Luis XVII, el ‘principito' que torturaron y mataron cruelmente en una celda

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Europa

El 'principito’ que torturaron y mataron cruelmente en una celda

El príncipe murió en condiciones precarias al haber estado preso por la Revolución Francesa.

El príncipe murió en condiciones precarias al haber estado preso por la Revolución Francesa.

Foto:iStock

Murió a los 10 años. Para confirmarlo, se tuvo que inspeccionar su pequeño corazón siglos después.

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Desde que el rey Luis XVI de Francia y su esposa la reina María Antonieta fueron decapitados en 1793, comenzó la desgracia para uno de sus hijos, Luis Carlos Borbón.
Luis Carlos fue considerado como el heredero real, ya que era el último hijo varón que les quedaba a los monarcas y, por tanto, el Delfín (nombre que se les da a los príncipes herederos al trono de Francia que fueran hijos legítimos del monarca reinante) pasó a llamarse Luis XVII.
Aunque fue separado de su madre, María Antonieta, poco antes de que ella fuera decapitada, aún contaba con la fortuna de que su hijo llegara a gobernar Francia. No obstante, ese no pudo ser su destino.
En 1789 llegó la Revolución Francesa: un conflicto social y político en el que se vivieron diferentes episodios de violencia en Francia y otras naciones de Europa que, entonces, desafiaban a los partidarios y opositores del sistema conocido como el ‘Antiguo Régimen’.
Dado eso, para los revolucionarios, el hecho de que hubiera o existiera un posible heredero real significaba una amenaza que acabaría con los planes de la revolución.
Por tanto, Luis Carlos tuvo que ser encerrado en la Torre del Templo, un lugar que funcionó como una prisión de la familia real en sus últimos días. Allí, según la historia que recalcó la ‘BBC’, el príncipe sufrió torturas, castigos dolorosos y un desolado apartamiento de su familia.
No obstante, existen versiones que aseveran que Luis XVII logró escapar de dicha prisión, gracias a la ayuda de un anónimo que se infiltró en la cárcel, sacó al príncipe y dejó a otro niño que se hiciera pasar por él.
Transcurrieron más de 200 años y la muerte de Luis XVII jamás fue resuelta ni esclarecida con exactitud, pues no era certero que hubiese muerto en la prisión, pero tampoco existían pruebas de que hubiera escapado.
Posterior a la Revolución Francesa, hombres de todas las clases sociales aseguraban a gritos ser el ‘Delfín’ perdido, pero, dado que no existían pruebas, fue imposible creer en sus palabras.

¿Se fugó o murió?

Al permanecer encerrado en pésimas condiciones, su salud comenzó a deteriorarse rápidamente hasta ocasionar su muerte. Dado eso, una de tantas investigaciones realizadas estableció que Luis había fallecido por una tuberculosis de los ganglios linfáticos.
Sin embargo, su muerte se convirtió en un misterio por siglos, pues aparecían diferentes hipótesis de que el único heredero de los reyes de Francia no había muerto en prisión, dado que logró escapar, lo cual desencadenó que más de un hombre asegurara ser el real Delfín (heredero del trono).
Por consiguiente, varios científicos europeos tuvieron que intervenir en la historia. Así, se dieron a la tarea de buscar el ADN de Luis Carlos y compararlo con el de algún familiar. El estudio fue liderado por las universidades de Lovaina de Bélgica y la de Münster de Alemania.
"El hecho de que esto podría darnos respuestas que hemos buscado por siglos fue incluso un desafío para mí al que no podía decir que no", dijo Jean-Jacques Cassiman, profesor de genética humana consultado por la ‘BBC’ y quien estuvo a cargo de la investigación.

El corazón del príncipe

Con la fortuna de poner fin a las diferentes suspicacias que yacían en las bocas de muchos franceses, los científicos comenzaron a realizar pruebas de ADN en un corazón preservado que, al parecer, era de Luis XVII.
Posterior a ello, lo compararon con muestras de cabello de varios miembros de la familia real, incluida María Antonieta y, en el año 2000, finalmente confirmaron que el joven muerto en prisión había sido él y que su fallecimiento se dio cuando tan solo tenía 10 años de edad. Lo encontraron desnutrido, con sarna y marcas de tortura.
Se consiguió, al fin, que el príncipe descansara en paz al lado de sus padres, por ello, se realizó una ceremonia discreta en la que su corazón fue depositado en la cripta de la basílica de Saint Denis, en París. Allí se encuentran los restos de gran parte de los reyes franceses.
Después de tantos cabos sueltos, Luis XVII fue enterrado en la cripta real junto a los restos de sus padres, Luis XVI y María Antonieta.

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