Que Aporto Santo Tomas De Aquino A La Educacion?

Que Aporto Santo Tomas De Aquino A La Educacion
Abstract – Este artículo es el resultado de un proyecto investigativo construido desde un enfoque cualitativo y método de revisión bibliográfica, donde a partir de un análisis documental se busca analizar los aportes de la pedagogía de Santo Tomás de Aquino a los procesos educativos actuales.

Sin duda, la educación actual debe responder a grandes retos, entre algunos significativos formar desde la integralidad dado que el ser humano es un individuo de carácter integral y formar desde la realidad, pues se busca desde los procesos de enseñanza – aprendizaje propiciar la transformación social y dar pautas para un proceso liberador que permita superar las diversas estructuras opresoras que hacen presencia en las comunidades actuales.

La educación es en sí emancipadora, desde este ámbito, la pedagogía de Santo Tomás de Aquino ofrece orientaciones para el desarrollo de un proceso educativo centrado en la persona, de carácter humanista, encaminado hacia la virtud y en búsqueda permanente de la verdad.
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¿Cuáles fueron los aportes de San Agustín en la educación?

Somos posibilidad en la medida de nuestra libertad, nos angustiamos porque tenemos que decidir qué vamos a hacer, nos educamos para ser, pero también para llegar a ser lo que debemos ser. (Parafraseando a Soren Kierkegaard). Hoja pedagógica CINCO San Agustín (354-430) “Del Maestro” Aurelio Agustín nació en el año 354 en Tagaste, población de Numidia en el África. Su padre Patricio era un pequeño propietario rural, de origen pagano que se convirtió al final de su vida. Mónica, su madre, era por el contrario una fervorosa cristiana, que fue una motivación latente en el joven Agustín para buscar respuesta a sus inquietudes intelectuales.

En su juventud, San Agustín cultivó los estudios clásicos Griegos y Latinos; a los 19 años, atraído por la Filosofía, perteneció a la secta del Maniqueísmo, cuya postura ideológica indica que en el mundo existen dos vertientes: el mal y el bien, que dependen uno del otro para subsistir. Fue docente de Retórica en Cartago, Roma y Milán; recibió una influencia directa del Obispo San Ambrosio, por el cual se convierte al Cristianismo.

Es ordenado Sacerdote por el Obispo Valerio, sacerdote en su ciudad natal; posteriormente fue consagrado obispo de Hipona ; fundó monasterios y escuelas para la formación de sacerdotes. San Agustín falleció en el año 430, a los 76 años de edad. Es considerado uno de los grandes filósofos del periodo Patrístico. Las teorías sobre la enseñanza y el papel del maestro en la sociedad son antiguas, el Maestro, el Pedagogo, dejó de ser un esclavo (recordemos que en la época Clásica los Paidagogos, quienes cuidaban y transmitían conocimientos a los niños eran los esclavos) para llegar a ser un Profesor; así, a lo largo y ancho de la edad media, podemos encontrar grandes personajes que se ocuparon de la educación, ellos son: Agustín, Isidoro de Sevilla, Anselmo de Canterbury, Buenaventura, Tomás de Aquino, Duns Escoto.

San Agustín se interesa más por una educación de raíces platónicas, fundadas en las ideas innatas; uno de los frutos de su investigación es el breve, pero interesante diálogo filosófico “Del maestro”, del que a continuación se presentan ideas generales. Enseñanza-Lenguaje San Agustín inicia su escrito con la siguiente interrogante: ¿Para qué sirve el lenguaje? Se dio cuenta que no puede haber educación-enseñanza, sin el lenguaje, por eso le pregunta a Adeodato: -Cuando hablamos ¿qué pretendemos transmitir? Adeodato responde: -“o enseñar o aprender”.

Agustín no está de acuerdo completamente con la respuesta del interlocutor, prefiere que se diga que solamente “enseñar”, ya que aún el que habla para aprender lo hace enseñando o manifestando que quiere algo del interlocutor. Agustín habla de un recordar, que en el fondo es un enseñar, no tanto a los demás, cuanto a nosotros mismos; cuando hablamos tratamos de fijar algo en nosotros, así los dos fines de nuestro lenguaje son enseñar y recordar. La posibilidad del lenguaje y la posibilidad de enseñanza-educación Según San Agustín, el concepto de la enseñanza está esencialmente ligado al concepto del lenguaje; puede acontecer que no todo lenguaje sea instrucción, pero jamás se puede dar instrucción sin lenguaje, nadie puede enseñar sin hablar, por eso el maestro se debe de dirigir adecuadamente.

Sin embargo, ahora sabemos que no solamente el lenguaje es protagonista del quehacer educativo, sino también el lenguaje corporal: es imposible mostrar algo sin signos. El maestro interior El maestro tiene que estar bien preparado para que su lenguaje clarifique las dudas y pueda proporcionar adecuadamente los signos necesarios para la enseñanza; nadie puede enseñar algo que no sabe, no podemos obligar a los niños a través del golpe a aprender, se debe transmitir el conocimiento a través del juego, enseñar a pensar; por tal motivo el maestro tiene una función simplemente estimulante de la actividad personal del educando.

Dios es el único que puede infundir en la mente humana la luz intelectual que nos hace distinguir la verdad del error; aprender porque se está obligando, es una aborrecible pedagogía, nadie en efecto, obra bien si obra contra su voluntad, aunque sea bueno lo que hace. Autores: José Cruz y Karla Rangel Fuentes de Consulta:

Sergio Montes Garcia, Clásicos de la Pedagogía. UNAM 2003 México. Giovanni Reale y Darío Antiseri, Historia del pensamiento Filosófico y Científico I. Herder Barcelona 1995. Ramón Xirau, San Agustín, Del Maestro. Universidad Iberoamérica, 1990 México.N. Abbagnano y A. Visalberghi, Historia de la Pedagogía. Fondo de Cultura Económica, 2000 México. James Bowen, Historia de la educación occidental II. Herder Barcelona 1976.

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¿Qué enseñanza le dio el niño a San Agustín?

Guercino – Cento, Ferrara (Italia), 1591 – Bolonia (Italia), 1666 Nacido en una localidad a medio camino entre Ferrara y Bolonia, desde muy pronto recibió el apodo de “Il Guercino”, debido a su estrabismo (“quercio” en italiano es bizco). Su formación fue esencialmente la de un autodidacta, en un ambiente artístico particularmente rico: el estudio de los cuadros d,

  • Fuente: Museo Nacional del Prado Ver ficha de autor 1636.
  • Óleo sobre lienzo, 185 x 166 cm No expuesto Según la historia del santo, éste se encontraba paseando a la orilla del mar meditando sobre el misterio de la Trinidad cuando vio a un niño llenando un hoyo en la arena con el agua del mar.
  • San Agustín le preguntó porqué lo hacía, a lo que el niño respondió que intentaba vaciar todo el agua del mar en el agujero.

Al escucharlo, el santo dijo al niño que aquello era imposible, a lo que éste respondió que si aquello era imposible, más imposible aún era tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad, Guercino presenta a los protagonistas en una escena ligeramente diferente al relato original.

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¿Que aporte hizo San Agustín?

Uno de sus mas grandes aportes es cuando supone la primera gran sintesis entre el cristianismo y la filosofia platonica. esto significa que el ejerce un flujo considerable en la practica de los pensadores cristianos durante los siglos. San agustín fue una de las máximas figuras en la historia, pensamiento cristiano.
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¿Qué metodo utiliza San Agustín?

3.4. La investigación agustiniana de la verdad – Al principio de Soliloquios, San Agustín define los objetivos de su tarea de investigación filosófica: conocer a Dios y conocer el alma. Dicha investigación no requiere dos vías diferentes, como podría parecer a primera vista, sino que se resume en una: puesto que Dios está en la más profunda intimidad de nuestra alma, buscar a Dios requiere recogerse en el alma y recogerse en el alma supone encontrar a Dios.

Así las cosas, la mirada hacia dentro mediante la que se inicia la búsqueda de Dios y del alma significa un confesarse, Dicha confesión no se agota en la mera descripción de un estado sentimental interior sino que trata de aclarar los problemas más profundos que radican en el núcleo del alma, arrojando luz sobre la propia existencia.

Éste es el significado del célebre aforismo pronunciado por el Obispo de Hipona: «No salgas de ti mismo, vuelve a ti, en el interior del hombre habita la verdad». San Agustín asume un método de investigación filosófica que se basa, con las debidas matizaciones, en la dialéctica característica de la tradición platónica.

