Oliver Masucci, se convierte en un notario envuelto en un hotel convertido en prisión. En este extraño lugar se verá influenciado por una tortura que va más allá de cualquier comprensión. Para liberarse de ese sufrimiento que le corroe el alma, deberá de buscar un divertimento como es el ajedrez.
El hombre dentro de Masucci
En ‘The Royal Game’, el juego está servido. Josef Bartok se ve preso del resto del mundo, y nosotros somos los únicos testigos de esa atrofiada mente que se va devorando poco a poco. Encerrado en un hotel con un mínimo servicio e incluso nada de sociabilidad. Un terror que va escarbando y haciendo mella en nuestro protagonista. Porque Masucci hace un ejercicio exponencialmente poderoso al enterrarnos junto a él un retorcido juego muy lejos del ajedrez. Nos vemos sumidos en una locura que aviva la fuerza de Masucci. No es más que la prueba de que este actor alemán es uno de los mejores que ha dado su país en esta década. Te aterra verlo pasar tan mal.
Elige tu cárcel
Pero hay algo más poderoso que la actuación de Masucci, las localizaciones. Por un lado, tenemos a la habitación del hotel, donde parece que el lugar se está haciendo más y más pequeño. Un recóndito trozo del hotel donde Masucci pasará mucho tiempo solo. Es agobiante verlo luchar contra sí mismo y sus ‘intentos’ de fugas. Véase la ironía de un hotel de unas cuantas estrellas, convertido en una prisión donde encierran a los presos políticos. Y, por otro lado, nos encontramos con un barco, que lo lleva a la libertad. Una libertad llamada: América. Pero en realidad es otro tipo de prisión, pues en el barco se ve reflejado la sociedad americana. El elitismo en el barco es una prueba de lo desgarradora que puede llegar a ser el mundo que nos toca vivir.
Crítica de ‘Tribus de Europa’: más de Oliver Masucci
El ajedrez, y la soledad.
Pero lo más curioso es el mensaje subliminal, pues en ‘The Royal Game’ nos hace ver la importancia del ajedrez. Sí, ese juego/deporte donde parece que los jugadores están enfadados mientras juegan (Y si no os lo creéis, miradlo) es en realidad una herramienta para liberarnos de nuestros propios pensamientos. El protagonista lo usa, no mucho, como una fuga de escape para ser libre de sus secuestradores. En esta película, no revela que la paz se encuentra en nuestro interior, solo hay que encontrarla. Sí, sé que es una memez que la utilizan todos los directores, eso de la paz interior; pero en ‘The Royal Game’ Stölzl nos lo muestra de una forma más práctica. Nos revela que realmente la paz la encontramos a través de ejercitar nuestra mente.
Una alta gama de soledad.
Como un reflejo de nosotros mismos, el protagonista se ve solo en una habitación. Y también lo está en el barco, es el significado de soledad lo que nos imbuye esta película. Ese uso que nos apuntala los pensamientos de que estamos solos. Me parece una película que nos roba las ganas de reunirnos con nadie, que nos atrapa con esos nefastos pensamientos del protagonista. En más de una ocasión es posible que os sintáis, igual que él, solos entre tantas personas. Como esos jugadores de ajedrez que juegan solos, los unos contra los otros. Tiene tantas cosas esta película, que nada más verla una vez no servirá de mucho.
Mi opinión
Una película que al principio me parecía aburrida, hasta el final. No os voy a dar pistas sobre lo que ocurre, pero es un giro tan bien hecho que me enamoró esta película. Además de que me declaro fan de Masucci, un actor que lo ves y te sigue gustando más. Creo que es de esas pocas pelis que para entenderla la tienes que ver una par de veces.