(PDF) Las Elegantiae de Lorenzo Valla y los juristas del siglo XVI | Rafael RAMIS-BARCELÓ - Academia.edu
GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) ISSN 2255-2707 Edited by Institute for Social, Political and Legal Studies (Valencia, Spain) Honorary Chief Editor Antonio Pérez Martín, University of Murcia Chief Editor Aniceto Masferrer, University of Valencia Assistant Chief Editors Wim Decock, University of Leuven Juan A. Obarrio Moreno, University of Valencia Editorial Board Isabel Ramos Vázquez, University of Jaén (Secretary) Fernando Hernández Fradejas, University of Valladolid Anna Taitslin, Australian National University – University of Canberra M.C. Mirow, Florida International University José Miguel Piquer, University of Valencia Andrew Simpson, University of Aberdeen International Advisory Board Javier Alvarado Planas, UNED; Juan Baró Pazos, University of Cantabria; Mary Sarah Bilder, Boston College; María José Bravo Bosch, University of Vigo; Orazio Condorelli, University of Catania; Emanuele Conte, University of Rome III; Daniel R. 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Palmer, Tulane University; Agustin Parise, Maastricht University; Heikki Pihlajamäki, University of Helsinki; Jacques du Plessis, Stellenbosch University; Merike Ristikivi, University of Tartu; Remco van Rhee, Maastricht University; Luis Rodríguez Ennes, University of Vigo; Jonathan Rose, Arizona State University; Carlos SánchezMoreno Ellart, University of Valencia; Mortimer N.S. Sellers, University of Baltimore; Jørn Øyrehagen Sunde, University of Bergen; Ditlev Tamm, University of Copenhagen; José María Vallejo García-Hevia, University of Castilla-La Mancha; Norbert Varga, University of Szeged; Tammo Wallinga, University of Rotterdam; José Luís Zamora Manzano, University of Las Palmas de Gran Canaria Citation Rafael Ramis-Barceló, “Las Elegantiae de Lorenzo Valla y los juristas del siglo XVI”, GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023), pp. 518-546 (available at http://www.glossae.eu) GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Las Elegantiae de Lorenzo Valla y los juristas del siglo XVI The Elegantiae by Lorenzo Valla and the Jurists of the Sixteenth Century Rafael Ramis-Barceló Universitat de les Illes Balears – IEHM Universidad Bernardo O’Higgins (Chile) ORCID ID: 0000-0003-1756-6695 Recibido: 14.03.2023 Aceptado: 20.05.2023 Resumen Este artículo analiza la recepción de las Elegantiae de Valla en los juristas del siglo XVI. Este tema nunca ha sido estudiado sistemáticamente y aquí se propone una perspectiva general buscando las referencias a las Elegantiae de Valla en las obras jurídicas. El artículo intenta responder a tres preguntas: 1) ¿Qué juristas citaron a Valla?; 2) ¿qué orientación tenían estos juristas?; y 3) ¿en qué tipo de obras mencionaron los juristas a Valla? Tras el examen de más de cuatrocientas obras jurídicas impresas del siglo XVI, se propone una clasificación temática, con el fin de mostrar la compleja recepción de las Elegantiae de Valla entre los juristas. Palabras clave Valla, Elegantiae, Juristas, Renacimiento, Humanismo jurídico. Abstract This article studies the reception of the Valla’s Elegantiae in the jurists of the Sixteenth Century. This subject has never been studied systematically and here a general perspective is proposed by searching for references to Valla’s Elegantiae in legal works. The article tries to answer tres questions: 1) What jurists cited Valla?; 2) What orientation did these jurists have?; and 3) in what types of works did the jurists mention Valla? After examining more than four hundred printed legal works from the Sixteenth Century, a thematic classification is proposed, in order to show the complex reception of Valla’s Elegantiae among jurists. Keywords Valla, Elegantiae, Jurists, Renaissance, Legal Humanism. Sumario: 1. Introducción. 2. Método. 3. Primera etapa: de 1500 a 1540. 4. Segunda etapa: de 1540 a 1580. 5. Tercera etapa: de 1580 a 1600. Conclusiones. Referencias bibliográficas 1. Introducción Lorenzo Valla (1407-1457), humanista romano, es un autor esencial no solo en la evolución de la historia de las ideas1, sino también en la del pensamiento jurídico. Así Edificio G. M. de Jovellanos. Universitat de les Illes Balears. Instituto de Estudios Hispánicos en la Modernidad, Unidad Asociada al CSIC. Carretera de Valldemossa, km. 7.5, 07122 Palma de Mallorca (España). E-mail: r.ramis@uib.es. https://orcid.org/0000-0003-1756-6695. Este trabajo forma parte del PID2020-117702GA-I00/MICIN/AEI/10.13039/501100011033, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación. 1 Véase, entre otros, Camporeale, S., Lorenzo Valla. Umanesimo e teologia, Firenze, Istituto Nazionale di Studi sul Rinascimento, 1972; y Regoliosi, M. (ed.), Lorenzo Valla. La riforma della lingua  519 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) como ha sido considerado unánimemente el punto de partida del “humanismo jurídico”2, nuestra intención es estudiar la recepción que los juristas del siglo XVI hicieron de su obra, de acuerdo con un método –y unas salvedades– que indicaremos a continuación. Antes de ello, debemos presentar de forma muy sucinta sus escritos. La influencia de Valla entre los juristas –más allá de las referencias puntuales en escritos diversos– se debe, básicamente, a tres obras y a un opúsculo. La primera, De linguae latinae elegantia, conocida también como Elegantiae 3 , fue la que tuvo una incidencia más directa sobre los cultivadores del Derecho, puesto que, en diversos pasajes de la misma, se atacaba a los glosadores y comentaristas medievales, se reinterpretaban algunos pasajes de los textos de los jurisprudentes romanos, y se proponían soluciones filológicas distintas para la intelección de ciertos vocablos del Digesto. La segunda obra es el discurso De falso credita et ementita Constantini donatione 4 , en el que –con argumentos histórico-filológicos– demostró la falsedad de la donación del Imperio de Occidente por parte del emperador Constantino al papa Silvestre. Por último, la Repastinatio dialectice et philosophie5, conocida asimismo como Dialectica, es una de las obras clave para la recuperación de la obra de Quintiliano y la simplificación de la lógica medieval. El opúsculo al que hemos hecho mención es una obra de juventud, la Epistola contra Bartolum (1433)6, que Valla escribió a Pier Candido Decembrio, comentando el De insignis et armis de Bartolo de Sassoferrato7. Se trata de un texto breve, aunque muy enjundioso, que –como veremos– fue poco citado por parte de los juristas del siglo XVI. Ello no significa, por supuesto, que la crítica que en él se contenía no penetrase entre los jurisconsultos del momento, especialmente tras la publicación de las obras completas de Valla, en 1540. En la Epistola se indicaba que los cisnes romanos, caprichosamente seleccionados por Triboniano, fueron sustituidos –al cabo de un milenio– por los gansos boloñeses. Valla, con ardiente patriotismo romano, se quejaba de aquellos jurisconsultos universitarios medievales, desconocedores la lengua de Roma, que se atrevían a interpretar –con tanta ignorancia como descaro– las leyes de diversas épocas de la civilización romana antigua. e della logica (Atti del convegno del Comitato Nazionale VII centenario della nascita di Lorenzo Valla, Prato, 4-7 giugno 2008), Firenze, Edizioni Polistampa, 2010. 2 Véase, por todos, Maffei, D., Gli inizi dell’umanesimo giuridico, Milano, Giuffrè, 1956, pp. 1516 y passim. La misma idea se recoge en obras igualmente clásicas, como las de Orestano, R., Introduzione allo studio del diritto romano, Bologna, Il Mulino, 1987, pp. 607-615, y Cortese, E., Il diritto nella storia medievale, II. Il basso Medioevo, Roma, Il Cigno, 1995, pp. 461-484. 3 Valla, L., De linguae latinae elegantia, ed. crítica de Santiago López Moreda, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1999. 4 Valla, L., La falsa donazione di Costantino, ed. de Gabriele Pepe, Firenze, Ponte alle Grazie, 1992. 5 Valla, L., Repastinatio dialectice et philosophie, ed. de Gianni Zippel, Padova, Antenore, 1982 (2 vols.). 6 Regoliosi, M., “L’Epistola contra Bartolum del Valla”, en V. Fera – G. Ferraù (eds.), Filologia umanistica. Per Gianvito Resta, II, Padova, Editrice Antenore, 1997, pp. 1501-1571. 7 Una reflexión sobre esta obra, puede verse en Kisch, G., Gestalten und Probleme aus Humanismus und Jurisprudenz, Berlin, Walter de Gruyter, 1969, pp. 113-124, y también en Quaglioni, D., “L’Epistola contra Bartolum (1433) de Lorenzo Valla, fondation de l’humanisme juridique?”, en X. Prévost – L. A. Sanchi (eds.), L’humanisme juridique. Aspects d’un phénomène intellectuel européen, Paris, Classiques Garnier, 2022, pp. 47-66. 520 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Un estudio completo de la influencia de Valla entre los juristas exigiría un análisis de estas tres obras y de la Epistola. En cuanto a la segunda, De falso credita et ementita Constantini donatione, hay que afirmar que buena parte del trabajo está hecho, gracias al libro de Giovanni Antonazzi8. Cierto es que se podrían añadir otras referencias, si bien lo esencial está ya bien estudiado y las conclusiones siguen siendo válidas. En lo tocante a la Dialectica, existe un importante vacío que aún no se ha colmado, y cuyo alcance sobrepasa la extensión de un artículo. Hace falta todavía un estudio de conjunto de la influencia en el derecho las categorías de la dialéctica renacentista9, desde Valla a Ramus10, pasando por Jorge de Trebisonda, Rodolfo Agricola11 y Melanchthon, de modo que puedan encuadrarse debidamente las obras de Gammarus, Everardus, Cantiuncula, Apel, Hegendorff… Los trabajos sintéticos de Vincenzo Piano Mortari12 siguen siendo insuficientes para explicar la influencia de la dialéctica renacentista y el papel de Valla aún no ha sido bien explicitado. En efecto, si leemos los tratados de tópica o de dialéctica, hay que indicar que la influencia de la Dialectica de Valla –aunque fundamental– fue muy indirecta, hasta el punto de que los autores prefirieron refugiarse en textos clásicos (como Cicerón o Quintiliano), aunque bebieran muchas veces directamente de las ideas de Valla. De este modo, el influjo del humanista romano fue mucho más sutil de lo que los propios juristas dejaron al descubierto. De ahí que sea imprescindible trazar una historia continua de la argumentación jurídica en el Renacimiento, a fin de mostrar las etapas, y el significativo papel de Valla, que permaneció en la penumbra. Todo lo contrario sucedió con las Elegantiae. Los juristas reaccionaron de forma muy directa y espontánea ante los ataques de Valla. No se trataba, como en la Dialectica, de una propuesta metodológica, sino de un conjunto de correcciones que, sin la causticidad de la Epistola, afectaban directamente a la comprensión de los textos de los jurisperitos romanos y a lectura que de ellos hicieron los grandes maestros del ius commune13. Recordemos que, para Valla, los más egregios filósofos, los óptimos oradores y jurisconsultos eran quienes se preocupaban de hablar correctamente. Por no conocer 8 Antonazzi, G., Lorenzo Valla e la polemica sulla donazione di Costantino, Roma, Ed. di Storia e Letteratura, 1985. 