Cuaderno de temas filosóficos: 4. ¿Por qué la persona se vuelve fanática? 26/02/11

domingo, 27 de febrero de 2011

4. ¿Por qué la persona se vuelve fanática? 26/02/11


“Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso”             D. Diderot
“El peor vicio del fanático es su sinceridad”                         O. Wilde
“…, el fanatismo no dura mucho”                                           F. Engels
“El fanatismo es la única ´voluntad de poder´ a que también es posible hacer acceder a los débiles e inseguros”                                              F. Nietzsche
“En donde es deseable en fanatismo – a las naturalezas flemáticas sólo se las puede entusiasmar, si es que se las fanatiza”                        F. Nietzsche
El fanatismo es a la superstición, lo que el delirio es a la fiebre, lo que la furia desenfrenada es a la ira”                                                                Voltaire
El fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacía una causa religiosa, política, pasatiempo o hobby.
Consta de una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento.
El fanatismo puede referirse a cualquier creencia afín, persona o grupo. En caso extremo el fanatismo supera la racionalidad, llegando a situaciones de irracionalidad peligrosas, como la violencia, destrucción, agredir, encarcelar, torturar y matar a seres humanos. Incluye como síntoma el deseo incondicional de imponer una política o una creencia, considerada buena para los intereses de su “líder” del mismo fanático o del grupo. Otras definiciones son:
·      “Partidario exaltado e intolerante de una creencia”.
·      “Que defiende con apasionamiento y celo desmedidos una creencia, una causa, un partido, etc.”,
·      “Entusiasmado ciegamente por una cosa”.
Es decir, la persona al cerrarse a la realidad, distorsiona el proceso del conocimiento. Se vuelve una patología de apasionamiento exacerbado, con matices de misticismo y fundamentalismo que lo estupidiza.
Surge cuando existe un caldo de cultivo por alguna circunstancia y situación política, social donde “los líderes” encuentran meritos y en base a demagogia y populismo captan y encaminan a los adherentes hacía su causa.
Es diferente el caso cuando la población necesita o utiliza la violencia para hacer prevalecer sus derechos.
La gran mayoría de las personas son neutras ante el fanatismo, son sumisas, se dejan llevar, se acomodan a la situación. Una de las razones es que somos creados sumisos desde que nacemos.
Etimología
Proviene de la persona que se da a una entidad pública o secreta para responder a él llamado de la misma cuando se la requiera sin importar el momento, hora ni lugar. Antiguamente y hasta ahora, se dan casos que una vez que se es parte de tal sociedad no hay marcha atrás y todo aquel que se rehúsa a prescindir las órdenes es descartado de pertenecer a otra entidad y si es necesario, se llega hasta el extremo de la ejecución.
Significa templo, por tanto, fanático quería decir perteneciente al templo y hubo un tiempo en que llegó a significar protector del templo. Después, adquirió el sentido de la intemperancia desmedida en la defensa de la religión.
Así pues, la noción de fanatismo se relaciona con la religión en un principio; pero el término abarca en la realidad un campo semántico mucho mayor.
La historia de la cristiandad está llena de relatos sobre fanáticos que por lo general produjeron los frutos de la violencia.
Ningún período de la historia exhibe mayor cantidad de crueldad, libertinaje y fanatismo que el de las cruzadas o durante la invasión y conquista de los españoles al continente americano.
El fanático se define por su causa. El problema ya no forma parte de él, él es parte del problema.
Tipos de fanatismo
Son varios y se producen debido a la afinidad o contrariedad con una persona, religión, ideología, deporte o pasatiempo u otros.
Ejemplos de fanatismo se han dado en el terreno religioso con la defensa de dogmas, o la defensa de libros sagrados o de dioses, o defendiendo un punto de vista racional o irracional específico.
Los religiosos afirman que, la diferencia entre religioso y fanático reside en el hecho de que el religioso ve a la religión como un medio para creer o conocer alguna deidad, mientras que el fanático ve a la religión como dios, y la trata como incuestionable.