Así se aprecia en Acerca del orden ( De Ordine), una de sus primeras obras, en la que considera: a) que la filosofía se resuelve en una investigación de la unidad; b) que la razón no es sino la capacidad de distinción y unión; y c) que la investigación del alma o de uno mismo debe ser anterior a la investigación de Dios,

Pero lo anterior no justificaría la originalidad agustiniana, que no sería tal si el Doctor de la gracia se hubiera quedado ahí. En Soliloquios, cuando se refiere a las condiciones de la visión racional, añade los siguientes requisitos que completan su propio método de investigación filosófica: a) el alma debe ser apta para conocer la verdad, para lo cual debe recibir la ayuda de la gracia, es decir, el alma debe ser sana, estar purificada mediante las virtudes sobrenaturales de la fe, la esperanza y la caridad para poder conocer la verdad y ver a Dios ; b) estando sana el alma por las virtudes teologales, es preciso que mire, y esta mirada es la que propiamente lleva a cabo la razón; c) se requiere que el alma no sólo mire, sino que también vea, para lo que debe poseer la virtud, definida en un primer momento como recto orden de la razón,
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¿Qué son las bases pedagógicas de la educación?

Bases pedagógicas : Son los diferentes conceptos de la niñez los que determinarán la orientación en la psicología del desarrollo que hace de correlato teórico de las prácticas pedagógicas de uno u otro tipo de escuela. Dicho de otro modo: así como entendamos qué es el niño, así el trac-remos.

La pedagogía de las escuelas incluidas en la Red se fundamenta en estos bases y en muchas y diversas corrientes teóricas y prácticas de las que nos nutrimos. Aunque corremos el riesgo de la simplificación, por cuestiones heurísticas pasamos a sintetizar los conceptos generales que explican la práctica educativa que llevamos a cabo, aunque sin perder de vista que el niño es un sistema multidimensional y que su desarrollo es un proceso complejísimo que no se puede resumir.1.

Los seres humanos son un sistema con partes diferenciadas e integradas que a la vez que cambia para adaptarse de manera provechosa con el medio físico y social circundante, se trabaja para mantener su integridad en un delicado equilibrio siempre dinámico.

Esta es la definición que desde el punto de vista biológico Humberto Maturana (1984) da por el sistema autopoiético y que se adapta perfectamente a la teoría de sistemas de aplicación en el entorno educativo. Según esta definición, el niño ya no puede ser consi-rado desde el punto de vista del adulto como un ser en formación sino como un sistema que a la vez que se desarrolla es armónico y completo a cada instante.2.

El aprendizaje consiste en la emergencia en un individuo de mecanismos que ajustar-ten el comportamiento del mismo a la experiencia vivida física y socioafectiva. De aque-sta simple definición se siguen otras interrelacionadas.3. Cada niño tiene la capacidad y la necesidad de dirigir su proceso de aprendizaje se-gún su plan interno.

  1. Como el niño es un sistema autopoiético, como cualquier organismo, actúa y se desarrolla de manera autorregulada.
  2. En sus intercambios físicos y emocionales con su entorno sigue un plan interno de desarrollo in-consciente.
  3. Este término de la tradición de psicología genética y evolutiva piagetiana, no se refiere a un simple código genético o un destino metafísico.

Según este autor, es una línea de evolución que sigue de manera natural el mismo niño según diversas etapas del desarrollo. Este concepto ha sido matizado y complementado por la tradición psicológica posterior. El niño traza de manera inconsciente este plan y de la misma manera que las circunstancias experienciales son cambiantes, el niño y su plan también lo será.

  • El plan interno es un mecanismo-guía dinámico, que orienta su tendencia de desarrollo y que a la vez se ve retroalimentado por el de-sarrollo mismo, como es propio de los sistemas autopoiéticos emergentes.
  • Consideramos que este plano interno se debe respetar y cuidar para preservar la armonía en el desa-rrollo del ser humano.4.

El auténtico aprendizaje, por tanto, es irrefrenable y se da en todo momento si surge de la curiosidad innata de los niños. Nos podemos imaginar al niño como un verdadero solucionador de problemas (Case, 1989), un ente capaz de formular sus objetivos-tivos propios e intentar conseguirlos activamente.

  • Incluso, algunos estudios aseguran que la satisfacción personal de aprender por iniciativa propia desencadena una química cerebral gratificante que reafirma el proceso de desarrollo (Eberhart y Kapelari, 2010).5.
  • La adquisición de nuevas competencias está íntimamente relacionada con la practicidad de la misma y como afecte directamente al niño, o sea, depende de su motivación o, como hemos dicho, de su plan interno.

Como demuestran múltiples investigaciones (Donal-sueño, 1978) la capacidad de resolver tareas de los niños está sujeta a las cir-cunstancias concretas en que éstas se presenten y si tienen sentido dentro de su propio mundo. Aunque el aprendizaje tiene un gran componente imitativo y de asimilación del entorno (físico, social y cultural), las estructuras mentales que habilitan el ser humano para construir soluciones altamente adaptadas y eficientes a situaciones no previstas no se pueden alcanzar sólo transmitiendo el conocimiento de nuestra civilización sino creando espacios adecuados para el ensayo en base a prueba-error de qué es y cómo funciona el mundo.

Porque como dice John Holt, entre otros: “Aprender no es el producto de ense-ñar. Aprender es el producto de la actividad de los aprendices. ” 6. Independientemente de como se quiera entender la naturaleza de las entidades cognitivas (esquemas, estructuras, representaciones mentales, etc.) del niño y cómo cambian estas entidades a lo largo del desarrollo, se han podido identificar ciertas eta-peso.

En cuanto a la etapa escolar que nos ocupa, nos basamos en la conocida distinción hecha en la extensísima obra de Jean Piaget – sensoriomotriz (de 0 a 2 años), preope-racional (de 2 a 6 años) y operacional concreta (de 7 a 12 años) – a pesar de que no ha superado el paso del tiempo dado que múltiples investigaciones de sus propios dei-pulos y otros posicionamientos como la psicología evolutiva sistema o del proceso-samente han revelado muchas inexactitudes.

Igualmente todos mantienen que sí hay etapas en el desarrollo, que son laxas, que cada niño hace un recorrido único, que no siempre es en sentido progresivo y que, no se puede cambiar su orden.7. Aunque cada acción requiere de competencias específicas, la experiencia es inte-gral y fenoménica, es decir, que s’aprehèn con la vivencia subjetiva sensorial y la base de la memoria individual y cultural.

Como diría la escuela Gestalt (Sáiz et al, 1995), y no es posible descomponerlo en sus partes integrantes sin desvirtuarla. Además, sabemos que los fenómenos psíquicos son inherentes a la corporeidad y, recí-procamente, el cuerpo soporta una actividad psíquica: “l’homme est son corps” (Coste, 1977).

  • Por lo cual, el desarrollo del individuo es integral y comprende las dimensiones física, cognitiva, emocional, social y trascendente, que se apoyan entre sí, y que no se pueden disociar unas de otras sin desvirtuar la naturaleza de la individuo.
  • Por ello, la educación la entendemos como un proceso global que debe contemplar el cuerpo, la mente y la psique.8.

Queremos hacer notar que siempre se habla de aprendizaje y no de enseñanza, porque entendemos que el guía del desarrollo propio es el niño o niña. Obviamente los acompañantes adultos tienen un rol clave.9. Cada niño y niña es un individuo con su personalidad, que merece ser tratado con amor y respeto.

  1. La convivencia con la diversidad es un valor enriquecedor en sí mismo y proporciona otros puntos de vista de la realidad.
  2. Por otra parte, la discrepancia obliga a poner en práctica mecanismos de entendimiento y diálogo, empatía y solidaridad.
  3. También es clave en la conformación de la identidad propia en la mirada del otro y la base de la consolidación de los diferentes roles que integran el individuo.10.

Además, consideramos que la interacción social entre compañeros y acompañantes es uno de los motores del aprendizaje. El planteamiento en grupo de la resolución de una tarea común supone no solo un conflicto (en el sentido piagetiano) que lleva a una reestructuración cognitiva, sino que favorece la comprensión intersubjetiva de la

situación (Miller, 1987) y hace avanzar el desarrollo de la comunidad de alumnos y acompañantes como un organismo de segundo orden.Cabe decir que estas son las premisas que nosotros abrazamos, aunque entendemos que la psicología del desarrollo, y la pedagogía que se deriva, son disciplinas históricas de una tradición diversa y rica, que en sus diferentes opciones siempre puede haber acierto y que todas ellas tienen por intención primera favorecer el desarrollo de los niños y niñas de nuestra sociedad. Con esto queremos indicar dos principios que procuramos mantener:- El acuerdo de estas bases pedagógicas nació de una reflexión conjunta y de esfuerzo de síntesis y consenso, que puede ser revisable y mejorable a medida que la comunidad educativa gane en información y experiencia.- En el ejercicio de nuestra libertad pedagógica también hay un profundo respeto las diversas opciones educativas que conviven en nuestra sociedadLos fundamentos pedagógicos esbozados en el apartado anterior los podríamos resumir en tres principios básicos que nos sirven de guía para nuestra práctica pedagógica diaria y que man-tenemos presentes siempre que se diseña un plan de actuación en la escuela. Estos principios son:

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1. El acompañamiento del adulto en el proceso de actividad de los niños se hace con una mi-rada de amor y respeto.2. El entorno de los niños condiciona su aprendizaje y, por tanto, velamos por que sea rico, seguro y relajado.3. Las experiencias de aprendizaje en estas edades son globales, es decir, implican todas las funciones del organismo y entendemos que no pueden ser siempre compartimento-tadas en campos de conocimiento.
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¿Qué es la virtud en la educación?

