Cáncer de pulmón

26 de junio de 2023

Datos y cifras

  • El cáncer de pulmón es la causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en todo el mundo, y su tasa de mortalidad es la más elevada tanto entre hombres como entre mujeres.
  • El tabaquismo es la causa principal del cáncer de pulmón y es responsable de aproximadamente el 85% de todos los casos.
  • El cáncer de pulmón suele diagnosticarse en una etapa avanzada de la enfermedad, cuando las opciones de tratamiento son limitadas.
  • El cribado de las personas de alto riesgo puede permitir la detección precoz de la enfermedad y mejorar drásticamente las tasas de supervivencia.
  • La prevención primaria (como las medidas de control del tabaco y la reducción de la exposición a factores de riesgo ambientales) puede reducir la incidencia del cáncer de pulmón y salvar vidas.

Panorama general

El cáncer de pulmón es un tipo de cáncer que comienza cuando células anormales crecen sin control en los pulmones. Es un importante problema de salud que puede causar daños graves y la muerte.

Los síntomas del cáncer de pulmón incluyen tos persistente, dolor torácico y disnea.

Es importante buscar rápidamente atención médica para evitar efectos graves para la salud. Los tratamientos dependen de la historia clínica de la persona y del estadio de la enfermedad.

Los tipos más comunes de cáncer de pulmón son el carcinoma no microcrítico (NSCLC) y el carcinoma microcrítico (SCLC). El NSCLC es más común y crece lentamente, mientras que el SCLC es menos común, pero suele crecer rápidamente.

El cáncer de pulmón es un importante problema de salud pública, y causa un gran número de muertes en todo el mundo. Las estimaciones de GLOBOCAN 2020 relativas a la incidencia de los distintos tipos de cáncer y las tasas de mortalidad conexas, que elabora el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), muestran que el cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer, con una cifra estimada de 1,8 millones de muertes (18%) en 2020.

Fumar tabaco (incluidos cigarrillos, puros y pipas) es el principal factor de riesgo en el caso del cáncer de pulmón, pero también puede afectar a los no fumadores. Otros factores de riesgo incluyen el tabaquismo pasivo, los peligros ocupacionales (como el amianto, el radón y determinados productos químicos), la contaminación atmosférica, los síndromes de predisposición hereditaria al cáncer y las enfermedades pulmonares crónicas previas.

Síntomas

El cáncer de pulmón puede causar varios síntomas que pueden indicar que existe un problema en los pulmones.

Entre los síntomas más comunes se encuentran los siguientes:

  • tos persistente
  • dolor torácico
  • disnea
  • tos con sangre (hemoptisis)
  • cansancio
  • pérdida de peso sin causa conocida
  • infecciones pulmonares que siguen reapareciendo.

Los primeros síntomas pueden ser leves o descartarse como problemas respiratorios comunes, lo que retrasará el diagnóstico. 

Prevención 

No fumar tabaco es la mejor manera de prevenir el cáncer de pulmón.

Otros factores de riesgo incluyen:

  • tabaquismo pasivo
  • contaminación atmosférica
  • peligros en el lugar de trabajo, como productos químicos y amianto. 

El tratamiento precoz puede evitar que el cáncer de pulmón empeore y se extienda a otras partes del cuerpo. 

La prevención del cáncer de pulmón incluye medidas de prevención primaria y secundaria. La prevención primaria tiene como objetivo prevenir la aparición inicial de una enfermedad reduciendo el riesgo y promoviendo un comportamiento saludable. En la esfera de la salud pública, estas medidas preventivas incluyen dejar de fumar, promover unos ambientes libres de humo, aplicar políticas de control del tabaco, abordar los peligros ocupacionales y reducir los niveles de contaminación atmosférica.

La prevención secundaria en el caso del cáncer de pulmón incluye métodos de cribado para detectar la enfermedad en sus primeras etapas, antes de que los síntomas se manifiesten; estos métodos pueden estar indicados para individuos de alto riesgo. Entre esta población, la detección precoz puede aumentar notablemente las posibilidades de éxito del tratamiento y mejorar los resultados. El método de cribado primario para el cáncer de pulmón es la tomografía computarizada de baja dosis (LDCT).

Diagnóstico

Los métodos de diagnóstico para el cáncer de pulmón incluyen la exploración física, la imagenología (como radiografías de tórax, tomografías computarizadas e imágenes de resonancia magnética), el examen del interior del pulmón mediante una broncoscopia, la toma de una muestra de tejido (biopsia) para el examen histopatológico y la definición del subtipo específico (NSCLC o SCLC) y las pruebas moleculares para detectar mutaciones genéticas específicas o biomarcadores a fin de determinar la mejor opción terapéutica.

Tratamiento y atención

El tratamiento del cáncer de pulmón depende del tipo de cáncer, de su propagación y de la historia clínica de la persona. La detección precoz puede permitir mejores tratamientos y mejores resultados.

Los tratamientos incluyen:

  • la cirugía
  • la radioterapia (radiaciones)
  • la quimioterapia
  • el tratamiento dirigido
  • la inmunoterapia.

