El ex beatle George Harrison muere de cáncer a los 58 años en Los Ángeles

El ex beatle George Harrison muere de cáncer a los 58 años en Los Ángeles

Harrison murió el jueves en Los Ángeles a los 58 años del cáncer contra el que empezó a luchar en 1997. El guitarra solista del grupo de pop mas famoso de la historia se fue con la misma discreción con la que vivió, no en vano se le conocía como «el beatle silencioso», y el primero que ironizó sobre las sevicias y pompas de la fama. Siempre prefirió sentirse «músico» antes que «estrella».

George Harrison, fotografiado en diciembre de 1963. Apple Corps Ltd.

Canciones que forman parte de la música popular del siglo XX, como «Here comes the sun» o «Something», dejaron ayer en segundo plano las noticias de la guerra en Afganistán y se hicieron un hueco en emisoras de radio y cadenas de televisión de todo el mundo. Era el homenaje sonoro a George Harrison, el segundo ex Beatle que abandona el escenario y acompaña a John Lennon al valle del silencio.

A menudo minusvalorado por el empuje creativo del duopolio formado por John Lennon y Paul McCartney, que dominó practicamente toda la trayectoria vital del cuarteto de Liverpool, George Harrison demostró con creces que poseía ideas y talento propios, y dejo su huella en temas que fue colando en algunos de los discos más recordados del grupo, canciones que están entre las mejores y que ponen en evidencia que ni Lennon ni McCartney estaban sordos, pero que acaso podían haber sido más generosos. Piezas como «Taxman», «Love you too», donde empieza a mostrar sus querencias orientales, «While my guitar gently weeps», «Old Brown Shoes», o las citadas «Here comes the sun» y «Something». Y desde luego su guitarra, inspirada en los hallazgos de Chuck Berry y Carl Perkins, contribuyeron de forma decisiva al «sonido Beatles». Con sus amigos Bob Dylan, Tom Petty y el desaparecido Roy Orbison tuvo momentos de gloria al formar el grupo Traveling Wilburys, y parece que deja un legado de decenas de canciones inéditas.

AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS

Harrison murió en la casa de un amigo en Los Ángeles junto a su segunda esposa, Olivia Arias, de origen mexicano, y su hijo, Dhani, de 24 años. Gavin de Becker, que anunció el fallecimiento del «tercer beatle» (el batería Ringo Starr siempre ocupo otro plano, ya que sus dotes musicales eran las más escasas del grupo), pronunció la frase lapidaria para la historia y los titulares: «Murió con un pensamiento en la mente: amense los unos a los otros». La sentencia encajaba biográficamente con la aportación mística que Harrison proporcionó a los Beatles: no sólo les hizo familiarizarse con el misticismo oriental, sino que persuadió a sus compañeros para que viajaran a la India y se postraran junto al Maharishi Mahesh Yogi. Aunque sólo él perseveró en esa senda trascendente, los sonidos de cítaras y de Ravi Shankar dejaron huella en algunos de los discos del grupo, aunque no fueran especialmente apreciados por críticos y devotos. «Otro Beatle que se va», declaró Philip Hunter, uno de los biógrafos de la formación británica cuya música no ha dejado de encantar a audiencias viejas y jóvenes, como demostró la publicación de «1», que recopilaba en un CD sus «sencillos». Y metiendo el dedo en la llaga del ninguneo, añadió: «(Harrison) fue eclipsado por (John) Lennon y (Paul) McCartney y nunca realmente se sintió bien con eso. Guardó una cierta amargura, pero más tarde en su vida se percató de la buena suerte que tuvo». Una ceremonia privada y reservada a los más íntimos se celebró en Los Ángeles en su memoria.

UNA VIDA MÁGICA

Miembro más joven del grupo, tenia sólo 27 años cuando se produjo la ruptura. Empezó a recibir tratamiento contra el cáncer en 1997, después de que, trágicamente para alguien que había hecho de la voz su medio de vida y expresión, descubriera un bulto en el cuello que resultó un tumor maligno: «Le hace recordar a uno que todo puede suceder», comentó entonces, antes de atribuir a las grandes temporadas de fumador como una de las causas que le acabarían llevando a la tumba. Se sometió a cirugía por un cáncer de pulmón este mismo año, y recibió tratamiento en una clínica suiza por lo que al parecer se trataba de un tumor cerebral.

Estuvo a punto de morir en 1999, cuando un intruso puso en evidencia las extremas medidas de seguridad que había instalado en su casa de campo en Inglaterra y le atacó con un cuchillo, hiriéndole gravemente. El asesinato de John Lennon en 1980 había hecho que los tres beatles supervivientes hicieran de la protección ante buscadores de fama a costa de la muerte de figuras legendarias una de sus preocupaciones, y Harrison vivió con especial pesar la muerte del líder «político» del grupo. «Sufrió una puñalada en un pulmón en los días en que precisamente le fue diagnosticado un cáncer de pulmón. Y eso tuvo una gran carga psicológica para él», señaló su biógrafo, Alan Clayson. La viuda de John Lennon, Yoko Ono, declaró: «Su vida fue mágica y todos sentimos que compartimos un poquito de ella. Gracias George, fue grandioso conocerte». La compositora y pintora, que sigue viviendo en el mismo edificio Dakota de Nueva York frente a Central Park y ante cuya entrada fue asesinado John Lennon, tuvo palabras dignas de un epitafio: «George nos ha dado tanto durante su vida y sigue haciéndolo pese a su muerte».

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