Dirección: Kenneth Lonergan
Reparto: Anna Paquin, Matt Damon, Mark Ruffalo, Jean Reno, Matthew Broderick, J. Smith-Cameron
Nacionalidad: USA Año: 2011 Fecha de estreno: 20-07-2012 Duración: 149 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Kenneth Lonergan Fotografía: Ryszard Lenczewski Música: Nico Muhly
Sinopsis: La película MARGARET gira en torno a Lisa, una estudiante de 17 años de la ciudad de Nueva York que está convencida de haber provocado involuntariamente un accidente de tráfico en el que una mujer ha fallecido. Todos sus intentos por arreglar la situación son en vano. Completamente decepcionada, Lisa comienza a tratar con crueldad a su familia, amigos, profesores y, sobre todo, a sí misma. Y es que inesperadamente, Lisa debe enfrentarse a una verdad esencial: sus ideales de juventud no se corresponden con las realidades y responsabilidades que conlleva el mundo adulto.
Crítica
En esta película arisca, abiertamente hostil, las escenas se suceden a trompicones, interrumpiéndose entre sí como los asistentes a un funeral disputándose la última palabra sobre el cadáver. El cadáver de “Margaret” no es sólo el de una mujer atropellada que cambia la visión del mundo de una niña pija sino el de una ciudad entera que agoniza ante su incapacidad para entender el caos a su alrededor. Se nota que el segundo filme del dramaturgo y guionista Kenneth Lonergan después de la notable “Puedes contar conmigo” (2000) ha pasado por un dramático proceso de montaje, aunque es la impresión de que está inacabada, enferma de arritmias, lo que le concede su singular fuerza.
Es admirable que Lonergan se acerque al síndrome de estrés postraumático de la ficción post 11S a través de un personaje tan antipático, tan ambivalente como la adolescente que encarna Anna Paquin. Es un anclaje inestable para el espectador: tan pronto busca la aprobación de su faceta Juana de Arco como busca el rechazo de su actitud egoísta y manipuladora, sólo pendiente de camuflar su complejo de culpa. La cámara lenta, las amplias panorámicas sobre Nueva York y las bruscas elipsis no hacen sino demostrar que todos los personajes de “Margaret” están desconectados de sus emociones, más solos que un semáforo en una calle vacía.