Una persona virtuosa es una persona buena. Desde el punto de vista educativo, permite una actuación directa por parte de los educadores que guían a los educandos de maneras diferentes con el fin de que vayan desarrollando las virtudes en sus vidas.
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¿Qué importancia tuvo el pensamiento de San Agustín?

San Agustín de Hipona Biografía, obra y pensamiento de San Agustín de Hipona Trayectoria vital de San Agustín de Hipona La vida de San Agustín de Hipona es la historia de un recorrido intelectual en busca de la verdad que le llevó de la retórica a la filosofía, del maniqueísmo al neoplatonismo, y de éste al cristianismo. El propio San Agustín proporciona en sus escritos numerosa información sobre sí mismo.

De hecho, una de las principales fuentes documentales para el conocimiento de su vida son sus famosas Confesiones, escrito autobiográfico que aporta datos desde su nacimiento hasta la muerte de su madre Mónica, ocurrida en Roma en el año 387. Junto a ellas, la Vita Sancti Augustini, compuesta entre los años 431 y 439, es decir, inmediatamente después de la muerte de San Agustín, por su amigo y compañero, el obispo de Calama, San Posidio, proporciona numerosa información de su etapa como obispo de Hipona.

Del nacimiento a la conversión: el maniqueo y el escéptico Aurelio Agustín nació el día 13 de noviembre del año 354 d.C. en la ciudad de Tagaste (hoy la ciudad argelina de Souk Ahras), situada en la provincia romana de Numidia. De padre pagano y madre cristiana, tuvo dos hermanos, Navigio, contertulio suyo en algunos diálogos, y Perpetua.

Su padre, Patricio, al que Agustín dedica escasa atención en las Confesiones, era un funcionario municipal de carácter violento y aficionado a la bebida. Poco antes de morir se convirtió al cristianismo por influencia de su mujer, Mónica, una devota cristiana que ejerció un gran influjo sobre su hijo y hubo de soportar las preocupaciones provocadas por el comportamiento de éste en sus años de juventud.

En Tagaste pasó su infancia y cursó sus primeros estudios. Se conoce bastante mejor su juventud gracias a los datos que da en sus Confesiones. Antes de morir, Patricio reunió dinero suficiente para que Agustín, dotado de una gran inteligencia, prosiguiera su educación en Madaura y en Cartago, ciudad a la que llegó con 16 o 17 años.

  1. Allí estudió con éxito gramática y retórica, llegando a ser el mejor alumno de la escuela.
  2. Además, conoció a una mujer, cuyo nombre no menciona, con quien mantuvo una larga relación amorosa fruto de la cual nació, en el 372, su hijo Adeodato, quien permaneció con Agustín hasta su temprana muerte acaecida en el 389.

Pero el estilo de vida licencioso y disoluto que llevó en esta época- en las Confesiones afirma que llegó a ser “el más vil esclavo de las bajas pasiones”- le deja insatisfecho e inicia una búsqueda intelectual para descubrir la verdad acerca de sí mismo. El cristianismo que le ofrecía su madre parecía demasiado simple para satisfacer su exigente intelecto pues necesitaba una explicación a sus preguntas y dudas que resultase convincente y lo bastante profunda para que él pudiera aceptarla. Descubrió la filosofía gracias a la lectura de un libro hoy perdido de Cicerón, el Hortensius.

  1. Se trataba de una exhortación a la filosofía y Agustín se sintió, en seguida, atraído por ella.
  2. Sin embargo, Cicerón no ofrecía soluciones ni explicaciones a sus problemas morales.
  3. Agustín se acercó entonces al maniqueísmo y entró en un grupo de Cartago.
  4. Abrazó durante nueve años esta secta dualista, muy extendida, por entonces, en el norte de África.

Según la doctrina maniquea, no somos nosotros quienes pecamos, sino otra naturaleza más tenebrosa que se apodera de nuestras almas. El maniqueísmo, por tanto, ofrecía indudables atractivos a un espíritu como el suyo, atormentado por la lucha moral. Le daba una respuesta al problema del mal, acuciante para san Agustín a lo largo de toda su vida. A los 26 o 27 años escribió su primera obra, De pulchro et apto (Sobre lo bello y lo conveniente), hoy perdida. Ya por entonces su entusiasmo por el maniqueísmo había comenzado a decaer. A Agustín se le planteaban grandes dudas a las cuales la enseñanza de Mani no era capaz de proporcionar solución.

La entrevista que tuvo con el obispo maniqueo Fausto para tratar diversos temas, no hizo sino aumentar sus sospechas hacia el maniqueísmo dada la escasa talla intelectual de éste. Hacia el 400 d.C., Agustín refutará a los maniqueos en Contra Faustum (Contra Fausto). Unos años después, en el año 383, Agustín decidió marchar a Roma con su hijo y con su amante para trabajar como profesor de retórica.

Al poco de llegar cayó enfermo de gravedad. Restablecido y decepcionado con el materialismo maniqueo, comenzó a tomar en consideración la doctrina escéptica de la Academia Nueva, creyendo que alcanzar la verdad era un objetivo imposible. En el otoño del año 384, Agustín se traslada a Milán para enseñar retórica. La ciudad había remplazado a Roma como capital administrativa del Imperio Romano y se había convertido en residencia de la corte imperial. Además, era un importante centro cultural donde se conocía bien a Platón y el neoplatonismo.

La figura más influyente de Milán era el obispo Ambrosio, cuyos sermones atraían a una amplia audiencia. Agustín empezó a frecuentar sus predicaciones y a encontrar en ellas respuestas a las dudas no solucionadas por los maniqueos. San Ambrosio, que conocía bien a Plotino, Filón y Orígenes, practicaba una interpretación alegórica de la Biblia, lo que dio a Agustín la clave para acercarse al texto sagrado: se podía leer la Biblia figurativamente, no sólo literalmente, lo cual despertó un gran interés en Agustín, que pudo, de este modo, aceptar los escritos bíblicos.

Con el obispo de Milán, Agustín se desengañó de dos prejuicios que había mantenido hasta ese momento respecto del cristianismo: vio que un hombre de gran inteligencia podía abrazar esa religión y descubrió que la Biblia era un libro mucho más profundo de lo que él había creído.

Agustín ya no era maniqueo pero todavía sentía vivísimos deseos de “honores, riquezas y matrimonio”, como afirma en el Libro VI de las Confesiones. Mónica, que había llegado a Italia para estar con su hijo, eligió a una muchacha apropiada y se prometieron a pesar de que ella era demasiado joven y debían esperar varios años antes de poderse casar.

La madre de su hijo, con la que había vivido casi quince años, regresó a África dejando a Adeodato con él. Agustín, ante la perspectiva de dos años de espera antes del matrimonio, tomó otra amante “porque no era yo amante del matrimonio, sino esclavo de la sensualidad” y “para sustentar y conducir íntegra o aumentada la enfermedad de mi alma al estado del matrimonio”. Entonces conoció algunos textos de Plotino, traducidos por Mario Victorino, filósofo neoplatónico convertido al cristianismo. A través de su lectura, se adhirió al neoplatonismo, liberándose completamente del escepticismo académico. En la obra de Plotino descubrió algo nuevo: la concepción de Dios y del alma como realidades inmateriales, lo que le ayudó a resolver el problema del Mal.

  1. La conversión filosófica de Agustín al neoplatonismo introdujo definitivamente el inmaterialismo en la filosofía posterior.
  2. En su búsqueda de la verdad leyó también las epístolas de San Pablo, a través de las cuales descubrió la afirmación de que sólo la gracia de Cristo puede salvar al hombre, doctrina que constituye otro de los pilares de su pensamiento.

Agustín se aproximaba cada vez más al cristianismo. De la conversión al cristianismo a la consagración episcopal: el neoplatónico cristiano Esta búsqueda intelectual y espiritual llevó a Agustín al borde de una crisis nerviosa. En agosto del año 386 d.C., cuando estaba en su jardín inmerso en un estado de angustia, oyó la voz de un niño invitándole a leer: Tolle, lege (Toma y lee), lo cual interpretó como un mandato divino para que se acercara a las Escrituras. Al finalizar el verano de ese mismo año, poco después de su conversión religiosa, Agustín se retiró a la quinta de Casiciaco, renunciando a la enseñanza y al matrimonio. En este lugar, cercano a Milán y propiedad de su amigo Verecundo, profesor como él, adoptó una forma de vida ascética, acompañado por su madre, su hijo y sus parientes y discípulos Alipio, Trigedio y Licencio.