9 Desde el punto de vista filosófico, véase Risse, W., Die Logik der Neuzeit, I: 1540–1640, Vol. 1, Stuttgart-Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog, 1964, que sigue siendo un estudio fundamental, al igual que Vasoli, C., La dialettica e la retorica dell’umanesimo. ‘Invenzione’ e ‘metodo’ nella cultura del XV e XVI secolo, Milano, Feltrinelli, 1968, pp. 147-182. Sobre la difusión de la retórica y la dialéctica, véase Mack, P., Renaissance Argument: Valla and Agricola in the Traditions of Rhetoric and Dialectic, Leiden, Brill, 1993, Laffranchi, M., Dialettica e filosofia in Lorenzo Valla, Milano, Vita e Pensiero, 1999, y Mack, P., A History of Renaissance Rhetoric, 1380-1620, Oxford, OUP, 2011. 10 Véase Ramis Barceló, R., Petrus Ramus y el derecho. Los juristas ramistas del siglo XVI, Madrid, Dykinson, 2016. 11 Ramis Barceló, R., “La recepción de la obra de Rodolfo Agricola en los juristas (1500-1650)”, Revue historique de droit français et étranger, 97/4 (2019), pp. 443-462. 12 Piano Mortari, V., Diritto, logica, metodo nel secolo XVI, Napoli, Jovene, 1978. 13 Véase Rossi, G., “Valla e il diritto: l’«Epistola contra Bartolum» e le «Elegantiae». Percorsi di ricerca e proposte interpretative”, en M. Regoliosi (ed.), Pubblicare il Valla, Firenze, Edizioni Polistampa, 2008, pp. 507-599. 521 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) correctamente la lengua latina, los juristas de su tiempo –a quienes tachaba de leguleyos– no entendían a los jurisperitos romanos14. En el prefacio del Libro III, Valla declaró su admiración por los juristas romanos recogidos en la compilación justinianea, y apreció la unidad de su lengua latina, pese a los siglos que les separaban unos de otros. Como puede verse, el humanista romano se centraba en la lengua, y no en contenido. De este modo, alababa la elocuencia, la pureza y la elegancia de los jurisconsultos romanos, no por la penetración de los conceptos, sino por la exquisitez lingüística15. De hecho, la esencia del derecho descansaba –según Valla– en el estudio y la interpretación de las palabras, de suerte que el jurista tenía que estudiar a fondo la lexicología latina. Como recuerda López Moreda, “aplicado este principio al terreno del derecho, por ejemplo, implica que un buen jurista sólo puede ser aquél que conoce la realidad extralingüística del derecho romano y su modo de expresarse para conseguir el fin último de adecuar res y verba”16. También del prefacio del Libro III se desprendía una crítica hacia todos los juristas, desde Justiniano hasta sus coetáneos, que consideraba más “leguleyos” que jurisconsultos. La explicitación de todas estas críticas se hallaba en el Libro VI. En los capítulos XXXV y XXXVI, se le reprochaba al emperador bizantino –de quien Valla decía que “no conoció las leyes ni tal vez la lengua latina”17– la aceptación de etimologías equivocadas (entre ellas, noxae dedere y testamentum). Asimismo, los capítulos XXXVIII al LXIV contenían la revisión crítica de cierta terminología utilizada por Ulpiano, Gayo y Paulo, y que había sido objeto de una interpretación errónea por parte de los juristas medievales Accursio, Bartolo y Baldo, a quienes dirigió zahirientes invectivas. Tras la cita de un centenar de pasajes del Digesto, Valla llegó a la conclusión de que los glosadores y comentaristas no sabían latín y, por lo tanto, no podían interpretar adecuadamente el derecho romano, por ignorancia de los términos y los contextos sobre los que se legislaba. Es obvio que estas acusaciones dolieron mucho a los juristas universitarios, quienes bajaron, con el paso de las décadas, a la arena del combate. Lo hicieron especialmente espoleados por otras críticas en la misma dirección, aunque de distinto modo, como las que pueden hallarse en la obra de Poliziano18. 2. Método Con el fin de lograr un cuadro de conjunto de la recepción del humanista romano entre los juristas del siglo XVI, nos proponemos abordar este tema mediante el examen 14 Valla, De linguae latinae elegantia, Lib. I, p. 60. Mantovani, D., “‘Per quotidianam lectionem Digestorum semper incolumis et in honore fuit lingua Romana’. L’elogio dei giuristi romani nel proemio al III libro delle Elegantiae di Lorenzo Valla”, en E. Narducci – S. Audano – L. Fezzi (ed.), Aspetti della fortuna dell’Antico nella cultura europea. Atti della III giornata di studi. Sestri Levante, 24 marzo 2006, Pisa, ETS, 2007, pp. 99-148. 16 López Moreda, S., “Introducción”, en Valla, De linguae latinae elegantia, p. 35. 17 Valla, De linguae latinae elegantia, Lib. VI, p. 747. 18 Rossi, G., “Letture umanistiche del Digesto lungo il XV secolo. Da Valla a Poliziano”, en D. Mantovani - A. Padoa Schioppa (eds.), Interpretare il Digesto. Storia e metodi, Pavia, IUSS Press, 2014, pp. 311-369. 15 522 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) de tres cuestiones: 1) ¿qué juristas citaron a Valla?; 2) ¿qué orientación tenían dichos juristas (humanistas, civilistas, canonistas…)?; 3) ¿en qué tipo de obras le mencionaron (diccionarios, comentarios, monografías, ediciones de textos jurídicos…)? Se trata aquí de una primera aproximación, pensada para superar la explicación tradicional, centrada en la recepción de Valla por parte de Zasio, Alciato y Budé19, y elaborada para suscitar investigaciones nuevas en un campo que –por el momento– apenas ha merecido la atención de los investigadores. Como nos proponemos trabajar la recepción en el marco de toda una centuria, es necesario acotar la investigación, en un triple sentido: 1) solamente manejamos fuentes impresas, de modo que dejamos para otra ocasión estudiar el abundante patrimonio manuscrito, especialmente italiano; 2) nos ceñimos a los tratados en lengua latina, los más frecuentes tanto en la cultura del ius commune y del humanismo, y 3) no estudiamos todas las obras jurídicas desde los primeros incunables hasta 1600, algo muy alejado de nuestras posibilidades, sino una selección, elaborada en base, sobre todo, al repertorio sobre el humanismo jurídico de Hans E. Troje, así como la obra de Gaetano Colli, que recoge los índices del Tractatus universi iuris20. Con ello, se cubre, por una parte, el contexto humanista, mientras que, por otra, se tiene debidamente en cuenta el ámbito italiano, tan importante en la recepción de Valla. Hemos manejado unas cuatrocientas obras, a partir de las cuales hemos recopilado las referencias a Valla. Salta a la vista que, si tuviéramos que desglosarlas todas, la extensión no sería la de un artículo, sino la de una amplia monografía. Como muchas de ellas se repiten de autor en autor, hemos considerado pertinente hacer una selección de las más relevantes, con el fin de que las diversas tendencias y sensibilidades quedaran suficientemente representadas. Este método sirve, sobre todo, para lograr una síntesis de conjunto, que no solamente se quede en los autores más prominentes y estudiados, sino que también llegue a otros menos conocidos, y dé una imagen más fiel de la recepción21. Asimismo, hemos revisado, de la mano de la clasificación de Troje, los diferentes géneros, a fin de poder tener una visión global. Dividimos la exposición en un sentido cronológico, con la finalidad de que el lector pueda seguir mejor el itinerario, y comprender diacrónicamente las diferencias en la apreciación de las Elegantiae por parte de los juristas. 19 Véase, sobre todo, AAVV, Pédagogues et Juristes. Congrès du Centre d’Études Supérieures de la Renaissance de Tours, Eté 1960, Paris, J. Vrin, 1963; Gilmore, M., Humanists and Jurists: Six Studies in the Renaissance, Cambridge, Mass., Harvard University-Belknap Press, 1963; Kelley, D., Fundations of modern historical scolarship, Language, Law and History, New York, CUP, 1970. 20 Troje, H. E., “Die Literatur des gemeinen Rechts unter dem Einfluss des Humanismus”, en H. E. Troje (ed.), Handbuch der Quellen und Literatur der neueren europaischen Rechtsgeschichte, II.1, München, Beck, 1977, pp. 615-795; Colli, G., Per una bibliografia dei trattati giuridici pubblicati nel XVI secolo: indici del Tractatus universi iuris, Milano, Giuffrè, 1994. Hemos aplicado el mismo método para el estudio de otros autores del Renacimiento italiano, como Dante y Petrarca. Véase Ramis Barceló, R., “Dante Alighieri e i giuristi del Rinascimento”, Bibliothèque d’Humanisme et Renaissance, 84/2 (2022), pp. 305-326; y Ramis Barceló, R., “Francesco Petrarca y los juristas del Renacimiento”, Historia et ius, 22 (2022), pp. 1-26 21 Un ejemplo de un método muy similar, aplicado a la recepción de Budé, puede verse en Arabeyre, P., “Les Bartolistes ont-ils lu Budé? De l’influence de l’humanisme juridique sur les travaux des juristes français de la première moitié du XVIᵉ siècle”, en C. Bénévent – R. Menini – L. A. Sanchi (eds.), Les Noces de Philologie et de Guillaume Budé. Un humaniste et son œuvre à la Renaissance, Paris, École nationale des chartes, 2021, pp. 439-452. 523 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) 3. Primera etapa: de 1500 a 1540 Hasta la publicación de las Opera22 de Valla, en 1540, se sucedieron ediciones de sus escritos más representativos. Sin embargo, puede constatarse que, desde 1540, espoleados los lectores por la publicación de la obra y por las polémicas que habían iniciado Zasio y Alciato, las referencias al humanista romano se multiplicaron. Desde comienzos del siglo XVI, los juristas del mos italicus, incluso los más prestigiosos, como Giasone del Maino23, se defendieron de las críticas de Valla, pues estaban en unas coordenadas intelectuales totalmente opuestas. De hecho, Giasone incluyó en sus obras citas a Valla y a Poliziano24, para mostrar otros enfoques diversos frente al bartolismo tradicional que profesaba. Sin embargo, no se dedicó a rebatirlos sistemáticamente. Fue necesario el surgimiento de una generación de juristas con sensibilidad humanista para responder a Valla con sus mismas armas. Sustancialmente, cabe decir que la clasificación historiográfica, que puso a Budé como continuador de Valla, frente a sus detractores Zasio y Alciato, es correcta 25 . Efectivamente, Budé siguió los pasos de Valla y de Poliziano, al criticar a los glosadores y a los comentaristas. Sin embargo, sus invectivas no tenían tanto calado jurídico como filológico: de ahí que sintiera mucha familiaridad con Valla y Poliziano, y que sus alusiones a ambos fueran a menudo elogiosas26 o, como mínimo, respetuosas. Tampoco Budé se mostró esquivo con los italianos: según David O. McNeil27, estaba en buenas relaciones con Alciato y otros, y –aunque puso de manifiesto algunos de sus errores– no quiso ser demasiado incisivo con ellos. Budé disparó sus dardos hacia los juristas medievales, blanco de todas sus críticas. En realidad, el humanista francés era un erudito como Valla, que tenía en poca consideración a los juristas, y no albergaba la menor intención de descender a los detalles de la praxis. Según Céard28, Budé, más incluso que Valla, se despreocupó totalmente de las consecuencias jurídicas, y solamente se concentró en los ejemplos del buen latín que se hallaba en el Digestum Vetus. En realidad, en su visión enciclopédica, el maestro parisino no solamente trató algunas cuestiones que aparecían en las Elegantiae –como ciertas disquisiciones filológicas acerca de 22 Valla, L., Opera, Basileae, apud Henricum Petrum, 1540. Maynus, I., In primam codicis partem commentaria, s.e., 1542, p. 25v: “Et circa hoc dum glos. tua dicit: munus dicitur cum causa, donum sine causa alibi aliter videtur dicere ter. in l. munus proprie ff. de verborum significatio[ne] et propterea Laurentius Valensis in vi. lib. elegantiarum in ca. cccclvii reprehendit differentiam utriusque iurisconsulti”. 