Otros ejemplos comunes de fanatismo se dan hacia una persona, grupo o club, como los club de fans o fanáticos de un artista, cantante, actor, deportista, etc.
También existen los fanáticos antireligiosos, anticristianos, antimusulmanes o hasta por el mismo del futbol.
Fanatismo religioso
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más ha generado controversia a través de la historia en cuanto se han llevado y llevan a cabo, conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones hasta llegar a actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión.
Se encuentra en diversas doctrinas religiosas tales como: la cristiana, islámica, la judía entre otras. El fanático religioso se identifica como el individuo con una conducta enceguecedora, lo cual puede causar que cometa actos en contra de las personas que no creen en esta.
Generalmente contiene el deseo de ser mas fanático que los demás, por lo cual se esfuerza por ser más fanático día a día, cometiendo actos que los identifican como tal. Puede seguir una lógica inflexible lo cual lo lleva a defender el porqué de sus creencias, es decir lo indefendible.
En los siglos XVI y XVII el fanatismo religioso alcanzo un alto grado a causa que los simpatizantes condenaban las ciencias debido a que esta estaba en contra de la religión, a los reyes acusados de superficiales materialistas que llevaban una vida de placeres extremistas y a los estudiosos de los astros quienes se les acusaban de servidores de satanás.
En muchas ocasiones tenía como principio, de quien piense diferente, se convierte en una especie de "adversario".
En las religiones más influyentes y expandidas mundialmente se aprecian actos de fanatismo desde la decadencia del imperio romano, por el cual los cristianos quemaron libros y estatuas, que según ellos, eran inmorales y trataron de fulminar los avances en la literatura y arte de los griegos y los romanos.
Las cruzadas fueron actos fanáticos e imperialistas lo cual generó la disputa centenaria entre musulmanes y cristianos quienes combatían en nombre de su "Dios" durante la edad media, y exterminaron etnias íntegras. Otros actos la extirpación de idolatrías y la santa inquisición católica que implantaron en América, la cual pretendía durante la edad media, suprimir la herejía.
En la actualidad algunos actos fanáticos se aprecian bajo la acción de grupos de la religión islámica. Actos de terrorismo, como los trágicos sucesos de el derribo de las torres gemelas en el 2001, entre otros los cuales los servidores a su creencia terminan con su vida cometiendo daños hacia otros ciudadanos que difieren de sus creencias, con tal de impartir un mensaje.
Diagnóstico
Generalmente el fanático es una persona ignorante e ingenua a la vez, la cual mayormente tiene un razonamiento suficiente para sí mismo, para justificar y defender sus creencias mediante la agresión o juzgando al adversario como hereje.
Mayormente no acepta consejos ni modificaciones, por lo cual es extremadamente difícil que pueda cambiar su pensar. Se ha podido reflejar como un núcleo social en el cual se ha exaltado el deseo de suprimir a los que se le oponen a sus creencias o a su modo de ver la vida.
Esto mayormente va mas allá de lo debido, por el modo desproporcionado de entender y defender una causa, la cuales le llevan al sentido de llevar a cabo una misión, la cual es capaz de recurrir a todos los medios con tal de triunfar.
Contienen una conciencia desmedida de su propia grandeza: el fanático se identifica con la causa que defiende, se alimentan del celo inquisitorial y actúa como fiscal o juez de la verdad.
El fanatismo religioso concretamente es incapaz de admitir el mundo en su diversidad y para aprender el los otros. Es una sociedad que se encuentra anclada en un tiempo y en una forma fija de ver las cosas. Se opone al movimiento que conduce a la realidad y por tanto, no se puede ver en ella cambios. No deja posibilidad para el normal desarrollo de la vida y para el descubrimiento de nuevas cosas, no da tregua en el redescubrimiento humano.
Naturaleza psicológica del fanático
