(Opoka/InfoCat�lica) El cardenal Dziwisz hace un repaso de la figura del papa Juan Pablo II, cuya canonizaci�n tuvo lugar el 27 de abril del 2014, al ser entrevistado por Dawid Gospodarek y Marcin Przeciszewski para la agencia KAI:
Han pasado 10 a�os desde la canonizaci�n de Juan Pablo II. La elevaci�n a los altares por la Iglesia es una confirmaci�n de la santidad de una persona por la m�xima autoridad eclesi�stica en la persona del Santo Padre. �De qu� manera se pudo notar esta santidad de Karol Wojtyła ya en su vida? Usted, como Cardenal, lo acompa�� diariamente durante d�cadas. �Vio signos de santidad? �Cu�les?
Es dif�cil responder a una pregunta as�, porque toda su vida estuvo impregnada de la presencia de Dios. Era un hombre que definitivamente se pod�a decir que estaba profundamente unido a Cristo. Esto lo demostraba su d�a a d�a, su trabajo, su ministerio pastoral, sus encuentros con la gente, sus lecturas, la forma en que pasaba su tiempo libre y disfrutaba de la vida, pero quiz�s especialmente en los momentos de dificultad, cansancio, la cruz que llevaba d�a tras d�a.
Creo que cada uno puede encontrar en esta riqueza un reflejo de la santidad que puede inspirarlo y atraerlo a imitarlo. Las personas mayores y enfermas notar�n su humilde y paciente manera de soportar las incomodidades de la edad y el dolor que le causaban las enfermedades. Los intelectuales se�alar�n su honestidad en la b�squeda y proclamaci�n de la verdad. Para los pastores ser� un modelo de servicio sacrificado para los dem�s, para la gente de trabajo un respeto por el esfuerzo humano, para los j�venes, un ideal de vida hermosa y significativa.
Lo que m�s me hablaba de �l era su oraci�n. Era un hombre de gran oraci�n y contemplaci�n. Rezar el Breviario completo era para �l la santificaci�n del d�a. Meditaci�n y adoraci�n diarias, cada jueves la Hora Santa, los viernes el Via Crucis. Devoci�n a los santos, especialmente a los patrones de Polonia, devoci�n a la Divina Misericordia. No olvidaba orar por las intenciones que la gente le ped�a.
�C�mo se desarrolla el culto a Juan Pablo II, en qu� lugares del globo es m�s fuerte? �Es Polonia? �De d�nde viene la mayor demanda de sus reliquias?
El inter�s por la vida y la persona de Juan Pablo II no solo sigue vivo, sino que sigue desarroll�ndose din�micamente en diferentes partes del mundo. Para profundizar en su rico y atemporal legado, se est�n estableciendo numerosos institutos acad�micos. Se nombra escuelas, hospitales, hospicios y museos en honor a Juan Pablo II. Se est�n construyendo iglesias dedicadas a San Juan Pablo II. Tambi�n se puede observar un regreso a su obra literaria y teatral.
La peregrinaci�n al Santuario de San Juan Pablo II en Cracovia no cesa, con personas de todo el mundo, pero tambi�n, lo que es especialmente gratificante, los residentes de Cracovia, quienes visitan regularmente este lugar, aqu� oran en familia y participan en la vida pastoral, de la cual dan testimonio diversos grupos: para ni�os y j�venes, voluntarios, enfermos y discapacitados, para comunidades neocatecumenales y el Hogar de la Iglesia, y muchos otros. Esto muestra que Juan Pablo II todav�a influye en una variedad de entornos y es un punto de referencia importante para muchas personas. Muchas iglesias de diferentes pa�ses solicitan reliquias de San Juan Pablo II. La gente quiere tener al santo papa cerca, necesitan su intercesi�n ante Dios. La presencia de las reliquias de Juan Pablo II les recuerda su vida santa e inspira a seguir su propio camino hacia la santidad.
�El cardenal construy� probablemente el santuario m�s grande y significativo de Juan Pablo II en el mundo? �C�mo es el movimiento de peregrinaci�n all�?
Yo no constru� ese santuario. Es una expresi�n de devoci�n de personas que amaban al Papa, de la Iglesia en Cracovia, donde el santo Juan Pablo II naci�, descubri� su vocaci�n y madur� para llevar a cabo su ministerio pastoral primero en la Iglesia local y luego en la universal. Tambi�n creo que el santuario es una respuesta de amor al amor que el Papa mostraba a sus compatriotas y a su tierra natal. Hoy es un lugar lleno de vida.