El retiro le permite dedicarse al estudio y a la conversación. Fruto de estas conversaciones son sus primeras obras filosóficas, conocidas por el nombre genérico de Diálogos de Casiciaco: Contra los académicos, Sobre la vida feliz, Sobre el orden y los Soliloquios, en las que nos muestra cuáles eran sus preocupaciones en esta época (la verdad, la felicidad en la filosofía, el orden de la Providencia en el mundo y el problema del mal).

Santo Tomas de Aquino y la Educación

El grupo regresa a Milán en marzo del 387 y, durante la Vigilia Pascual, según la costumbre de la época, Agustín, a la edad de treinta y tres años, fue bautizado por el obispo San Ambrosio, junto a Alipio y su hijo Adeodato. En agosto todos abandonan Milán y se dirigen al puerto romano de Ostia, para regresar al norte de África.

  • Sin embargo, cuando se disponían a embarcar, Mónica enfermó repentinamente y murió.
  • Fue canonizada unos años más tarde y es hoy la santa patrona de las mujeres casadas.
  • Con la muerte de Santa Mónica termina la parte narrativa de las Confesiones que Agustín escribió una década más tarde.
  • Agustín decide entonces permanecer durante algún tiempo en Roma, interesándose por la vida monástica y escribiendo algunos libros: De inmortalitate animae, De quantitate animae y De moribus manichaeorum, en el que empieza su polémica con los maniqueos.

Además inicia la composición de otros que finalizaría estando ya en África: De libero arbitrio y De música. Finalizado el verano del 388 embarca definitivamente con destino a África y se instala en Tagaste, con Adeodato, Alipio, y otros compañeros. Hasta el año 391 permanece allí, llevando una vida en comunidad, austera y entregada al estudio y a la oración.

Termina las obras iniciadas en Roma y comienza un fructífero período de composición de escritos. Destaca el diálogo De magistro, cuyo objeto es mostrar al verdadero maestro interior, Cristo, y también el tratado De vera religione, sobre las relaciones entre la fe y la razón. Redacta respuestas a cuestiones que le empezaban a plantear no sólo sus compañeros sino también habitantes de otras ciudades cercanas pues su fama iba en aumento.

Desde su consagración episcopal hasta su muerte: el doctor de la Iglesia En el año 391 se traslada a Hipona (hoy llamada Annaba, en la costa nororiental de Argelia), ciudad portuaria en la que había arraigado con fuerza la herejía donatista. Allí, tras ordenarse sacerdote, el obispo Valerio le donó un huerto donde fundó un monasterio.

Empezó entonces a predicar, llegando incluso a exponer un sermón ante los obispos de África, reunidos en Hipona, en el año 393. Continuó también con su labor de apologética y de controversia contra maniqueos y donatistas, fruto de la cual fueron diversas obras entre las que cabe destacar De utilitate credendi.

La reputación de Agustín iba en aumento y el anciano Valerio acudió al primado de Cartago para que lo nombrara obispo auxiliar de Hipona, cargo para el que fue consagrado en el año 396. Cuando Valerio murió poco después, Agustín fue nombrado obispo de Hipona, dignidad que ocupará hasta su muerte.

  1. Tenía cuarenta y dos años de edad y ponía fin a una vida de estudio y oración en retiro y en comunidad.
  2. Sus ocupaciones desde ese momento son narradas con detalle por su biógrafo Posidio.
  3. Llevó una incansable labor de apostolado: predica, interviene en cuestiones litigiosas, se afana en las controversias con donatistas, maniqueos, pelagianos y arrianos, participa en concilios locales y en asambleas de obispos norteafricanos, mantiene relaciones epistolares con Italia, Hispania y la Galia y se dedica a la formación de clérigos.

Además del tiempo que empleaba en las obligaciones propias del cargo, Agustín demostró en esta larga etapa una gran fecundidad como escritor. Durante los dos años siguientes a su nombramiento como obispo escribió más de trescientos sermones y más de doscientas cartas.

De entonces son también sus Confesiones, una de sus principales obras. En esta obra, compuesta entre el 397 y el 400 y considerada una de las primeras autobiografías de la historia, expone un esbozo de su filosofía, incluyendo su original teoría del tiempo. Agustín compuso, además, sus más importantes obras apologéticas, dogmáticas, morales, pastorales y exegéticas.

Entre ellas cabe destacar De doctrina christiana, escrita hacia el año 397, y De Trinitate, una de las cumbres de la teología cristiana occidental, compuesta entre el 399 y el 412. El desastre del Imperio le sugirió su obra más amplia, De Civitate Dei (La Ciudad de Dios), en la cual empleó catorce años de su vida (413-426).

En ella dio respuesta a los que acusaban a los cristianos de ser los culpables de la caída de Roma, en el año 410, en manos de los visigodos de Alarico. Tal acontecimiento fue achacado a la pérdida de la fe en los dioses antiguos, cuyo culto había sido prohibido por el emperador Teodosio en favor del cristianismo.

Agustín combatió este argumento y su respuesta fue la Ciudad de Dios, una obra maestra de teología y filosofía. La Ciudad de Dios está dividida en dos partes: la primera, los diez primeros libros, son una crítica del paganismo; la segunda, los doce libros restantes, es una presentación de la Iglesia: la divina Providencia que guía a la humanidad a lo largo de la historia.

  • Agustín expone la primera visión cristiana de la historia, permitiendo a los cristianos aceptar la caída de Roma como parte del orden divino.
  • A la Ciudad Terrena, cuyos habitantes se deleitan en el mundo temporal, opone la Ciudad de Dios, que tiene una existencia puramente espiritual.
  • Ejerció también una vigorosa oposición contra las herejías que dividían África por entonces, desarrollando su propio pensamiento al mismo tiempo que combatía el de los enemigos.

Es, sobre todo, la polémica contra Pelagio, quien arribó al norte de África después de la caída de Roma, y contra su continuador, Julián de Eclano, la que reviste mayor interés. El pecado original, la libertad contaminada por el pecado y la gracia serán los temas sobre los que trató Agustín en su polémica con los pelagianos.

  1. Pelagio afirmaba que no existe el pecado original y que el hombre es capaz de ganar el cielo sin ayuda de la gracia de Dios.
  2. Ello era contrario a la visión de san Agustín que creía que la gracia divina era indispensable para salvarse.
  3. También se enfrentó al donatismo en lo referido a la pureza moral de los ministros de la Iglesia como requisito imprescindible en la administración de los sacramentos.

Además, antes de morir quiso revisar todos sus libros, fruto de lo cual fueron sus Retractaciones. El colapso del Imperio Romano se aceleró durante los últimos años de la vida de san Agustín. En el año 428 los vándalos de Genserico habían comenzado la invasión del norte de África.

  • En mayo del 430 llegaban a Hipona y ponían sitio a la ciudad.
  • A los tres meses de comenzar el asedio Agustín cayó enfermo.
  • Unos días después, el 28 de agosto del año 430, murió, poco antes de que la ciudad fuera tomada e incendiada por los vándalos.
  • Vivió setenta y seis años, siendo sacerdote y obispo casi cuarenta.

En el año 497, los vándalos expulsaron a los obispos católicos de Numidia. Éstos llevaron el cuerpo de Agustín hasta Cerdeña, donde permaneció hasta la invasión islámica del siglo VIII. Entonces, el rey de los lombardos, Luitprando, rescató las reliquias de Agustín y las hizo llevar a Pavía, donde han permanecido hasta el día de hoy, custodiadas en la basílica de San Pedro en el Cielo de Oro.

  • Obra y pensamiento de San Agustín de Hipona Obra La ingente obra del obispo de Hipona se conoce bastante bien ya que se ha conservado casi en su totalidad y a que, el propio San Agustín hizo una enumeración de sus escritos en sus Retractaciones.
  • Por su parte, San Posidio, además de escribir su biografía, fue autor de un Indiculus o lista de las obras de San Agustín.

