Una de las ciudades más atractivas del norte de Italia, conocida como ‘la Dotta, la Rossa y la Grassa’
La hermosa fuente de Neptuno, uno de los lugares más concurridos de Bolonia

La hermosa fuente de Neptuno, uno de los lugares más concurridos de Bolonia

La ciudad italiana de Bolonia tiene múltiples caras, a menudo contradictorias, pero que la convierten en una de las más vibrantes e interesantes del país. Bolonia es una ciudad medieval y moderna, elegante y tosca, deslumbrante y decrépita.

Bolonia también es llamada ‘la dotta, la rossa y la grassa’. La ‘sabia’ o ‘docta’ por su Universidad, la más antigua de Occidente. La ‘roja’ por su larga tradición comunista. Desde 1945, salvo un breve mandato conservador, siempre ha tenido un alcalde de izquierdas. Y la ‘gorda’ por su rica gastronomía, donde destacan productos como la mortadela boloñesa.

Porqué visitar Bolonia

El centro histórico de la capital de la Emilia-Romaña, uno de los mayores de Europa, ofrece joyas para los viajeros de paladar más exquisito. Rezuma arte e historia en cada rincón, pero al mismo tiempo resulta caótica, con tráfico denso y multitud de casas desvencijadas.

Vistas de Bolonia desde la torre Asinelli

Vistas de Bolonia desde la torre Asinelli

Bolonia alberga unos 400.000 habitantes (más de un millón en su área metropolitana) y posee una importante población universitaria, que la convierte en una de las urbes más animadas y cosmopolitas de Italia.

Su aeropuerto internacional está bien conectado con la mayoría de capitales europeas y su situación a mitad camino entre Florencia y Venecia, justifica su visita para cualquier viaje que se planee por el norte de Italia. Además tiene muy cerca localidades tan atractivas como Ferrara o Rávena, que se pueden visitar en un viaje de ida y vuelta en tren.

Construidos desde el siglo XII, Bolonia cuenta con multitud de edificios porticados, nacidos en principio para ampliar las casas, facilitó también el comercio al resguardo de la lluvia. Este elemento constructivo se convirtió en parte de la identidad boloñesa y en la actualidad la ciudad cuenta con 62 kilómetros de casas porticadas de todas las épocas. Los pórticos de Bolonia fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2021.

Una manera estupenda de conocer la ciudad es con una visita guiada por Bolonia con Civitatis.

Piazza de Santo Stefano

Piazza de Santo Stefano

Breve historia de Bolonia

Tras el paso de etruscos, los romanos fundaron aquí una colonia hacia el 189 A.C. a la que llamaron Bononia. Los vestigios de esta ciudad romana pueden visitarse bajo la Biblioteca Salaborsa.

Siglos XI-XV

En la Edad Media Bolonia se convirtió en una ciudad estado y prosperó igual que otras cercanas como Ferrara, Siena o Florencia.
En el 1088 se fundó en Bolonia el Studium bolognese, considerada la primera universidad occidental, donde se cultivaban las ciencias jurídicas y el derecho romano.

A partir de finales del siglo XII Bolonia experimentó un enorme desarrollo, gracias en gran parte al comercio que se desarrollaba a través de su sistema de canales. Fue entonces cuando se construyeron la mayor parte de sus casas-torre y la urbe superó los 50.000 habitantes, algo excepcional en aquella época.

Tras numerosas luchas entre las diversas familias nobles de la región, los Bentivoglio se hicieron con el señorío de Bolonia en 1401 y lo mantuvieron durante un siglo.

Columna mariana del siglo XVIII en la Piazza de San Martino

Edad Moderna

El Papa Julio II expulsó a los Bentivoglio en 1506 y se anexionó Bolonia, convirtiéndola en la segunda ciudad más importante de los Estados Pontificios después de Roma.
En 1530 Carlos V fue coronado como emperador del Sacro Imperio Germánico, en la Basílica de San Petronio de Bolonia.

Bolonia perteneció a los Estados Pontificios hasta 1860, año en que se integró junto a otras regiones en la llamada Unificación Italiana.

Durante la Segunda Guerra Mundial Bolonia sufrió numerosos bombardeos que provocaron miles de víctimas. Finalmente, la ciudad fue liberada por las tropas aliadas y la Resistencia boloñesa el 21 de abril de 1945. En la Piazza de Neptuno se muestran varias placas y fotografías que recuerdan estos hechos.

