El calendario gregoriano en el Nuevo Mundo. Historia global, cultura escrita, tiempo universal
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2022

El calendario gregoriano en el Nuevo Mundo. Historia global, cultura escrita, tiempo universal

The Gregorian calendar in the New World. Global History, Written Culture, Universal Time
Ricardo Uribe

Resúmenes

La puesta en marcha del calendario gregoriano en el Nuevo Mundo sigue siendo una cuestión irresoluta, o por lo menos un tema que no ha pasado del comentario general, el señalamiento de fechas y la presentación de documentos. Hasta este punto, poco se sabe sobre cómo circuló la noticia de la reforma del calendario, qué tan efectivo o traumático fue el cambio de computación, y cuáles fueron las instituciones, agentes y prácticas que hicieron posible su divulgación. Este texto viene a llenar dicho vacío historiográfico aportando nuevos documentos, pero, sobre todo, sometiendo el problema de estudio a un análisis que permite concebirlo como el inicio de un tiempo a escala global de proyección universal. Las conclusiones de esta investigación posibilitan reubicar la globalización del calendario de Europa a tierras hispanoamericanas, trasladar el inicio de la estandarización mundial del tiempo del siglo XVIII a finales del XVI, y con ello ponderar en su justa medida el papel que jugó la Iglesia frente a la acción definitiva de la administración de la Monarquía hispánica. Todo con el fin de reconstruir las vías por las cuales un cómputo abstracto se transfiguró en prácticas concretas que terminaron por sincronizar a los dos hemisferios.

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  • 1 E. Nothaft, C. Philipp, Scandalous Error: Calendar Reform and Calendrical Astronomy in Medieval Eu (...)

1Los diez días que transcurrieron en el calendario juliano entre el 4 y el 15 de octubre de 1582 no se contabilizaron en los reinos europeos de la Monarquía hispánica ni en los territorios pontificios. La razón de esta reducción obedeció a lo que hoy se denomina reforma del calendario o calendario gregoriano, en la época llamado “calendario romano” o “nuevo cómputo”. En términos generales, se trató de la corrección del cálculo lunisolar mediante el cual se determinaba la celebración de la Pascua, fecha insigne del cristianismo y referencia inapelable para conocer las demás “fiestas de guardar”. El desfase era bien conocido desde la Edad Media por teólogos y astrónomos que lograron en su momento cierto grado de concertación, pero la decisión de abordar el problema y conformar una comisión para llegar a una solución definitiva no se dio sino a partir de las disposiciones acordadas en el Concilio de Trento (1545-1563).1

  • 2 Coyne, George V. S. J., Michael Anthony Hoskin, y Olaf Pedersen, eds., Gregorian Reform of the Cal (...)

2A pesar de la participación decisiva de los catedráticos y matemáticos españoles, y del propio Felipe II y sus consejeros reales que pusieron a andar toda la maquinaria administrativa al servicio de la implementación de la reforma, la historiografía sigue considerando que el calendario gregoriano solo adquirió carta de globalidad a partir del siglo XVIII cuando fue adoptado sucesivamente por los reinos y ciudades protestantes, anglicanas, uniatas y ortodoxas. Es más, algunos afirman que solo hasta el principio del siglo XX se puede apreciar concretamente el alcance global del fenómeno en la medida que China, Japón y los países de la Unión Soviética finalmente adoptaron el calendario gregoriano.2

3Ciertamente la aceptación y asimilación del nuevo cómputo no sucedió de manera inmediata y, por lo tanto, este problema de estudio se debe inscribir en un marco interpretativo de escala global que al mismo tiempo lo considere como un fenómeno de larga duración (de hecho, es preciso pensarlo como un proceso inconcluso que se dilata, se contrae y se reanuda constantemente hasta la actualidad). En ese sentido, al omitir los territorios ultramarinos de la Monarquía hispánica se está perdiendo de vista que la expansión ibérica en tierras transoceánicas, con la subsiguiente instauración de instituciones administrativas, fomentó la búsqueda de una sincronía válida tanto a nivel local como global, al tiempo que estableció las condiciones de posibilidad para suplir esta necesidad de orden práctico.

  • 3 Algunos autores afirman que la génesis del calendario de proyección universal se debe buscar entre (...)
  • 4 Los ejemplos se multiplican conforme se afianza la presencia de la administración española, pero p (...)

4En efecto, el calendario cristiano no era más que uno de los muchos sistemas temporales de incontables sociedades y su preeminencia mundial solo comenzó hacia finales del siglo XVI.3 El primer paso hacia la globalización y universalización de este tipo particular de calendario se dio justamente cuando desbordó los límites del continente europeo con dirección al Nuevo Mundo, gracias a la cultura escrita, la red de despachos reales y la intermediación de diversos sujetos ubicados en ambos hemisferios guiados por el interés genuino de estar al día y por conocer de antemano los rudimentos para calendar. Varios indicios apuntan a que en décadas tempranas del siglo XVI ya se empleaba la datación cristiana en el Nuevo Mundo, es decir, el calendario juliano, y en ese sentido estas primeras expresiones allanaron el camino para una asimilación serena y expedita de la reforma.4

5Empero, todas estas manifestaciones cronológicas, más o menos conexas, no encontraron un momento de mayor sincronía sino hasta 1584. Año en el que se tiene constancia de que la Real Audiencia de Lima recibió la noticia del nuevo cómputo por medio de una pragmática, orden que acataron los oficiales reales pregonando su contenido, omitiendo los diez días correspondientes y reimprimiendo el documento para que continuara su circulación a lo largo y ancho del virreinato peruano.

6Estos actos terminaron por solidificar el vínculo temporal entre las gentes del Pacífico y las del Mediterráneo, formalismos propios del despacho que habían sido repetidos un año antes por un sinnúmero de oficiales reales cuando la noticia surcó el Atlántico, arribó a los territorios insulares del Caribe, luego a las costas novohispanas y penetró el continente hasta la Ciudad de México para seguir su curso hacia las Islas Filipinas. De esta manera se empezó a cerrar el ciclo del calendario juliano y simultáneamente se abrió el del tiempo universal, estructura temporal que en el presente ha conocido su fase más sólida de consumación mediante los dispositivos digitales que automáticamente emplean el calendario gregoriano (aunque sea en su forma más secular y sin que se haga alusión a su nombre u origen).

Los canales de circulación del nuevo cómputo

  • 5 Actualmente se conocen dos ejemplares de este impreso (y no uno, como a veces se afirma): The John (...)

