Las legendarias guerras de la estepa

¿Existieron las amazonas? La realidad tras el mito

Parte de la mitología griega desde la guerra de Troya, el origen histórico de estas guerreras legendarias se encuentra en las tribus nómadas que vivían al norte del Mar Caspio.

Pronomos Painter   ARV 1336 extra   amazonomachy   three draped youths   Montesarchio MANdSC 70157   05

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Escena de amazonomaquia en una crátera del pintor Pronomos. La mítica lucha de los héroes contra las amazonas se convirtió en un símbolo del conflicto entre griegos y persas, entre civilización y barbarie. Siglo V a.C., Museo Arqueológico Samnita, Benevento.

Cuenta Homero en la Ilíada como durante su guerra con los griegos los troyanos habían recibido la ayuda de las “varoniles amazonas”, un pueblo de Asia Menor formado solo por mujeres hábiles en el tiro con arco y la monta, cuya reina Pentesilea fue muerta Aquiles

Estas guerreras tan singulares aparecerían posteriormente en muchos mitos, protagonizando historias tan populares como los 12 trabajos de Hércules, donde el héroe robó el cinturón dorado de la reina Hipólita, y su amigo Teseo la secuestró, provocando un ataque de las vengativas mujeres contra Atenas.

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Las amazonas se convirtieron así en parte esencial de la mitología griega, adornando cerámicas, representadas en relieves y convertidas en esculturas por artistas de la talla de Sosikles. ¿Pero existieron realmente, o solo son un invento de los autores antiguos?

La realidad tras el mito

Ya durante la Antigüedad los historiadores griegos intentaron dar respuesta a este enigma empezando por Heródoto. El padre de la historia refiere en sus Historias un curioso relato en el que las míticas guerreras fueron seducidas por jóvenes escitas, quienes abandonaron a sus padres para formar con ellas el pueblo de los sármatas al norte del Caspio. Las hijas de esta unión continuaron “cazando, yendo a la guerra y vistiéndose a la manera de los hombres” como hacían sus madres.

Three Line Group   ABV 321 10   Achilles and Penthesilea   fight   Mu¨nchen AS 1502  02

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En una de las obras publicadas tras la Ilíada se cuenta como Aquiles se enfrentó a las amazonas y mató de un lanzazo a su reina Hipólita (arriba), de quien se enamoró al quitarle la armadura. Crátiera del siglo V a.C. encontrad aen Vulci, Museo de Atigüedades, Múnich.

Wikimedia Commons

Otros autores ampliaron esta tentativa descripción enlazándola con el mito troyano, al afirmar como Hipócrates que “cuando eran bebés sus madres les cauterizaban el pecho derecho con un hierro candente […] para impedir su crecimiento” de modo que pudieran tirar mejor con arco. Se decía también que practicaban la bárbara costumbre de no casarse hasta que habían matado a tres hombres, y que su sociedad era igualitaria sin ricos ni pobres.

Durante siglos todas estas descripciones se consideraron simple historia mítica sin fundamento alguno, pero el hallazgo de varias tumbas de guerreras en Rusia y Armenia (fechadas entre los siglos VI a.C. y IV d.C.) obligó a replantearse su veracidad.

Black figure skyphos Amazon and monster (Boston MFA 99 523) 01

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Las mujeres escitas vestían largas prendas para protegerse del viento y el frío y se tocaban con el característico gorro frigio. Amazona montada en un skypos del siglo VI a.C. Museo de Bellas Artes, Boston.

Wikimedia Commons

En yacimientos como los de Devitsa, Bover y Shirak aparecieron los restos de numerosas mujeres rodeadas de armas, en cuyos huesos descubrieron puntas de flecha incrustadas y marcas de corte que demostraban su participación en los combates de la estepa. Serían así estas guerreras sármatas y escitas las que darían origen a la leyenda de las amazonas.

Guerreras de la estepa

Esos dos pueblos fueron una nación de nómadas que habitaron en las inmensas estepas al norte de los mares Negro y Caspio. Llegados de las profundidades de Asia en el siglo VI a.C., estos jinetes basaron su economía en el pastoreo y las incursiones, rechazando la vida sedentaria típica de los griegos.

Szki´ta

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Pese a ser pueblos nómadas tanto escitas como sármatas desarrollaron una notable habilidad en la orfebrería y la metalúrgica, como demuestra esta pieza del siglo II a.C. Museo del Hermitage, San Petersburgo.

Wikimedia Commons

Al contrario de lo que nos dicen los autores, su sociedad estaba estratificada en varias clases como demuestra la mayor riqueza de algunas tumbas. La vida esteparia era por lo demás dura: las niñas escitas se iniciaban en la monta y el tiro con arco al cumplir los diez años, y participaban en todas las tareas de la comunidad, incluida la guerra, en igualdad de condiciones con los hombres.

El aspecto de estas fieras mujeres era ciertamente chocante para los civilizados griegos, pues vestían pantalones y túnicas de manga larga, se protegían con armaduras de escamas o malla, y en base a algunos cadáveres masculinos descubiertos en el permafrost, podemos afirmar que incluso se tatuaban.

Scythian gold comb with the image of a battle scene, from the Solokha kurgan, 430 390 BC (47362587962) copia

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Aunque el escudo de mimbre y la coraza de escamas eran las defensas tradicionales del pueblo escita, a partir del siglo V se empezaron a incorporar elementos griegos gracias al comercio y los contratos mercenarios. Peine escita del kurgán de Solokha, 430-390 a.C.

Otra costumbre incomprensible para los helenos era la de deformar la cabeza de los niños con bandas apretadas, lo que alargaba el cráneo hacia arriba como un símbolo de estatus que diferencia a los nobles del resto de la comunidad.

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En combate, las escitas empleaban un arco compuesto hecho de madera, tendón y hueso, un arma ideal para los fulgurantes ataques relámpago típicos de las llanuras. En los encuentros a corta distancia blandían una gran variedad de espadas, mazas, hachas y lanzas, usando también los lazos con los que atrapaban al ganado para desmontar a sus rivales del caballo.

Marble statue of a wounded Amazon MET DP277772

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La Amazona herida de Sosikles (siglo V a.C.) fue uno de los retratos más famosos de estas mujeres guerreras, usualmente representadas en actitud moribunda para significar el fracaso de sus costumbres bárbaras ante la civilización griega. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.

Wikimedia Commons

 Luchando junto a sus familias las amazonas escitas supieron defender su libertad frente a las invasiones de persas y macedonios, pero la llegada de los hunos desde Mongolia en el siglo IV d.C. supuso su final. Algunas tribus se unieron los invasores y otras se refugiaron con los Alanos, junto a quienes invadirían el Imperio Romano para terminar asentándose en Hispania y África. Un largo viaje para unas mujeres que alcanzaron fama por primera vez bajo los muros de Troya.