Su magno trabajo comprende diversos tipos de escritos:

Autobiográficos: Las Confesiones (397-403) y Las Retractaciones (426-427). Filosóficos: Contra los académicos (386), La vida feliz (386), El orden (386), Soliloquios (387), La inmortalidad del alma (387), La dialéctica (387), La dimensión del alma (387-388), El libre albedrío (388-395), La música (389), El maestro (389-390). Apologéticos: De la verdadera religión (390), La utilidad de la fe (391), De la fe en lo que no se ve (420-425), La adivinación diabólica (h.408), La ciudad de Dios (413-426). Dogmáticos: La fe y el símbolo de los apóstoles (393), Ochenta y tres cuestiones diversas (388-395), Cuestiones diversas a Simpliciano (396), Respuesta a las ocho preguntas de Dulcicio (424), La fe y las obras (413), Manual de fe, esperanza y caridad (421 o 422), La Trinidad (400- 420). Morales y pastorales: La mentira (395), Contra la mentira (421), El combate cristiano (396), La catequesis a principiantes (403), La bondad del matrimonio (403-404), La santa virginidad (404), La bondad de la viudez (414), La continencia (418-420), La paciencia (418), Las uniones adulterinas (420), La piedad con los difuntos (423). Exegéticos: La doctrina cristiana (397-427), El espejo de la Sagrada Escritura (h.427), Comentario al Génesis en réplica a los maniqueos (388-389), Comentario literal al Génesis (393), Locuciones del Heptateuco (419-420), Cuestiones sobre el Heptateuco (419-420), Anotaciones al libro de Job (400-405), Ocho cuestiones del Antiguo Testamento (antes de 419), El Sermón de la Montaña (394-395), Exposición de algunos textos de la Carta a los Romanos (394), Exposición de la Carta a los Gálatas (394-395), Exposición incoada de la Carta a los Romanos (394-395), Diecisiete pasajes del Evangelio de Mateo (h.405), Concordancia de los evangelistas (403-404). Polémicos: Las herejías, dedicado a Quodvultdeo (428-429), A Orosio, contra priscilianistas y origenistas (415), Réplica al adversio de la Ley y los Profetas (420), Tratado contra los judíos (h.418), Réplica al sermón de loa arrianos (419), Debate con Maximino, obispo arriano (427), Réplica a Maximino, obispo arriano (428), De las costumbres de la Iglesia Católica y de las costumbres de los maniqueos (387-389), Las dos almas del hombre (392), Actas del debate con el maniqueo Fortunato (392), Réplica a Adimanto, discípulo de Manés, llamada Del Fundamento (394), Réplica a Fausto, el maniqueo (400-403), Actas del debate con el maniqueo Félix (404), La naturaleza del bien (h.400-405), Respuesta al maniqueo Secundino (h.403-405), Salmo contra la secta de Donato (393), Réplica a la carta de Parmeniano (403- 404), Tratado sobre el bautismo (404), Carta a los católicos sobre la secta donatista (La unidad de la Iglesia) (h.401-404), Réplica a las cartas de Petiliano (400-403), Réplica al gramático Cresconio, donatista (h.406-407), El único bautismo (410- 411), Mensaje a los donatistas después de la Conferencia (412), Sermón a los fieles de la Iglesia de Cesarea (418), Actas del debate con el donatista Emérito (418), Réplica a Gaudencio, obispo donatista (418-419), Consecuencias y perdón de los pecados, y el bautismo de los niños (411-412), El espíritu y la letra (412), La naturaleza y la gracia (414-415), La perfección de la justicia del hombre (414), Actas del proceso a Pelagio (416), La gracia de Jesucristo y el pecado original (418), Naturaleza y origen del alma (419-420), El matrimonio y la concupiscencia (418-421), Réplica a las dos cartas de los pelagianos (420-421), Réplica a Juliano (420-421), La gracia y el libre albedrío (426-427), La corrección y la gracia (426-427), La predestinación de los santos (428), El don de la perseverancia (429).

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Además de esta inmensa obra, San Agustín dejó numerosas cartas y sermones e, incluso, una regla monástica que es considerada la más antigua de Occidente. La influencia del neoplatonismo San Agustín fue el primer gran filósofo cristiano y el exponente más grande de la filosofía durante casi un milenio y medio pues, cuando surge su figura, habían pasado seiscientos años desde la muerte de Aristóteles y aún faltaban casi ochocientos años para la aparición de Tomás de Aquino.

Su pensamiento, síntesis de cristianismo y neoplatonismo, representa el esfuerzo de seguir a los platónicos lo más lejos que permitía la fe católica. La fusión de estas dos doctrinas proporcionó al cristianismo un apoyo intelectual fuerte y fue la contribución más importante de San Agustín a la filosofía.

El neoplatonismo se desarrolló a partir del siglo III d.C. y fue fruto de la orientación místico-religiosa que adquirió por entonces la filosofía. Esta corriente filosófica insistía en la transcendencia de Dios, a quien considera como un ser absolutamente transcendente e incomprensible.

La unión mística con Dios pasa a ser el fin último del hombre. Se considera fundador de esta corriente a Plotino (205-270), cuyas obras fueron publicadas por su discípulo Porfirio, bajo el título de Enéadas. Aunque Plotino partió del comentario a las obras de Platón, les dio un giro que tiñó su obra de un misticismo preocupado por la salvación del individuo a través del conocimiento del absoluto.

Ese conocimiento se consigue mediante la unión extática con Dios, a quien llama el Uno. El Uno es absolutamente transcendente, inefable e incomprensible y de él emana, gradualmente y sin corromperlo, toda la realidad. El primer producto que emana del Uno es la Inteligencia (Nous), que conoce al Uno y que se correspondería con el mundo de las ideas de Platón; de la inteligencia emana el alma, puente entre el mundo inteligible y el mundo sensible, y así hasta llegar al producto ínfimo, que es la materia.

  1. La concepción neoplatónica del hombre es dualista.
  2. Todas las almas proceden del Alma del Mundo; algunas permanecen separadas, contemplando el mundo de las Ideas, pero las que se apartan de tal contemplación, caen en el mundo de las cosas y se ven encerradas en un cuerpo, surgiendo las pasiones y los deseos.

La meta final del hombre, según Plotino, es el proceso de retorno y contemplación del Uno, lo cual se consigue cuando el hombre entra dentro de sí mismo y vuelve a la interioridad. El neoplatonismo ejerció una fuerte influencia en la patrística cristiana a través, no sólo de San Agustín, sino también de Orígenes y el Pseudo- Dionisio Areopagita.

  • En las comunidades cristianas de la Antigüedad tardía se vio la necesidad de llegar a una mejor compresión y conceptualización de la revelación bíblica, siendo a raíz de las controversias con los herejes cuando esta labor cobró mayor impulso.
  • Surge entonces la Patrística, pensamiento filosófico- religioso, cuyos más importantes representantes son San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín y San Gregorio Magno, los cuatro Padres de la Iglesia.

La Patrística utilizó sobre todo a Platón: “Nadie se ha acercado tanto a nosotros”, escribió San Agustín, quien se sintió especialmente impresionado por los elementos místicos del neoplatonismo y por la idea de que el más íntimo espíritu del hombre lo une a la realidad suprema.

  1. Se puede decir que, mientras San Agustín adaptó el pensamiento platónico al dogma cristiano, Santo Tomás de Aquino concilió las obras de Aristóteles con las enseñanzas de la Iglesia.
  2. El pensamiento de San Agustín San Agustín sentó las bases filosóficas de la Edad Media.
  3. Gracias a su obra, y a la profunda influencia que ésta ejerció sobre pensadores como san Anselmo o San Buenaventura, el neoplatonismo, y con él, la filosofía, en general, sobrevivió en el pensamiento medieval y en la escolástica.

Algunos de los temas fundamentales que aborda San Agustín de Hipona en su obra son los siguientes: Fe y razón Uno de las principales ideas que transmitió a los pensadores de la Edad Media fue la identificación entre Fe y Razón, entre Religión y Filosofía.

Una y otra tienen la misma finalidad: conocer la verdad indispensable para la salvación del alma y, por ello se las identifica. El hombre busca alcanzar la verdad porque sólo ella le dará la felicidad, núcleo de todo el pensamiento agustiniano. Buscar la felicidad se revela como la única causa y el único fin de la filosofía.

La religión y la filosofía son dos medios de que dispone el hombre para lograr su bien. Ambas tienen un mismo fin la sabiduría, que es verdad y, por tanto, felicidad. Agustín busca la verdad absoluta, inmutable y eterna, la cual no puede ser facilitada por los objetos sensibles, que siempre están cambiando, aparecen y desaparecen; tampoco por el alma que es contingente y mudable.

Sólo Dios es la verdad. La verdad es Dios y de su iluminación procede el conocimiento de toda la verdad parcial. De ello se comprende que para San Agustín no pueda establecerse una distinción muy neta entre la razón y la fe. La iluminación del alma por Dios permite explicar la existencia de ideas innatas sin necesidad de recurrir a la preexistencia y reencarnación del alma.

Hay que creer lo que Dios revela para llegar a comprender. Pero también la razón puede preceder a la fe, no para demostrar las verdades reveladas, sino demostrando que es razonable creer. Esta mutua colaboración entre razón y fe recibe una formulación famosa: Intellige ut credas, Crede ut intelligas (Sermón 43).

La fe ya no es, pues, algo irracional. Para buscarla hay que buscar en el interior del alma, lo cual culmina en un movimiento hacia lo superior: el transcendimiento del alma hacia Dios y la superación de lo meramente terreno. Teoría de la historia San Agustín originó muchas ideas filosóficas propias a lo largo de su obra.