Qué ver en Bolonia

La mejor manera de explorar Bolonia es a pie, ya que conserva gran parte de su trazado medieval, plagado de callejuelas, torres, iglesias y palacios vetustos que no aparecen en las guías.

Pórticos de Via Saragossa

Pórticos de Via Saragossa

Parte de su encanto reside en sus numerosas casonas de tonos rojizos y ocres y sus pórticos infinitos. Aunque ciertamente Bolonia sería más fotogénica si sus calles y plazuelas no estuvieran atestadas de coches y motos apelotonadas unas tras otras en largas filas.

Bolonia precisaría limitar el acceso al tráfico rodado, como ya han hecho con éxito muchas otras grandes ciudades europeas.

En todo caso, la capital de Emilia-Romaña cobija un puñado de maravillas que merece la pena conocer.

La Bologna-Welcome-Card permite la entrada a algunos de los monumentos más emblemáticos. Aunque no a la Pinacoteca Nazionale di Bologna pese a que así venga incluido en el listado.

Piazza Maggiore

La visita a la ciudad de Bolonia ha de comenzar casi de manera obligatoria en la magnificente Piazza Maggiore, flanqueada por algunos de sus edificios más ilustres.

Piazza Maggiore y Basílica de San Petronio

Piazza Maggiore y Basílica de San Petronio

El Palazzo d’Accursio, sede del Ayuntamiento, el Palazzo de Podestà o la imponente Basílica de San Petronio, todas construcciones fundamentalmente de los siglos XIV y XV.

San Petronio se diseñó para ser uno de los templos de mayor tamaño del cristianismo, sin embargo, los fondos para su construcción se acabaron. Por ello, su inacabada fachada está cubierta de mármoles preciosos en su parte baja y de austeros ladrillos en la mitad superior.

En su inmenso interior, además de algunas capillas con bellos frescos góticos, destaca la Meridiana, creada por el astrólogo Giovanni Domenico Cassini. Un curioso instrumento astrológico que dibuja una diagonal de más de 66 metros de longitud sobre el suelo de la iglesia. Merece la pena acercarse para distinguir los distintos meses y signos zodiacales, algo realmente inesperado de ver en una iglesia.

Nereida, ninfa del mar Mediterráneo (Detalle de la Fuente de Neptuno)

Nereida, ninfa del mar Mediterráneo (Detalle de la Fuente de Neptuno)

Piazza de Neptuno

Junto a la Plaza Mayor encontramos el Palazzo Re Enzo, un bello palacio gótico construido en 1245 con concurridos pasajes bajo sus torres que alberga cafeterías y demás tiendas. En un difícil equilibrio entre arquitectura medieval y consumismo del siglo XXI.

Frente al palacio gótico se alza la magnífica fuente de Neptuno en la plazuela homónima, aunque los boloñeses la llaman por el sobrenombre de ‘il Gigante’. Obra de Jean Boulogne, un escultor flamenco que trabajó fundamentalmente en Florencia, más conocido como Giambologna.

No hay que perderse los muchísimos detalles que posee la fuente y su indisimulado contenido erótico pese a que fue un monumento auspiciado por la iglesia. En la parte alta reina el grandioso Neptuno de bronce, rodeado de cuatro putti (niños desnudos ornamentales) que sostienen grandes peces y abajo las ninfas que apretándose los pechos expulsan agua por los pezones.

Las dos torres. La torre Garisenda y la Asinelli

Las dos torres. La torre Garisenda y la Asinelli (foto: Raquel)

La empresa de automóviles de lujo Maserati, cuya fábrica se halla en la cercana Módena, tomó como logotipo un tridente inspirado en esta fuente.

Frente a la estatua de Neptuno se encuentra la Biblioteca Salaborsa que cobija bajo su luminoso salón central los restos de la Bononia romana.
Se conservan los cimientos de varias construcciones romanas que a través de pasarelas permiten su visita.

Las Dos torres

Uno de los símbolos de Bolonia son las dos torres casi juntas que se encuentran al final de la Via Rizzoli, una de las arterias comerciales más importantes.

La torre Garisenda, la más baja, data de finales del siglo XI y aparece citada en la ‘Divina comedia’ de Dante. Actualmente se encuentra en obras de consolidación y cimentación debido a su elevada inclinación de 3,2°, algo menos que la famosa Torre de Pisa.

