Dejarse cautivar por el imponente Volcán Galeras, apreciar las construcciones arquitectónicas republicanas de los museos e iglesias, abrigarse con el carisma de sus habitantes y contagiarse por las manos artesanas de alto valor cultural que destacan esta ciudad, son algunas de las razones para visitar la Ciudad Sorpresa de Colombia.
Pasto es la capital Nariñense también conocida como la Ciudad Sorpresa de Colombia, y esto se debe precisamente a todo lo que tiene por ofrecer, desde sus deliciosos platos típicos, las verdes cordilleras que lo rodean, hasta las bellezas arquitectónicas que lo engalanan. Sin embargo, se cree que el nombre de Ciudad Sorpresa también lo recibió gracias a la impactante vista de la panorámica de la ciudad que aparece como arte de magia entre las montañas llegando por carretera desde el norte, vía Panamericana.
San Juan de Pasto es una ciudad llena de increíbles encantos, se levanta a los pies del Volcán Galeras en el Valle de Atriz que vigila imponente a propios y visitantes, embelleciendo la ciudad con su grandeza. Se ha caracterizado por ser ciudad de artesanos, de manos laboriosas y habitantes de amabilidad y cordialidad destacable.
Está ubicado en el centro oriente del departamento, al sur occidente de Colombia. Se divide en 12 comunas y 17 corregimientos, situados entre paisajes verdes, reservas naturales, lagunas y ríos de gran valor cultural y natural para el municipio.
La riqueza patrimonial de Pasto está presente también en su arquitectura tanto cultural como religiosa. El centro histórico de Pasto, considerado Bien de Interés Cultural (BIC), vincula edificios que contrastan con edificaciones culturales y religiosas históricas de la época republicana y moderna.
Pasto es la cuna del Carnaval de Negros y Blancos, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en el 2002 por el comité de la UNESCO, siendo así la fiesta más grande e importante del sur de Colombia. Inicia sus festividades desde el 28 de diciembre y continúa con una programación hasta el 6 de enero de cada año. Durante sus actividades, propios y turistas, se unen en un festejo y alegoría que hace honor a la raza, la tradición y la cultura del departamento.
Otros reconocimientos que ha recibido Pasto gracias al arte de sus habitantes es la marroquinería que tiene un alto grado de tradición y calidad con fama nacional, así como también el barniz de Pasto hoy en día catalogado como Patrimonio Nacional que embellece cerámicas y objetos de madera con un arte desarrollado durante siglos, evocando un pasado sublime.
La gastronomía atrae a sus visitantes; en sus cocinas se sirve el famoso cuy asado a la brasa acompañado de crispetas, papas cocidas y ají típico de Nariño. Una tarde calurosa se refresca con los exquisitos helados de paila, que se preparan sobre una gran sartén con sal marina y hielo, cuyo enfriamiento es de manera manual.
Pasto nos da la experiencia de revivir en un mismo escenario el presente de festividades, y renovación de la ciudad, con un pasado ancestral y la época colonial, en medio de diversidad de atractivos turísticos, obras artesanales, gastronomía regional y lo magno de su arquitectura. No te quedes sin conocer la capital del sur del país, una Ciudad Sorpresa por descubrir.