Entre ellas está la teoría del tiempo, según la cual Dios existe fuera del tiempo, y éste comenzó sólo con la creación del mundo. Según Agustín, Dios creó el mundo ex nihilo, es decir, de la nada. En función de ello, antes de la creación del mundo no podía haber ni tiempo ni historia y, por tanto, se pasa de una concepción circular de la historia a otra lineal que va desde la creación del mundo hasta el Juicio final y que se divide en seis edades.

  1. Su tesis es que desde la venida de Cristo se vive en la última edad, pero la duración de ésta sólo Dios la conoce.
  2. Dios y la creación del mundo Para San Agustín, aunque Dios es incomprensible e inefable ello no quiere decir que no podamos saber nada sobre él, al menos de un modo negativo: si las criaturas son mudables, Dios debe de der inmutable.

Dios es el Ser o la esencia inmutable pues sólo aquel que no cambia ni puede cambiar es verdaderamente el Ser. Por otro lado, San Agustín cambia el concepto neoplatónico de emanación por el bíblico de creación. Pero la interpretación de la creación la hace mediante doctrinas platónicas: Dios creó el mundo tomando como modelo sus propias Ideas (la mente divina es, por tanto, el mundo inteligible platónico).

No hay sino Dios y mundo y éste procede íntegramente de Aquél por creación, sin que haya materia alguna preexistente, es decir, las cosas han sido creadas por Dios de la nada. Y, al igual que los platónicos, proclama, en La ciudad de Dios, que todo lo que procede de Dios es bueno y que la única fuente del mal moral es la libertad de las criaturas.

El concepto de creación divina eliminaba el dualismo pesimista maniqueo pues, si la materia también ha sido creada por Dios, no puede ser mala sino buena. Agustín desarrolla a partir de esta idea su teoría del Mal. Para los neoplatónicos la realidad más alta es Dios.

  1. Las cosas emanan de Él en orden descendente de realidad, valor e integración.
  2. El Mal surge en la materia, en el punto más bajo de la escala, en el más alejado de Dios.
  3. Esto significaba que no había necesidad de dualismo para describir la naturaleza del mal, como pretendían los maniqueos.
  4. Para los neoplatónicos el mal era meramente la ausencia del bien.

San Agustín encontró la causa del Mal en el uso incorrecto por parte del hombre de su libertad. El mal se explica por nuestra condición de criaturas, somos limitados, no somos el Ser con mayúscula que es Dios. El hombre es libre y puede hacer el bien o el mal pero tiene una sola alma y una sola voluntad y uno solo es el principio de todas las cosas: Dios y todo lo creado por él es bueno.

  • El Mal, por tanto, también para San Agustín, es ausencia de bien.
  • El hombre En su visión del hombre, Agustín adopta un dualismo platónico.
  • Por supuesto, rechaza la preexistencia del alma, la pluralidad de almas en el hombre y que la unión con el cuerpo sea consecuencia de un pecado anterior.
  • Como consecuencia del pecado original, el alma, que está hecha para dirigirse hacia Dios, se vuelve hacia la materia y termina siendo prisionera del cuerpo, dominada por la ignorancia y los malos deseos.

El hombre no ha perdido nunca el libre albedrío pero, como consecuencia del pecado original, no puede dejar de pecar. Por ello, la auténtica libertad, que consiste en hacer el bien, ya no está en manos del hombre. Por eso, la humanidad está abocada a la condenación y sólo se salvan aquellos predestinados que reciben la gracia de Dios.

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San Agustín de Hipona
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¿Qué quiere significar la frase de San Agustín creo para entender?

La expresión ‘cree para entender y entiende para creer’ encierra una pluralidad de significados. En unos casos la prioridad es del entender, en otros del creer. En todo caso, ambos se exigen mutuamente. Para San Agustín la fe, en sí misma, reclama el entender como algo propio de la dinámica creyente.
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¿Qué fue lo más importante que hizo Santo Tomás?

Tomás de Aquino: la independencia de la razón Cada 28 de enero se celebra el día de Santo Tomás de Aquino, patrón de estudiantes y profesores. Hablar de Tomás de Aquino es hacerlo de uno de los grandes pensadores de la historia. Teólogo y doctor de la iglesia católica, su filosofía fue una de las más influyentes que han existido, principalmente por lograr aglutinar el pensamiento de Aristóteles con la religión cristiana.

  1. Auténtico titán de la historia del pensamiento, Tomás de Aquino se convirtió en el máximo representante de la teología de su época, y con el paso del tiempo, de toda la escolástica.
  2. Elaboró la influyente doctrina filosófica del «tomismo» que tomaba las que había adoptado el cristianismo anteriormente y las fundió con las tesis de Aristóteles, dando lugar a un pensamiento que marcaría el futuro de la historia.

Su labor habría de ser el primer paso para la independencia de la razón, paso decisivo que terminaría por enterrar la filosofía medieval antes de anunciar la moderna. Estas son las 10 claves de su vida y su pensamiento. Que Aporto Santo Tomas De Aquino A La Educacion Revista de pensamiento y actualidad 1 Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, en Frosinone (Italia). Era uno de los hijos de Landolfo, Conde de Aquino. Estudió en el monasterio de Monte-Casino y más tarde en la Universidad de Nápoles, destacando por su inteligencia, sencillez y mutismo (debido a su gran tamaño y sus largos silencios, se le apodó “El buey mudo”). «Suma teológica mínima (fragmentos esenciales)», de Tomás de Aquino (Tecnos).2 Viajó a París, que terminaría siendo el centro de su vida, y se convirtió en discípulo de Alberto Magno, con quien estudiaría también en Colonia. Residió en varias ciudades de Italia, la última de ellas, Nápoles, donde había empezado a estudiar.

En 1274 salió de viaje para acudir al II Concilio de Lyon, convocado por el papa Gregorio X, pero murió por el camino el 7 de marzo de ese año, en la Abadía de Fossanova.3 Los testimonios que quedan de los más próximos a él destacan su infinita bondad y el intenso afecto que despertaba entre sus amigos y familiares más cercanos.

La iglesia lo canonizó como Santo Tomás. Al nombrarlo doctor de la iglesia y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos (su festividad se celebra el 28 de enero), destacó su tremenda relevancia en la escolástica, término con que se conoce el pensamiento filosófico desarrollado durante la Edad Media, desde la caída del Imperio Romano de Occidente, en 476, hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos en 1453, que dominó por completo la vida intelectual de este periodo en toda la cristiandad.4 Es considerado uno de los más importantes filósofos del cristianismo -si no el más relevante-, pues logró fundir el platonismo que hasta entonces había predominado en la filosofía cristiana con principalmente las teorías de la abstracción, del acto-potencia y de la analogía.5 Es necesario destacar, sin embargo, que la famosa expresión “aristotélico-tomista” es errónea.

  1. No puede entenderse como una filosofía que comprende a Aristóteles y santo Tomás.
  2. No hay una filosofía aristotélico-tomista, sino simplemente 6 Marcó claramente los límites de la filosofía y la teología, demostrando a la vez la íntima relación que existe entre la fe y la ciencia, lo natural con lo sobrenatural.

Consideraba que filosofía y teología eran dos ciencias distintas, dos formas a partir de las cuales saber. Por un lado, la teología se funda en la revelación divina, mientras que la filosofía lo hace en el ejercicio de la razón humana. La teología, por tanto, no la hace el hombre, sino Dios al revelarse. «Suma teológica», de Tomás de Aquino (Biblioteca de autores cristianos).7 Sus obras son muy numerosas, pero sin lugar a dudas la más importante es la Suma teológica, gran exposición sistemática de su pensamiento y el libro más importante de la escolástica.

  • Buena parte de la producción posterior de esta ha consistido en comentarios a las obras de santo Tomás.8 Logró llevar a cabo la mejor síntesis entre razón y fe que se había logrado hasta la fecha.
  • Concedió a la razón su propia autonomía en todas aquellas cosas que no se deben a la revelación.
  • Para explicar la autonomía de la razón recurrió a la filosofía de Aristóteles como instrumento adecuado para ello.

Desde esta postura, Aquino afrontará antiguas cuestiones, entendiendo, por ejemplo, a Dios como “primer motor del mundo eterno”, el alma como mera forma del cuerpo y la preexistencia de las esencias.9 Las ideas de Tomás de Aquino sobre el hombre son muy innovadoras: lo entiende como una unión de alma y cuerpo, pero no siendo la primera como una mera forma del cuerpo que, por ejemplo, perece con él.

Es su forma, pero también es lo que le da su Ser, su individualidad. El hombre existe y es individuo por su alma. Cada alma es depositaria de su propia inmortalidad. Santo Tomás es el más importante filósofo de la escolástica, pensamiento que dominó la vida intelectual en toda la cristiandad durante la Edad Media 10 Santo Tomás explica la existencia de Dios de cinco maneras, que es lo que reunió en sus famosas “Cinco vías”.