La torre Asinelli, por su parte, se levantó entre 1109 y 1119 y alcanza los 97,2 metros de altura lo que permite que sea visible desde muchos puntos de la ciudad.
Esta magnífica torre medieval puede visitarse mediante reserva. Tras subir los 498 peldaños de su interior, las vistas de 360° que ofrece de Bolonia son excepcionales. Los tejados rojos cubren todo el centro histórico hasta donde llega la vista, otro motivo para llamarla ‘roja’.

Se trata, sin duda, de una de las visitas imprescindibles en la capital de la Emilia-Romaña, siempre que uno disponga de un aceptable estado físico y no sufra de vértigo.

Entre los siglos XII y XIII Bolonia se pobló de altas torres erigidas por las familias más ricas e influyentes, no sólo como construcción defensiva sino, sobre todo, como símbolo de posición y poderío. Según estudios recientes se cree que Bolonia pudo llegar a tener entre 90 y 100 torres y casas-torre más pequeñas.

En la actualidad se conservan 22 de estas excelsas torres, casi todas ellas localizadas en el conocido como barrio medieval.

Los imponentes pórticos de la Via Zamboni

Los imponentes pórticos de la Via Zamboni

Los pórticos de Bolonia

Resulta imposible visitar Bolonia sin pasear bajo los arcos de sus pórticos, con sus juegos de luces y sombras y sus hondas perspectivas que recuerdan a un cuadro de Giorgio de Chirico.

Bolonia es con 62 kilómetros, la ciudad con mayor extensión de edificios porticados del mundo. Algo que le valió ser incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
De hecho, la mayoría de las vías principales del casco antiguo cuentan con pórticos. Muchos de ellos son modernos y meramente funcionales, mientras que otros son hermosas muestras del gótico y el renacimiento.

La atractiva Piazza Maggiore tiene tres de sus cuatro lados cubiertos de pórticos. Frente a la Basílica de San Petronio, destacan los pórticos del Palazzo de Podestá ricamente decorados con relieves.

El rincón más bonito Bolonia bien podría ser la Piazza de Santo Stefano. En esta plazuela de forma irregular, más o menos triangular se agolpan varios palacios renacentistas porticados y el complejo de Santo Stefano, un conjunto único formado por siete iglesias de distintas épocas.

Palacios de la Piazza de Santo Stefano

Palacios de la Piazza de Santo Stefano

En el lado opuesto a las iglesias destaca el elegante Palazzo Bolognini Amorini de estilo renacentista construido entre 1517-1551.

Este palacio es muy reconocible por sus tonos rojizos y los medallones sobre los arcos de los que surgen cabezas de guerreros, dioses o sátiros.

Otros pórticos que merece la pena visitar están en la Via Zamboni en la zona de las Universidades o en la Via Saragozza junto a una de las puertas de las antiguas murallas.

También en la Strada Maggiore, donde de paso los amantes de la música clásica pueden visitar el interesante Museo internazionale e biblioteca della Musica habilitado en un precioso palacio del siglo XVI.

Qué más ver en Bolonia

Puesto de frutas y verduras del Mercato di Mezzo

Puesto de frutas y verduras del Mercato di Mezzo

Mercato di Mezzo y alrededores

Desparramado por más de una docena de callejuelas entre la Piazza Maggiore y las dos torres encontramos, el rebosante y espléndido Mercato di Mezzo. Un mercado tradicional parcialmente cubierto donde pueden encontrarse productos de toda la región de Emilia-Romaña, una de las más interesantes desde el punto de vista gastronómico.

El Mercato di Mezzo está abierto todos los días aproximadamente de 9:00 a 00:00 de la noche. Sus puestos son básicamente tiendas de alimentación que han invadido la calle con sus productos. Aquí podemos encontrar entre otros manjares de la zona: quesos Parmigiano Reggiano o Pecorino, aceite de oliva, vinagre de Módena y muchos tipos de pasta fresca, mortadela o salami.

Junto al mercado se encuentra el Santuario de Santa María della Vita, cuya gran cúpula, por cierto, asoma tras los palacios de la Piazza Maggiore. Se trata de una iglesia barroca construida entre los siglos XVII y XVIII que cobija uno de los grupos escultóricos más impresionantes del Renacimiento italiano. El Compianto sul Cristo morto o Lamentación sobre Cristo muerto es una obra realizada en el último tercio del siglo XV por Niccolò dell’Arca.

