580, pp.
107-109. Sobre esta cuestión, véase Pedrazza Gorlero, C., Immagini dell’ordo iuris. Ars e methodus nella
riflessione di Pierre Grégoire (1540-1597), Torino, Giappichelli, 2012, pp. 89-91.
109
Sigue siendo un clásico Astuti, G., Mos italicus e mos gallicus nei dialoghi ‘De iuris
interpretibus’ di Alberico Gentili, Bologna, Zanichelli, 1937.
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GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
consuetudine, et contactu rerum aliarum, aliorum hominum, quid erunt mei illi interpretes extra
omnes omnium sortem?”110
¿Ignoraba Bartolo la lengua latina y merecía las críticas que Valla le había
dirigido? ¿Qué habían aportado Budé y Valla?111 Gentili encuadraba a Poliziano, Valla,
Gregor Haloander y Budé en un mismo grupo. Los dos primeros no eran juristas de
formación, mientras que los otros dos sí. Para Gentili, en nada habían esclarecido el
derecho romano y, con su rechazo de Bartolo y Baldo, habían intentado volver
directamente a Cicerón, Ulpiano y Paulo, con magros resultados:
“Quid nobis cum suis studiis humanioribus? meminístin Politianum, Vallam, Haloandrum,
Budaeum? Cur non essent nobis illi iurisconsulti necessarii? Siccine gratiam refers? dicit, quia
neque Ulpiani, aut Pauli munus ab eo diversum videretur, quod Bartolus et Baldus obiverunt; et
a Cicerone Ulpianus audiret ac Paulus, quod vitio dabatur prioribus consultis de cognitione una
in infinitam dispartita”112.
Este texto pone en evidencia la crisis de la aproximación humanista: Gentili, sin
quererlo, era el portavoz de un nutrido grupo de juristas. En el bando opuesto debe
encuadrarse la otra obra que traemos a colación. Se trata de la publicación póstuma del
Lexicon iuridicum de Simon Schard (ca. 1535-1573), con más de ochenta alusiones a
Valla. No solamente tuvo en cuenta las Elegantiae, sino también la Dialectica, como
sucedía en conceptos como negatio, non, velle o vim113, así como otras obras del autor.
Aunque Schard intentara ser aséptico en la presentación de cada una de las voces, no
podía disimular su respeto por el humanista romano. Las entradas no solamente incluían
las cuestiones más consabidas (armarium, edulium, offensa, testamentum…,)114 sino que
prácticamente trataban todos los temas controvertidos de las Elegantiae. Otros autores
germánicos, como Henricus Schilbock115, en su Commentarius ad Institutionum libros,
citaron varias veces las soluciones de Valla, y mostraron atención hacia sus juicios. Los
dos bandos, irreconciliables entre sí, seguían en liza.
En sus estudios monográficos de ciertos temas del derecho civil, algunos juristas
de la Monarquía hispánica, como Francisco de Caldas Pereira y Castro116, se hicieron eco
–en un sentido crítico– de las controversias de autores como Catelliano Cotta, y otros,
como Fernando de Mendoza117, fueron muy críticos con Valla por sus objeciones a los
juristas romanos. Insistía Mendoza en la ligereza con la que –a menudo– los modernos
gramáticos tachaban a los autores clásicos: para este jurisconsulto castellano, Valla era
solo un gramático temerario, cuya opinión en diversos temas (como su crítica a Ulpiano
o la distinción entre pignus e hypotheca) era insensata. También en Italia Federico Scotti
110
16v.
Gentilius, A., De juris interpretibus dialogi VI, Londini, apud Johannem Wolfium, 1582, p.
111
Ibidem, pp. 66v-67r.
Idem, p. 76.
113
Schardius, S., Lexicon iuridicum iuris Rom. simul et pontificii, Basileae, per Eusebium
Episcopium et Nicolai fratris haeredes, 1582, pp. 1496, 1525, 2297, 2350.
114
Ibidem, pp. 257, 781, 1573, 2225.
115
Schilbock, H., Commentarius ad Institutionum libros, Heydelbergae, Excudebat Ioannes Spies,
1584, pp. 112, 139, 355, 413, 458.