24 Maynus, I., In primam Infortiati partem. In titulis Solu. matri., Venetiis, per Philippum Pincium Mantuanum, 1511, p. 8; Maynus, I., Lectura insignis super secunda parte. ff. noui, per Philippum Pincium Mantuanum, 1514, p. 50. 25 Una síntesis del estado de la cuestión puede verse en Schoeck, R. J., “Humanism and Jurisprudence”, en A. Rabil (ed.), Renaissance Humanism: Foundations, Forms and Legacy, III, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1988, pp. 310-326. 26 Budaeus, G., Annotationes Quatuor et viginti Pandectarum Libros, Parisiis, Badius ascensianus, 1508, p. 8: “Is erit Laurentius Vallensis: vir certe cum latine doctissimus: tum vero alienorum scriptorum iudex, ut optimus sic minime ambitiosus, et veritatis amantissimus”. 27 McNeil, D. O., Guillaume Budé and Humanism in the Reign of Francis I, Genève, Droz, 1975, p. 33. 28 Céard, J., “Un humaniste au travail: les Annotationes in Pandectas”, en C. Bénévent – R. Menini – L. A. Sanchi (eds.), Les Noces de Philologie et de Guillaume Budé. Un humaniste et son œuvre à la Renaissance, p. 309: “Pas plus que Valla, Budé ne se préoccupe d’abord, me semble-t-il, de servir le droit: ce qui lui importe, c’est la latinité, la bonne latinité, la bonne littérature”. 23 524 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) testamentum29 u otras nociones–, sino que se entretuvo también en otras cuestiones de exégesis bíblica30. Esta crítica a los glosadores y comentaristas resultó intolerable para Zasio, quien, a fuer de jurista y por su actividad como docente de Leyes, aborrecía que el derecho justinianeo tuviera que ser enmendado a base de caprichos filológicos. Aquí yace, en efecto, la diferencia entre Zasio y Budé: el primero –profesor en la Universidad de Friburgo– era un jurista conocedor de la praxis forense, que se había convertido al nuevo humanismo, mientras que el segundo era un humanista de cuerpo entero, que había recibido asimismo –y nunca con especial interés– una formación jurídica. Zasio no ahorró críticas a Valla y, de paso, a su seguidor francés. Ciertos pasajes de las Lucubrationes se han hecho famosos por su contundencia: “Dissidentiam vero legum, qua elevare Iurisconsultos Valla pergit, quam et Budaeus (quod abominor) manu adiuvet, post finem Scholiorum speciatim diluemus: hic diluturi, si non omnino impertinenter evagati diceremur”31. Las críticas hacia Valla se hallaban presentes en toda la obra 32 , si bien, era especialmente destacada la comparación entre Cicerón y Valla que se encontraba en la Carta que escribió a Claude Chansonette, situada en la parte final de las Lucubrationes. En ella se leía que: “Sed haec plus nimio: levicula enim sunt, vel mediocribus Iuris professoribus, in quibus tamen Valla consistere non potuit. Et audet homo temerarius, ne dicam insanus, sese iactitare, qui iuris civilis scientiam edocere eos, quos tanquam primarios iuris interpretes veneramur, triennioque meliores, quam Accursius glossas super iure civili facere possit. Vide quo erumpat improvida temeritas. Legerat Ciceronem Valla, ubi in oratione pro Murena, triduo se Iurisconsultum futurum, si quis ei stomachum moveret, dicebat: hunc tantum virum, hoc doctrinarum lumen fraterculus iste Gigantum in suam effigere personam conatur: pulchra me Hercule et lepida comparatio Ciceronis ad Vallam, lucis ad tenebras. Cicero se iurisconsultum triduo futurum, non iniuste pollicebatur, qui a iuvene Scaevolam audierat, a cuius latere non discesserat: qui iuris prudentes omneis pellegerat, in eis ita consueverat, ut sicut erat oratorum princeps, ita iuris civilis scientia clarus haberetur. At Valla, in triviis, in compitis fortasse, grammaticis suffarcinatus rudimentis, insignem iuris civilis scientiam, ne a limine quidem unquam salutavit”33. Tras esta crítica a Valla, seguía otra a Budé, en los términos antes expresados. Este párrafo anterior resume –a nuestro juicio– la postura que sostuvo Zasio frente a las ideas del humanista romano. También en 1518, Andrea Alciato publicó su volumen Paradoxorum ad Pratum, en el cual se hallaban ciertas críticas a las Elegantiae de Valla. Entre otros pasajes, en el capítulo XIII de Dispunctionum encontramos una notable invectiva a la temeridad de Valla, quien, siendo un mero gramático, se había atrevido a 29 Budaeus, Annotationes Quatuor et viginti Pandectarum Libros, p. 94v. Ibidem, p. 34. 31 Zasius, U., Lucubrationes aliquot sane quam elegantes, Apud inclytam Basileam, [Frobenius], 1518, p. 56. 32 Ibidem, pp. 12, 30, 34-35, 64. 33 Idem, p. 78. 30 525 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) enmendar la plana a Accursio y a Bartolo 34 . Las sucesivas ediciones de esta obra cambiaron la formulación de algunas críticas, si bien añadieron otras35. De todos modos, Alciato decidió combatir a Valla en su propio terreno. Ello puede verse en De verborum significatione libri quatuor, un auténtico ajuste de cuentas con el humanista romano. Harto de que las ideas de Valla circulasen entre los juristas, y que estos se avergonzasen de la ignorancia de Accursio y Baldo, así como de la suya propia, el jurista milanés mostró su abierta preferencia por los glosadores y los comentaristas, pues, aunque supieran poco latín y menos griego, al fin y el cabo, eran juristas36. Es decir, sabían derecho y, en los textos justinianeos, buscaban una interpretación legal y no meramente filológica. En cambio, “Laurentius tamen Valla, ut maximae vir doctrinae, ita et supra vires suas audax, nec a Iureconsultis quidem temperaverit, quo minus illis diem diceret, et de verborum quorudam significatione, ceu Latinae maiestatis laesae, reos faceret, cuius accusationis novem et viginti capita breviter ego confutanda duxi: tum ut tantam eius arrogantiam nescio, certe φιλαυτίαν, aliquatenus retunderem: tum ut hi literatores non esse temere a nostri recedendum cognosceret, et veriora a Iureconsultis, etiam in alienis professionibus tradi, quam ipsemet Valla, alioquin Grammaticorum praestantissimus, in propria arte commentari potuerit”37. Alciato puede ser considerado el crítico más agudo de Valla –a quien reconocía su saber y competencia como gramático– pues se manejaba espléndidamente con el latín y el griego, y era un jurista que dominaba tanto los textos justinianeos como la práctica legal. Su conocimiento del derecho y de la cultura clásica le situaba en un peldaño superior a Valla, quien solamente se valía de las armas de la filología. La φιλαυτία, el amor propio –el ego, que diríamos hoy– de Alciato no era menor que el de Valla. Las continuas invectivas contra el humanista romano en De verborum significatione 38 tuvieron su continuación en los sucesivos libros de su celebrada obra Parerga iuris39. Este enfrentamiento ha sido ya tratado en diversos trabajos, algunos de ellos ya indicados40, y constituye un topos clásico del humanismo jurídico. Hasta aquí hemos explicado un estado estandarizado de la cuestión y constatamos, grosso modo, la presencia de dos tendencias entre los juristas humanistas: la de Budé, 34 Alciatus, A., Paradoxorum Ad Pratum libri VI [Mediolani, Minutianus, 1518], p. 86v. Alciatus, A., Paradoxorum Ad Pratum libri VI, Basileae, in Officina Andreae Cratandri, 1531, pp. 9, 52, 77-78, 83. 36 Véase Viard, P. É., André Alciat (1492-1550), Paris, Sirey, 1926; Mesnard, P., “Alciato y el nacimiento del humanismo jurídico”, Revista de Estudios Políticos, 53 (1950), pp. 123-129; Belloni, A. “Contributi dell’Alciato all’interpretazione del diritto romano e alla sua storia”, en L. Gargan – M.P. Mussini Sacchi (eds.), I classici e l’Università umanistica. Atti del Convegno di Pavia, 22-24 novembre 2001, Messina, Sicania, 2006, pp. 113-160 y, sobre todo, Rolet, A. – Rolet, S. (eds.), André Alciat (14921550): un humaniste au confluent des savoirs dans l’Europe de la Renaissance. Actes du Colloque international du Centre d’études supérieures de la Renaissance (Tours, 30 novembre - 2 décembre 2010), Turnhout, Brepols, 2013. 37 Alciatus, A., De verborum significatione libri quatuor, Lugduni, Seb. Gryphius excudebat, 1530, p. 90. 38 Ibidem, pp. 90-96, y múltiples referencias posteriores. 39 Alciatus, A., Parergon iuris libri tres, Ludguni, apud haeredes Simonis Vincentii, 1538, pp. 83 y 109, y Alciatus, A., Parergon juris libri tres, Lugduni, Apud Sebastianum Gryphium, 1543, pp. 37-75. 40 Debe añadirse a Troje, H.E., “Alciats Methode der Kommentierung des ‘Corpus iuris civilis’”, en A. Buck – O. Herding (eds.), Der Kommentar in der Renaissance, Boppard, Boldt, 1975, pp. 47-61, y Drysdall, D. L., “Alciato and the Grammarians: The Law and the Humanities in the ‘Parergon iuris libri duodecim’”, Renaissance Quarterly, 56/3 (2003), pp. 695-722. 