La madrugada en la ciudad norteña tuvo como protagonista a la máxima autoridad eclesial católica. Pese a la falta, no fue sancionado.

La sociedad salteña está conmocionada por los reiterados accidentes viales en la capital debido a la ingesta de alcohol en conductores que se cobraron las vidas de transeúntes, tal lo sucedido a la salida de lo boliches bailables, donde recientemente múltiples víctimas fallecieron a raíz de ser colisionadas por conductores imprudentes.

No es un dato menor que el Arzobispo Mario Antonio Cargnello, fuera controlado pero no sancionado en un retén de la policía municipal de tránsito, en el que admite que bebió alcohol por departir una cena con amigos y en esa circunstancia, además, no portaba el carnet de conducir. Las faltas contravencionales admitidas por un sincero arzobispo católico, son graves y merecen la multa, la medición de alcohol en sangre y la consecuente interrupción circulatoria en ese estado, pero esto no fue lo que sucedió, pues el agente vial de la comuna, le temió al escándalo que podría acarrearle, tal procedimiento en contra del sacerdote de la curia norteña.

Por otra parte, Cargnello, no debió proseguir su camino ni desde la ética cristiana, ni mucho menos desde la ley que lo rige como ciudadano en tan riesgosa situación. Ha puesto el valor más alto del catolicismo en riesgo, su vida y la vida de los demás en una falta grave.

Con un dato relevante para la grey católica apostólica romana, a la hora que fue descubierto por la Vial, Cargnello no puede estar fuera del recinto arzobispal y consecuentemente le corresponden días de arrestos y penitencia, tal como él mismo aplica si alguno de los sacerdotes o religiosas bajo su autoridad se hallare fuera de las parroquias, templos, seminarios, etc que le son asignados.

El polémico arzobispo, conocido por una sentencia reciente que lo obliga a asistir a una capacitación por violencia de género, fue el actor del maltrato contra religiosas del Convento de San Bernardo, hermanas de clausura, Carmelitas. Para el pueblo de Salta, tradicional y conservador en sus costumbres coloniales, Cargnello es toda una figura gravitante para la política provincial. Su comportamiento generó un escándalo inmediato, no obstante es imposible asombrarse lo que proviene del hombre y no sólo del hábito que calza.

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