116
Caldas Pereyra y Castro, F., Analyticus commentarius, seu relectio, ad celebratissimam L. si
curatorem habens, C. de integrum restitutione minorum, Ulyssippone, excudebat Emmanuel de Lyra, 1583,
pp. 142, 215, 330.
117
Mendoça, F. a, Disputationum iuris ciuilis in difficiliores leges ff. de pactis libri tres, Compluti,
ex Typographia Ferdinandi Ramirez, 1586, pp. 316-317, 334, 532.
112
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GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
se posicionó contra Valla, cuestionando muchas de sus soluciones y las críticas vertidas
hacia los juristas romanos118.
En la década de 1590, Valla fue especialmente apreciado en los centros
reformados del Sacro Imperio y siguió siendo objeto de controversias. Los dos bandos
seguían firmes. Así puede verse en la obra de Antoine Favre119, quien se volvió a referir
al “gramático” Valla frente a los problemas de comprensión del derecho justinianeo. En
Favre pesaba más su formación jurídica que las veleidades lingüísticas, mientras que en
otros autores, como el escocés Alexander Scot, el filólogo sobrepujaba al jurista. En
efecto, Scot preparó un Vocabularium utriusque juris, en el que deliberadamente indicaba
que había tenido en cuenta a Valla, exactissimi vir iuditii120. Esta obra, en cuanto a la
recepción de las doctrinas vallianas, cabe emparejarla con la de Verrutius, pues las citas
al humanista romano no fueron muy abundantes (anniculus, cavillatio, donaria, epulum,
libertinus, saltuarius, tantisper…)121.
Se puede añadir a Nikolaus Vigel, quien, al perfeccionar su método jurídico, no
desdeñó la ayuda de Valla, pues en las Elegantiae había mostrado con gracia que los
juristas del Digesto pertenecían a épocas distintas. Con todo, la propuesta del jurista
germánico quería trascender estas cuestiones históricas, para adentrarse en los problemas
de la dialéctica jurídica 122. Era el camino hacia el racionalismo jurídico, cuyas raíces
vamos a indicar muy sucintamente para acabar esta exposición.
Concluimos, de hecho, el recorrido con tres obras que ejemplifican las tres
principales direcciones de la recepción jurídica de las Elegantiae de Valla en el siglo XVI,
y que son, al mismo tiempo, el preludio de su proyección en la centuria siguiente. La
primera es un estudio sobre el título XVI del Libro 50 del Digesto (De verborum et rerum
significatione), la segunda es una síntesis de la noción de derecho natural, y la tercera es
el último léxico jurídico publicado en la centuria.
El primer ejemplo es un escrito de Johannes Goddaeus (1555-1632), profesor en
la Academia de Herborn. Se trataba de un comentario al título XVI, que contenía no pocas
alusiones a Valla, y era una síntesis de muchos de los otros libros que hemos citado
anteriormente, especialmente el de Jean Brèche, que enjuiciaba con sentido crítico. Si el
francés se caracterizó por su juicio ponderado, Goddaeus fue un lector ácido, que
impugnó la mayoría de las soluciones vallianas en muchos de los pasajes 123. Con todo,
también reconoció la competencia filológica de Valla para esclarecer algunos términos
(mulieres, capere, cavillatio…).
118
Scotus, F., Commentarii sive interpretationes ad varias partes juris, Venetiis, Ex officina
Damiani Zenarii, 1589, pp. 13, 30-31, 73, 93-94, 101, 111, 129.
119
Fabrius, A., Conjecturarum juris civilis, libri sex, Lugduni, Apud Franciscum Fabrum, 1591,
p. 186.
120
Scotus, A., Vocabularium utriusque juris, Lugduni, ex officina Iuntarum, 1591, proemio.
121
Ibidem, pp. 42, 131, 232, 252, 374, 503, 557…
122
Vigelius, N., Methodus juris feudalis, Hanoviae, apud Guilielmum Antonium, 1597, p. 9:
“Miratur in libro superius allegato [Elegantiae] Laurentius Valla, cum veteres iurisconsulti etiam seculis
inter se distent, eodem tamen stylo usos fuisse, quasi in eodem ludo ac schola instituti essent”.