35 526 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) respetuosa y empática con las ideas de Valla, y la de Zasio y Alciato, muy crítica con ellas. Toca ahora conocer cómo se desarrollaron esas dos corrientes a lo largo del siglo XVI. No hay duda de que, entre Valla y Budé, encontramos a Poliziano y a otros autores, quienes, desde la gramática, quisieron contribuir al desarrollo del saber jurídico. La atención por las etimologías y el sentido de las palabras hizo que pronto emergieran diccionarios jurídicos. El más importante de los que se escribieron a principios del siglo XVI fue el de Antonio de Nebrija. En efecto, el Iuris ciuilis lexicon, publicado por vez primera en Salamanca en 1506, constituye el primer gran diccionario del léxico jurídico, en plena armonía con las ideas y el sentir humanista. La influencia de Valla (y de Poliziano) es esencial: 41 no solamente se manifiesta en las palabras elegidas, sino también en la forma de tratar los temas: addico, anniculus, aquiminarium, cavillatio, coenaculum, donaria, epulum, libertinus, tantisper, versicolor… son las palabras en las que comentaba el parecer de Valla, de quien, al referirse a libertinus, escribió: Hanc differentiam primus omnium animadvertit Laurentius Valla vir harum rerum diligens indagator atque acerrimus inventor42. Nebrija asimiló el programa de Valla e incorporó las adiciones de Poliziano. Cubrió desde los estratos más iniciales de la enseñanza del latín hasta los saberes superiores, entre los que se hallaba el Derecho43. Con todo, las Annotationes in libros pandectarum44, tan caras a Valla y cercanas al espíritu con las que Budé preparó las suyas, quedaron manuscritas, de modo que solamente el Iuris ciuilis lexicon tuvo repercusión. Como puede verse, las Elegantiae eran la base de las entradas del léxico de Nebrija, del mismo modo que lo fueron para el jurista e historiador Aymar du Rivail (1491-1558), autor de Libri de historia juris civilis et pontificii, que se basaba en Valla para interpretar algunos aspectos de la historia del derecho público romano45. Maffei46 ya sugirió la importancia de Aymar du Rivail para el desarrollo de la obra del triunvirato (Budé, Zasio y Alciato), y creemos, en efecto, que, junto con la de Nebrija y otras, constituyó un frente histórico-filológico, en el que primaba esta orientación sobre la interpretación jurídica. La obra de Zasio y Alciato, así como también algunos trabajos tardíos de Budé, vinieron a dar respuesta a esta controversia en torno a Valla. No hay duda de que los gramáticos e historiadores se mostraron mucho más sensibles al método valliano, convencidos de que la filología –y, secundariamente, la historia– era el modo más pertinente para estudiar la filosofía, el derecho o la teología. Véase Perona, J., “Autores y obras citadas en el Iuris Civilis Lexicon”, en Antonio de Nebrija: Lebrija (Sevilla) 1441 o 1444 - Alcalá de Henares, 1522, Murcia, Universidad de Murcia, 2010, pp. 273296. 42 Nebrissensis, A., Iuris ciuilis lexicon, [Salamanticae], s.e., 1506, s.f. 43 Rico, F., Nebrija frente a los bárbaros. El canon de los gramáticos nefastos, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1978, pp. 52-59. 44 Nebrissensis, A. A., Annotationes in libros pandectarum, introducción, edición y notas de Antonio García y García, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1996. 45 Rivallus, A., Libri de historia juris civilis et pontificii, [Valentiae], Biblioteca Ludouici Oliuelli bibliopoli uniuersitatis Valen[tiae] iurati, 1515, pp. 8, 49v, 95. 46 Maffei, D., “Les Debuts de l’activite de Budé, Alciat et Zase ainsi que quelques remarques sur Aymer du Rivail”, en AAVV, Pédagogues et Juristes, pp. 23-30. 41 527 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Así puede verse en la epístola inicial que escribió Josse Bade en Allegoriarum moraliumque Sententiarum in utrumque Divinae Legis Instrumentum, en la que indicó lo siguiente: “Quocirca pro virili mea, vetereque instituto, ac qua in omneis mortales afficior charitate, delegi cum mihi (quoniam sui praecipue memor est charitas, et tardiusculum me sentio) tum aliis omnibus hanc via ingredi paratis, triginta magnos proceres atque insignes duces, tam facundos ut merito pro vehiculo sint: in quibus quod in iureconsultis Romanis Laurentius Valla miratus est, quod videlicet cum aliquot etiam seculis inter se distarent, sic tamen sermonis latini elegantiam, et proprietatem pariter observarint, ut uno tempore, unoque ore locutos putare possis, optimo iure demiremur”47. En definitiva, la crítica histórica de Valla había calado entre los humanistas. Algunos, como Giovanni Nevizzano, desearon exhibir ante el público lector un conocimiento de toda su obra (las Elegantiae, la Dialectica, la refutación de la donación de Constantino) 48 . Nevizzano, en Inuentarium librorum in vtroque iure hactenus impressorum ordinatum, publicado en 1522, escribiendo acerca de la autoridad de los jurisconsultos romanos, se hizo eco de los admiradores y detractores de Valla (Agostino Dati, Budé…), en lo que quería ser un examen ecuánime del debate acerca de la interpretación del derecho, desde Petrarca a Zasio: “…Quanto ergo plus de legibus Digestorum quas et Laurentius Valla omnium maledicus tantum extollit ut in proemio tertii suarum elegantiarum Petrarcha Epistola ultima, incip. fuerat ubi dicit quod earum est magna auctoritas et plena Romanae antiquitatis et solent semper Iurisconsulti propriissime loqui Jas. in l. Gallus.§. videndum. ii. Lectura. col, ii. ff. de libe. et posth. Fortunius in l. conventionum col. penul. ff. de pac. quidquid dicat Augusti[nus] Datus libr. ii. epistola cum mihi ante hac circa. fi. est car. clxi. licet Valla ubi supra quem refert Budaeus in Annotationibus Pandectarum car. vii dicat secus de legibus imperialibus pro quo Afflictus constitutione si dampna clandestina ante fi. et de compilatoribus Decretalium qui sibi usurparunt improprietatem vocabulorum ut per Afflictum et Vallam et Fel. in c. caeterum, col. fina. de offic. ordi. Sed contra Vallam vide in hoc Vldar. Zasium in Epistola incipien. Laurentius Valla”49. La personalidad del humanista romano no admitía medias tintas: buena parte de la intelectualidad europea no se mantuvo indiferente, y se manifestó a favor o en contra. Ciertos jurisconsultos franceses se mostraron refractarios a Alciato, y ello les llevó a alinearse con Valla. Es lo que le sucedió, por ejemplo, a Jean Longueval, quien escribió: “Neque credas iureconsultos (qui fuerunt latinissimi ut ex scriptis digestorum clare apparet, et testatur Laurentius Vallensis homo alioqui cavillosissimus in prohe. tertii elegantiarum suarum libri) se astrinxisse et sibi legem in hoc dixisse, ut ranciditates istas leguleiorum et superstitiosas dialecticorum regulas ad normam observarent”50. Ciertamente, algunos autores, en su crítica a Alciato, ensalzaron a Valla. Quisieron terciar en el debate otros juristas como Pierre de L’Étoile, profesor en la Universidad de Orléans, y antiguo discípulo de Budé, que había cargado primero contra 47 [Badius, I.], Allegoriarum moraliumque Sententiarum in utrumque Divinae Legis Instrumentum, [Parisiis], Venundatur in officina et tabernis literariis eiusdem Iodoci Badii Ascensii, 1520, epístola inicial. 48 Nevizanus, J., Syluae nuptialis libri sex, s.e., 1526, pp. 6, 157, 219, 225. 49 Nevizzanis, J. de, Inventarium librorum in utroque iure hactenus impressorum, Lugduni, 1522, s.f. 50 Longovallus, I., Nova et facilis Declaratio ad l[egem] Imperium: ff. de jurisd[ictione] om[nium] judi[cum] et ad multas alias leges, Parisiis, M. Nicolaus a barra, 1528, s.f. 528 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Zasio, y luego contra Alciato51. En su debate con Zasio acerca de la interpretación de Cicerón, tocó de cerca a Budé y a Valla: “Sic omnes qui de latina lingua scripserunt, quantis laudibus, quantis praeconiis efferunt Ciceronem? Is tamen si Vallae credimus haud uno in loco est lapsus, manifestoque errore reprehenditur. Quid quod etiam Budaeus in primo libro de asse accusat eum quod graecos nimium inopes esse dixerit? Idem Valla latinitatis elegantiaeque puritatem iurisconsultis tribuit, postea tamen eos in quibusdam lapsos ostendere conatur”52. En realidad, Valla era víctima del debate colateral entre Zasio, Alciato y Budé, en el que intervinieron profesores como L’Étoile. Todos querían poseer la verdad de la interpretación de los textos grecolatinos y la cuestión era si los filólogos, solo con la grammatica, podían enmendar la plana a todos los especialistas de las Facultades superiores. Se trataba de la consabida querella del humanismo contra el statu quo universitario53. A veces, para atacar a Alciato, se alababa Valla o, para respaldar al profesor milanés, los juristas fustigaban al humanista romano. Entre estos últimos, se hallaba Claude Chansonette, quien –por ejemplo– al tratar el tema de la manumisión y los libertos, se inclinó claramente por la interpretación de Alciato, frente a la de Valla en las Elegantiae54. Una crítica mucho más violenta, aunque independiente, la hallamos en la obra de Johannes Eisermann, denominado también Ferrarius Montanus (1486-1558), primer Rector de la Universidad de Marburgo. Ferrarius, en sus Adnotationes in IIII institutionum Justiniani libros, no ahorró críticas a Valla55, aunque reconoció algunas de sus contribuciones eruditas, por ejemplo, al tratar el tema de la manumissio56. Pese que a lo largo de la obra se hallan diversos juicios sobre el humanista romano57, tal vez el retrato más significativo –a propósito de la noción de testamentum– sea el que sigue: “…Laurentius Valla, homo immodice mordax, hoc praesertim loci pepercisset, nam in reliquis iuris recentioris partibus, si non gravius atque in hac voce peccatum esset, errorem ego arbitrarer tolerabilem, in ea maxime nomenclatura non sic remote petita”58. Monheit, M. L., “Guillaume Budé, Andrea Alciato, Pierre de l’Estoile: Renaissance Interpreters of Roman Law”, Journal of the History of Ideas, 58/1, 1997, pp. 21-40. 52 Stella, P., “Apologia adversus Zasium”, en Repetitiones cum pluribus aliis quae in hunc vsque diem exstare videntur, Aureliae, in aedibus et officinis librariae, almae famataeque Vniuersitatis Aurelianensis, 1531, p. 86. 53 Sobre este tema, véase el grato ensayo de Rico, F., El sueño del humanismo. De Petrarca a Erasmo, Madrid, Alianza, 1993. 54 Cantiuncula, C., Paraphrasis in librum primum Institutionum Justiniani Imperatoris, Haganoae, ex Officina Seceriana, 1533, Tít. IV, s.f. 55 Ferrarius Montanus, I., Adnotationes in IIII institutionum Justiniani libros, Lugduni, apud Seb. Gryphium, 1534, pp. 199, 264, 268, 425, 464, 506, 508. 56 Ibidem, p. 92. 57 Idem, pp. 69-70: “Quare non admodum nos remoratur etiam in hac parte Laurentius Vallensis, qui nihil deformius in iurisperitis arbitratur, quam testimonium vel Pauli, vel Ulpiani quoties adsumunt, quod legem nominant, cum longe sit aliud, legem esse et habere legis vim: rem (si diis placet) acu tetigit Valla, nam si prudentum responsa legis vim habere permiserit, non video, quare a communi legum appellatione abhorrere debeant, ut taceam emergentem rerum varietatem, quae necdum tot legibus poterit in universum comprehendi”. 58 Idem, p. 222. 51 529 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Un juicio más ponderado lo hallamos en la obra de Johann Apel, quien no solamente tuvo en cuenta las ideas dialécticas de Valla, sino que estimó sus juicios filológicos, por ejemplo, al tratar de la diferencia entre pignus e hypotheca: “Tametsi Laurentius Valla hanc differentiam reprehendat. Qui tamen non improbat rhetorem probe adpellari professorem artis: orathorem, qui causas agit. Cum tamen hic quoque praeter ideomata nihil intersit: quod prior vox sit graeca, posterior latina. Ut videas Vallam Iurisconsultis ex professo fuisse iniquiorem, suis vero plus aequo propitium”59. Siguiendo la estela de Nebrija, cuya obra fue reimpresa también en 1538, Jacob Spiegel, en su Iuris civilis lexicon, hizo una depurada síntesis entre las ideas de Alciato y Valla. En lo general, prefería a Alciato, si bien –en lo que el milanés no le censuró– adoptó la solución de las Elegantiae. Puede verse, por ejemplo, el caso de librum: “Valla interpretatur patrem operis, volumen vero minus esse libro: confutans Ulpiani sententiam, qui, Si centum, inquit, libri legati sunt, centum volumna ei dabimus, non centum quae quis ingenio suo metitus est. At quid sibi vellet Iurecons. nescivisse Vallam, Alciatus demonstrat lib. de verb. sig. quarto”60. Spiegel citó a Valla reiteradamente para las voces armarium, armentarium, gestam rem, intervertere, ferri, illexerat, lapilli, male audire, mandare, margaritae, mereri, natales pluraliter tantum, noxae, noxam, nunc, observantia, offensa, perinde, perversus, portari, pulsare, quotanis, versicolores… Puede verse que eran, con pequeñas diferencias, casi las mismas voces que citó Nebrija, aunque aumentadas y con un continuo contraste entre las doctrinas de Budé, Alciato, Zasio y Valla. 