Vivimos en un mundo que cambia a tal velocidad e intensidad que podemos sentir vértigo. Buscamos referentes que nos ayuden a entender lo que pasa y cómo vivir. Y nos cuesta encontrarlos.
Queremos ser libres, y no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Pero necesitamos personas que nos acompañen y nos ayuden a encontrar el sentido de la vida. Acompañar es muy difícil, y pocos son capaces de hacerlo.
Un líder auténtico sabe que es más importante comprender a los demás que hacer muchas cosas, acompañar que mandar, perdonar que juzgar, servir antes que ser servido, ilusionar y motivar a los demás para que alcancen su plenitud, promover el bien común antes que el propio.