7La documentación sobre la cual se suelen apoyar a la hora de referirse a la introducción del calendario gregoriano al Nuevo Mundo se reduce esencialmente a una: la “Pragmática sobre los diez días del año”. Este es un documento de dos folios con texto por ambas caras, reconocido ante todo por ser el primer impreso que salió de un taller de imprenta en la América meridional, específicamente en Lima el 14 de julio de 1584 y realizado por el impresor de origen italiano Antonio Ricardo (Fig. 1).5

  • 6 Archivo General de Indias (AGI), Indiferente, L. 30, ff. 351r-354r. Bajo el título de “Provision y (...)
  • 7 La real cédula de Lisboa en: Biblioteca Nacional de España (BNE), MSS/18670/6. Todas las copias im (...)
  • 8 Una traducción no oficial del latín al inglés se puede consultar en: English Translation of Inter (...)

8Dicha pragmática reproduce de manera fiel la real cédula expedida por Felipe II en Aranjuez el 14 de mayo de 1583 mediante la cual ordenó poner en marcha el nuevo cómputo en los territorios transoceánicos de la Monarquía hispánica.6 Orden que, a su vez, repetía una primera cédula dada en Lisboa el 29 de septiembre de 1582, texto que se publicó días después en Madrid y Alcalá de Henares el 3 de octubre bajo el título: “Pragmatica sobre la orden que se ha de guardar, en la reformacion y cuenta del Año”. Documento que también se reimprimió al año siguiente en las mismas ciudades, esta vez agregándole una cubierta con el escudo real, el pie de imprenta y la advertencia de que ahora se vendía en ciertas librerías (Fig. 2).7 Todas estas pragmáticas y cédulas reales obedecían a la bula Inter Gravissimas expedida el 24 de febrero de 1582 por el papa Gregorio XIII que ordenaba así el cambio de cómputo para todos los feligreses del planeta católico.8

Fig. 1 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (Lima, 1584)

Fig. 1 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (Lima, 1584)

Fuente: THL, Typ. 100.584, 53-1453, ff. 1a y 2r.

Fig. 2 – Real cédula de Lisboa (1582) y cubierta de la pragmática reimpresa en Madrid (1583)

Fig. 2 – Real cédula de Lisboa (1582) y cubierta de la pragmática reimpresa en Madrid (1583)

Fuente: BNE, MSS/18670/6; HLS, 990044230120203941

  • 9 Barnes, Monica, “Pragmática sobre los diez días del año (1584)” en Pillsbury, Joanne, ed., Fuentes (...)

9Este breve rastreo de las formas impresas que divulgaron la llamada reforma del calendario permite hacerse una idea del tiempo que tomó la difusión, las ciudades que primero conocieron la noticia y la importancia que tuvo la imprenta en su circulación. No obstante, la simple recopilación de estos impresos y la esquematización de los lugares y fechas de impresión ha conllevado a los investigadores a depositar toda la responsabilidad de la reforma en la imprenta, y de paso a decretar unos lugares y unas fechas puntales y unívocas.9 Cuando en realidad la asimilación del nuevo computo se consumó en el día a día mediante otros soportes escritos que se mimetizaron en diversas prácticas orales y de lectoescritura, más la ayuda imprescindible del voz a voz que de manera incesante respondió al interrogante cotidiano de saber la fecha actual.

  • 10 AGI, Indiferente, 740, n.80, f. 1r.

10Lo primero que es preciso poner de manifiesto con el fin de recoger la visión sincrónica y global que se tenía en la época sobre la urgencia del calendario, es el hecho de que el 21 de julio de 1582, dos meses antes de la primera real cédula expedida desde el reino de Portugal, el Consejo de Indias le advirtió a Felipe II que “con la brevedad que hubiese lugar se enbie a las Indias el dicho kalendario para que en todas ellas se instituya la cuestion que en el se refiere”, agregando que se debían imprimir el número de copias que “pareciera necesario y con los despachos para su execusion”, de modo que se remitieran a “todas las indias en las primeras ocasiones de manera que si fuere posible en todas aquellas partes se instituya la dicha correstion el año de que viene de ochenta y tres”.10

  • 11 BNE, R/41318. En una carta posterior fechada el 7 de noviembre de 1584, el arzobispo y ahora tambi (...)

11Así se empezó a ejecutar en el virreinato de Nueva España, pero, contrario a lo planteado por los consejeros reales, la noticia arribó primero por un canal distinto al de la imprenta. Pedro Moya de Contreras, por entonces arzobispo de México y poco después virrey de Nueva España, escribió a Felipe II una carta fechada el 26 de octubre de 1583 para comunicarle que hasta ese momento no había “subido del puerto los calendarios”, retraso que no impidió que se informaran en la ciudad de una misiva oficial que “vuestra majestad mandó a remitir con su real cédula”, documento que fue expedido con la misma fecha que la de Aranjuez y que el arzobispo hizo sacar copia impresa (Fig. 3).11

Fig. 3 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (México, 1583)

Fig. 3 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (México, 1583)

Fuente: BNE, R/41318, ff. 1a y 2r.

  • 12 La trayectoria de Antonio Ricardo y los periplos de estos primeros impresos son datos bien conocid (...)

12Copia que, por cierto, se imprimió el 6 de septiembre de 1583 en la imprenta de Pedro Ocharte, impresor de origen francés en cuyo taller trabajó Antonio Ricardo mientras vivió en la Ciudad de México antes de partir al virreinato de Perú. Dato no menor cuando se tiene en cuenta que Ricardo conocía de antemano el contenido y la importancia de la reforma en el momento en que debió imprimir la pragmática en Lima, de modo que no tendría ningún problema en acatar las órdenes de la Real Audiencia que le pidió detener la impresión del libro que estaba realizando en ese momento (y que luego se conocería como “Doctrina Christiana”), para priorizar así la publicación del nuevo cómputo.12

  • 13 AGI, Indiferente, 427, L. 30, ff. 354r-354v. Transcrito en: Pacheco, Joaquín Francisco, Francisco (...)
  • 14 Carta dirigida al general jesuita Claudio Acquaviva en: Egaña S. J., Antonio de, ed., Monumenta pe (...)

13Por otra parte, la misma correspondencia que recibió Pedro Moya de Contreras también fue remitida al virrey de Perú, los presidentes de las audiencias de Santafé y Santo Domingo, así como a los arzobispos de Lima, México, Nueva Granada y Santo Domingo.13 Es más, en unas líneas breves, pero desde este punto de vista bastante dicientes, el padre José Acosta S. J. le informa el 30 de mayo desde Lima a su superior en Roma que “aún no está acá hecha la corrección del año. Hazerse a el Octubre 4 que viene del presente de 84”, frase que sugiere que la noticia ya era común entre varias personas mucho antes de que se publicara oficialmente.14 En este punto la orden del nuevo cómputo ya se había transfigurado en diferentes materialidades, pasando de manuscritos a impresos y viceversa, haciendo de la pragmática impresa en Lima un eslabón más de la cadena de circulación.

  • 15 Sobre los ritos de presentación y divulgación de los documentos reales, véanse: Castro Rojas, Isab (...)