María Magdalena y María de Cleofa (Lamentación sobre Cristo muerto de Niccolò dell'Arca)

María Magdalena y María de Cleofa (Lamentación sobre Cristo muerto de Niccolò dell’Arca)

Se trata de una escena de gran dramatismo compuesta por siete imágenes de terracota y a tamaño natural. En el centro se halla Cristo yaciente y a su alrededor seis personajes entre los que destacan las figuras angustiadas y desconsoladas de María Magdalena y a su lado María de Cleofa.

El brutal realismo del dolor de los personajes y la delicadeza de los detalles ejemplificado en los pliegues de los ropajes o el tratamiento de las manos lo convierten en una obra maestra indiscutible.

Muy cerca, junto a un lateral de la Basílica de San Petronio está el Archiginnasio de Bolonia, otrora sede de la Universidad. Se trata de un elegante palacio con un bonito patio central, galerías decoradas con 7000 escudos de antiguos alumnos y un curioso teatro anatómico donde el profesor impartía sus clases.

Piazza Giuseppe Verdi, en el corazón del distrito universitario de Bolonia

Piazza Giuseppe Verdi, en el corazón del distrito universitario de Bolonia

Distrito Universitario

Desde la Piazza di Porta Ravegnana donde se ubican las dos torres parten hasta seis calles casi como formando una estrella. Una de ellas la Via Zamboni es peatonal y se adentra en el distrito de la Universidad.

La ausencia de tráfico permite admirar aquí el encanto de la auténtica Bolonia histórica, en una calle como la Via Zamboni plagada de antiguos palacios, iglesias y larguísimos pórticos.

La Basílica de San Giacomo Maggiore se erigió a finales del siglo XIII, pero fue remodelada en épocas posteriores en diferentes estilos. Su mayor valor es sin duda la capilla Bentivoglio costeada por esa poderosa familia boloñesa. La capilla está decorada con extraordinarios frescos de finales del siglo XV, entre los que destaca ‘El triunfo de la fama’ y ‘El triunfo de la Muerte’. La capilla sólo se abre para visitantes los sábados por la mañana.

Relieve en mármol (Museo Cívico Medieval de Bolonia)

Relieve en mármol (Museo Cívico Medieval de Bolonia)

El barrio medieval

Situado aproximadamente entre la Piazza Maggiore y la moderna y fea Piazza dell’8 Agosto, encontramos el barrio medieval de Bolonia. Un entramado de callejuelas angostas y sombrías en el que se tropieza a cada momento con palacetes ajados y torreones imponentes. Como la Torre dei Prendiparte construida en el siglo XII en una plazuela empequeñecida por los 59 metros de altura de la torre.

A unas pocas calles se encuentra la Finestrella, una ventana a la que asomarnos y contemplar el único canal a cielo abierto que queda del antiguo sistema de canales medievales.

Para aquellos que deseen adentrarse aún más en la Bolonia del Medievo y el Renacimiento nada mejor que visitar el Museo Cívico Medieval que conserva valiosas piezas de esa época. Destacan los magníficos sepulcros de profesores y doctores que les muestran impartiendo clase a sus alumnos.

Basílica de San Doménico

Basílica de San Doménico (foto: Raquel)

San Doménico

Junto a la Basílica de San Petronio, esta es quizá la otra gran iglesia de Bolonia. Aunque restaurada, San Doménico conserva su austera fachada del siglo XIII que se abre a una plaza tranquila y acogedora. Su interior, muy posterior es de estilo barroco y contiene algunas piezas de gran valor histórico y artístico.

Especialmente el Arca de Santo Domingo que guarda los restos de Santo Domingo de Guzmán. Este imponente monumento funerario tiene algunas esculturas realizadas por Niccolo dell’Arca y también por Miguel Ángel.

Hoteles en Bolonia

Una buena opción para alojarse en el centro de Bolonia pero en una calle bastante tranquila es el Hotel Atlantic, cómodo y agradable. Y además muy cercano a la estación de tren boloñesa. Buena relación calidad/precio.

El Hotel Carvour está situado en pleno barrio medieval en un bonito edificio histórico reformado. Con un precio muy competitivo para el lujo que ofrece.

Mapa ‘Qué ver en Bolonia’

Aldaba de casa en la Via Saragossa

Aldaba de casa en la Via Saragossa

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