La conciencia de la individualidad se suprime mediante la atenuación de la conciencia del yo, por una parte, y mediante la acentuación del sentimiento de pertenencia a lo otro. Para lo primero sirve el alcohol, las drogas, el éxtasis sexual, etc. Para lo segundo se procede a la adhesión incondicional a sectas y facciones totalitarias políticas o religiosas, la entrega a un grupo, o a personas posesivas.
La conciencia corporal se disminuye mediante la reducción de las vivencias corporales y la desvalorización del mundo en donde la vida corporal se desarrolla. Desde el punto de vista epistemológico, el fanático, curiosamente, se parece a su contrario el relativista, en la medida en que para ambos no cabe el debate o la búsqueda común de la verdad.
El fanático cree poseer la verdad de manera tajante. Afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando a través del cuestionamiento de las propias ideas que representa la crítica del otro.
Se caracteriza por su espíritu maniqueo y por ser un gran enemigo de la libertad. Los lugares donde impera el fanatismo son terrenos donde es difícil que prospere el conocimiento, la ciencia y donde parece detenerse el curso fluyente de la vida. Un mundo, en definitiva, contrario a la mudable naturaleza humana que en ocasiones se diría anhela la muerte. De hecho, para Albert Camus en “El hombre rebelde”, es una suerte de nihilismo destructivo más.
El precio a pagar por la cristalización del pensamiento engendrado por el fanatismo resulta caro para la Humanidad. El alejamiento de la verdad es una de ellas, porque para profundizar en el conocimiento debemos estar abiertos al descubrimiento de la parte de verdad presente en los demás, desde una humildad intelectual de corte socrático, con una actitud dogmática resulta difícil llegar muy lejos intelectualmente.
Pero existe otra desventaja que tal vez resulte más contundente que la epistemológica: que el fanatismo siempre ha conducido a guerras y a graves desastres. Tras numerosas conflictos sociales, guerras, masacres, limpiezas étnicas e injusticias se halla la intolerancia de muchos fanáticos.
Esto han coincidido en señalarlo todos los defensores de la tolerancia. El fanatismo es el culpable de esos males, que podrían evitarse con la universalización de un talante fraternal que acepte las diferencias.
Entonces en el fondo es un proceso psicológico que emnubla la razón.
Características
Los rasgos que caracterizan a una persona fanática son los siguientes:
  • Dogmatismo: Fe ciega en una serie de verdades que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad.
  • Carencia de espíritu crítico: No se admite la libre discusión acerca de las propias verdades, ni su crítica racional.
  • Maniqueísmo: Las diferencias son consideradas de manera radical. No se admiten los matices. Además, la diversidad humana la suelen encerrar en dos categorías: buenos y malos;
  • Odio a la diferencia: Desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas;
  • Autoritarismo: Afán de imponer las propias creencias y de forzar a que todo el mundo se adscriba a la misma.
Durante el terror de la Revolución Francesa, hubo el libertinaje de la sangre, la guillotina funcionaba todos los días. También era otra forma de fanatismo.
Existen casos donde el alma del saber de una persona, se convierte en un alma de la falsedad y también de viciversa.
Por ello concluimos, que el fanatismo no conduce ni produce ningún buen fruto.
Entonces, la respuesta es: los intereses particulares, las frustraciones, la alienación y la falta de una adecuada cultura, conducen a la persona al fanatismo. La filosofía es contraria al fanatismo.

La mejor receta contra el fanatismo, es ser abierto y permeable a las discusiones, la diversidad, saber perdonar, ser tolerante, etc. Tener capacidad para aceptar la dualidad y los diversos matices, en nuestro comportamiento y actitud. 

Acabo con la siguiente reflexión; ¿Podemos decir que el ser humano debe tener una dosis de fanatismo controlado hacía aquellos valores sublimes y nobles para el ser humano, como son la libertad, solidaridad, justicia y la verdad?
Ing. Raúl Chávez A. / nuevaoran@hotmail.com

2 comentarios:

  1. Bastante informativo e interesante, cubrió varios aspectos tanto culturales como psicológicos y filosóficos en una buena redacción.

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