14Paralelamente, a este conjunto de textos se le sumó la oralidad como elemento difusor, escenario imposible de pensar sin la intermediación de los pregoneros y escribanos. Como era habitual con la recepción de documentos reales, después de ser leída, besada y puesta en la cabeza por las autoridades de las casas reales como forma de hacer efectiva la presencia remota del monarca, la real cédula o pragmática fue publicada en “altas è intelligibles vozes” por los pregoneros en las plazas y puntos recurrentes de los pueblos y ciudades. De estos actos quedó constancia manuscrita en las propias pragmáticas impresas que se conocen, gracias al oficio de los escribanos que le recitaban al pregonero el contenido para que lo magnificara con su vozarrón y se escuchara al unísono frente a un “haz de mucha gente”, “mucho concurso de personas” que los “oyeron, y entendieron, y pudieron oyr y entender”.15

  • 16 BNE, R/41318.

15Por medio de estas anotaciones se logra ver la huella que iba dejando la noticia a su paso por algunos territorios recónditos de ambos virreinatos. En la copia de la pragmática impresa en Ciudad de México, dos escribanos dejaron el testimonio de dos pregones efectuados en poblaciones distintas: uno se escenificó el 8 de septiembre de 1583 en la población de Tepeaca “por boz de Joan negro” ante “las muchas personas que presente estaban”; y el otro se realizó el 1 de octubre en la población de Tecamachalco en “la plaça publica” por “boz de Jusepe color moreno esclavo” estando “presente mucha gente”.16 Ambas localidades estaban cerca a la ciudad de Puebla, lo que sugiere una de las muchas direcciones que tomó la noticia y los tiempos relativos de su difusión.

  • 17 JCB cat., pre-1675.
  • 18 THL, Typ. 100.584, 53-1453.

16Así mismo, en las dos copias impresas en Perú se encuentran otros dos pregones, pero esta vez en poblaciones distantes entre sí: hacia el occidente de Lima e internándose en la región andina se reportó el pregón del “Calendario Romano” en la plaza pública de Huarochirí el 7 de agosto de 1584;17 y hacia el sur, cerca a la costa y a varios kilómetros de la Ciudad de los Reyes se publicó a voz viva en Cañete el 27 de septiembre de 1584 “en has de muchas gentes” y “otras muchas personas”.18

  • 19 Archivo Nacional de Bolivia, Audiencias de Charcas, Cédulas reales originales, V. 14, 161, ff. 1-2
  • 20 Archivo Central del Cauca (ACC), Fondo Global Cabildo, Tomo Libros de Belalcázar, ff, 49v-52.
  • 21 Tamblyn Lee, Bertram y Juan Bromley, eds., Libros de cabildos de Lima, Tomo 10, Lima, Consejo Prov (...)

17En otros menesteres propios de los escribanos, los libros de las reales audiencias y las actas de cabildo de algunas ciudades terminan por delinear los caminos por los que anduvo la noticia de la reforma. En el libro de registro de las reales cédulas de la Audiencia de La Plata, provincia de Charcas, un escribano dejó consignado la recepción de la pragmática con fecha de 29 de julio de 1584.19 Simultáneamente y en dirección contraria a todas las anteriores, el 28 de agosto de 1584 un escribano del cabildo de Popayán hizo lo propio dando fe de que se cumplieron todos los ritos de recepción, publicación y propagación de la noticia. Por esta vía la pragmática se dirigió al norte hacia la población de Caloto con el fin de “que tengan noticia de ella y la justicia del dicho lo haga pregonar”.20 Días después, un escribano consignó en el libro del ayuntamiento de Lima que el 11 de septiembre se leyó la pragmática entre los cabildantes, y unas páginas más adelante, correspondientes a las reuniones del mes de octubre, glosó: “aquí entro el día que mando la pragmática que se contasen quinze [días] abiendose de contar cinco”. Fragmento fielmente extraído de la pragmática y que por sí mismo generó el efecto de omitir las fechas indicadas.21

  • 22 Morga, Antonio de, Sucesos de las Islas Filipinas, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, (...)

18Mientras tanto y al otro lado del mundo, ya en tierras asiáticas, asegura el cronista y oficial real Antonio de Morga en su libro Sucesos de las Islas Filipinas (1609) que, ante la llegada del letrado Santiago de Vera a Manila el 25 de mayo de 1584 para posesionarse como gobernador y capitán general, se iniciaron las gestiones para establecer allí una Real Audiencia y así implementar las nuevas disposiciones reales, entre ellas la reforma del calendario. Pues el propio Santiago Vera y sus acompañantes, que zarparon del puerto de Acapulco el 9 de marzo “conforme a la nueva computación de los tiempos”, se vieron obligados a repetir las mismas fiestas que ya habían celebrado en el barco una vez arribaron en Manila. Ciudad en donde se comenzó “aquella quenta hasta el cinco de octubre” de 1584.22

Reformación sin conmoción

  • 23 Para un panorama sobre las reacciones del calendario por fuera del mundo católico, véase: Ziggelaa (...)

19Uno de los tópicos que acompaña hasta el presente al calendario gregoriano tiene que ver con su supuesto carácter impositivo y su rechazo sistemático por fuera de la geografía católica. Esta visión unilateral de las cosas se fundamenta en la generalización de opiniones de época producidas por un círculo selecto de doctos y de algunas autoridades religiosas de las iglesias protestantes, anglicanas, uniatas y cristianas ortodoxas. Personajes que por más de un siglo se opusieron al cambio por considerarlo una estratagema de intromisión de Roma, posición política que los relegó de un debate verdaderamente científico en torno al nuevo cómputo. Esta versión la ha matizado y en cierta medida desmitificado la historiografía, mostrando que la reforma se contempló como una posibilidad real en varias ocasiones, e ilustrando con numerosos ejemplos que los mundos populares abrazaron y acataron la modificación.23

20A la hora de identificar las condiciones que posibilitaron la puesta en marcha del calendario gregoriano en sociedades por fuera del orbe católico, la bibliografía señalada coincide en líneas generales en tres elementos: por un lado, la imprenta como agente difusor a través de documentos oficiales, calendarios y libros de computación; por otro lado, la administración como ámbito en el que era imprescindible el ejercicio de la datación; y por último, la ciencia y la economía como prácticas que requerían de unas fechas y cálculos precisos. Estos factores suelen enmarcarlos como singularidades propias de la Ilustración, convención historiográfica que en este caso impide ver que en realidad dichas condiciones estaban predispuestas en los reinos de la Monarquía española hacia finales del siglo XVI.

  • 24 Bouza, Fernando, Cartas de Felipe II a sus hijas, Madrid, Akal, 1998, p. 96.
  • 25 AGI, Indiferente, 740, n.80a, f. 2r.