Recibimos muchos testimonios de curaciones, incluyendo de c�ncer. Muchos matrimonios sin hijos, gracias a la intercesi�n de San Juan Pablo II, reciben el don de la descendencia. Es dif�cil contar todas las gracias que las personas reciben por su intercesi�n. Hay muchas. La convicci�n sobre la eficacia de su intercesi�n se refuerza gracias a estos numerosos testimonios. Pero no solo vemos un flujo constante de oraci�n humana y peregrinaci�n en Cracovia.
Desde hace 19 a�os, ha habido una gran peregrinaci�n a sus reliquias en la bas�lica de San Pedro en el Vaticano. Esta enorme procesi�n diaria desde la Plaza de San Pedro hasta el altar de Juan Pablo II se ha convertido en una parte permanente del paisaje del Vaticano. Esto demuestra lo intensa que es la experiencia de la presencia del santo Papa en la vida de la Iglesia y de la gente com�n.
�C�mo eval�a el cardenal el tiempo desde la muerte de Juan Pablo II en t�rminos de promover su ense�anza y legado? �Hemos hecho suficiente uso de ellos?
Esa tarea sigue ante nosotros. Se ha hecho un gran trabajo para profundizar este legado, que sigue siendo inspirador para la Iglesia y nuestra patria, pero esa riqueza sigue siendo un desaf�o. Vale la pena asumirlo porque en las ense�anzas de Juan Pablo II encontramos muchas indicaciones importantes y universales. Sonaron claras y comprensibles cuando el Santo Padre estaba entre nosotros, especialmente durante sus peregrinaciones apost�licas. Todav�a hablan a trav�s de palabras escritas, discursos y homil�as grabados, libros, incluidos los po�ticos. No debemos olvidar este legado, porque ser�a un gran da�o para la Iglesia y la sociedad, que est� lidiando con muchos desaf�os complejos. Podemos encontrar muchas respuestas penetrantes y claras a preguntas dif�ciles en las ense�anzas de Juan Pablo II. Solo necesitamos recurrir a ellas.
Un gran obst�culo en la discusi�n sobre la ense�anza de Juan Pablo II y su figura, tambi�n en la promoci�n de su legado, son las acusaciones de apoyo insuficiente a las personas heridas por la violencia sexual clerical. Sin embargo, fue precisamente Juan Pablo II el primer Papa en la historia que luch� decididamente contra este tipo de depravaci�n. �Podr�a hablarnos m�s sobre este tema?
No se puede hacer en unas pocas l�neas, se necesitar�a una conversaci�n separada, porque el papel de Juan Pablo II en esta �rea, aunque en muchos entornos cuestionado o al menos subestimado, es enorme, incluso pionero. No habr�a la preocupaci�n actual de la Iglesia por las personas da�adas y la reparaci�n del mal causado, si no fuera por la rectitud de conciencia de Juan Pablo II, la valent�a de enfrentarse a este doloroso problema, sus decisiones y documentos. El Papa Benedicto XVI continu� la obra iniciada por su predecesor, y ahora sigue el Papa Francisco, pero repito, comenz� con Juan Pablo II. Es doloroso y escandaloso que se intente borrar su contribuci�n de la memoria social.
Los medios de comunicaci�n cat�licos, pero tambi�n los especialistas que no operan con emociones sino con hechos, tienen un gran papel en mostrar la verdad sobre este tema. Y los hechos indican claramente que Juan Pablo II no era indiferente y reaccionaba decididamente al mal cometido por los cl�rigos hacia los ni�os.
Despu�s de la muerte del Papa, se habl� del Generaci�n JPII. �Existe? �C�mo se describir�a esta generaci�n, qui�n pertenece a ella?
Es dif�cil definir a la generaci�n de Juan Pablo II porque no tiene caracter�sticas demogr�ficas espec�ficas. Hay quienes dicen que no existe. No tienen raz�n. Lo s� con certeza cuando miro a personas de todas las edades que se inspiran en el santo Papa. Pertenece tanto a aquellos que recuerdan los tiempos de su pontificado, formados por los eventos �picos de esos a�os, como a aquellos a quienes se les transmiten testimonios de su vida santa, tan cre�bles y convincentes que deciden profundizarlos por s� mismos.
Que la generaci�n de Juan Pablo II est� viva y bien lo demuestran tambi�n los D�as Mundiales de la Juventud, que cada vez asombran al mundo que habla de que los j�venes se alejan de la Iglesia, que los asuntos de fe no les interesan. Eso no es cierto. Vimos en Cracovia en 2016 una comunidad viva de j�venes entusiasmados con Cristo, queriendo vivir en amistad con �l e inspirados por la vida santa del Papa polaco. Esa es la generaci�n de Juan Pablo II.
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