“El desgarro hecho señora”. Así se refiere a María Jiménez la escritora y periodista Valeria Vegas en un emotivo post subido a sus redes sociales, siendo así una de las primeras en dar eco a la noticia de la muerte de la folclórica. La música ayuda a construir el imaginario popular, y sin duda las canciones de la artista se encargaron no sólo de hacerlo, sino de dar también voz a tantas mujeres atrapadas en una vida que no les complacía. Precisamente estos días su tajante mensaje, ese que contiene la canción ‘Se acabó’, resonó en nuestras cabezas tanto en bajito como a toda volumen en el instante en el que Alexia Putellas, tras escuchar el discurso del presidente de su federación, Luis Rubiales, después del polémico beso a Jenni Hermoso, escribió precisamente esas palabras: "Se acabó".

La fuerza de María Jiménez radica en que nunca estuvo dispuesta a permitir que la vida se la llevara por delante, por más que las cosas nunca le fueron del todo fáciles. Fue madre soltera en tiempos en los que serlo llevaba consigo adjuntos la crítica y el escarnio. Perdió a su hija cuando tenía 16 años, y su tumultuoso matrimonio con Pepe Sancho la llevó a denunciar el maltrato cuando la sociedad giraba la cara ante quienes se atrevían a alzar la voz.

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Muere María Jiménez

“Mi madre denunció en un tiempo difícil en la sociedad, tanto que la tomaron por loca, entonces me posicioné con ella porque yo fui testigo en el juicio y mi padre dejó de hablarme porque tuve que declarar ante el juez contra él y a favor de mi madre. Fue horrible, mi padre estaba frente a mí en el juicio, tuve que prepararme con libros de autoayuda y soltarlo sin ningún tipo de sentimiento ante el juez", dijo el hijo de la pareja, Alejandro.

Icono del feminismo natural

La resiliencia tenía nombre y apellidos, y también carácter, transparencias, plumas y humor. La cantante no era minimalista en ningún campo de su vida, algo que trajo a la censura de cabeza, pero también al presente, porque una mujer que hace del exceso su sello todavía hoy sigue incomodando. Aseguraba ser “la primera feminista de España”, y como ha dicho la Ministra de Hacienda María Jesús Montero, fue "un icono de la transición y de la defensa de Andalucía, una voz genuina y una trianera indomable que deja un legado musical y humano que perdurará para siempre". Su feminismo era, como señala la historiadora e investigadora Deborah González Jurado en'El feminismo natural: humor y extravagancia en María Jiménez, Brigitte Fontaine y otras divas (1960-2020)’, un feminismo construido mediante una extravagancia y un humor que echaron por tierra los cánones que se asociaban con las mujeres. Por supuesto, la familia desestructurada y la cultura popular del barrio fueron las que dieron forma a su discurso que si bien nunca fue académico, tampoco necesitó serlo.

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La icónica María Jiménez

Los filtros jamás fueron con ella. Cuando Juan de Borbón, seguidor de la cantante, la invitó con otros artistas a palacio, se negó a cantar. Pero nadie piense que tiró de protocolo para hacerlo, pues cuando el Rey le comentó que desde Lola Flores hasta Rocío Jurado habían cantado allí, ella respondió: "Yo sólo canto cuando me da la gana...y mi coño no canta aquí".

Experta en golpear a los golpes

María Jimenez, que nunca ha dudado en narrar públicamente su propia experiencia personal para visibilizar la violencia de género, y presentó en Sevilla su Fundación homónima, cuya finalidad es ofrecer un espacio de refugio y amparo para las mujeres víctimas de violencia de género y funcionar de base para que comiencen de nuevo a través de la formación y la asistencia laboral. Su hijo, gerente de la entidad, no dudó en subrayar cómo su madre se había involucrado en esta Fundación. “Ella es el alma de este proyecto con el que quiere mostrar su apoyo y ayudar a las personas atrapadas en el círculo de la violencia de género. Mujeres sometidas a la violencia machista y también personas del colectivo LGTBI+ que no pueden desarrollarse en plena libertad. Este es el espíritu con el que nace la Fundación María Jiménez y con el que queremos proyectar el tesón, la ilusión y generosidad que han sido una constante en la vida de la artista, de la mujer, de la madre. Gracias mamá por ser como eres, gracias por ser el faro que alumbra siempre mi camino”.

“Y ahora ya, mi mundo es otro”, cantaba en ‘Se acabó’ y sin duda, hoy el mundo es ya completamente diferente.