21Antes de avanzar sobre estos tres puntos a través de ejemplos concretos, un par de documentos redactados desde Lisboa por Felipe II sirven para destacar la paciencia que se guardó desde la Corona frente al acatamiento de la pragmática, al tiempo que desdibujan la idea de la reforma como una imposición y al calendario como un instrumento para el disciplinamiento social. En una carta dirigida a las infantas con fecha de 25 de octubre de 1582, Felipe II reconoce a sus hijas que “habrá dudas en esto del año, mas ellas se irán entendiendo y las tablas de los calendarios perpetuos bien creo que servirán”, frase que constituye una visión serena sobre un cambio que supuso trastocar la vida espiritual y administrativa del Imperio.24 Con la misma templanza y flexibilidad aprueba el 7 de febrero de 1583 la recomendación del Consejo de Indias para poner en ejecución la reforma en el mes de octubre de ese año “o en el primero que de ello tubieren noticia”.25

  • 26 Lüsebrink, Hans-Jüger, et al., eds., Les Lectures du peuple en Europe et dans les Amériques du XVI (...)
  • 27 Picatoste y Rodríguez, Felipe, Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI, Madr (...)

22Ahora bien, tal y como lo creyeron el rey y sus consejeros, la imprenta jugó un papel crucial en la asimilación del nuevo cómputo, pero, una vez más, no por la vía presupuestada y más allá de la publicación de la propia pragmática. Como lo han indicado otros autores, los talleres de imprenta han sostenido desde sus inicios una relación asidua con la producción de calendarios, almanaques y tablas de computación, de modo que el nuevo cómputo se afianzó sobre una tecnología y un público ávido por contemporizarse.26 Dicho interés parece manifestarse con mayor intensidad a partir del Concilio de Trento a través de un número creciente de publicaciones, fenómeno que se intensificó luego de la puesta en marcha del calendario gregoriano.27

  • 28 Ziggelaar, “The Papal Bull of 1582”, 225-26; Carabias Torres, Ana María, “El legado científico de (...)
  • 29 Para un inventario especializado de estos libros, véase: Hurtado Torres, Antonio, La astrología en (...)

23A pesar de esto, resulta paradójico el hecho de que solo hasta 1603 apareció un texto oficial que explicara matemáticamente el nuevo cómputo, carencia de información que tuvo el efecto de incentivar entre diferentes sectores de la sociedad la búsqueda de una solución que franqueara este vacío.28 Después de 1582 proliferaron los calendarios perpetuos, repertorios de tiempos, lunarios, almanaques y pronósticos que anunciaban en sus cubiertas o páginas preliminares el ajuste a la nueva reformación, algunos de ellos realizados por reputados cosmógrafos y astrólogos, y otros por neófitos regionales.29 Valga de ejemplo la Cronologia y repertorio de la razon delos tiempos… reduzido a la nueva cuenta del año (Sevilla, 1585) del cosmógrafo y piloto Rodrigo Zamorano; o la Relación y reglas del compucto castellano, conforme a la reformación del Calendario Gregoriano (Ciudad de Logroño, c. 1590) realizado por Juan Moreno natural de la villa de Oluega.

  • 30 Rueda Ramírez, Pedro, Negocio e intercambio cultural: el comercio de libros con América en la Carr (...)

24En el Nuevo Mundo también se apeteció esta bibliografía y a la vez se produjeron obras similares.30 El doctor Diego García de Palacio, oficial de la Real Audiencia, incluyó una explicación sobre el nuevo cómputo en su libro Instrucion Nauthica (1587) impreso en la Ciudad de México en el taller de Pedro Ocharte. Entre las explicaciones concernientes a la navegación y la astrología, se hallan algunos capítulos como: “Reglas para saber con la estrella del Norte, que hora es de la noche, conforme al nuevo Computo”, útiles tanto en tierra como en altamar.

  • 31 BNE, MSS/23106. Manuscrito estudiado por: Carabias Torres, Ana María y Bernardo Gómez Alfonso, “Fr (...)
  • 32 BNE, MSS/20617, ff. 23-48.

25Al igual que ocurrió con la circulación impresa de la pragmática, se redactaron a la par manuscritos en ambas orillas del Atlántico. Es el caso de las “Anotaciones sobre el Calendario Gregoriano hechas por el Maestro Francisco de Salinas cathedratico de propiedad en la facultad de música en la Universidad de Salamanca” (1583).31 Y aún más relevante para el Nuevo Mundo resulta ser el “Traslado del regimiento y declinaciones solisticas y polares, reguladas al meridiano de la isla Dominica: dirigidas al Sr. D. Alonso Rodriguez de Noriega, piloto de las Indias y vecino de Sevilla; fechas por Vasco de Piña. Valen hasta el año de 1880” (1583): breve tratado de astronomía práctica que no solo ubicó longitudinalmente a la isla, sino que la actualizó de manera casi inmediata con respecto al calendario al advertir en una glosa que la tabla de la altura del Sol “vale desde el año de 1583 en adelante por quanto en ese año se reduxera los equinochios” según lo decretado “por nuestro señor majestad padre Gregorio 13”.32

  • 33 Biblioteca Nacional de Colombia, Sala de Seguridad, RM 245, concretamente ff. 87 y ss. Sobre la ma (...)

26Muchas de estas computaciones eran ilustradas con una serie de grafías que suponían agilizar su consulta ofreciendo poner en la “cabeza” y a la “mano” el calendario, esto es: fórmulas para grabar en la memoria las fechas festivas y figuras mnemotécnicas que reemplazaban las tablas por las coyunturas de los dedos y los pliegues de la mano izquierda (Fig. 4). Técnica medieval que se revitalizó tras la noticia de la reforma y que inscribió al cuerpo en el conjunto de soportes que auxiliaban la consulta del tiempo. Herencia que se volvió costumbre entre los mundos populares hasta asumirse como una tradición autóctona, tal y como se puede identificar después de un siglo en el manuscrito intitulado: “Tratado de astronomía de la reformación del tiempo” (c. 1676-1696) escrito por el mestizo Antonio Sánchez de Cozar, capellán del pueblo de Vélez en el Nuevo Reino de Granada, hijo de un capitán español y una indígena descendiente del cacique de Guanientá (Fig. 5).33

  • 34 Martín de Murúa, Historia general del Piru: facsimile of J. Paul Getty Museum Ms. Ludwig XIII 16, (...)