123
Goddaeus, J., Commentarius repetitae pralectionis in Tit. XVI. Lib. L. Pandect. de verborum et
rerum significatione, Herbonae Nassoviorum, Imprimebat Christophorus Corvinus, 1591, pp. 10, 23, 63,
239, 295-299, 403, 433, 518-522, 528, 534-539, 576-577, 629, 646, 681, 795, 938-945, 969-971, 995, 1069,
1014, 1053, 1075, 1230, 1146…
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El segundo ejemplo es un pasaje de Antonius Matthaeus (1564-1637), profesor
también en Herborn y en otras universidades, quien, en sus comentarios a las
Instituciones, entre otros temas, enfatizó el concepto del derecho natural. Su síntesis de
la cuestión, publicada en 1600, resume con bastante concisión cuáles eran las lecturas que
la obra de Valla había propiciado:
“Jus naturale est]. Ridet hanc definitionem Laurentius Valla libr. 4 eleg. cap. 48, quod ut
rationis, sic quoque juris bruta sunt expertia. Recentiores autem interpretes, ut eam defendant,
aliam ei affingunt sententiam, nimirum homines, quae jure faciunt, jure facere naturali, si eadem
bruta quoque faciant animalia, seu rem eam in hominibus ratione utentibus jus naturale vocari,
ad quam caeterae etiam animantes impetu naturae feruntur. Verum huic interpretationi fidem
derogant ea, quae sequuntur, Nam ius istud, etc. quibus verbis diserte ipsum jus cum brutis
communicatur. Porro jus naturale definiendum esse puto ex D. Paulo ad Rom. 1 et 2 cap. est lex
inscripta cordibus nostris, seu est jus quod nobiscum nascitur. Ex hoc autem jure postea fluit jus
gentium, quod ductu naturae per discursum humanae mentis inter omnes constituitur, usu sic
exigente et humanis necessitatibus. Itaque cum jus naturale alibi jus gentium vocetur. §.
singulorum, et §. venditae. j. de rer. dividere illud licet in Primarium et Secundarium. Primarium
est lex nobiscum nata. Secundarium jus illud, quod in specie jus gentium vocamus”124.
Por supuesto, la distinción entre derecho natural primario y secundario no parte
solo desde las ideas de Valla, aunque es cierto que algunos autores reformados
aprovecharon la crítica valliana a Ulpiano para cristianizar la noción de derecho natural
y, de acuerdo con las epístolas de San Pablo, distinguir entre un derecho natural primario
(como ley inscrita en los corazones) y un derecho secundario, en tanto que especie del ius
gentium125. Esta doctrina halló un gran desarrollo en el siglo XVII.
El tercer y último ejemplo es el Lexicon Iuridicum de Johann Kahl, publicado en
1600. Esta obra, con más de un centenar de referencias a Valla, estaba construida, sobre
todo, a partir de los trabajos de Spiegel y Pardoux Duprat, si bien resumía algunos debates
que habían durado toda la centuria, como el de la comprensión del derecho natural126. Los
vocablos que se extraían de las Elegantiae eran, aproximadamente, los mismos que
hallamos en los léxicos que acabamos de mencionar, ora copiados literalmente, ora con
algunas modificaciones: abstinens, acta, actor, adversa, adulandi, adulterium…127 No
faltaban las referencias a los temas más manidos: ager, fides, gemmae, libertinorum,
librum, margarita, meretricem…128
En definitiva, estos ejemplos muestran los núcleos de difusión de las Elegantiae
de Valla hasta 1600. En el siglo XVII, la influencia del humanista romano continuó, y lo
hizo, sobre todo, en las universidades reformadas: en ellas, el debate acerca del léxico
romano era capital para la intelección de un derecho –al mismo tiempo– histórico y
aplicable.
124
Matthaeus, A., Notae et Animadversiones in libros IV. Institutionum juris Imp. Justiniani,
Herbonae Nassoviorum, Typis Christophori Corvini, 1600, p. 7.
125
Véase Carpintero Benítez, F., Historia del derecho natural. Un ensayo, México, UNAM, 1999,
pp. 39-44, y Rodríguez Puerto, M. J., “Derecho natural, propiedad y utilidad en el humanismo jurídico”,
Ius fugit: Revista interdisciplinar de estudios histórico-jurídicos, 5-6 (1996-1997), pp. 495-532.