4. Segunda etapa: de 1540 a 1580 La muerte de Budé y la edición de las obras de Valla, ambas en 1540, marcaron un cambio significativo. Alciato apenas publicó escritos nuevos hasta su óbito, acaecido en 1550. Sin embargo, otros juristas tomaron partido en esta contienda, espoleados por los debates anteriores y por una cerrada defensa que Franciscus Floridus (†1547) hizo de Valla, también ese año. Pensionado por Francisco I, Floridus era un humanista que se dedicó, entre otras cosas, a confirmar errores que Valla ya había indicado y a refutar los dislates del triuvirato (Zasio, Alciato y Budé). En particular, animado por su adhesión a Valla, fue muy contundente contra Alciato: “Cum igitur de iis quae institueram, parce admodum egissem, nec satis mihi constaret, postquam prius opusculum recognoscere decreueram, itidem ne in libro de Iuris ciuilis interpretibus essem facturus, ita me ad id negocium impulerunt, relecti Andreae Alciati de Verborum significatione libri, ut nullo iure ad eo desistere posse uiderer. Cuius rationem ut paucis accipias, in eum forte locum incidi, in quo ille omnia solis deferens Iureconsultis, quos nunquam errare potuisse persuasum habet, durissimam difficillimamque pro eis aduersus Laurentium Vallensem prouinciam cepit: qui cum de Latinae linguae elegantia exactissime scriberet, ipsos quoque iureconsultos reos peragere, ac in iudicium uocare non ueritus, ita ab 59 Apellus, J., Methodica dialectices ratio ad jurisprudentiam adcommodata, Norimbergae, apud Fridericum Peypus, 1535, [p. 39rv]. 60 Spiegel, J., Iuris civilis lexicon, Argentorati, Schottus excudebat, 1538, s.f. 530 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Alciato ubique reijcitur, ut nullo nec bene, nec male scriptorum habito discrimine, quasi mente captus aliquis id reprehendisse uideatur, quod nullo pacto recipere ualuerit”61. De nuevo los gramáticos se oponían a los juristas humanistas. Entre los cultivadores del derecho se formaron, con más nitidez que antes, dos bandos: el de quienes creían que Valla –con las herramientas de la filología– había hecho una contribución impagable, y el de los que consideraban que sus ideas tenían muy poco valor para la exégesis jurídica. En la década de 1540 hallamos una toma de posición de ambas facciones, aunque con matices entre sí. Sin duda, la mayoría de los juristas se posicionó contra Valla: se quejaron bien de su excesiva mordacidad, bien del escaso acierto al interpretar ciertas nociones jurídicas. Con todo, la obra de Floridus despertó curiosidad entre no pocos juristas, como el abogado Aurelius David Savius (†1562), quien valoró positivamente algunas de sus críticas62. Entre los seguidores de Valla hallamos a un jurista-gramático como Jean de Drosay (†1550) 63 y a un canonista como Jean Quintin (1500-1561), profesor en la Universidad de París, quien hizo un gran elogio de Valla y de Budé, y cargó las tintas contra Alciato. Acerca del humanista romano, escribió: “Laurentius Valla, homo facile doctissimus, et sine ulla dubitatione acutissimus, postque Vallam plerique doctrina magna et excellenti viri, multa nobis explicuerunt in Pandectis involuta sane, suisque non intellecta prorsus interpretibus”64. Hay que subrayar que el respaldo a Valla provenía, casi siempre, de juristas franceses devotos de Budé, que aborrecían a Alciato. En cambio, los detractores de Valla procedían de muy diversas latitudes, y casi siempre eran admiradores del jurista milanés. Cierto es que hubo algunos autores que, siendo fervientes admiradores de Alciato, exhibieron sus reservas hacia Valla, aunque sin descortesía. Por ejemplo, André Tiraqueau trató cuidadosamente las Elegantiae65 del humanista romano, si bien se mostró algo más severo con la Epistola contra Bartolum66. Tampoco Antonio Agustín, pese a ser un discípulo de Alciato67, fue muy crítico con Valla. Se limitó a subrayar algunas ideas de las Elegantiae y a señalar cuidadosamente las distintas soluciones 68 . Asimismo, Girolamo Cagnolo, indicando la mordacidad de Valla69, intentó calibrar sus aportaciones, especialmente en las nociones de cavillare y calumniare 70 , al igual que Bernhardus 61 Floridus Sabinus, F., In M. Actii Plavti Aliorvmque Latinae Lingvae Scriptorum calumniatores Apologia, Basileam, s.e., 1540, p. 121. 62 Savius, A. D., In Pandectarum Titulum de verb. et re. signifi. Tractatus Isagogicus, Lugduni, Sub scuto Basiliensi, 1546, pp. 54-55. 63 Drosaeus, J., Iuris universi Iustinianea Methodus olim a Cicerone optimo iuris artifice praescripta, nunc Dei munere veluti postliminio revocata, Parisiis, Apud Maturinum Dupuys, 1545, pp. 55, 74, 181v. 64 Quintinus, I., Iuris Analecta, In tit. de verborum significatione, Parisiis, Apud Reginaldum Chaudiere, 1543, p. 8v. 65 Tiraquellus, A., De nobilitate et jure primigeniorum, Parisiis, apud Iacobum Kerver, 1549, pp. 10, 32, 412. 66 Ibidem, p. 24. 67 Para una reciente visión global, Jordà i Fernández, Antoni, “Un humanista del derecho: Antonio Agustín (1516-1517?-1586) y su obra jurídica”, e-Legal History Review, 25, 2017, online. 68 Agustinus, A., Emendationum et opinionum, libri quatuor, Lugduni, apud Seb. Gryphium, 1544, pp. 80-81, 91, 98, 227, 266. 69 Cagnolus, H., Omnium legum tituli ff. de reg. iur. copiosa, subtilis et perutilis interpretatio, Venetiis, apud Hieronymum Scotum, 1546, p. 359. 70 Ibidem, pp. 201-202. 531 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Walther, quien apreció ciertos errores y aciertos en la obra valliana, al examinar algunos temas controvertidos acerca del latín de los jurisprudentes romanos o el alcance del derecho natural71. Entre los detractores de Valla hay que incluir a Pierre Loriot, que comentó las observaciones que aquel había hecho a Ulpiano en la noción de derecho natural y se mostró refractario a la interpretación valliana de testamentum 72 . Hay que añadir a Catelliano Cotta, quien en su Memoralia ex variis utriusque Juris Doctoribus collecta establecía una serie de consideraciones sobre el léxico jurídico, siguiendo un orden alfabético (addictio, adulterium, donum, exauctorare, gemmae, lamina, liberum, peculium, stratum…), y criticando a quienes seguían a Valla “con los ojos cerrados”73. Cotta no regateaba al humanista sus cualidades –Laurentius etiam Valla, vir literis bene meritus74–, si bien quedaban restringidas a cuestiones puramente gramaticales. Recalcaba que su interpretación era atinada en muchos aspectos históricos y filológicos, aunque no acababa de entender diversos pasajes, de modo que desvirtuaba los textos de Ulpiano y otros. Con todo, Cotta75, años antes, estimulado por el debate de Valla sobre el derecho natural ulpianeo, había llevado a cabo una lectura propia acerca del concepto de ius naturale, según la cual la vida y la muerte formaban la parte constitutiva del mismo. Con ello se lograba una interpretación biológica de la noción de derecho natural, que daba un sentido a las palabras de Ulpiano, y así se daba una vuelta de tuerca a la lectura valliana. Esta doctrina de Cotta, como veremos, fue muy comentada en las décadas siguientes. Desde un punto de vista lexicográfico, hay que citar las diversas ediciones del Lexicon iuris de Johannes Oldendorp, una obra que fue creciendo en número de entradas y la erudición. Si la edición de 1548 apenas contenía referencias a Valla (por ejemplo, en la voz mandare)76, fueron muchas más en la de 1553: adorare, armarium, declarare, edulium, fama, intervertere, lapilli, meretricem, negatio, non, nunc, occupare, offensa, pignora, pulsare, repetundarum, vector, versicolores…77 y hacían alusión no solo a las Elegantiae, sino a diversas obras suyas, incluyendo la Dialectica. Hay que subrayar que la mayoría de estas voces –con alguna innovación– se hallaban ya en la obra de Spiegel. Con todo, tal vez el mayor detractor de Valla fuera Étienne Forcadel, cuyas críticas pueden leerse en diversas obras suyas 78 . La más virulenta fue Necyomantia iurisperiti, uno de los libros jurídicos más enigmáticos de la época. Escrito en forma de diálogo, contenía diversos pasajes que atacaban a Valla, tachado una y otra vez de “gramático”. De entrada, al tratar la noción de mancipia, se ponía en boca de uno de los personajes la siguiente crítica: 71 Vualterus, B., Rhetorices praecepta ex jure, Norimbergae, apud Iohan. Petreium, 1545, s.f. Loriotus, P., De juris apicibus, tractatus VIII et de juris arte, tract. XX, Ludguni, Apud Sebastianum Gryphium, 1545, pp. 304, 321. 73 Cotta, C., Memoralia ex variis utriusque Juris Doctoribus collecta, Basileae, 1545, p. 9: “… qui solum putat posse legi Addictione, sequutus Laurentium Vallam et in hanc etiam sententiam (quam falsam puto) pedibus venit Siponti pontifex Nicolaus, in suis in linguam latinam Commentariis, et alii omnes Laurentium clausis oculis sequuti”. 74 Ibidem, p. 329. 75 Cotta, C., Legum Scholastici Memoralia, ex jure Divino et Humano Excerpta per ordinem Litterarum, Ticini, Jacob de Burgo Franco, 1511, pp. 53-84. 76 Oldendorpius, I., Lexicon iuris, Francoforti, apud Chr. Egenolphum, 1548, s.f. 77 Oldendorpius, I., Lexicon iuris, Francoforti, apud Chr. Egenolphum, 1553, pp. 26, 45, 122, 149, 171, 231, 253, 283, 303, 308, 313, 320, 321, 346, 371, 389, 440, 444… 78 Véase Forcatulus, S., Penus juris civilis, Lugduni, Apud Michaelem Parmenterium, 1542, pp. 8-12. 