La cirugía se utiliza a menudo en las primeras etapas del cáncer de pulmón, si el tumor no se ha extendido a otras partes del cuerpo. La quimioterapia y la radioterapia pueden ayudar a reducir el tamaño del tumor.

Médicos de distintas disciplinas a menudo trabajan juntos en el tratamiento y la atención de las personas con cáncer de pulmón.

Los cuidados paliativos son un elemento importante para las personas con cáncer de pulmón. Su objetivo es manejar los síntomas, aliviar el dolor y ofrecer apoyo emocional. Estos cuidados pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer de pulmón y la de sus familias.

Etapas de la atención

a) Enfermedad en una fase incipiente: El tratamiento primario en el caso del cáncer de pulmón en una fase incipiente (es decir, un tumor limitado al pulmón, sin que haya habido metástasis a órganos distantes o a ganglios linfáticos) es la extirpación quirúrgica del tumor mediante procedimientos como la lobulectomía, la segmentectomía o la resección cuneiforme. El tratamiento neoadyuvante (quimioterapia y/o radioterapia antes de la cirugía) puede ayudar a reducir el tamaño del tumor, haciendo que sea más manejable para su extirpación quirúrgica. El tratamiento adyuvante (quimioterapia y/o radioterapia) suele recomendarse después de la cirugía para reducir el riesgo de recaída. Cuando la cirugía no sea una opción viable, puede recurrirse a la radioterapia o a la radioterapia corporal estereotáctica como tratamiento primario. También se puede considerar la posibilidad de la terapia dirigida y la inmunoterapia en función de las características específicas del tumor. Los planes de tratamiento personalizado deben discutirse con los profesionales de la salud.

b) Enfermedad en una fase avanzada: El tratamiento del cáncer metastásico de pulmón, una vez la enfermedad se ha propagado a órganos distantes o a ganglios linfáticos, depende de distintos factores, como el estado general de salud del paciente, la extensión y ubicación de las metástasis, la histología, el perfil genético y las preferencias de la persona. El objetivo principal es prolongar la supervivencia, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los tratamientos sistémicos, como la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia, desempeñan una función crucial en el tratamiento del cáncer metastásico de pulmón.

La quimioterapia suele ser el tratamiento de primera línea para la mayoría de los pacientes en todo el mundo y consiste en el uso de medicamentos que circulan por todo el cuerpo para acabar con las células cancerosas. Los esquemas terapéuticos con quimioterapia combinada son habituales, y la elección de los medicamentos depende de factores como el tipo histológico del cáncer y el estado general de salud del paciente. La terapia dirigida, concebida para bloquear las vías de señalización que impulsan el crecimiento de las células cancerosas, es una opción importante para pacientes con mutaciones genéticas concretas o en cuyos tumores se han detectado biomarcadores. La inmunoterapia, más concretamente los inhibidores del punto de control inmunitario, ha revolucionado el tratamiento del cáncer metastásico de pulmón. Estos medicamentos ayudan a estimular el sistema inmunitario para que reconozca y ataque las células cancerosas. Los tratamientos locales, como la radioterapia y la cirugía, se pueden usar para controlar focos metastásicos específicos o aliviar los síntomas causados por el crecimiento del tumor.

Ensayos clínicos

Los ensayos clínicos ofrecen a los pacientes la posibilidad de acceder a tratamientos nuevos o experimentales. La participación en ensayos clínicos ayuda a hacer avanzar el conocimiento médico y puede abrir la puerta a nuevas opciones terapéuticas.

Respuesta de la OMS

La OMS reconoce el notable impacto del cáncer de pulmón en la salud mundial y ha puesto en práctica varias iniciativas para hacer frente a la enfermedad de manera integral. La respuesta de la OMS se centra en el control del tabaco, la prevención del cáncer, la detección precoz y la mejora del acceso a tratamientos y cuidados de calidad. La OMS presta apoyo a los países en la aplicación de políticas de control del tabaco basadas en la evidencia, como el aumento de los impuestos al tabaco, la aplicación de prohibiciones generales de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco y la inclusión de advertencias sanitarias gráficas contundentes en los productos de tabaco.

La Organización también promueve estrategias de prevención del cáncer abogando por unos modos de vida sanos, incluida la actividad física periódica, una alimentación saludable y medidas para reducir al mínimo la exposición a factores de riesgo ambientales. Además, la OMS apoya los programas de detección precoz y alienta a los países a que incorporen medidas de cribado dirigidas a las poblaciones de alto riesgo a fin de detectar el cáncer de pulmón en una etapa más temprana, cuando la eficacia de las opciones terapéuticas es mayor. Por último, la OMS trabaja para garantizar el acceso a un tratamiento y unos cuidados de calidad para los pacientes con cáncer de pulmón proporcionando orientaciones técnicas a los Estados Miembros, promoviendo el acceso equitativo a medicamentos esenciales contra el cáncer y fomentando la colaboración internacional para intercambiar prácticas óptimas y mejorar los resultados de la atención oncológica.