La idea fundamental que establece Aquino para demostrar que Dios existe es que Dios, aunque es invisible e infinito, puede ser demostrado a través de sus efectos, los cuales sí son visibles y finitos. Sabemos, por tanto, que Dios ES. Lo que no sabemos y no podemos saber es QUÉ ES:

Por el movimiento: existe el movimiento y todo lo que se mueve es movido a su vez por un motor. Este, a su vez, ha sido movido anteriormente por otro, secuencia que se debería seguir hasta el infinito. Sin embargo, eso no es posible, por lo que tenemos que concluir que existe algo al principio de todo, un primer motor, que es el que ha puesto todo el sistema en marcha. A ese primero motor es a lo que Aquino denomina Dios. Por la causa eficiente: hay una serie de causas eficientes (principio que produce un efecto), pero es necesario que exista para ello una causa primera, pues, de lo contrario, no habría ningún efecto. Esa causa primera es Dios, según Aquino. Por lo posible y lo necesario: la generación y la corrupción muestran que hay entes que pueden ser o no ser. Puesto que estos entes alguna vez no han sido, tendría que haber habido un tiempo en que no hubiera nada y que nada hubiera llegado a ser. Es imprescindible entonces que exista un ente que sea necesario por sí mismo. A ese ente necesario es al que Aquino llama Dios. Por los grados de perfección: hay diversos grados de todas las perfecciones, que se aproximan más o menos al absoluto. Debe haber por lo tanto un ente que sea sumamente perfecto, y que sea causa de toda perfección de todo ser. Ese ser perfecto es Dios. Por el gobierno del mundo: los entes inteligentes tienden a un fin y a un orden. No lo hacen al azar, sino por la inteligencia que los dirige. Ha de haber, por tanto, un ente inteligente que ordena la naturaleza y la impulsa a su fin. Quien dirige inteligentemente la naturaleza es Dios.

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“En esto consiste propiamente amar a alguien: querer el bien para él” “El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ya ha comprendido: la verdad” “Teme al hombre de un solo libro” “Todos los hombres, por naturaleza, desean saber” “Justicia es la firme y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo” “La misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella pertenece el volcarse en otros y, más aún, socorrer sus carencias. Esto es peculiaridad del ser superior y por eso se tiene como propio de Dios tener misericordia” “Lo que se recibe se recibe al modo del recipiente” “La raíz de la libertad se encuentra en la razón. No hay libertad sino en la verdad”

: Tomás de Aquino: la independencia de la razón
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¿Cuáles son las ideas principales de Santo Tomás de Aquino?

Las fuentes de la síntesis tomista: La filosofía de Santo Tomás es tributaria de una larguísima tradición histórica. En algún sentido puede decirse que el tomismo nace de la confluencia de las grandes corrientes de pensamiento que cruzaron la antigüedad y el medievo: platonismo y aristotelismo, helenismo y arabismo, paganismo y cristianismo, sin olvidar otras corrientes secundarias, como la filosofía hebrea. Habiendo nacido en un momento histórico bien concreto y teniendo el sello cristiano medieval, el pensamiento de Tomás de Aquino es un pensamiento esencial y dialogante. No le importó enfrentarse a los prejuicios de su tiempo y se mostró siempre abierto a toda aportación valiosa, dando acogida a toda partícula de verdad, sin importarle que ésta procediera de filósofos paganos, griegos, hebreos o musulmanes. Ese era el auténtico espíritu de Tomás de Aquino y, probablemente, una de sus más valiosas herencias. Su obra constituye un esfuerzo por integrar en un sistema simple, pero coherente, el legado de sus antecesores. En este sentido, conviene señalar que su pensamiento no es la simple suma de elementos de sus predecesores, sino que constituye un sistema propio cuya nota distintiva y original es su noción filosófica del ser, la cual recorre y vertebra el conjunto de su pensamiento. Razón y fe: Santo Tomás de Aquino replanteará la relación entre la fe y la razón, dotando a ésta de una mayor autonomía. El punto de partida externo de la filosofía de Santo Tomás fue la necesidad de distinguir la razón de la fe, y también la de ponerlas de acuerdo. La teoría del conocimiento: Santo Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación con otros problemas en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. Por ser el hombre punto de intersección entre lo meramente corporal y lo espiritual, su modo peculiar de conocer tiene una doble vertiente: por una parte, gracias a su cuerpo, el hombre parte de los sentidos para adquirir conocimiento; pero por otra, gracias a su intelecto, el hombre puede abstraer de las cosas sensibles sus formas o esencias inteligibles, y remontarse así al mundo espiritual. El proceso del conocimiento se da bajo la cooperación estrechísima de alma y cuerpo. Una metafísica del ser: La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, pero la necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica, utilizada ya por Avicena, y que constituye uno de los aspectos más originales de su filosofía: la distinción entre “esencia” (essentia) y “ser” (esse). También recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los grados del ser. Analogía, causalidad y participación vertebran y configuran su metafísica del ser., La existencia de Dios: La existencia de Dios no es evidente para el hombre, por lo que necesita ser racionalmente demostrada. Tomás de Aquino lleva a cabo dicha demostración a través de cinco vías o caminos que son argumentos “a posteriori”: parten de las criaturas como efectos y se remontan a Dios como Causa a través de la analogía y la causalidad. Las vías tienen una estructura parecida: el punto de partida es un hecho de experiencia que es considerado metafísicamente; aplicación de la causalidad al punto de partida; imposibilidad de proceder al infinito en la serie de las causas; como término final se concluye la existencia de Dios bajo una formalidad concreta. En este sentido: la primera vía parte de la experiencia del movimiento y llega a Dios como Primer Motor Inmóvil; la segunda vía parte de la experiencia de la causalidad eficiente, y concluye la existencia de Dios como Primera Causa Incausada; la tercera vía parte de la generación y corrupción, y culmina en Dios como Ser Necesario por sí mismo; la cuarta vía tiene su punto de partida en los diferentes grados de perfección que encontramos en los entes y llega a Dios como Ser sumamente perfecto, Acto Puro o Ser por esencia; finalmente, la quinta vía, parte de la experiencia de la finalidad de las cosas y llega a la existencia de Dios como Inteligencia ordenadora del mundo. La esencia de Dios: Dios es incomprehensible, en cuanto que su esencia trasciende o excede la limitación del entendimiento humano. Pero, a pesar de que nuestra inteligencia no pueda abarcar toda la realidad divina, Dios sí que puede ser conocido por el hombre: es cognoscible. Para Santo Tomás, nuestro conocimiento de Dios tiene un carácter analógico cuyo fundamento es la analogía ontológica que se establece entre Dios y las criaturas. El nombre más propio de Dios es el de Ipsum Esse Subsistens (Mismo Ser Subsistente), que constituye su constitutivo formal o atributo fundamental del que se derivan todos los demás., La creación y el orden: La creación no debe entenderse, en Santo Tomás, como una emanación de Dios ni como una necesidad suya: Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la tradición cristiana Santo Tomás afirmará la creación “ex nihilo” (de la nada); es decir, la creación del mundo mediante un acto de Dios totalmente libre, radical y originario. Santo Tomás ofrece una visión jerárquica y piramidal de la realidad creada. La jerarquía de los seres vendrá dada por la mayor o menor simplicidad de estos, es decir, por su mayor o menor cercanía al puro ser de Dios. El hombre, cuerpo y alma: La doctrina tomista acerca del hombre difiere de la agustiniana y se fundamenta en la concepción aristotélica, la cual tratará de conciliar con creencias básicas del cristianismo como son la inmortalidad del alma y la creación. En línea con el hilemorfismo, afirma que el hombre está compuesto de materia y forma. La unión entre alma y cuerpo no es accidental, sino sustancial. El hombre es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma del cuerpo. El cuerpo constituye el principio de individuación; el alma le da al hombre su condición en cuanto tal. Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el hombre varias formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Santo Tomás afirma la unidad hilemórfica del hombre: el ser humano constituye una unidad en la que existe una única forma sustancial, el alma racional, que informa inmediata y directamente a la materia prima constituyendo el compuesto “hombre”. Desaparecen así el alma vegetativa y sensitiva, pero no la racional, que tiene ser en sí misma. Cada alma humana es creada individualmente por Dios. La subsistencia e inmaterialidad del alma son las características esenciales del alma, a partir de las cuales demuestra su inmortalidad. Por otra parte, también cabe destacarse que Tomás de Aquino considera al hombre como persona: adopta la definición de Boecio de persona como “substancia individual de naturaleza racional” que concibe como “lo subsistente en la naturaleza racional”. La Ética: Tomás de Aquino concibe la ética como la ciencia que considera el orden que la razón humana introduce en los actos de la voluntad. Dicho orden se establece con vistas al fin último de la vida humana; viene expresado por ley moral, y se realiza a través de las virtudes morales. La teoría política: La filosofía jurídica y política de Santo Tomás se desarrolla en torno a la idea de la justicia legal recibida de Aristóteles y el concepto agustiniano del orden. Probablemente una de sus más importantes aportaciones al pensamiento político sea la formulación y explicitación de su célebre definición de la ley como “disposición de la razón para el bien común promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad”.

