¿Quién fue Gomer en la Biblia? La historia de la esposa de Oseas

¿Quién fue Gomer en la Biblia? La historia de la esposa de Oseas

Gomer fue la esposa del profeta Oseas citado en el libro que lleva el nombre del profeta en el Viejo Testamento. La historia de Gomer en la Biblia se conocía eminentemente por ser una mujer infiel. No es posible determinar precisamente el significado del nombre Gomer, pero algunos intérpretes creen que quizás Gomer signifique “perfección” o “integridad”.

Según el texto bíblico, Gomer era hija de Diblaim. Vivió durante el siglo VIII a. C. en Israel. Vale la pena rememorar que este fue el periodo del llamado “reino dividido”. Resulta que después de la desaparición del rey Salomón, el reino unificado de Israel terminó por derrumbarse. Las tribus del norte formaron el reino de Israel, que más tarde tuvo su capital en Samaria; y en el sur se estableció el reino de Judá, con su capital en Jerusalén.

Gomer y Oseas vivían en el Reino del Norte, esto es, en el reino de Israel. En ese momento, Israel se encontraba gobernado por Jeroboam II. El rey Jeroboam II tuvo un largo reinado que trajo mucha prosperidad al reino de Israel. Pero por otra parte, asimismo había una pobreza muy grande, alimentada eminentemente por la injusticia y la corrupción. En el campo religioso, los israelitas asimismo estaban tomando el camino de la apostasía, al adoptar la religión de los pueblos vecinos.

Fue en el contexto de agitación popular y religiosa en Israel que Dios levantó a Oseas como su profeta. En ese sentido, el matrimonio de Oseas y Gomer jugó un papel muy importante en el mensaje de Dios a la nación.

El matrimonio de Gomer y sus hijos

Según el texto bíblico, Dios ordenó al profeta Oseas que se casara con una “mujer de prostitución” y tuviera con ella “hijos de prostitución”, pues la tierra se había prostituido, apartándose del Señor (Oseas 1:2).

En otras palabras, la mujer adúltera de Oseas, Gomer, adjuntado con sus hijos, eran figuras de la infidelidad de los israelitas a Dios al proseguir a otros dioses. Tras casarse con Oseas, Gomer dio a luz un hijo que se llamó Jezreel, conforme al orden del Señor.

Jezreel, que verdaderamente significa “Dios siembra”, fue también el nombre del rincón que sirvió de ámbito para la conquista del poder por parte de Jehú, antepasado de Jeroboam II, en el momento en que traía juicio sobre la vivienda del rey Acab (2 Reyes 9 ) . Sin embargo, ahora, siendo el nombre del hijo de Oseas, Jezreel apuntó el inminente juicio de Dios que sería derramado sobre Israel y pondría fin a la vivienda de Jehú (Oseas 1:4,5).

Posteriormente, Gomer dio a luz una hija a la que llamaron Lo-Ruhamah, cuyo significado trae el sentido de una persona que no ha recibido compasión, o sea, una persona desfavorecida (Oseas 1:6). Ese nombre simbolizaba el objetivo de la compasión de Dios por el impenitente Israel.

Ocasionalmente, Gomer se transformó en madre de un tercer hijo que se llamó Lo-Ammi, que básicamente significa “No-Mi-Gente”. Este nombre indicaba que los israelitas habían violado absolutamente el pacto, al punto de no ser más contactados como pueblo de Dios (Oseas 1:9).

Ciertos comentaristas especulan que quizás solo Jezreel era hijo de Oseas, y Lo-Ruhamah y Lo-Ammi eran descendientes de las relaciones adúlteras de Gomer. Sin embargo, el artículo hebreo no trae evidencia verdaderamente concluyente para evaluar esta teoría. Lo que en realidad registra el texto bíblico es que Gomer le fue infiel y abandonó a Oseas; pero entonces el profeta fue a buscarla y adquirirla de nuevo para que pudiera ser de nuevo su esposa (Oseas 3).

¿Fue real el matrimonio entre Gomer y Oseas?

Algunos eruditos sugieren que el matrimonio entre Gomer y Oseas no fue real, sino más bien sencillamente una representación alegórica de la infidelidad de Israel hacia Dios. No obstante, la mayor parte de los intérpretes del Viejo Testamento sostienen que el matrimonio de Gomer y Oseas en realidad debería interpretarse como un evento histórico, pero que asimismo tenía un propósito simbólico.

Esto quiere decir que la relación entre el profeta Oseas y una mujer infiel ilustró dramáticamente la relación de Dios con su pueblo infiel. Algunos comentaristas sugieren la oportunidad de que Gomer se involucrara en la prostitución solo después de su matrimonio, si bien esto es poco probable ya que Dios le ordenó a Oseas que se casase con una mujer infiel.

Sea como fuere, es claro que tal como Gomer traicionó a Oseas, los israelitas traicionaron al Señor. El adulterio de Gomer representó la idolatría de Israel. Pero tal como Oseas compró a una mujer adúltera para que fuera su mujer de nuevo, Dios, en su enorme felicidad, prometió perdonar y renovar su pacto con su pueblo arrepentido.

Esa promesa de perdón y bendiciones futuras, representada en la reconciliación de Oseas y Gomer, se cumplió en su plenitud en la persona de Cristo. En ese sentido, Gomer es una imagen de todos nosotros. Éramos pecadores infieles, infieles espiritualmente y enemigos de Dios. Pero aun sin merecerlo, fuimos reconciliados con Dios por la obra salvadora de Cristo. Él nos recompensó pagando, en nuestro rincón, la deuda del pecado ante la justicia divina.

Finalmente, asimismo es interesante saber que Gomer era el nombre de otro personaje bíblico del Antiguo Testamento. Mucho antes de la temporada de la mujer de Oseas, uno de los nietos de Noé mediante su hijo Jafet recibió su nombre (Génesis 10:2,3).

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