Un testigo en silencio

Los Warden son un matrimonio de buena posición económica y sin enemigos aparentes que un día aparecen brutalmente asesinados en su mansión. Sólo existe un testigo de los hechos: su hijo pequeño, un niño autista de 9 años llamado Tom. Con el fin de descubrir al asesino, Tom es tratado por un psiquiatra infantil llamado Jack Rainer, que iniciará una terapia para conseguir comunicarse con el niño.

Psicothriller realizado por Bruce Beresford, un prolífico director que alcanzó el éxito internacional con la oscarizada “Paseando a Miss Daisy”. Esta cinta guarda muchas similitudes con la exitosa “Único Testigo”, sin embargo, pasó totalmente desapercibida en taquilla. En ambos títulos el argumento gira entorno a un asesinato del cual un niño es el único testigo, y aunque el pequeño de la primera película no era autista, pertenecía a una secta religiosa que también le causaba problemas de comunicación. Buen reparto, en todo caso, con un Richard Dreyfuss en el papel de esforzado psicólogo, secundado por Linda Hamilton, John Litghow y una debutante Liv Tyler.