June y Jennifer Gibbons: así fue la perturbadora vida de las "gemelas silenciosas"

Esta es la triste historia de June y Jennifer Gibbons, las gemelas que solo hablaron entre ellas y en un lenguaje inventado por décadas.

La vida de June y Jennifer Gibbons parecía estar condenada a estar llena de dificultades. Hijas de inmigrantes barbadenses establecidos en el Reino Unido, las gemelas idénticas se enfrentaron al acoso y racismo de la sociedad británica de los años sesenta. Ellas respondieron encerrándose en una burbuja, desarrollaron un lenguaje propio y dejaron de comunicarse con el resto de las personas por décadas. Su mundo solo era habitado por la una y la otra.

Desafortunadamente, esto solo logró que el destino de las hermanas tomara una dirección catastrófica. Un rumbo que las llevó a vivir internadas contra su voluntad por años; un camino que terminó con la vida de una de ellas de una forma inexplicable, aún para la ciencia. Esta es la triste historia de las “gemelas silenciosas”.

¿Quiénes fueron June y Jennifer Gibbons?

Nacidas el 11 de abril de 1963 en la base británica de Adén, en Yemen, las gemelas June y Jennifer Gibbons conocieron el racismo y el acoso a muy temprana edad, cuando se mudaron con su familia al conservador pueblo de Haverfordwest, en Gales.

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Sus compañeros de escuela eran crueles con ellas. Sus maestros no sabían qué hacer al respecto y sus familiares preferían no hacer nada. Llevadas a un extremo, June y Jennifer decidieron algo que marcaría su vida y su relación con los demás: se volvieron reservadas, se negaron a escribir o leer y se comunicaron solo entre ellas con un lenguaje propio, ininteligible para el resto de las personas. Las actitudes de las Gibbons sorprendieron a todos a su alrededor, especialmente a quienes intentaban acercarse a ellas y ofrecerles ayuda o compañía.

Cortesía Vintage

A mediados de la década de los setenta, las hermanas fueron separadas por recomendación de psicólogos escolares. Ambas fueron enviadas a internados diferentes en un intento por romper su burbuja e integrarlas al mundo. El esfuerzo fue en vano y la situación se volvió peor con el tiempo. Ninguna de las dos rompió su voto de silencio.

La triste vida de las gemelas Gibbons

Tras el fracaso de la separación, las hermanas se reunieron y se hicieron aún más cercanas. Sin dirigirse a nadie más que a su pequeña hermana Rose, las gemelas Gibbons comenzaron a crear arte para expresar todo lo que no decían con palabras. Hicieron obras de teatro, cuentos e incluso marionetas; escribieron diarios y publicaron, casi por capricho, una serie de novelas: ‘Pepsi-Cola Addict’, ‘The Pugilist’, ‘Discomania’ y ‘The Taxi-Driver’s Son’.

Desafortunadamente, su escape de la realidad también involucró el consumo de drogas y alcohol. En 1981, Jennifer y June fueron detenidas por haber cometido una serie de delitos que incluyeron robo e incendios provocados en su localidad bajo la influencia de sustancias prohibidas. El veredicto de la justicia inglesa fue internarlas en el Hospital Broadmoor por 12 años. Ambas estarían separadas la una de la otra y serían medicadas para reintegrarlas a la sociedad.

Jennifer Gibbons, Marjorie Wallace y June Gibbons – Getty Images

La condena fue un absoluto infierno para las hermanas, quienes perdieron todo interés en vivir. Años después, atraída por la historia, la periodista Marjorie Wallace se reunió con las Gibbons para conocer su caso. El encuentro motivó una serie de columnas publicadas en The Sunday Times y el exitoso libro “Las gemelas silenciosas”, de 1986. Ahí se especificó que June y Jennifer habían acordado que si una moría, la otra debía romper toda promesa previa y comenzar a hablar. Volver a vivir. Jennifer se había ofrecido a sacrificar su vida.

¿Qué pasó con las “gemelas silenciosas”?

El 9 de marzo de 1993, June y Jennifer Gibbons fueron liberadas del Hospital Broadmoor y trasladadas a la clínica Caswell, en Gales. Durante el trayecto, Jennifer se quedó dormida sobre el regazo de su hermana; sus ojos se mantuvieron abiertos todo el tiempo. Al llegar al centro clínico en Bridgend, los doctores no pudieron despertar a la gemela.

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Tras llevarla al hospital e intentar reanimarla, Jennifer Gibbons fue declarada muerta. La causa médica fue una repentina inflamación del corazón. A pesar de los estudios y análisis forenses, el deceso de la mujer permanece como un misterio. No había drogas, ni un comportamiento anormal que provocara la miocarditis aguda que la llevó a la tumba. Solo quedó la promesa que le había hecho a su hermana. June comenzó a hablar. “Por fin soy libre y por fin Jennifer ha dado la vida por mi”, dijo June a Wallace ya en el nuevo milenio.

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