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¿Cuál es el pensamiento de Santo Tomás de Aquino?

Tomás asocia la esencia, por ser limitación, con la potencia aristotélica, y la existencia, por ser perfección, como acto; en esta independencia de la existencia respecto a la esencia radica la cuestión de la contingencia de los objetos y de toda metafísica en general.
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¿Cuáles son los dos tipos de conocimiento de San Agustín?

El conocimiento – Aunque sin llegar a elaborar una teoría del conocimiento San Agustín se ocupará del problema del conocimiento, tratando de establecer las condiciones en las que se puede dar el conocimiento de la verdad, según el ideal cristiano de la búsqueda de Cristo y la sabiduría. Ante el desarrollo del escepticismo defendido por la Academia nueva, con cuyas tesis había simpatizado anteriormente, San Agustín considerará fundamental la crítica del mismo. Niegan los escépticos la posibilidad de alcanzar certeza alguna. Ante ello San Agustín replica afirmando la necesaria certeza de la propia existencia: ¿puedo razonablemente dudar de mi existencia, aun suponiendo que todos mis juicios estuvieran siempre equivocados? No, dice San Agustín, ya que aun en el caso de que me engañarse no dejaría de existir (al menos el juicio “si fallor, sum” sería siempre verdadero, asegurando la certeza de mi existencia); pero la certeza es triple, ya que el hombre existe, vive y entiende.

  • En ese conocimiento cierto que tiene la mente de sí misma y por sí misma, en la experiencia interior, asentará San Agustín la validez del conocimiento.
  • Así, no puedo dudar de la certeza de los principios del entendimiento, como el principio de no contradicción; ni de la certeza de las verdades matemáticas.

Tampoco puedo dudar de la certeza de la realidad exterior, en la que vivo. No obstante la mente, buscando la verdad en sí misma, se trascenderá a sí misma al encontrar en ella las ideas, verdades inmutables que no pueden proceder de la experiencia. Distinguirá San Agustín varios tipos de conocimiento, asegurada su posibilidad: el conocimiento sensible y el conocimiento racional ; el conocimiento racional, a su vez, podrá ser inferior y superior.

El conocimiento sensible es el grado más bajo de conocimiento y, aunque realizado por el alma, los sentidos son sus instrumentos; este tipo de conocimiento sólo genera en mí opinión, doxa, tipo de conocimiento sometido a modificación, dado que versa sobre lo mudable (puede observarse la clara dependencia platónica del pensamiento agustiniano); al depender del objeto (mudable) y de los sentidos (los instrumentos) cualquier deficiencia en ellos se transmitirá al conocimiento que tiene el alma de lo sensible.

El verdadero objeto de conocimiento no es lo mudable, sino lo inmutable, donde reside la verdad. Y el conocimiento sensible no me puede ofrecer esta verdad. El conocimiento racional, en su actividad inferior, se dirige al conocimiento de lo que hay de universal y necesario en la realidad temporal, y es el tipo de conocimiento que podemos llamar ciencia (como los conocimientos matemáticos).

Ese tipo de conocimiento depende del alma, pero se produce a raíz del “contacto” con la realidad sensible, siendo ésta la ocasión que permite que la razón origine tales conocimientos universales. El conocimiento racional, en su actividad superior, es llamado por San Agustín sabiduría; es el auténtico conocimiento filosófico: el conocimiento de las verdades universales y necesarias, las ideas, siguiendo a Platón.

Hay, pues, una gradación del conocimiento, desde los niveles más bajos, sensibles, hasta el nivel más elevado, lo inteligible, la idea: “Las ideas son formas arquetípicas o esencias permanentes e inmutables de las cosas, que no han sido formadas sino que, existiendo eternamente y de manera inmutable, se hallan contenidas en la inteligencia divina” (Quaestio XLVI, De ideis, 2).

  1. Las ideas se encuentran, pues, en la mente de Dios.
  2. ¿Cómo se alcanza el conocimiento de las ideas? Dado su alejamiento de lo sensible, realidad en la que se encuentra el hombre, las ideas sólo se pueden conocer mediante una especial iluminación que Dios concede al alma, a la actividad superior de la razón.

El verdadero conocimiento depende, pues, de la iluminación divina. ¿Cómo interpretar esta iluminación? Según la llamada interpretación ontologista la iluminación significaría que el alma contempla directamente las ideas o esencias en la mente divina, lo que plantea problemas teológicos, dado que de alguna manera el alma contemplaría la esencia divina.
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¿Quién sentó las bases de la pedagogía?

Johann Heinrich Pestalozzi y Jean-Jacques Rousseau sentaron las bases de la pedagogía moderna, junto con otros pensadores del siglo XVIII. Ambos pusieron el foco en la evolución de las metodologías pedagógicas.
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¿Qué autores sentaron las bases de la pedagogía?

Bases de la Pedagogía Moderna – En el siglo XVIII, Johann Heinrich Pestalozzi y Jean-Jacques Rousseau sentaron las bases de la pedagogía moderna junto a otros pensadores con metodologías innovadoras que incidían en la observación, la experimentación y el razonamiento.

Pestalozzi defendía la individualidad del niño y la necesidad de que los maestros apoyaran el desarrollo integral del alumno, dando importancia al juego, la educación física y al dibujo. Rousseau en su obra “Emilio” destacó la importancia de despertar el interés del niño en su educación y no con la disciplina como proponía la pedagogía tradicional.

A partir del siglo XIX y en todo el siglo XX, la pedagogía moderna puso el foco en la relación maestro-estudiante y en el desarrollo de las capacidades del niño. Surge la pedagogía científica de la mano de de Johann Friedrich Herbart con fuertes influencias de Rousseau y Pestalozzi y este, a su vez, influyó a otros pensadores como John Dewey y su escuela-laboratorio, María Montessoriy Jean Piaget,
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¿Qué es lo que hace el docente en base a la didáctica?

Un profesor se hace didacta al estudiar y aplicar conocimientos didácticos o al investigar sobre didáctica. Entonces, la actividad docente no implica necesariamente la presencia de actividad didáctica.
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¿Qué metodo utiliza San Agustín?

3.4. La investigación agustiniana de la verdad – Al principio de Soliloquios, San Agustín define los objetivos de su tarea de investigación filosófica: conocer a Dios y conocer el alma. Dicha investigación no requiere dos vías diferentes, como podría parecer a primera vista, sino que se resume en una: puesto que Dios está en la más profunda intimidad de nuestra alma, buscar a Dios requiere recogerse en el alma y recogerse en el alma supone encontrar a Dios.

  • Así las cosas, la mirada hacia dentro mediante la que se inicia la búsqueda de Dios y del alma significa un confesarse,
  • Dicha confesión no se agota en la mera descripción de un estado sentimental interior sino que trata de aclarar los problemas más profundos que radican en el núcleo del alma, arrojando luz sobre la propia existencia.

Éste es el significado del célebre aforismo pronunciado por el Obispo de Hipona: «No salgas de ti mismo, vuelve a ti, en el interior del hombre habita la verdad». San Agustín asume un método de investigación filosófica que se basa, con las debidas matizaciones, en la dialéctica característica de la tradición platónica.

Así se aprecia en Acerca del orden ( De Ordine), una de sus primeras obras, en la que considera: a) que la filosofía se resuelve en una investigación de la unidad; b) que la razón no es sino la capacidad de distinción y unión; y c) que la investigación del alma o de uno mismo debe ser anterior a la investigación de Dios,

Pero lo anterior no justificaría la originalidad agustiniana, que no sería tal si el Doctor de la gracia se hubiera quedado ahí. En Soliloquios, cuando se refiere a las condiciones de la visión racional, añade los siguientes requisitos que completan su propio método de investigación filosófica: a) el alma debe ser apta para conocer la verdad, para lo cual debe recibir la ayuda de la gracia, es decir, el alma debe ser sana, estar purificada mediante las virtudes sobrenaturales de la fe, la esperanza y la caridad para poder conocer la verdad y ver a Dios ; b) estando sana el alma por las virtudes teologales, es preciso que mire, y esta mirada es la que propiamente lleva a cabo la razón; c) se requiere que el alma no sólo mire, sino que también vea, para lo que debe poseer la virtud, definida en un primer momento como recto orden de la razón,
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¿Cuál fue el mayor aporte que hizo San Agustín a la filosofía?

Ser, Verdad y bien, son atributos esenciales de Dios y es aquí donde podemos identificar el aporte original del sistema filosófico de Agustín, en que las ideas o verdades eternas son ideas de Dios, son los arquetipos que hacen del mundo una creación de Dios.
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