126
Calvinus, J., Lexicon Iuridicum Iuris romani simul, et canonici, feudalis item, civilis,
criminalis, theoretici, ac practici, et in schola, et in foro usitatarum, Francofurti, Apud haeredes Andreae
Wecheli, 1600, p. 1023.
127
Ibidem, pp. 24, 40, 74, 107, 108.
128
Idem, pp. 129, 776, 825, 1097-1098, 1003, 1160, 1181.
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Conclusiones
Es momento ahora de recordar las preguntas formuladas al principio y de intentar
dar una respuesta. Hay que indicar, de entrada, que Valla fue un autor muy debatido en
el siglo XVI, y que, a partir de Zasio, Alciato y Budé, se formaron, grosso modo, dos
facciones: la de los “humanistas juristas” y la de los “juristas humanistas”. Los juristas
que no estaban interesados en la renovación de los saberes desde la perspectiva de los
studia humanitatis apenas mostraron su interés por Valla.
¿Qué entendemos por un “humanista jurista”? En esta categoría caben aquellos
filólogos que se interesaron por el derecho (como Nebrija), o aquellos juristas titulados
que, ante todo, se sintieron filólogos (como Budé). Unos y otros se caracterizaron por
poner cualquier materia –el derecho, en este caso– al servicio del estudio filológico, y por
pensar que, solo desde la filología, se podían depurar los demás saberes. Es evidente que
esta facción era deudora de las ideas de Valla.
Frente a ella, se hallaba la de los “juristas humanistas”, con Zasio y Alciato a la
cabeza, quienes se caracterizaban por su apertura desde el derecho hacia la filología. La
mayor diferencia con la anterior es que, para estos, primaba el contenido jurídico sobre el
filológico. Eran, ante todo, juristas, y buscaban en los textos una solución legal y no
meramente histórico-filológica.
Esta clasificación nos ayuda a entender mejor la recepción de Valla, de quien
solamente hemos analizado las Elegantiae. Hemos dividido la recepción valliana en tres
períodos, que comprenden todo el siglo XVI: el primero, desde comienzos de la centuria
hasta 1540, el segundo desde 1540 a 1580, y el último, que abarca los últimos veinte años.
La época más estudiada hasta ahora la del enfrentamiento del triunvirato (Zasio, Budé y
Alciato) con las ideas de Valla. Sin embargo, hemos mostrado que existían autores
anteriores o coetáneos (como Nebrija), que determinaron toda una corriente en el debate
pro y antivalliano.
De hecho, aunque la facción de Budé y Nebrija pueda oponerse a la de Alciato y
Zasio, hubo algunos intentos de conciliación, si bien los dos grupos estaban bastante
definidos. Por un lado se hallaban los autores de diccionarios y comentarios al léxico
jurídico, y por otro, la de los juristas con mayor interés en el contenido legal. De ahí que,
en las filas de los proclives a Valla podamos situar a Schard, Savius, Drosay, Quintin,
Brèche, Duprat… y, en el otro bando, a Forcadel, Coras, Mynsinger a Frundeck,
Rebuffi… Entre los autores más moderados debe señalarse a Nevizzano, Lauterbeck,
Mantova Benavides o Connan.
Hay que consignar que, particularmente en Francia, durante la primera mitad del
siglo XVI, la obra de Valla fue un arma arrojadiza entre los partidarios de Alciato y los
de Budé. La publicación de las Opera de Valla en 1540 coincidió con la muerte de Budé,
y solo el óbito de Alciato, en 1550, puso fin a una década de gran efervescencia en el
debate. De hecho, hasta 1580, las cuestiones parecieron apagarse paulatinamente, si bien
las críticas de Alberico Gentili y la publicación póstuma del Lexicon iuridicum de Simon
Schard reavivaron la curiosidad por las ideas de Valla.
Con todo, en cuanto a las Elegantiae, el interés por la obra del humanista romano
puede reducirse a tres grandes temas: los léxicos jurídicos, los estudios sobre el lenguaje
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GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023)
jurídico (a partir del título XVI del Libro 50 del Digesto, De verborum et rerum
significatione) y el debate acerca del derecho natural, que puede encontrarse en obras de
varios géneros.