72 532 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) “Lapsum se Valla sponte confitetur, sicuti nec refragatur opinor, quanvis pervicax, quin lib. v. cap. xxxiiii, in mancipii etymologia insigniter erravit, dum ait, mancipium dictum fuisse, quod in manu, id est potestate, sit, ut manumissio”79. Una crítica similar se hizo a la interpretación de Valla de la noción de mente captus o testamentum81, así como también contra la lectura que había llevado a cabo el humanista romano de la idea de derecho natural. Ciertamente, el parecer ulpianeo –que ponía en común a los hombres y a los animales– le parecía totalmente ridículo a Valla, mientras que Forcadel defendió abiertamente al jurisconsulto romano82. Una crítica muy parecida se halla a la noción de convitium o convicium, que se hallaba en el lib. VI, cap. 52 de Valla: 80 “Valla etymologiam falsam dicit, et a vitio vel a vito potius deduci vult, quam a voce, a convitando ve, quo verbo usum neminem eruditorum scimus, deinde titubat, et modo cum t, modo cum c, scribi vult convicium, deinde cum reprehensionem etymi ineptam et curiosam intelligat, negat convicium a maledicto diferre. Nos, primo loco, convicium a voce deductum esse ostendemus, non a vitio, ut ante Vallam Nonius Marcellus frustra putavit, quia ratio syllabae hoc detegit, quae enim in vitio, brevis est, in convicio longa deprehenditur, a convito autem quis convitium deduxerit, cum sit verbum barbarum et imperite novatum?”83 En las siguientes décadas, tras la muerte de Alciato en 1550, la tensión se rebajó y muchos autores quisieron establecer un juicio ponderado entre el parecer del milanés y el del romano. Este proceder lo hallamos, por ejemplo, en las obras de Georg Lauterbeck 84 , o en los diálogos que, bajo el título de Bassanellus, escribió Mantova Benavides85. Lo mismo puede decirse de los Commentariariorum juris civilis de François de Connan 86 y muy especialmente en Ad titulum Pandectarum de verborum et rerum significatione commentarii de Jean Brèche 87 . En esta última obra hay más de treinta referencias a Valla, que enjuician las Elegantiae con acribia, y con un ánimo muy calmado. Más allá de las querellas, que las hubo88, Brèche, traductor y abogado, quiso ser un expositor elegante, que resumía para el lector las principales polémicas, y raramente tomaba partido en ellas. Las expresiones no solamente eran las más debatidas, sino que había otras menos trilladas (quaedam agantur, ager, strangula vestis, appellatione, locus, aliud est, frugem, interdum…). En cambio, muchas menos alusiones hallamos en el 79 Forcatulus, S., Necyomantia iurisperiti sive de occulta iurisprudentia dialogi, Lugduni, Apud Ioan. Tornaesium, 1549, p. 100. 80 Ibidem, p. 136. 81 Idem, pp. 248-249. 82 Idem, p. 146. 83 Idem, p. 202. 84 Lauterbegius, G., Differentiarum in Iure Libri Duo, Basileae, Apud Ioannem Oporinum, [1551], pp. 33, 58, 70-71, 96, 166. 85 Mantua Benavidius, M., Bassanellus. Colloquia, seu dialogi, Venetiis, ex officina Erasmiana, Vincentii Valgrisii, 1553, pp. 229, 404, 609. 86 Connanus, F., Commentariariorum juris civilis, Parisiis, Apud Iacobum Kerver, 1553, Tomus prior, 12v, 122v, 235v-236r. 87 Brechiaeus, I., Ad titulum Pandectarum de verborum et rerum significatione commentarii, Lugduni, Apud Ioannem Temporalem, 1556, pp. 60, 80, 87, 137, 145, 161, 165, 174, 179, 182, 211, 219, 290-295, 311, 316, 324, 342, 350-354, 408, 414, 421, 427, 447. 88 Maclean, I., Interpretation and Meaning in the Renaissance: The Case of Law, Cambridge, Cambridge U. P., 1992, p. 97. 533 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Commentarius verborum iuris de François Hotman, quien se hizo eco de las nociones de burdo, novitii, testamentum, uti…89. En el ámbito germánico, Joachimus Mynsinger a Frundeck 90 citó en diversas ocasiones las soluciones que Valla había ofrecido en las Elegantiae, aunque en un sentido muy crítico, y defendió a Justiniano de las calumnias que el humanista romano había proferido contra él. Mynsinger, con todo, no dejó de indicar la controversia que había generado la interpretación valliana del derecho natural… “Quae res occasionem reprehendendi Iurisconsultos Vallae dedit. Sunt autem aliquanto licentius locuti, nec satis distinxerunt ius naturale ab affectibus naturalibus, forte ut deservirent teneris studiosorum ingeniis, et populariter rem explicarent. Neque vero rarum est, ut verba aliquanto crassius accipiantur in iure civili”91. Efectivamente, algunos juristas habían aprovechado las burlas de Valla a la noción ulpianea de derecho natural, para enfatizar la dignidad del hombre, y subrayar las diferencias entre los hombres y las bestias. A su entender, al no aceptar el derecho natural de Ulpiano, sino otras nociones (como la de Cicerón), se alteraba todo el esquema de los derechos en Roma (civile, gentium…). Hay que mencionar a Juan de Orozco, profesor en la Universidad de Salamanca, quien, en sus comentarios a los dos primeros libros del Digesto, analizó el tenor de los mismos casi palabra por palabra, con el fin de esclarecer el origen y alcance de cada uno de los vocablos. Para ello, la ayuda de Valla resultaba claramente iluminadora92. Incluso quiso limar asperezas, indicando –a propósito de libertus– el posible valor de la observación valliana: “Libertinus, relativum ingenui est, libertus patroni, per libertinum, significamus conditionem hominis, per libertum, privatum quendam respectum, auctor Valla, cuius differentiae quasi ignaros iuris studiosos, reprahendit, quod nec Iasonem hic latuit. Ego alias pluribus verbis et ex Iurisconsultorum usu, et ex bonis autoribus ostendi, Vallae observationem hanc, perpetuam non esse, neque vocum istarum usum tanta (quantam ipse putabat) religione adstringi”93. Parecía que los juristas podían perdonar a Valla. Así lo debió de pensar también Ferdinando d’Adda, caballero del senado veneciano, quien acogió y ponderó los comentarios vallianos –sobre las cuestiones de siempre, como los libertos o la transliteración de ciertas nociones griegas94–sin acritud. Algunos, como Tobia Nonio, se opusieron a algunas de las etimologías de Valla, como la de testamentum95, mientras que otros no le citaron tanto, y –aunque le consideraron un hombre exagerado– no llevaron a cabo una crítica radical a su postura. Un ejemplo sería Ludwig Gremp von Freudenstein, 89 Hotomanus, F., Commentarius verborum iuris antiquitatum Ro[manorum] elementis amplificatus, Basileae, Apud Nicolaum Episcopium Iuniorem, 1558, s.f. 90 Mynsingerus à Frundeck, I., Apotelesma, sive corpus perfectum scholiorum ad quatuor libros institutionum juris civilis, Basileae, apud Nicolaum Episcopius juniorem, 1555, pp. 23, 26, 110, 161, 164, 319, 323… 91 Ibidem, p. 8. 92 Oroscius, I., Comentarii. Duo hi Tomi, in Priores integrosque Digestorum duos libros, Salmanticae, In aedibus Andreae à Portonariis, 1558, pp. 79-80, 237, 471, 545, 548, 700, 948. 93 Ibidem, p. 28. 94 Aduensis, F., Explicationum Libri duo, Quorum Primus est in Pandectas: Secundus in alias Iuris Ciuilis partes, Lugduni, Haered. Seb. Gryphius, 1561, pp. 14, 26, 60, 99, 123-124, 200, 229, 234, 253. 95 Nonius, T., Interpretationes in nonnullos Institu. titulos, Venetiis, s.e, 1566, p. 5v. 534 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) profesor y síndico de la ciudad de Estrasburgo, quien, en su Analysis seu Resolutio Dialectica Quatuor Librorum Institutionum Imperialium 96 , comentó las dificultades lingüísticas para entender correctamente el derecho justinianeo: “Affirmat Laurentius Valla homo alioqui acerrimi iudicii, tantam esse puritatem, quod ad sermonem attinet in quinquaginta digestorum librum ut etiamsi nostra facies latinae linguae esset extincta, tamen ex ff. latina lingua in integrum restitui queat”97. De ahí la importancia del estudio de la lengua latina. La obra más importante a la sazón fue el Lexicon juris civilis, et canonici, del jurisconsulto francés Pardoux Duprat, quien no solamente demostró conocer muy bien las Elegantiae, sino también la Dialéctica98. Esta obra se construyó sobre el modelo de Nebrija y de Spiegel, aunque enriquecida con otros juicios y perspectivas. El léxico contenía algunas palabras y expresiones muy estudiadas, así como también otras nuevas: aggeres sunt lapidum, alumnus, armatos milites, declarare, fama, intervertere, lapilli, mandare, meretricem, non iustum et iniustum, nunc, occupare, offensa, pignora iniuriae, pulsare, repetundarum, testamentum…99. Con todo, a la sazón, y pese a los intermediarios, los dos bandos seguían firmes. En las mismas fechas, Jean de Coras se opuso por completo a Valla, en una crítica sin fisuras, en la que alabó a Alciato: “Nam si vulgarem literam perspexisset Laurent. Valla emunctae naris, acrisque iudicii grammaticus, qui nec a Iurisconsultis quidem temperavit, credendum est virum illum tam absurdam interdicti etymologiam, nequaquam praeterisse, qui usque adeo misere et acriter Iurisconsultos est consectatus, ut illis diem dixerit, et de verborum plurimum significatione tanquam Latinae maiestatis laesae reos fecerit, quos tamen multo veriora docuisse in alienis professionibus, quam ipsemet Valla in propria arte commentari potuerit, eleganter defendit Andr. Alciat. Iurisconsultus, vir aetatis nostrae doctissimus lib. de verb. sig. iiii”100. En la década de 1570, las alusiones a Valla fueron espaciadas y poco relevantes. Cabe decir solamente que en el Novum lexicon utriusque juris, de Hieronymus Verrutius, casi no hubo alusiones (salvo algunas en entradas como edulium, meretrix…)101. Pueden citarse, de esta época, algunos libros, como las Quaestiones criminales 102 de Ippolito Bonacossa, el Tractatus de mercatura103 de Benvenuto Straccha, o De arbitrariis judicum 96 [Cornelis van Brederode, P.], Analysis seu Resolutio Dialectica Quatuor Librorum Institutionum Imperialium, [Argentorati], Excudebat Theodosius Rihelius, 1567, pp. 11, 19. 97 Ibidem, p. 8v. 98 Prateius, P., Lexicon juris civilis, et canonici, sive potius thesaurus, de verborum, quae ad jus pertinent, significatione, Lugduni, Apud Gugliel, Roovillium, 1567, p. 135. 99 Ibidem, p. 13, 14, 20v, 66v, 86v, 111, 118, 126, 129, 137, 139, 141v, 142, 151, 162, 169v, 187… 100 Corasius, I., In aliquot titulos et capita legum Secundi ac tertii tomi Pandectarum, Lugduni, Apud Antonium Vincentium, 1568, pp. 292-293. 101 Verrutius, H., Novum lexicon utriusque juris, supra omnes omnium editiones ex authoribus, tum graecis tum latinis, innumeris fere dictionibus locupletatum, Lutetiae Parisiorum, Apud Michaelem Sonnium, 1574, pp. 248-249, 425, 1042. 102 Bonacossa, H., Quaestiones criminales, Venetiis, Apud Damianum Zenarum, 1573, pp. 134, 161, 166, 211. 103 Straccha, B., Tractatus de mercatura seu mercatore clarissimi, Coloniae Agrippinae, apud Ioannem Gymnicum, 1576, pp. 302, 562. 535 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) quaestionibus et causis libri duo104 de Giacoppo Menocchio, aunque todos ellos de escaso calado para el tema que tratamos. Sin embargo, la excepción fue la publicación póstuma del amplísimo comentario que Pierre Rebuffi (1487-1557) hizo a De verborum et rerum significatione. Las polémicas que se contenían en el libro eran extemporáneas, si bien tuvieron como mérito reavivar las ideas de Valla en un momento en el que habían entrado en una fase de declive. Esta obra contenía más de sesenta105 alusiones al humanista romano. Hay que consignar que algunas de ellas eran notablemente críticas106 con las posturas vallianas, de acuerdo con el sentir de muchos autores franceses e italianos de la generación de Rebuffi. Este libro, tras un período en el que Valla estuvo menos presente en los escritos jurídicos, significó un revulsivo, que se produjo particularmente a partir de 1580, con una serie de obras de fuerte impacto en la cultura jurídica. 