Una mujer escribiendo.

Una mujer escribiendo. iStock

La Jungla / Social

Así escriben la letra "D" las personas más sumisas, según la Grafología

La grafología utiliza la escritura, como la forma de la letra "D", para descubrir rasgos de personalidad como la sumisión.

11 mayo, 2024 16:03

La grafología es una técnica que nos permite analizar distintos rasgos de la personalidad de las personas y de su forma de ser a través de la forma en la que escriben. Esto se debe a que, a través de la escritura, se pueden conocer algunos datos interesantes, atendiendo para ello a diferentes aspectos. En este caso podemos saber cómo escriben la letra "D" aquellas personas que son más sumisas.

Cuando nos referimos a personas sumisas lo hacemos para hablar de aquellos que tienen un comportamiento subordinado, es decir, que actúan de acuerdo con lo establecido por los demás. Esta forma de comportarse puede llegar a ser muy perjudicial para quién lo sufre, ya que es habitual que sean individuos con una gran dependencia emocional, lo que los lleva a renunciar a sus propias necesidades y deseos con el objetivo de complacer a los demás, además de que no tienen un criterio propio.

En este sentido, la grafología nos muestra que, si la letra "D" comienza sin trazo, significa que esa persona es sencilla, está centrada y es muy equilibrada. Sin embargo, si esa misma letra comienza con un trazo que sobresale, significa que eres una persona conservadora y controladora.

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Por otro lado, si el trazo de la letra es recto y alargado, significa que se trata de una persona que tiene unos principios firmes y que trata de tenerlos siempre presentes en cada acción que realiza, aunque también puede significar que eres inoportuno e incluso agresivo a la hora de defender tus ideas.

Ahora bien, si eres una persona que escribe con una letra ovalada y estrecha, significa que eres buena e incluso puritana, además de no tener miedo al qué dirán los demás. Sin embargo, si la parte ovalada está "aplastada" significa que eres una persona sumisa, por lo que es habitual que los demás traten de aprovecharse de tu inocencia.

Las características de una persona sumisa

Cuando hablamos de una personalidad sumisa, nos estamos refiriendo a un aspecto psicológico que acostumbra a provocar la aparición de problemas en las relaciones personales, y es que, quien tiene este rasgo, no puede evitar complacer a los demás. Por personalidad sumisa entendemos a un conjunto de rasgos que predisponen psicológicamente a un individuo a asumir un rol subalterno, en el que depende de las órdenes de otra persona.

Una persona sumisa puede llegar a renunciar a todo aquello que quiere realmente para complacer a los demás, sometiéndose a la autoridad de estos, e incluso renunciando a sus deseos para no ir en contra de quienes le rodean. Aunque el hecho de ser sumiso puede ser positivo en determinados contextos, puede llegar a ocasionar graves problemas a nivel profesional y personal.

Dicho lo anterior, aunque hay que tener en cuenta siempre el entorno, el contexto y las personas con las que se relaciona una persona, existen una serie de características que tienen las personas sumisas, entre las que tenemos que destacar las siguientes:

  • Evita los conflictos: las personas sumisas acostumbran a evitar las confrontaciones con los demás, por mínimas que estas puedan ser. De hecho, son capaces de hacer sacrificios contra ellos mismos para evitar cualquier discusión con los demás, dedicando sus esfuerzos y recursos para evitar el enfado de los demás. De hecho, en algunas ocasiones les desagrada la idea de que la otra persona pueda estar enfadada o impaciente.
  • Personalidad discreta: las personas sumisas tienden a evitar el llamar mucho la atención, prefiriendo encontrarse en un segundo plano. De esta manera, tratan de evitar conflictos y momentos de humillación por parte de otros.
  • Pasado doloroso: aunque no sucede en todos los casos, en muchas ocasiones las personas sumisas tienen un pasado doloroso que ha estado marcado por casos de bullying o malos tratos. Esto hace que piense que las demás personas les atacarán con cualquier excusa, y ante el más mínimo rastro de frustración o enfado. Esto hace que, al mismo tiempo, otros puedan aceptar ese papel dominante que los sumisos les proporcionan.
  • Dependencia: las personas sumisas adoptan un papel de víctima, de alguien que necesita protección. Es por ello por lo que buscan mantener relaciones con otra persona que están basadas precisamente en la dependencia. En casos patológicos, como cuando se diagnostica un Trastorno de Personalidad por Dependencia, se puede llegar al extremo de no hacer nada que no sea estar cerca de alguien que ejerce el papel de "protector" y que se encuentra acostumbrado a ser quien manda.
  • Falta de asertividad y tendencia a la timidez: estas personas opinan poco y se centran en lo que los demás quieren o necesitan, lo que muestra una clara falta de asertividad. Aunque no tienen por qué ser introvertidas, sí que es habitual que se trate de personas tímidas, que además piensan de forma casi obsesiva en su imagen y lo que los demás pueden pensar de ellos.
  • Problemas frecuentes: las personas sumisas, además de tratar de evitar en muchos casos el iniciar conversaciones con extraños, también tienden a hablar poco, y cuando lo hacen suelen hacerlo sobre temas sin importancia. Además, como tratan de no contradecir a los demás, solo se dan un respiro con un cuerpo que llega al extremo. Es por lo que es habitual que se cansen más o enfermen más a menudo, pasando por más momentos de estrés y tensión que quienes los rodean, puesto que es poco habitual que se hagan concesiones a ellos mismos.