'Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom': amor y tragedia en lo nuevo de Netflix
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'Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom': amor y tragedia en lo nuevo de Netflix

El nuevo ‘true crime’ de Netflix narra las consecuencias de un amor marcado por la tragedia

‘Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom’: amor y tragedia en lo nuevo de Netflix

Una imagen del documental. | Netflix

Hay algo muy inquietante en Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom, el nuevo true crime estrenado en Netflix, y que es difícil de definir. Tal vez tenga que ver con la extraña naturaleza de los exnovios que protagonizan la terrible historia. De hecho, la miniserie es tan rara, que el espectador queda con la sensación de haber asistido a un juicio en el que siempre se esconde algo y que lo sucedido esconde una oscura naturaleza. 

Para ponernos en situación: en 1985, en la pequeña comunidad de Boonsboro en el condado de Bedford, Virginia, Derek y Nancy Haysom fueron asesinados con una brutalidad pocas veces vista por las autoridades policiales. Los esposos prácticamente fueron degollados. La cantidad de sangre derramada en el suelo era tal que generaba capas secas, como costras y la profundidad de las heridas en los cuellos evidenciaba el ensañamiento. De la casa no desapareció ni un dólar, lo que comprobaba que el crimen respondía a algún tipo de animosidad pasional. Era, como se dice en el argot criminalístico, un asunto personal.

No pasó mucho tiempo para que se conocieran a los posibles culpables: los novios Jens Söring y Elizabeth Haysom. Ella era la hija menor de los asesinados. A partir de las declaraciones que dan en una estación de policía británica (habían huido de Estados Unidos), la resolución del caso parece sencilla. Sin embargo, lo que luce en principio como un crimen premeditado deviene en un intenso debate sobre quién manipula a quién para que los hechos se dieran de tan sangrienta forma.

Andre Hörmann y Lena Leonhardt, entregan un producto de cuatro episodios que cumple desde lo formal, aunque no reinventan nada. Más que la estética, la clave en este trabajo es la cantidad de voces, fotos, videos y recreaciones que permiten hacerse una idea de lo que probablemente sucedió. Y eso que sucedió no es fácil de digerir.

Algunas imágenes parecen innecesarias,  sobre todo las de los cadáveres en diferentes posiciones, pero el ritmo del documental facilita su consumo. Incluso cuesta detener la pantalla una vez que le das play al documental. Terminas viendo la serie de un solo tiro. Lamentablemente, el frenético ritmo no se detiene en las víctimas y su pasado. Salvo este importante detalle, la producción complace a los seguidores del true crime.

Del amor al odio

Se entiende que el punto central en Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom es conocer las razones del ensañamiento con el matrimonio, una vez que Jens asume la culpa principal de lo sucedido. A raíz de una serie de cartas, compartidas por los novios, se infiere cómo se fue tejiendo un plan que buscaba «liberar» a Elizabeth de una infancia y adolescencia compleja. Sin embargo, lo que en un principio parece un mal entendido producto de un romanticismo literario, gira hacia la sociopatía de dos individuos que se mueven por la manipulación.

Entonces pasa algo curioso. Una vez que se revelan las cartas y se rompe la tregua entre Sohering vs. Haysom, comienza un fenómeno muy moderno: la polarización. ¿A quién se le cree? Ella se asume como la autora intelectual del crimen, pero acusa a su ex de haber actuado solo en aquella fatídica noche de 1985. Él, que hasta en dos oportunidades declara su culpabilidad, cambia su declaración para afirmar que nunca estuvo en la casa de los padres de la novia. Es más, termina culpando directamente a su ex de haber degollado a la madre y al padre.

Un detalle importante en este relato es que Elizabeth era mayor que Jens. A su vez, este último, que apenas abandonaba la adolescencia cuando conoció a esta mujer, poseía un gran intelecto, formado por la privilegiada educación de ser hijo de un diplomático. Son estos pequeños intríngulis los que le dan Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom un espacio inusual dentro de la gran cantidad de títulos disponibles en los servicios de streaming sobre asesinatos. 

En determinado punto, quedan establecidas las diferencias entre los acusados. Mientras ella pareciera perderse en la soledad de su reclusión, aceptando las consecuencias, él no para de gritar su inocencia. Incluso no duda en abrazar la religión para buscar que una puerta hacia el perdón se abra y obviamente no estamos hablando solo a nivel espiritual. Estas dos formas de enfrentar al destino se verán a prueba hasta el último minuto del metraje.

Porque lo curioso en Hasta que el asesinato nos separe: Soering vs. Haysom es que pone en perspectiva todo aquello que prometemos por amor. O al menos eso que creemos es amor en nuestra juventud. En esta historia, permeada por la literatura y en especial por la tragedia de Lady Macbeth, lo paradójico es que hasta en su inesperado final, Elizabeth y Jens permanecen unidos por un invisible hilo del destino, como si su historia hubiera sido escrita por Shakespeare.

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