27Los grados de apropiación del calendario gregoriano se sofisticaron aún más y adoptaron formas que resultaron extrañas para los españoles, pero útiles para los indios. A finales del siglo XVI, en la zona limítrofe de la provincia de Charcas, el misionero de la orden de los mercedarios Martín de Murúa aseguraba haber conocido a un “viejo y curaca” que tenía “en un cordel y quipu todo El calendario Romano y todos los santos y fiestas de guardar por sus meses distintos”. Afirmaba que aquel gobernador de un ayllu le había pedido en algún momento a otro religioso de su misma orden que le “leyese e diese a entender” el nuevo cómputo, y conforme “el Padre se lo iba diciendo el yndio iba en sú quipu asentándolo, y a las fiestas de guardar ponia el nudo diferente y mas grueso”. Era de admirar, según exclama el propio cura doctrinero, el hecho de que el anciano curaca “entendía por el quipu, y sabia cuando venian las fiestas y las vigilias de ellas” (Fig. 6).34

28Este conjunto de testimonios apuntala la idea de una cultura astronómica compartida por expertos y entusiastas de ambos hemisferios; claro está, en niveles diferenciales. Rudimentos que se entremezclaron con la cultura administrativa fomentada en las casas reales y que se pusieron en juego a la hora de interpretar la pragmática, pues esta contenía instrucciones que estaban a medio camino entre la astronomía y la administración. De ahí que las confusiones o desacatos que tenemos noticias involucren principalmente a los oficiales reales más que a los mundos populares, ya que ellos fueron los primeros que debieron descifrar la naturaleza de la reforma antes de hacerla pública y oficial. Si bien el cambio acobijaba a todos los habitantes del Imperio, el grueso de las disposiciones trastocaba en especial a las cuentas de los despachos. La pragmática decretaba que el pago de las rentas, deudas y términos judiciales contraídos antes de la reforma conservaban sus plazos, mientras que a los oficiales reales sí se les debía descontar los diez días del pago de su salario, “pues no sirviendolos, ni aviendolos, no se deven, ni es justo se paguen”.

  • 35 Encinas, Diego de, ed., Cedulario Indiano [1596], vol. 3, p. 341.
  • 36 ACC, Fondo Global Cabildo, Tomo Libros de Belalcázar, ff. 243r-244v.
  • 37 Garcés G., Jorge A. y J. Roberto Páez, eds., Colección de cédulas reales dirigidas a la Audiencia (...)

29Los casos reportados sobre este punto parecen escasear, lo que tiende a confirmar el empeño por sincronizar la administración a escala imperial y a corroborar que la reforma era un hecho consumado en estos territorios a pesar de incumplir con los descuentos. En la provincia de Guatemala los oficiales de la Real Hacienda recibieron una cédula expedida el 14 de noviembre de 1584, en esta se les recordaba efectuar las deducciones correspondientes a los salarios, comenzando por el presidente y el oidor.35 Así mismo, los oficiales reales de la provincia de Popayán recibieron una carta firmada el 18 de abril de 1587 en la que se les ordenaba no recoger los tributos de los indios correspondientes a la reducción de los diez días y que los caciques se quedaran con ese dinero para que “se hiciese alguna buena obra en favor de todos los yndios”; imitando lo que se había hecho en Quito.36 Por cuestiones similares, el 23 de diciembre de 1596 el presidente y los oidores de la Real Audiencia de Quito recibieron una cédula que les otorgaba el poder de cobrar a los padres de la Compañía de Jesús el dinero recaudado de los tributos, suma que debían depositar en la “Real Caxa para que de allí vuelva a las comunidades de los indios que lo pagaron”.37

Fig. 4 – Grabado del calendario gregoriano en la mano (Sevilla, 1585)

Fig. 4 – Grabado del calendario gregoriano en la mano (Sevilla, 1585)

Fuente: Rodrigo Zamorano, Cronologia y repertorio, f. 171

Fig. 5 – Tablas y dedos pulgares para saber el calendario gregoriano (c. 1676-1696)

Fig. 5 – Tablas y dedos pulgares para saber el calendario gregoriano (c. 1676-1696)

Fuente: Antonio Sánchez de Cozar, Tratado de astronomía, f. 78

Fig. 6 – Ejemplo de un “quipoc curaca” o contador de quipus (c. 1615)

Fig. 6 – Ejemplo de un “quipoc curaca” o contador de quipus (c. 1615)

Fuente: Felipe Guamán Poma de Ayala, El primer nueva corónica y buen gobierno, f. 360

  • 38 Ojeda Nieto, José, “La reforma gregoriana del calendario: algo más que una anécdota histórica”, St (...)

30Las consecuencias y los contratiempos que supuso la noticia de la reforma pueden llegar a sumarse y, dado el caso, revelar implicaciones más profundas de las que quedaron documentadas y las que hasta ahora se han podido recabar. Los efectos económicos a nivel regional e imperial están aún por estudiarse con sumo detalle, ya sea para entrañar los comportamientos de los particulares a la hora de cumplir con un término judicial o de pago, sea para rastrear el destino que la administración le dio al dinero que logró ahorrar o recaudar, o sea para conocer de cerca el balance económico aparentemente positivo que le dejó esta medida a la Corona.38 Basados en lo que se tiene hasta el momento, dichas consecuencias se deben buscar más allá de las fechas inmediatas a la reforma, pues según lo expuesto, por lo menos una década después aún se rendían cuentas relacionadas con las deducciones de algunos salarios o con los reintegros que se debían efectuar a las arcas del rey. Todo indica, sin embargo, que estos casos no afectaron la puesta en marcha del nuevo cómputo, ya que fue la reducción de los pagos y no de los días lo que despertó confusiones o rechazos. Reacciones que resultan prudente calificarlas como hechos singulares en la medida que, por el momento, nada permite sostener que se presentaron de manera similar y repetida.

Consideraciones finales

  • 39 Bouza, Fernando, Felipe II y el Portugal dos povos: imágenes de esperanza y revuelta, Valladolid, (...)

31Fernando Bouza señala con fino tacto que el interés manifiesto por parte de Felipe II hacia la puesta en marcha del calendario gregoriano es una muestra fehaciente de su poder simbólico y práctico para “corregir el curso del sol”.39 Una de las muchas estrategias que desplegó el rey para afianzar su entronización en el recién integrado reino de Portugal y sus posesiones ultramarinas, territorios que, simultáneamente, quedaron sincronizados con los demás reinos alrededor del mundo. No obstante, al depositar en el monarca toda la responsabilidad de la reforma se recae en la versión de que el calendario gregoriano fue un mecanismo de “disciplinamiento social” impuesto por las altas esferas del poder, postura en cierta medida heredada de las autoridades protestantes que desde un comienzo construyeron una propaganda desfavorable para la reforma.

  • 40 Bourdieu, Pierre, “El ser social, el tiempo y el sentido de la existencia”, en Meditaciones pascal (...)

