CAMPO BRAVO

La joya de Osborne que se cría justo bajo el castillo de Navas de Tolosa y su curiosa historia con el toro blanco de Chenel


lunes 25 diciembre, 2023

La ganadería de Joaquín García, de procedencia Osborne, se cría bajo el histórico castillo de las Navas de Tolosa, en las cercanías del municipio jiennense de La Carolina.

Osborne
Un toro en línea Osborne. © José Joaquín Diago

Jaén es el término municipal donde hay mayor número de ganaderías de bravo censadas, un lugar donde siempre ha existido especial predilección por el animal bravo. La Carolina es uno de esos lugares donde hay un gran número de asentamientos de hierros ganaderos, ya sea con vacas en los cercados de sus fincas o sin ellas debido a la complejidad de ser ganadero hoy en día. Un panorama poco halagüeño en una zona que respira toro bravo por cada rincón.

En esta zona aún pervive una ganadería con un encaste muy especial como es el de Osborne, una vacada que se asienta en los pagos jiennenses de La Carolina -justo bajo el castillo de Las Navas de Tolosa-. Una vacada, la de Joaquín García, que tiene una curiosa historia detrás, esa que le llevó al padre del actual ganadero a comprar un número importante de hembras tras aquella antológica faena de Antonio Chenel “Antoñete” a aquel toro de Osborne en la primera plaza del mundo.

Joaquín García: «El toro blanco de Osborne hizo a mi padre encapricharse de la ganadería y compró la mitad»

Antoñete
Chenel con el toro blanco.

“Aquí todo procede de la rama Osborne”, nos comentaba hace unos días Joaquín García. “El toro blanco de Osborne hizo a mi padre encapricharse de la ganadería; compró un lote de 180 vacas y se las trajo para esta zona de Jaén. Actualmente, tengo unas 150 vacas y cuatro sementales que cuidamos con mucho cariño. Puro de este encaste hay poco, de ahí que pese a los momentos de zozobra que vivimos, seguimos apostando por este toro que tanto nos ha dado”.

Joaquín tiene claro aquello que busca en sus animales, un encaste de gran clase y entrega, pero al que le falta -en algunos casos- mayor chispa y vibración en sus embestidas. “Aquí se busca un toro que sirva para el torero, porque todo lo demás es tragedia. Y si el animal sale criminal, al final ni lo puedes lidiar ni te los compran. Este es un toro de mucha clase, un animal con un gran ritmo, a mí personalmente me llena mucho como aficionado”.

«En todas los festejos de este año han salido animales importantes, y eso es algo que te empuja a seguir peleando»

Una ganadería que pese al momento actual tiene su nicho de mercado en los festejos menores, una vacada que lleva asentado en las becerradas y novilladas desde hace años: “He lidiado en seis o siete pueblos de la Comunidad de Madrid y alguno de Guadalajara con un resultado importante. En todas los festejos han salido animales importantes, y eso es algo que te empuja a seguir peleando”.

Los buenos resultados invitan a afrontar con optimismo el invierno pese a las dificultades que entraña ser ganadero. Para 2024, Joaquín García tiene preparados un buen número de animales para todo tipo de plazas: “Para el año que viene tengo unos diez o doce toros y algunos novillos, creo que es un número óptimo para el momento en el que vivimos. Aquí uno debe ser consciente de cuál es su demanda real, todo lo contrario es engañarse”.

Pero pese a estar contento con el juego de sus animales tanto en la plaza de tientas como en el ruedo, Joaquín siente un sabor amargo por todo lo que está ocurriendo alrededor del toro: “Estamos bajo mínimos. Los años y la política que nos trae esta gente va a la contra de todo, yo estoy muy preocupado. Aquí, los que ya somos mayores, no encontramos nadie que pueda llevar esto. Suena a catástrofe, pero es el momento que toca, ojalá el sueño de mi padre pueda durar muchos años más”.