5. Tercera etapa: de 1580 a 1600 Hay que indicar que hallamos referencias incidentales en algunos autores desde 1576 a 1580: por ejemplo, Tiberio Deciani, quien a lo largo de su vida citó en diversas ocasiones al humanista romano y atacó duramente al cervicosus et superstitiosus ille prudentum iuris infectator Laur. Valla107, o Pierre de Grégoire, que afeó a Valla no haber entendido la noción ulpianea de derecho natural108. Sin embargo, las dos obras más significativas de esta etapa –muy diferentes entre sí– se publicaron en 1582. La primera que trataremos es De juris interpretibus dialogi VI, de Alberico Gentili, la cual contenía una crítica sin fisuras a todos los filólogos humanistas109. Gentili no tenía ningún tipo de misericordia con los gramáticos que se atrevían a opinar de derecho sin saber nada de leyes: sin hacer distinción alguna entre las diversas sensibilidades de los juristas humanistas, se preguntó cuáles habían sido los méritos de dichos humanistas y cuál había sido el progreso crítico del saber jurídico con sus contribuciones: “Quid id credere difficile est de Bartolo et reliquis, qui dies, noctesque semper in manibus habebant illorum monimenta, qui vel ipsi Ciceroni in Latina oratione non concedunt, si verum dixit Laurentius Valla, hunc trahe exemplum, quod proponitur in hanc ipsam meam sententiam, de homine, quo in Sole ambulet, ut coloretur, etsi id ille minime cogitet, etsi Bartolus, caeterisque cogitaverint minime Latinae linguae cognitionem adipisci; quod tamen Latinissimorum scripta versaverint semper, credendum omnino est, illis vel obtigisse, percurre tecum omnia, videris transfundi in res quasque, in homines quosque multum semper alienarum affectionum ex iugi 104 Menochius, I., De arbitrariis judicum quaestionibus et causis libri duo, Francofurti ad Moenum, s.e., 1576, pp. 7, 9, 63, 269, 297, 333. 105 Rebuffi, P., In tit. Dig. de verborum et rerum significatione commentaria amplissima, Lugduni, Apud Gulielmum Rovillium, 1576, pp. 19, 36, 45-46, 67-69, 82, 111, 125, 151, 162, 176… 106 Ibidem, pp. 316, 589… 107 Decianus, T., Responsorum, Vol. IV, Venetiis, apud Hieronymum et Ioannem Zenarios, 1579, p. 33. 108 Gregorius, P., De Juris arte, methodo et praeceptis, Lugduni, apud Ant. Gryphium, 1580, pp. 107-109. Sobre esta cuestión, véase Pedrazza Gorlero, C., Immagini dell’ordo iuris. Ars e methodus nella riflessione di Pierre Grégoire (1540-1597), Torino, Giappichelli, 2012, pp. 89-91. 109 Sigue siendo un clásico Astuti, G., Mos italicus e mos gallicus nei dialoghi ‘De iuris interpretibus’ di Alberico Gentili, Bologna, Zanichelli, 1937. 536 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) consuetudine, et contactu rerum aliarum, aliorum hominum, quid erunt mei illi interpretes extra omnes omnium sortem?”110 ¿Ignoraba Bartolo la lengua latina y merecía las críticas que Valla le había dirigido? ¿Qué habían aportado Budé y Valla?111 Gentili encuadraba a Poliziano, Valla, Gregor Haloander y Budé en un mismo grupo. Los dos primeros no eran juristas de formación, mientras que los otros dos sí. Para Gentili, en nada habían esclarecido el derecho romano y, con su rechazo de Bartolo y Baldo, habían intentado volver directamente a Cicerón, Ulpiano y Paulo, con magros resultados: “Quid nobis cum suis studiis humanioribus? meminístin Politianum, Vallam, Haloandrum, Budaeum? Cur non essent nobis illi iurisconsulti necessarii? Siccine gratiam refers? dicit, quia neque Ulpiani, aut Pauli munus ab eo diversum videretur, quod Bartolus et Baldus obiverunt; et a Cicerone Ulpianus audiret ac Paulus, quod vitio dabatur prioribus consultis de cognitione una in infinitam dispartita”112. Este texto pone en evidencia la crisis de la aproximación humanista: Gentili, sin quererlo, era el portavoz de un nutrido grupo de juristas. En el bando opuesto debe encuadrarse la otra obra que traemos a colación. Se trata de la publicación póstuma del Lexicon iuridicum de Simon Schard (ca. 1535-1573), con más de ochenta alusiones a Valla. No solamente tuvo en cuenta las Elegantiae, sino también la Dialectica, como sucedía en conceptos como negatio, non, velle o vim113, así como otras obras del autor. Aunque Schard intentara ser aséptico en la presentación de cada una de las voces, no podía disimular su respeto por el humanista romano. Las entradas no solamente incluían las cuestiones más consabidas (armarium, edulium, offensa, testamentum…,)114 sino que prácticamente trataban todos los temas controvertidos de las Elegantiae. Otros autores germánicos, como Henricus Schilbock115, en su Commentarius ad Institutionum libros, citaron varias veces las soluciones de Valla, y mostraron atención hacia sus juicios. Los dos bandos, irreconciliables entre sí, seguían en liza. En sus estudios monográficos de ciertos temas del derecho civil, algunos juristas de la Monarquía hispánica, como Francisco de Caldas Pereira y Castro116, se hicieron eco –en un sentido crítico– de las controversias de autores como Catelliano Cotta, y otros, como Fernando de Mendoza117, fueron muy críticos con Valla por sus objeciones a los juristas romanos. Insistía Mendoza en la ligereza con la que –a menudo– los modernos gramáticos tachaban a los autores clásicos: para este jurisconsulto castellano, Valla era solo un gramático temerario, cuya opinión en diversos temas (como su crítica a Ulpiano o la distinción entre pignus e hypotheca) era insensata. También en Italia Federico Scotti 110 16v. Gentilius, A., De juris interpretibus dialogi VI, Londini, apud Johannem Wolfium, 1582, p. 111 Ibidem, pp. 66v-67r. Idem, p. 76. 113 Schardius, S., Lexicon iuridicum iuris Rom. simul et pontificii, Basileae, per Eusebium Episcopium et Nicolai fratris haeredes, 1582, pp. 1496, 1525, 2297, 2350. 114 Ibidem, pp. 257, 781, 1573, 2225. 115 Schilbock, H., Commentarius ad Institutionum libros, Heydelbergae, Excudebat Ioannes Spies, 1584, pp. 112, 139, 355, 413, 458. 116 Caldas Pereyra y Castro, F., Analyticus commentarius, seu relectio, ad celebratissimam L. si curatorem habens, C. de integrum restitutione minorum, Ulyssippone, excudebat Emmanuel de Lyra, 1583, pp. 142, 215, 330. 117 Mendoça, F. a, Disputationum iuris ciuilis in difficiliores leges ff. de pactis libri tres, Compluti, ex Typographia Ferdinandi Ramirez, 1586, pp. 316-317, 334, 532. 112 537 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) se posicionó contra Valla, cuestionando muchas de sus soluciones y las críticas vertidas hacia los juristas romanos118. En la década de 1590, Valla fue especialmente apreciado en los centros reformados del Sacro Imperio y siguió siendo objeto de controversias. Los dos bandos seguían firmes. Así puede verse en la obra de Antoine Favre119, quien se volvió a referir al “gramático” Valla frente a los problemas de comprensión del derecho justinianeo. En Favre pesaba más su formación jurídica que las veleidades lingüísticas, mientras que en otros autores, como el escocés Alexander Scot, el filólogo sobrepujaba al jurista. En efecto, Scot preparó un Vocabularium utriusque juris, en el que deliberadamente indicaba que había tenido en cuenta a Valla, exactissimi vir iuditii120. Esta obra, en cuanto a la recepción de las doctrinas vallianas, cabe emparejarla con la de Verrutius, pues las citas al humanista romano no fueron muy abundantes (anniculus, cavillatio, donaria, epulum, libertinus, saltuarius, tantisper…)121. Se puede añadir a Nikolaus Vigel, quien, al perfeccionar su método jurídico, no desdeñó la ayuda de Valla, pues en las Elegantiae había mostrado con gracia que los juristas del Digesto pertenecían a épocas distintas. Con todo, la propuesta del jurista germánico quería trascender estas cuestiones históricas, para adentrarse en los problemas de la dialéctica jurídica 122. Era el camino hacia el racionalismo jurídico, cuyas raíces vamos a indicar muy sucintamente para acabar esta exposición. Concluimos, de hecho, el recorrido con tres obras que ejemplifican las tres principales direcciones de la recepción jurídica de las Elegantiae de Valla en el siglo XVI, y que son, al mismo tiempo, el preludio de su proyección en la centuria siguiente. La primera es un estudio sobre el título XVI del Libro 50 del Digesto (De verborum et rerum significatione), la segunda es una síntesis de la noción de derecho natural, y la tercera es el último léxico jurídico publicado en la centuria. El primer ejemplo es un escrito de Johannes Goddaeus (1555-1632), profesor en la Academia de Herborn. Se trataba de un comentario al título XVI, que contenía no pocas alusiones a Valla, y era una síntesis de muchos de los otros libros que hemos citado anteriormente, especialmente el de Jean Brèche, que enjuiciaba con sentido crítico. Si el francés se caracterizó por su juicio ponderado, Goddaeus fue un lector ácido, que impugnó la mayoría de las soluciones vallianas en muchos de los pasajes 123. Con todo, también reconoció la competencia filológica de Valla para esclarecer algunos términos (mulieres, capere, cavillatio…). 118 Scotus, F., Commentarii sive interpretationes ad varias partes juris, Venetiis, Ex officina Damiani Zenarii, 1589, pp. 13, 30-31, 73, 93-94, 101, 111, 129. 119 Fabrius, A., Conjecturarum juris civilis, libri sex, Lugduni, Apud Franciscum Fabrum, 1591, p. 186. 120 Scotus, A., Vocabularium utriusque juris, Lugduni, ex officina Iuntarum, 1591, proemio. 121 Ibidem, pp. 42, 131, 232, 252, 374, 503, 557… 122 Vigelius, N., Methodus juris feudalis, Hanoviae, apud Guilielmum Antonium, 1597, p. 9: “Miratur in libro superius allegato [Elegantiae] Laurentius Valla, cum veteres iurisconsulti etiam seculis inter se distent, eodem tamen stylo usos fuisse, quasi in eodem ludo ac schola instituti essent”. 123 Goddaeus, J., Commentarius repetitae pralectionis in Tit. XVI. Lib. L. Pandect. de verborum et rerum significatione, Herbonae Nassoviorum, Imprimebat Christophorus Corvinus, 1591, pp. 10, 23, 63, 239, 295-299, 403, 433, 518-522, 528, 534-539, 576-577, 629, 646, 681, 795, 938-945, 969-971, 995, 1069, 1014, 1053, 1075, 1230, 1146… 538 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) El segundo ejemplo es un pasaje de Antonius Matthaeus (1564-1637), profesor también en Herborn y en otras universidades, quien, en sus comentarios a las Instituciones, entre otros temas, enfatizó el concepto del derecho natural. Su síntesis de la cuestión, publicada en 1600, resume con bastante concisión cuáles eran las lecturas que la obra de Valla había propiciado: “Jus naturale est]. Ridet hanc definitionem Laurentius Valla libr. 4 eleg. cap. 48, quod ut rationis, sic quoque juris bruta sunt expertia. Recentiores autem interpretes, ut eam defendant, aliam ei affingunt sententiam, nimirum homines, quae jure faciunt, jure facere naturali, si eadem bruta quoque faciant animalia, seu rem eam in hominibus ratione utentibus jus naturale vocari, ad quam caeterae etiam animantes impetu naturae feruntur. Verum huic interpretationi fidem derogant ea, quae sequuntur, Nam ius istud, etc. quibus verbis diserte ipsum jus cum brutis communicatur. Porro jus naturale definiendum esse puto ex D. Paulo ad Rom. 1 et 2 cap. est lex inscripta cordibus nostris, seu est jus quod nobiscum nascitur. Ex hoc autem jure postea fluit jus gentium, quod ductu naturae per discursum humanae mentis inter omnes constituitur, usu sic exigente et humanis necessitatibus. Itaque cum jus naturale alibi jus gentium