Los jueces de la noche

Esta película la vi hace una barbaridad, pero si os digo la verdad no me acordaba de casi nada de lo ocurrido, llámalo alzhéimer llámalo dejadez, pero la volví a recuperar a buen precio en DVD (vendito tu eres) y lo compré, pues no tenía mal recuerdo del film.
Cuando lo he vuelto a ver he tenido varios Déjà Vu, pero sin seguir acordándome de nada y gracias a eso he vuelto a disfrutar de una película que sin ser OBRA MAESTRA, pocas lo son, es un film que está entretenido y disfrutas, pese a su director, un hombre que no es un gran director y su mayor aportación hasta el momento es (Volar por los aires y Me llaman Peter, sin contar esta), pero cuenta con enormes fiascos o llamémoslos por su nombre BAZOFIAS (Pesadilla en Elm Street 5, Depredador 2 o Demonios en la noche).
Los actores están bien, especialmente los malos, más que creíbles, también el clímax de una ciudad abandonada en los suburbios yanquis da su toque de suspense, y como nadie ayuda a nadie en esa vorágine de violencia.

PD: Película aconsejable para esos amantes del cine de los 90 que sin ser los 80 también dieron muchas películas interesantes, esta por ejemplo

Aunque dirigida por todo un artesano del cine comercial como S. Hopkins (Depredador 2, Perdidos en el espacio) e interpretada por un apañado reparto, un convencional pero muy correcto thriller de acción persecutoria como Los jueces de la noche lamentablemente no tuvo cabida en nuestras carteleras. Y el caso es que, al margen de esta inexplicable exclusión, nos encontramos frente a una trepidante película que, sin mayor pretensión que la de evadir, cumple con su propósito. Con The Warriors y Jo, qué noche! como referentes estéticos y argumentales, Los jueces de la noche apuesta por el entretenimiento puro y duro, y renuncia sin complejos (y también chirriantemente en algunos pasajes) a la credibilidad en favor de la adrenalina.

Así como hay directores sobrevalorados hasta el infinito (cof, cof, Woody Allen, cof, cof) están los otros, esos seres anónimos que aunque hagan películas entretenidísimas su nula repercusión en el imaginario colectivo hace que nadie se fije en su existencia.
Aquí tenemos a Stephen Hopkins, diestro director jamaicano que les apuesto que ustedes no habían oído hablar ni en pelea de perros. Yo supe de su existencia gracias a Lluvia de fuego, explosivo filme de 1994 que pese a ciertos defectos pequeños se daba maña para dejar pegado al asiento. A partir de ahí descubrí que había dirigido Depredador 2 (para mi gusto superior a la 1, que ya era buena), Perdidos en el espacio (entretenida), Prueba de fe (un poco caótica y que encendió la polémica al mostrar a nuestra ciudad Concepción como un pueblo tropical, lo que desató la ira de Jacqueline Van Rysselberghe, alcaldesa de la ciudad en aquel tiempo. Pero igual dejaba enganchado) y Garras (una joya del cine de aventuras). Lo que caracteriza a este director son su mano para hacer películas compactas y entretenidas, pero también su recurrente error de caer en inexactitudes geográficas/culturales/históricas (como el ejemplo citado arriba) y que la mayoría de sus filmes se estrellan en taquilla hacen que sus obras no trasciendan, y su nombre no se quede pegado en la historia.
Pues bien, este desconocido filme es otra perla de su director. La ingeniosa historia de un grupo de cuicos que por dárselas de bacanes terminan en una población flaite y metidos en líos con un sádico grupo de malandras engancha de principio a fin. En general sería demasiado extraño que pasara una situación así en la vida real, pero me encantaría que varios ricos pesados tuvieran una experiencia así, porque realmente se lo merecen.
Salvo el insufrible Cuba Gooding Jr. (curiosamente el único con Óscar) el resto de los actores es genial, a mi gusto el personaje de Emilio Estévez es el mejor por tratar de sobrevivir de verdad en vez de andar como pollo descabezado o dársela de choro como los demás. La realización está correcta, ritmo rápido y situaciones límite (como toda la obra de su director). Aprueba por lejos.
La banda sonora es asunto aparte. Aparte de ser genialísima es mucho más conocida que la misma película, incluso hay gente que ni sabe que ese disco es una banda sonora. Vendió como pan caliente.

Recomendable al 100%, y les animo a que tengan en cuenta el nombre de Stephen Hopkins.

Dato freak: Aquí aparece el cantante Everlast (acreditado con su nombre real Erik Schrody y cuando aún era parte de House of Pain) con un papel de malandra.

Cuatro amigos se van de fiesta para ver un combate de boxeo en vivo y en directo pero está claro que algo va a suceder para que la noche se vaya al traste. Algunos la comparan con aquella de "Los amos de la noche" o "The Warriors" (1979) por su escenario de violencia urbana en el que los suburbios desolados, marginales y sobre todo solitarios, cobran una importancia mayúscula y es verdad, pero a mí me ha recordado a la de Peter Berg de "Very Bad Things" (1998), sobre todo al principio. Si hasta repite en el reparto Jeremy Piven, al que de forma un poco chapucera han dejado fuera del cartel.

La película parte de una mala idea, de ahí mi torpe juego de palabras con el "thought" del título, que tampoco sé si es la mejor traducción, que es la de meterse en los barrios bajos de la ciudad por la noche pero tras este comienzo algo previsible asistiremos a un tenso juego de caza entre el gato y el ratón, o mejor dicho, cuatro ratones. La trama es sólida, creíble en su acción y no peca por ser exagerada. Lo cierto es que te metes mucho en la historia y cuenta con dos o tres escenas muy conseguidas, me quedo con la de la escalera. Entretenida, masculina y con el encanto retro de inicio de los noventa.

Tras demostrar el año anterior buenas maneras en la dirección de la injustamente repudiada secuela de 'Depredador', este siguiente trabajo de Stephen Hopkins confirma definitivamente que las películas de acción en entorno urbano son su especialidad. Tras la trivial abertura de procedimiento, una vez que suena el pistoletazo de salida la emoción no tiene fin. Adecuada gracia en la construcción de sus personajes de un filme, si bien más de estantería que de multisala, que no me cabe duda de si se rodaría hoy sería una auténtica bazofia cutre. No hay más que ver la basura de las películas de 'The purge', que te las venden como la repolla y luego no inquietan ni a un niño de 5 años. Y es que a pesar de tener presupuestos mucho mayores, hasta los efectos especiales de esta desconocida peli son mejores. Y el guión, mucho más juguetón, tenso y divertido. Por no hablar del villano, un perturbado como la copa de un pino que da juego, que es ese Denis Leary, desatado y expresivo, y no un monigote de palo que es como son muchos de los villanos en estas pelis. No me cabe duda de que si el día que fui a ver la segunda de esas de la purga al cine, me hubieran puesto esta en vez de aquella, saldría mucho más contento. De hecho era algo justamente así lo que buscaba ese día al leer la sinopsis de 'Anarchy', una persecución opresiva por los suburbios de una ciudad gigante, que de entrada, por lógica es propensa a prestarte cobijo y ayuda por parte de terceros frente a cualquier perseguidor, al no ser un pasaje deshabitado en el que te encuentras solo frente a frente con un maniaco, sin nadie a quien poder pedir socorro.