32La puesta en escena de varios testimonios documentales y de personajes variopintos difuminados en el Imperio, permiten matizar dicha lectura al recordar que el tiempo no es un dato a priori anterior o exterior a la práctica, ni mucho menos una medida independiente de las relaciones sociales.40 Guardando las proporciones debidas, en las páginas anteriores se ha visto que el interés por el nuevo cómputo se despertó en varios niveles y se forjó a partir de distintos puntos de irradiación. Teólogos y astrónomos, doctos y letrados, rey y consejeros, oficiales y particulares, cosmógrafos y entusiastas, obispos y misioneros, tratadistas e impresores, indios y negros, escribanos y pregoneros, cada uno fue tejiendo esa redecilla temporal con aportes que van desde los más sofisticados, como los cómputos de las lunaciones, hasta los más simples y cotidianos, como cruzar el umbral de un despacho real y consultar la fecha para cualquier tipo de trámite.

  • 41 Osterhammel, Jürgen, “Tiempo”, La transformación del mundo: una historia global del siglo XIX, Bar (...)

33Ante estos hechos, la llamada Historia Global o Global History tiende a obviar la asimilación del calendario gregoriano en el Nuevo Mundo a la hora de reconstruir el curso de la globalización, olvidando que el tiempo es una estructura elemental de la vida en sociedad y, por lo tanto, de la coordinación planetaria. Como se anunció desde el comienzo, en caso de abordar la cuestión los historiadores vuelcan su mirada al ámbito anglosajón, a las ideas de la Ilustración y en últimas a la Revolución industrial, cuando en realidad los niveles de precisión y sincronía alcanzados a partir del siglo XVIII representan la consumación de un proceso que germinó en la década de 1580 a lo largo de los territorios de la Monarquía hispánica.41 Preguntarse por la globalización implica interrogarse por un tiempo universal que, desde entonces y con base al nuevo cómputo, se ha divulgado gracias a las asociaciones mestizas, adoptando formas plásticas distintas y conquistando altos grados de síntesis y secularización.

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Notas

1 E. Nothaft, C. Philipp, Scandalous Error: Calendar Reform and Calendrical Astronomy in Medieval Europe, Oxford, Oxford University Press, 2018; Carabias Torres, Ana María, Salamanca y la medida del tiempo, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2012.

2 Coyne, George V. S. J., Michael Anthony Hoskin, y Olaf Pedersen, eds., Gregorian Reform of the Calendar: Proceedings of the Vatican Conference to Commemorate Its 400th Anniversary 1582-1982, Ciudad del Vaticano, Pontificia Academia Scientarum, 1983.

3 Algunos autores afirman que la génesis del calendario de proyección universal se debe buscar entre los siglos VI y XI durante los cuales se determinó el año del nacimiento de Jesús y con ello la cronología cristiana que se cuenta por el Anno Domini: Declercq, Georges, Anno Domini: The Origins of the Christian Era, Turnhout, Brepols, 2008; Baschet, Jérôme, “Los marcos temporales de la cristiandad” en La civilización feudal. Europa del año mil a la colonización de América, México, Fondo de Cultura Económica, 2009, p. 323-364. No obstante, la reforma del calendario, además de introducir un nuevo cómputo, coincidió con la presencia ibérica alrededor del mundo que en suma marcaron un punto de quiebre definitivo hacia la sincronía global.

4 Los ejemplos se multiplican conforme se afianza la presencia de la administración española, pero para ilustrar el punto que aquí se defiende basta con acudir al censo que ordenó la Corona para el Marquesado del Valle, conjunto de tierras ubicadas en la zona central de Nueva España que pertenecieron a Hernán Cortés y sus herederos. Se trata de un manuscrito en náhuatl que se comenzó a levantar a partir de 1531, y que indica, entre otras cosas, la edad de los niños indios – mas no de adultos – bautizados según la Era cristina, una de las muchas formas en que una nueva generación se fue inscribiendo en el tiempo de los demás vasallos del rey. Véase concretamente la transcripción y traducción del documento en: Madajczak , Julia, et al., Fragments of the Sixteenth-Century Nahuatl Census from the Jagiellonian Library. A Lost Manuscript, Leiden, Boston, Brill, 2021, p. 158-332.

5 Actualmente se conocen dos ejemplares de este impreso (y no uno, como a veces se afirma): The John Carter Brown Library (JCB), cat., pre-1675; The Houghton Library (THL), Typ. 100.584, 53-1453. Por su importancia para la historia de la imprenta, a comienzo del siglo XX se hicieron dos facsímiles para hacer público su hallazgo, y en la década de 1980 otros dos con el fin de conmemorar los cuatrocientos años de su primera impresión: Toribio Medina, José, ed., La primera muestra tipográfica salida de las prensas de la América del Sur. Reimpresión foto-litográfica, con un breve prólogo, Santiago de Chile, Imprenta Elzeviriana, 1916; McMurtrie, Douglas C., ed., The First Printing in South America, Providences, Rhode Island, John Carter Brown Library, 1926; Toribio Medina, José y Alamiro de Ávila Martel, eds., La pragmática sobre los diez días del año: primera muestra tipográfica salida de las prensas de la América del Sur, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad de Chile, 1984; La pragmática sobre los diez días del año, Lima, Biblioteca Nacional del Perú, Oficina de Asuntos Culturales de COFIDE, 1984. La Biblioteca Digital Mundial de la UNESCO reproduce digitalmente la copia existente en JCB: Pragmática de los diez días del año, consultado el 1 de noviembre de 2021. URL: https://www.wdl.org/es/item/2837/.

6 Archivo General de Indias (AGI), Indiferente, L. 30, ff. 351r-354r. Bajo el título de “Provision y Kalendario nuevamente hecho para la reformacion del Año, para que se guarde en las Indias”, esta cédula se encuentra transcrita en: Encinas, Diego de, ed., Cedulario Indiano [1596], vol. 1, Madrid, Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, Real Academia de la Historia, 2018, p. 269-271.

7 La real cédula de Lisboa en: Biblioteca Nacional de España (BNE), MSS/18670/6. Todas las copias impresas que se conocen de esta pragmática son las siguientes. 1582-Madrid: Archivo Histórico Nacional (AHN), 1464(3); Hispanic Society, Law, “Pragmatica Philip II 1582"; Real Academia Española (RAE), 40-III-26(12). 1582-Alcalá de Henares: AHN, Diversos Reales Cédulas, N.4657; Universidad de Salamanca, BG/44041(2); RAE, 13-A-23(16); RAE, 13-C-31(12). 1583-Madrid: Archivo Catedral de Santiago de Compostela, A 1322(2); AHN, 3680(2); BNE, VC/1014/15; British Library, Add.MS.9932, ff.333,334; Harvard Law School Library (HLS), 990044230120203941; Universidad de Zaragoza, H-5-85/4. Curiosamente la historiografía española suele emplear la pragmática impresa en Lima a la hora de hablar del proceso que conllevo a la reforma, olvidando las impresiones peninsulares.