Los admiradores de Valla, siguiendo la estela de Nebrija, elaboraron diversos
léxicos y diccionarios jurídicos, entre los que cabe destacar los de Spiegel, Oldendorp,
Duprat, Schard y Kahl. La única excepción reseñable sea la obra de Hieronymus
Verrutius, en el que la presencia de Valla fue mucho menor. A lo largo de la centuria, se
notó la labor acumulativa en el uso de las fuentes, si bien la presencia de Valla en ellas
no disminuyó con el paso de las décadas, sino que más bien aumentó. En cuanto a las
voces, hubo algunas que fueron muy discutidas (librum, manumissio, testamentum…) y
otras que aparecían –con bastante consenso– en casi todos los léxicos (ager, armarium,
edulium, offensa...).
Precisamente, las voces con la terminología más debatida son la que hallamos en
los comentarios a De verborum et rerum significatione, en los cuales hubo gran atención
a la obra de Valla, si bien no todos los autores le trataron con la misma reverencia que en
los léxicos. Mostraron más empatía con las soluciones de Valla juristas como Savius,
Quintin o Brèche, mientras que otros como Hotman, Rebuffi o Godaeus –siguiendo de
lejos o de cerca a Alciato– rechazaron muchas de las ideas del humanista romano.
El último gran tema es el derecho natural, que dio pie a muy diversas
interpretaciones. En general, salvo la de Catelliano Cotta, que leyó con imaginación a
Valla, los juristas se mostraron muy críticos con las burlas contra Ulpiano que se hallaban
en las Elegantiae. En contra del parecer de Valla, la solución del jurisconsulto romano
parecía a casi todos sensata, y compatible no solo con otras definiciones de Paulo y demás
jurisprudentes coetáneos, sino susceptible de ser cristianizada, tal y como intentó hacer
Antonius Matthaeus.
Estos tres temas pasaron al siglo XVII, en un itinerario que apenas muestra
cambios bruscos con la centuria precedente. En las páginas anteriores hemos podido
constatar un desplazamiento diacrónico progresivo desde la Europa meridional y central
hasta el Sacro Imperio, casi en exclusiva. Hay que notar incluso que el debate llegó, de la
mano de Gentili, a Inglaterra. En el ámbito germánico, con el auge racionalismo jurídico,
los problemas de Valla fueron debatidos una y otra vez, puesto que se trataba de un
derecho vigente e histórico a la vez, mientras que en el resto de Europa, más allá de una
cierta fijación filológica por parte de algunos juristas eruditos, cayeron progresivamente
en el olvido.
Los debates sobre las Elegantiae de Valla muestran, en fin, el corazón de la
discusión del humanismo jurídico, que no se agota con Zasio, Budé, Alciato, sino que
recorre todo el siglo XVI, y que, con ciertas mutaciones, se prolonga en la centuria
siguiente. Sus principales consecuencias fueron, por una parte, una muy escasa incidencia
en la praxis jurídica, y por otra, la renovación de todo el utillaje lingüístico-conceptual,
repensando hasta los más nimios detalles del derecho justinianeo, no tanto en el ámbito
de las ediciones críticas, sino en el marco de la elaboración de léxicos, comentarios y
obras auxiliares.
En definitiva, los juristas, ante los ácidos ataques de Valla, tuvieron que
defenderse. Ello les obligó a empuñar unas armas que jamás habían manejado con soltura.
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La recepción de las Elegantiae puede entenderse como la crónica de la batalla entre dos
facciones, duramente enfrentadas, pese a los intentos de conciliación. Al fin y al cabo, se
trataba de una querella cuyos rescoldos siguen vivos entre los estudiosos: los textos
jurídicos latinos, ¿deben ser interpretados por juristas o por filólogos? Pese a que autores
como Gentili o Vigelius expresaran sus dudas acerca de la eficacia del método históricofilológico, visto con perspectiva histórica, los aciertos y los errores de Valla tuvieron una
impronta indeleble en la cultura legal del Renacimiento. Sin duda, las Elegantiae de Valla
espolearon la conciencia de muchos juristas: gracias a los trabajos del humanista romano
–en algunos casos por reacción y réplica ante los excesos filológicos– se obtuvo una
mayor depuración textual, una contextualización histórica mucho más rica, y un manejo
más exacto del vocabulario.
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