Carlos Mijares Bracho es un maestro en la más alta, honda y amplia de las acepciones de la palabra, un arquitecto de inmensa originalidad y altísimos vuelos, un pensador profundo, un militante social que asume con alegría y compromiso su responsabilidad, un amigo sin par, un hombre de la historia y de su tiempo, aseguró Fernando González Gortázar en la ceremonia de entrega de la Medalla Bellas Artes al arquitecto nacido en la Ciudad de México el 26 de abril de 1930.
 
En el Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la tarde de este 2 de diciembre, el creador de la Casa Mijares; Casa Fernández y la Casa Díaz Barreiro, en la Ciudad de México; cuyo estilo de su obra gira en torno a las facultades estructurales, visuales y físicas en general del tabique rojo recocido, recibió de manos de María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Medalla Bellas Artes.
 
Previo a hacer entrega del reconocimiento, la titular del INBA destacó de Carlos Mijares Bracho su obra en la arquitectura industrial, religiosa y residencial con la que se recuerda la naturaleza poética de la arquitectura, así como su reinterpretación de los sistemas constructivos tradicionales.
 
"Es un hombre generoso del que admiramos el talento, la pasión y la sensibilidad artística con lo que ha creado una obra destacada que recuerda el pasado, tiene la mira en el presente y vislumbra el porvenir. La arquitectura, una de las bellas artes está de fiesta, homenajeamos a Carlos, a quien tantas generaciones de arquitectos agradecen su energía, pensamiento y enseñanza", expresó la funcionaria.
 
Asimismo, María Cristina García Cepeda le agradeció al galardonado su invitación permanente a transitar en la arquitectura, en la ciudad, en el barrio y promover el oficio modesto con pasión generosa. "Rendimos homenaje a un artista que ha construido espacios que transforman armoniosamente nuestro entorno, al autor de volúmenes concebidos como obras de arte".
 
"Es un orgullo y altísimo honor para el INBA y el Conaculta entregar un merecido reconocimiento al arquitecto Carlos Mijares Bracho, que cuenta con una de las trayectorias que más se ha distinguido dentro de la dimensión estética de la arquitectura", expresó la titular del INBA.
 
Por su parte el arquitecto y escultor, Fernando González Gortázar, expuso que Carlos Mijares Bracho es un creador al margen de toda corriente, grupo de poder, de amiguismo que brilla con luz intensa, propia, distintiva y única.
 
"Como todo verdadero creador, Carlos Mijares hizo otro camino que convirtió en riqueza de todos. Ha estado siempre dispuesto a tomar los riesgos de la independencia, de la individualidad, interioridad, del remar contra corriente, de la propuesta que pone en tela de juicio los lugares comunes y enfrenta inercias y perezas mentales".
 
El también discípulo de Carlos Mijares Bracho explicó que su maestro entiende el valor del símbolo y lo crea con cada una de sus obras, y es uno de los personajes de la cultura que ha demostrado con su trabajo que México no pertenece al pasado.
 
"De Carlos Mijares Bracho nunca dejo de aprender de su capacidad de reflexión y análisis acerca de múltiples asuntos, empezando por las incógnitas, las ambigüedades y las muchas dudas y temores que al menos a mí me provoca un oficio tan complejo, tan difícil y tan cargado de responsabilidad como es el nuestro".
 
"Nunca dejo de aprender de su congruencia, honestidad intelectual y personal, de su sentido del deber, de su integridad sin fisuras; de su empeño por documentar, analizar, descifrar el contexto físico, biológico, humano, social y cultural de tesoros arquitectónicos que están por desaparecer y que gracias a su visión y a sus esfuerzos quedarán en nuestra memoria para la posteridad", destacó el galardonado con el Premio Henry Moore en 1989.
 
"Nunca dejo de aprender de su lealtad y solidaridad -agregó- para con sus allegados y amigos, que siempre encontramos en él un asidero y un confidente confiable y cariñoso, punto de referencia y brújula que nos orienta.  
 
El galardonado, visiblemente emocionado, dijo que nunca podría agradecer suficientemente estas muestras de cariño. "Gracias a todos los que han hecho cosas maravillosas que me han enseñado también".
 
Carlos Mijares Bracho comentó que se ha dicho que la arquitectura puede ser poesía también, lo cual, dijo ha intentado toda su vida. "Si esto se logró o no es algo que no me corresponde a mí decir, pero lo que sí puedo decir, es que lo que he hecho en un sentido estricto no lo he hecho yo, lo hacen otros que generalmente son olvidados, otros para los que no hay acceso a los libros, el prestigio, el reconocimiento académico, que son los intérpretes de la arquitectura realmente: los operarios, los albañiles, los oficiales, todos los que realmente hacen la arquitectura".
 
Indicó que es un hecho que la arquitectura es una manifestación particularmente compleja, intrigante y maravillosa, la cual se hace con intérpretes. "Creo que los trabajadores que han colaborado conmigo merecen también una parte de este premio".
 
Finalmente expresó: No quiero dejar de repetir la emoción, lo conmovido que me ha dejado este evento y serie de manifestaciones tan cariñosas, afectuosas y sentidas que podrán explicar, tal vez, que estas palabras no sean todo lo congruentes que tal vez pueda yo desear, es emoción pura, créanme", lo que generó una fuerte ovación de los presentes.

Información: DAF

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