8 Una traducción no oficial del latín al inglés se puede consultar en: English Translation of Inter Gravissimas, Home Page for Calendar Reform, consultado el 1 de noviembre de 2021. URL: https://myweb.ecu.edu/mccartyr/intGrvEng.html.

9 Barnes, Monica, “Pragmática sobre los diez días del año (1584)” en Pillsbury, Joanne, ed., Fuentes documentales para los estudios andinos, 1530-1900, vol. 3, Lima, Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú, 2016, p. 1647-1669; Ruiz Morales, Mario, “Pragmática astronómica del rey Felipe II”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 2009, no 35, p. 403-412; Ruiz Morales, Mario, “Pragmática astronómica del rey Felipe II”, Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 2009, no 145, p. 353-362; Galende Díaz, Juan Carlos, “Felipe II y la reforma del Calendario Juliano”, Indagación: revista de historia y arte, 1999, no 3, p. 37-56; Barnes, Monica, “The Julian/Gregorian Calendar in The Hispanic World”, Western Pennsylvania Genealogical Society Quarterly, vol. 19-1 , Pittsburgh, Western Pennsylvania Genealogical Society, 1992, 29; Caso, Alfonso, “Más sobre el calendario gregoriano”, Historia Mexicana 7, 1958, no 4, p. 536-537; Comas, Juan, “El calendario gregoriano en América”, Historia Mexicana 7, 1957, no 2, p. 207-p. 15.

10 AGI, Indiferente, 740, n.80, f. 1r.

11 BNE, R/41318. En una carta posterior fechada el 7 de noviembre de 1584, el arzobispo y ahora también virrey de Nueva España le confirma al rey que el calendario gregoriano “se usa y guarda desde quince de octubre del dicho año”. AGI, Papeles de Simancas, Est. 60, Caja 4, L. 1. Ambas cartas trascritas por: Paso y Troncoso, Francisco del, ed., Epistolario de Nueva España, 1505-1818, Tomo XII (1576-1596), México, Antigua Librería Robredo de José Porrúa e Hijos, 1940, p. 84-85 y p. 98-99.

12 La trayectoria de Antonio Ricardo y los periplos de estos primeros impresos son datos bien conocidos y se encuentran recopilados y documentados por: Guibovich Pérez, Pedro, Imprimir en Lima durante la colonia: historia y documentos, 1584-1750, Madrid/Frankfurt, Iberoamericana Vervuert, 2019.

13 AGI, Indiferente, 427, L. 30, ff. 354r-354v. Transcrito en: Pacheco, Joaquín Francisco, Francisco Cárdenas, y Luis Torres de Mendoza, eds., Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento…, vol. XVIII, Madrid, Imprenta del Hospicio, 1872, p. 415-417.

14 Carta dirigida al general jesuita Claudio Acquaviva en: Egaña S. J., Antonio de, ed., Monumenta peruana III (1581-1585), Roma, Monumenta Historica Soc. Iesu, 1961, p. 434-435.

15 Sobre los ritos de presentación y divulgación de los documentos reales, véanse: Castro Rojas, Isabel, “A viva voz y en papel. Formas y espacios de publicación de las disposiciones oficiales en el Madrid de los Austrias”, La Bibliofilia, 2019, no 121-2, p. 259-282; Romero Tallafigo, Manuel, “Retórica y comunicación en la recepción y lectura de los documentos del rey (siglos XV a XX)” en Santiago Fernández, Javier de, et al., Moneda, escritura y poder: comunicación, publicidad y memoria, Madrid, Asociación de Amigos del Archivo Histórico Nacional, Grupo de Investigación Numismática e Investigación Documental, Numisdoc, 2016, p. 129-146.

16 BNE, R/41318.

17 JCB cat., pre-1675.

18 THL, Typ. 100.584, 53-1453.

19 Archivo Nacional de Bolivia, Audiencias de Charcas, Cédulas reales originales, V. 14, 161, ff. 1-2.

20 Archivo Central del Cauca (ACC), Fondo Global Cabildo, Tomo Libros de Belalcázar, ff, 49v-52.

21 Tamblyn Lee, Bertram y Juan Bromley, eds., Libros de cabildos de Lima, Tomo 10, Lima, Consejo Provincial de Lima, Impresores Torres-Aguirre, 1935, 117 y 123. Es cierto que estas anotaciones no aparecen en la gran mayoría de las actas de cabildo de Hispanoamérica, lo que no significa que en aquellos lugares no supieran de la pragmática, sino que simplemente no coincidió la reunión de los cabildantes con el 4 de octubre.

22 Morga, Antonio de, Sucesos de las Islas Filipinas, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, Editor, 1909, p. 404-405.

23 Para un panorama sobre las reacciones del calendario por fuera del mundo católico, véase: Ziggelaar, August S. J., “The Papal Bull of 1582 Promulgating a Reform of the Calendar” en Coyne, George V. S. J., et al., eds. Gregorian Reform of the Calendar…, Ciudad del Vaticano, Pontificia Academia Scientarum, 1983, p. 243-286. Para el caso específico entre los protestantes, véanse: Koller, Edith, Strittige Zeiten: Kalenderreformen im Alten Reich 1582-1700, Berlín/Boston, De Gruyter, 2014; Powell McNutt, Jennifer, “Hesitant Steps: Acceptance of the Gregorian Calendar in Eighteenth-Century Geneva”, Church History, 2006, no 75-3, p. 544-564; Methuen, Charlotte, “Time Human or Time Divine? Theological Aspects in the Opposition to Gregorian Calendar Reform”, Reformation & Renaissance Review, 2001, no 3-1, p. 36-50. Para el caso específico en Inglaterra, los anglicanos, y las Trece Colonias americanas, véanse: Prescott, Anne Lake, “Refusing Translation: The Gregorian Calendar and Early Modern English Writers”, The Yearbook of English Studies, 2006, nº 36-1, 1-11; Smith, Mark M., “Culture, Commerce, and Calendar Reform in Colonial America”, The William and Mary Quartely, 1998, no 55-4, p. 557-584; Poole, Robert, Time’s Alteration: Calendar Reform in Early Modern England, London/Bristol, UCL Press Limited, 1998. Para el caso entre los uniatas y cristianos ortodoxos, véanse: Wereda, Dorota, “The Attitude of Uniate Bishops towards Calendar Reforms in the Latter half of the 18th Century”, Roczniki Humanistyczne, 2018, no 66-2, p. 79-101; Choptiany, Michal, “Calendar an Conversion. Chronologia Universalis”, 1 de noviembre de 2021. URL: https://chronologiauniversalis.wordpress.com/tag/zamojski-academy/; Frick, David, “The Bells of Vílníus. Keeping Time in a City of Many Calendars“ en Burger, Glenn, ed., Making Contact: Maps, Identity, and Travel, Edmonton, The University of Alberta Press, 2003, p. 23-59.