vocetur. §. singulorum, et §. venditae. j. de rer. dividere illud licet in Primarium et Secundarium. Primarium est lex nobiscum nata. Secundarium jus illud, quod in specie jus gentium vocamus”124. Por supuesto, la distinción entre derecho natural primario y secundario no parte solo desde las ideas de Valla, aunque es cierto que algunos autores reformados aprovecharon la crítica valliana a Ulpiano para cristianizar la noción de derecho natural y, de acuerdo con las epístolas de San Pablo, distinguir entre un derecho natural primario (como ley inscrita en los corazones) y un derecho secundario, en tanto que especie del ius gentium125. Esta doctrina halló un gran desarrollo en el siglo XVII. El tercer y último ejemplo es el Lexicon Iuridicum de Johann Kahl, publicado en 1600. Esta obra, con más de un centenar de referencias a Valla, estaba construida, sobre todo, a partir de los trabajos de Spiegel y Pardoux Duprat, si bien resumía algunos debates que habían durado toda la centuria, como el de la comprensión del derecho natural126. Los vocablos que se extraían de las Elegantiae eran, aproximadamente, los mismos que hallamos en los léxicos que acabamos de mencionar, ora copiados literalmente, ora con algunas modificaciones: abstinens, acta, actor, adversa, adulandi, adulterium…127 No faltaban las referencias a los temas más manidos: ager, fides, gemmae, libertinorum, librum, margarita, meretricem…128 En definitiva, estos ejemplos muestran los núcleos de difusión de las Elegantiae de Valla hasta 1600. En el siglo XVII, la influencia del humanista romano continuó, y lo hizo, sobre todo, en las universidades reformadas: en ellas, el debate acerca del léxico romano era capital para la intelección de un derecho –al mismo tiempo– histórico y aplicable. 124 Matthaeus, A., Notae et Animadversiones in libros IV. Institutionum juris Imp. Justiniani, Herbonae Nassoviorum, Typis Christophori Corvini, 1600, p. 7. 125 Véase Carpintero Benítez, F., Historia del derecho natural. Un ensayo, México, UNAM, 1999, pp. 39-44, y Rodríguez Puerto, M. J., “Derecho natural, propiedad y utilidad en el humanismo jurídico”, Ius fugit: Revista interdisciplinar de estudios histórico-jurídicos, 5-6 (1996-1997), pp. 495-532. 126 Calvinus, J., Lexicon Iuridicum Iuris romani simul, et canonici, feudalis item, civilis, criminalis, theoretici, ac practici, et in schola, et in foro usitatarum, Francofurti, Apud haeredes Andreae Wecheli, 1600, p. 1023. 127 Ibidem, pp. 24, 40, 74, 107, 108. 128 Idem, pp. 129, 776, 825, 1097-1098, 1003, 1160, 1181. 539 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) Conclusiones Es momento ahora de recordar las preguntas formuladas al principio y de intentar dar una respuesta. Hay que indicar, de entrada, que Valla fue un autor muy debatido en el siglo XVI, y que, a partir de Zasio, Alciato y Budé, se formaron, grosso modo, dos facciones: la de los “humanistas juristas” y la de los “juristas humanistas”. Los juristas que no estaban interesados en la renovación de los saberes desde la perspectiva de los studia humanitatis apenas mostraron su interés por Valla. ¿Qué entendemos por un “humanista jurista”? En esta categoría caben aquellos filólogos que se interesaron por el derecho (como Nebrija), o aquellos juristas titulados que, ante todo, se sintieron filólogos (como Budé). Unos y otros se caracterizaron por poner cualquier materia –el derecho, en este caso– al servicio del estudio filológico, y por pensar que, solo desde la filología, se podían depurar los demás saberes. Es evidente que esta facción era deudora de las ideas de Valla. Frente a ella, se hallaba la de los “juristas humanistas”, con Zasio y Alciato a la cabeza, quienes se caracterizaban por su apertura desde el derecho hacia la filología. La mayor diferencia con la anterior es que, para estos, primaba el contenido jurídico sobre el filológico. Eran, ante todo, juristas, y buscaban en los textos una solución legal y no meramente histórico-filológica. Esta clasificación nos ayuda a entender mejor la recepción de Valla, de quien solamente hemos analizado las Elegantiae. Hemos dividido la recepción valliana en tres períodos, que comprenden todo el siglo XVI: el primero, desde comienzos de la centuria hasta 1540, el segundo desde 1540 a 1580, y el último, que abarca los últimos veinte años. La época más estudiada hasta ahora la del enfrentamiento del triunvirato (Zasio, Budé y Alciato) con las ideas de Valla. Sin embargo, hemos mostrado que existían autores anteriores o coetáneos (como Nebrija), que determinaron toda una corriente en el debate pro y antivalliano. De hecho, aunque la facción de Budé y Nebrija pueda oponerse a la de Alciato y Zasio, hubo algunos intentos de conciliación, si bien los dos grupos estaban bastante definidos. Por un lado se hallaban los autores de diccionarios y comentarios al léxico jurídico, y por otro, la de los juristas con mayor interés en el contenido legal. De ahí que, en las filas de los proclives a Valla podamos situar a Schard, Savius, Drosay, Quintin, Brèche, Duprat… y, en el otro bando, a Forcadel, Coras, Mynsinger a Frundeck, Rebuffi… Entre los autores más moderados debe señalarse a Nevizzano, Lauterbeck, Mantova Benavides o Connan. Hay que consignar que, particularmente en Francia, durante la primera mitad del siglo XVI, la obra de Valla fue un arma arrojadiza entre los partidarios de Alciato y los de Budé. La publicación de las Opera de Valla en 1540 coincidió con la muerte de Budé, y solo el óbito de Alciato, en 1550, puso fin a una década de gran efervescencia en el debate. De hecho, hasta 1580, las cuestiones parecieron apagarse paulatinamente, si bien las críticas de Alberico Gentili y la publicación póstuma del Lexicon iuridicum de Simon Schard reavivaron la curiosidad por las ideas de Valla. Con todo, en cuanto a las Elegantiae, el interés por la obra del humanista romano puede reducirse a tres grandes temas: los léxicos jurídicos, los estudios sobre el lenguaje 540 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) jurídico (a partir del título XVI del Libro 50 del Digesto, De verborum et rerum significatione) y el debate acerca del derecho natural, que puede encontrarse en obras de varios géneros. Los admiradores de Valla, siguiendo la estela de Nebrija, elaboraron diversos léxicos y diccionarios jurídicos, entre los que cabe destacar los de Spiegel, Oldendorp, Duprat, Schard y Kahl. La única excepción reseñable sea la obra de Hieronymus Verrutius, en el que la presencia de Valla fue mucho menor. A lo largo de la centuria, se notó la labor acumulativa en el uso de las fuentes, si bien la presencia de Valla en ellas no disminuyó con el paso de las décadas, sino que más bien aumentó. En cuanto a las voces, hubo algunas que fueron muy discutidas (librum, manumissio, testamentum…) y otras que aparecían –con bastante consenso– en casi todos los léxicos (ager, armarium, edulium, offensa...). Precisamente, las voces con la terminología más debatida son la que hallamos en los comentarios a De verborum et rerum significatione, en los cuales hubo gran atención a la obra de Valla, si bien no todos los autores le trataron con la misma reverencia que en los léxicos. Mostraron más empatía con las soluciones de Valla juristas como Savius, Quintin o Brèche, mientras que otros como Hotman, Rebuffi o Godaeus –siguiendo de lejos o de cerca a Alciato– rechazaron muchas de las ideas del humanista romano. El último gran tema es el derecho natural, que dio pie a muy diversas interpretaciones. En general, salvo la de Catelliano Cotta, que leyó con imaginación a Valla, los juristas se mostraron muy críticos con las burlas contra Ulpiano que se hallaban en las Elegantiae. En contra del parecer de Valla, la solución del jurisconsulto romano parecía a casi todos sensata, y compatible no solo con otras definiciones de Paulo y demás jurisprudentes coetáneos, sino susceptible de ser cristianizada, tal y como intentó hacer Antonius Matthaeus. Estos tres temas pasaron al siglo XVII, en un itinerario que apenas muestra cambios bruscos con la centuria precedente. En las páginas anteriores hemos podido constatar un desplazamiento diacrónico progresivo desde la Europa meridional y central hasta el Sacro Imperio, casi en exclusiva. Hay que notar incluso que el debate llegó, de la mano de Gentili, a Inglaterra. En el ámbito germánico, con el auge racionalismo jurídico, los problemas de Valla fueron debatidos una y otra vez, puesto que se trataba de un derecho vigente e histórico a la vez, mientras que en el resto de Europa, más allá de una cierta fijación filológica por parte de algunos juristas eruditos, cayeron progresivamente en el olvido. Los debates sobre las Elegantiae de Valla muestran, en fin, el corazón de la discusión del humanismo jurídico, que no se agota con Zasio, Budé, Alciato, sino que recorre todo el siglo XVI, y que, con ciertas mutaciones, se prolonga en la centuria siguiente. Sus principales consecuencias fueron, por una parte, una muy escasa incidencia en la praxis jurídica, y por otra, la renovación de todo el utillaje lingüístico-conceptual, repensando hasta los más nimios detalles del derecho justinianeo, no tanto en el ámbito de las ediciones críticas, sino en el marco de la elaboración de léxicos, comentarios y obras auxiliares. En definitiva, los juristas, ante los ácidos ataques de Valla, tuvieron que defenderse. Ello les obligó a empuñar unas armas que jamás habían manejado con soltura. 541 GLOSSAE. European Journal of Legal History 20 (2023) La recepción de las Elegantiae puede entenderse como la crónica de la batalla entre dos facciones, duramente enfrentadas, pese a los intentos de conciliación. Al fin y al cabo, se trataba de una querella cuyos rescoldos siguen vivos entre los estudiosos: los textos jurídicos latinos, ¿deben ser interpretados por juristas o por filólogos? Pese a que autores como Gentili o Vigelius expresaran sus dudas acerca de la eficacia del método históricofilológico, visto con perspectiva histórica, los aciertos y los errores de Valla tuvieron una impronta indeleble en la cultura legal del Renacimiento. Sin duda, las Elegantiae de Valla espolearon la conciencia de muchos juristas: gracias a los trabajos del humanista romano –en algunos casos por reacción y réplica ante los excesos filológicos– se obtuvo una mayor depuración textual, una contextualización histórica mucho más rica, y un manejo más exacto del vocabulario. Referencias bibliográficas AAVV, Pédagogues et Juristes. Congrès du Centre d’Études Supérieures de la Renaissance de Tours, Eté 1960, Paris, J. Vrin, 1963. Aduensis, F., Explicationum Libri duo, Quorum Primus est in Pandectas: Secundus in alias Iuris Ciuilis partes, Lugduni, Haered. Seb. Gryphius, 1561. Agustinus, A., Emendationum et opinionum, libri quatuor, Lugduni, apud Seb. Gryphium, 1544. Alciatus, A., - Paradoxorum Ad Pratum libri VI [Mediolani, Minutianus, 1518]. - De verborum significatione libri quatuor, Lugduni, Seb. 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