Cementerios de París: tumbas famosas, historia y leyendas

Cementerios de París

Si vas a viajar a París seguro que tienes intención de visitar el Museo del Louvre o subir a la Torre Eiffel. Probablemente has pensado en dar un paseo en barco por el Sena o disfrutar de las vistas desde las torres de la Catedral de Notre Dame.

Pero… ¿te has planteado visitar alguno de los cementerios de París? A priori, puede que dedicarles un tiempo en tu viaje te parezca una opción solo apta para morbosos. Por el contrario, París cuenta con algunos camposantos de lo más interesante, tanto por su valor arquitectónico como por quienes allí reposan.

Y es que, como el escenario de una intensa vida cultural que fue, es y seguirá siendo, la capital francesa ha atraído siempre a cientos de grandes artistas y literatos que terminaron siendo enterrados en París.

A continuación te contamos cuáles son los cementerios más famosos de París; todos ellos surgieron en torno al siglo XIX, cuando las autoridades de la ciudad decretaron el fin de los enterramientos intramuros por cuestiones de salubridad. Fue entonces cuando estos cementerios fueron construidos en las afueras de la ciudad pero, como era previsible, París continuó creciendo y ampliando sus límites y hoy en día, forman parte de la propia ciudad.

Te invitamos a dejar a un lado los prejuicios y dar un paseo con nosotros por unos lugares que casi podrían considerarse históricos: los cementerios de París.

Cementerio Père-Lachaise

Si hay un cementerio famoso en Francia es, sin lugar a dudas, este que lleva el nombre del confesor del rey Luis XIV. Aunque está alejado del centro, bien merece el paseo, tanto por su belleza arquitectónica (porque sí: un cementerio puede ser hermoso) como por sus «inquilinos»: en los terrenos del Cementerio Père-Lachaise descansan los restos de grandes figuras de la cultura y el arte universales, como Édith Piaf o María Callas, que comparten espacio para toda la eternidad con el malogrado Jim Morrison o con literatos de la talla de Perec, Oscar Wilde, Balzac o Proust.

Pero no solo la música y la literatura están representadas en el Père-Lachaise: genios de la pintura como Corot, Modigliani, Delacroix o Jacques-Louis David también descansan aquí.

Mientras los amantes de The Doors dejan escritas las letras de sus canciones sobre la lápida de Morrison, otros visitantes estampan coloridos besos sobre la tumba de Wilde. ¿Merece la pena visitar el Cementerio Père-Lachaise? Rotundamente sí.

Catacumbas de París

Aquí no encontrarás hileras cipreses ni lápidas; tampoco verás grandes monumentos funerarios ni esculturas de ángeles caídos. Entonces… ¿qué hace este lugar en esta lista? Pues es que resulta que las Catacumbas de París son, de hecho, el mayor cementerio de la ciudad, solo que bajo tierra. No se trata de un cementerio al uso, sino de una kilométrica red de túneles que recorren el subsuelo de varios distritos parisinos, y en cuyas paredes se custodian los restos mortales de millones de personas. Una visita completamente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en París, pero totalmente recomendable (aunque no apta para viajeros aprensivos).

Cementerio de Montparnasse

Al sur de París se encuentra otro cementerio muy conocido, el de Montparnasse, que con casi dos siglos de existencia y construido sobre los terrenos de una antigua granja (aún pueden verse los restos de un molino en el cementerio), ha sido otro de lugares predilectos de grandes artistas e intelectuales para ser enterrados: aquí se encuentran las tumbas de Cortázar, Baudelaire y Marguerite Duras.

También las del famoso cuentista Guy de Maupassant, la de Tristan Tzara, padre del dadaísmo, y la del premio Nobel Samuel Beckett. Asimismo, en el Cementerio de Montparnasse están enterrados juntos dos de los mejores filósofos franceses: los existencialistas Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

Cementerio de Montmartre

Justo en dirección contraria al cementerio de Montparnasse encontraremos el cementerio de Montmartre, situado al norte de París.

Resulta curioso ( y algo tétrico) el lugar sobre el que se asienta: el hueco excavado por unas viejas canteras de yeso, al que durante la Revolución Francesa fueron arrojados cientos de cadáveres que ocupaban las calles. Poco después, los terrenos fueron destinados de manera oficial para su uso como cementerio, en concreto a comienzos del XIX.

Es en este cementerio donde mejor quedan retratados el ambiente bohemio y la frenética actividad cultural que son parte indiscutible de la historia del barrio de Montmartre.

En él encontrarás las tumbas de Émile Zola (aunque sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional), de Stendhal o de Alejandro Dumas (hijo). También están enterrados aquí Degas, Foucault (que probó la rotación de la Tierra gracias a su célebre péndulo) y Truffaut, uno de los mejores directores de cine franceses.

Una de las tumbas que más visitantes atrae en este cementerio es la de la cantante de origen egipcio Dalida, sobre cuya lápida se erige una escultura a tamaño real de ella misma emergiendo a través de los rayos de sol. Su muerte causó conmoción en Francia, y a día de hoy sigue siendo una de sus cantantes más queridas.

Cementerio de Passy

Menos frecuentado por turistas pero igualmente interesante, el Cementerio de Passy es algo posterior a los anteriores, pues fue el último en construirse de los cuatro. Desde su origen fue el cementerio predilecto de aristócratas y residentes de los mejores barrios de París (de hecho, está situado muy cerca de la Torre Eiffel y de los Campos Elíseos).

Su tumba más famosa es la de la pintora de origen ruso María Bashkirtseff, cuyo diario, escrito antes de morir de tuberculosis con apenas 25 años, se convirtió en uno de los textos más leídos en Francia. También se encuentran aquí las tumbas de Marcel Renault, fundador de la empresa automovilística, y del pintor Édouard Manet.

Cementerio de perros y mascotas (Cimetiére des Chiens)

Aquí no encontrarás escritores ni compositores; tampoco pintores ni otro tipo de artistas (bueno… depende de cómo se mire). Los inquilinos del Cimetiére des Chiens son -fueron- más bien peludos, caminaban a cuatro patas o volaban, y algunos incluso alcanzaron la fama.

Y es que en el Cimetiére des Chiens de París están enterrados los animales y mascotas más queridas de la ciudad, y no solo perros, sino también gatos, conejos y… ¡hasta loros! Entre todos ellos destaca la tumba de Rin Tin Tin, el perro más famoso de Hollywood.

Un lugar imprescindible si queréis hacer algo diferente en París, y conocer uno de sus cementerios más curiosos y singulares.