24 Bouza, Fernando, Cartas de Felipe II a sus hijas, Madrid, Akal, 1998, p. 96.

25 AGI, Indiferente, 740, n.80a, f. 2r.

26 Lüsebrink, Hans-Jüger, et al., eds., Les Lectures du peuple en Europe et dans les Amériques du XVIIe au XXe siècle, Bruxelles, Editions Complexe, 2003.

27 Picatoste y Rodríguez, Felipe, Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI, Madrid, Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1891, VII.

28 Ziggelaar, “The Papal Bull of 1582”, 225-26; Carabias Torres, Ana María, “El legado científico de Chacón”, La primera historia de una universidad: la Historia de la Universidad de Salamanca de Pedro Chacón, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2019, p. 72-75.

29 Para un inventario especializado de estos libros, véase: Hurtado Torres, Antonio, La astrología en la literatura del Siglo de Oro: índice bibliográfico, Alicante, Instituto de Estudios Alicantinos, 1984.

30 Rueda Ramírez, Pedro, Negocio e intercambio cultural: el comercio de libros con América en la Carrera de Indias (siglo XVII), Sevilla, Diputación de Sevilla, 2005, p. 426-429.

31 BNE, MSS/23106. Manuscrito estudiado por: Carabias Torres, Ana María y Bernardo Gómez Alfonso, “Francisco de Salinas y el calendario gregoriano” en García Pérez, Amaya y Paloma Otaola González, eds., Francisco de Salinas: música, teoría y matemática en el Renacimiento, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2014, p. 117-145.

32 BNE, MSS/20617, ff. 23-48.

33 Biblioteca Nacional de Colombia, Sala de Seguridad, RM 245, concretamente ff. 87 y ss. Sobre la mano como instrumento que desde el siglo VIII sirvió para medir el tiempo, véanse: Beda, Bede: The Reckoning of Time, Wallis, Faith, ed. Liverpool, Liverpool University Press, 2012, p. 343-345; Gockerell, Nina, “Telling Time without a Clock” en Maurice, Klaus y Otto Mayr, ed., The Clockwork Universe: German Clocks and Automata 1550-1650, Nueva York, Neale Watson Academic Publications, 1980, p. 131-143.

34 Martín de Murúa, Historia general del Piru: facsimile of J. Paul Getty Museum Ms. Ludwig XIII 16, Cummins Thomas B. F., et al., eds. Los Ángeles, Getty Publications, 2008, 247v.

35 Encinas, Diego de, ed., Cedulario Indiano [1596], vol. 3, p. 341.

36 ACC, Fondo Global Cabildo, Tomo Libros de Belalcázar, ff. 243r-244v.

37 Garcés G., Jorge A. y J. Roberto Páez, eds., Colección de cédulas reales dirigidas a la Audiencia de Quito (1538-1600), Quito, Publicaciones del Archivo Municipal, 1935, p. 539-540.

38 Ojeda Nieto, José, “La reforma gregoriana del calendario: algo más que una anécdota histórica”, Studia Zamorensia, nº 12, p. 26-27. Este autor asevera, sin mayores pruebas, que la rebaja a los salarios obedeció a las medidas que la Hacienda Real aplicó para solventar las finanzas de la Corona. Establece una conexión directa entre estas deducciones y las crisis sucesivas que desde 1575 asolaban las arcas reales, especialmente por los gastos ocasionados por la conquista de Portugal. Cabe la posibilidad que las deducciones que ordenaba la pragmática tengan relación con la búsqueda de recursos y ahorros, pero eso está por demostrase con un estudio económico más profundo. Por ahora resulta convincente pensar que se trató de una disminución de los salarios bastante lógica en los propios términos que el documento plantea, e incluso una medida justa si no se olvida que el recorte de los diez días no se aplicó para las deudas y los plazos legales.

39 Bouza, Fernando, Felipe II y el Portugal dos povos: imágenes de esperanza y revuelta, Valladolid, Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial, 2011, 40 y ss.

40 Bourdieu, Pierre, “El ser social, el tiempo y el sentido de la existencia”, en Meditaciones pascalianas, Barcelona, Editorial Anagrama, 1999, p. 277-324.

41 Osterhammel, Jürgen, “Tiempo”, La transformación del mundo: una historia global del siglo XIX, Barcelona, Crítica, 2015, p. 79-122; Ogle, Vanessa, The Global Transformation of Time: 1870-1950, Cambridge, Harvard University Press, 2015.

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Índice de ilustraciones

Título Fig. 1 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (Lima, 1584)
Créditos Fuente: THL, Typ. 100.584, 53-1453, ff. 1a y 2r.
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-1.jpg
Ficheros image/jpeg, 5,1M
Título Fig. 2 – Real cédula de Lisboa (1582) y cubierta de la pragmática reimpresa en Madrid (1583)
Créditos Fuente: BNE, MSS/18670/6; HLS, 990044230120203941
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-2.jpg
Ficheros image/jpeg, 1,8M
Título Fig. 3 – Pragmática sobre los diez días del año con registro de pregón (México, 1583)
Créditos Fuente: BNE, R/41318, ff. 1a y 2r.
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-3.jpg
Ficheros image/jpeg, 8,1M
Título Fig. 4 – Grabado del calendario gregoriano en la mano (Sevilla, 1585)
Créditos Fuente: Rodrigo Zamorano, Cronologia y repertorio, f. 171
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-4.jpg
Ficheros image/jpeg, 340k
Título Fig. 5 – Tablas y dedos pulgares para saber el calendario gregoriano (c. 1676-1696)
Créditos Fuente: Antonio Sánchez de Cozar, Tratado de astronomía, f. 78
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-5.jpg
Ficheros image/jpeg, 548k
Título Fig. 6 – Ejemplo de un “quipoc curaca” o contador de quipus (c. 1615)
Créditos Fuente: Felipe Guamán Poma de Ayala, El primer nueva corónica y buen gobierno, f. 360
URL http://journals.openedition.org/nuevomundo/docannexe/image/87249/img-6.jpg
Ficheros image/jpeg, 253k
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Para citar este artículo

Referencia electrónica

Ricardo Uribe, «El calendario gregoriano en el Nuevo Mundo. Historia global, cultura escrita, tiempo universal»Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Debates, Publicado el 21 febrero 2022, consultado el 03 junio 2024. URL: http://journals.openedition.org/nuevomundo/87249; DOI: https://doi.org/10.4000/nuevomundo.87249

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Autor

Ricardo Uribe

Investigador académico del programa Temporalities of Future de la Freie Universität Berlin

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Derechos de autor

CC-BY-NC-ND-4.0

Únicamente el texto se puede utilizar bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0. Salvo indicación contraria, los demás elementos (ilustraciones, archivos adicionales importados) son "Todos los derechos reservados".

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