The Crucifixion (2017), de Xavier Gens

Película basada en un caso real de exorcismo acontecido en Rumanía en 2005, donde murió una mujer presuntamente poseída por el diablo, y en el que un sacerdote y cuatro monjas de la Iglesia ortodoxa fueron acusados de asesinato. Las mismas autoridades eclesiásticas se posicionaron en contra del modo en que se llevó a cabo el ritual, en que la víctima había permanecido atada en una cruz, sin comer ni beber, mientras se intentaba liberarla del demonio.

El film, escrito por los hermanos gemelos Chad y Carey Hayes –que también han estado detrás de las dos entregas Expediente Warren, que parten de otros casos auténticos de exorcismos–, está narrado desde el punto de vista ficticio de una periodista, Nicole Rawlins, que perdió la fe tras la muerte por un cáncer de su madre, y que aprovecha cualquier ocasión reporteril que se le presenta para reafirmarse en su incredulidad. Pero en esta ocasión su investigación sobre el diablo le va a obligar también a enfrentarse a sus demonios interiores de hostilidad hacia Dios.

El francés Xavier Gens, especialista en terror, se suma al subgénero de los exorcismos, y lo hace con corrección, pero de un modo no demasiado apasionante, abusando de recursos manidos, como las continuas llamadas de Nicole a su tío y director de un periódico, para contarle cómo van las cosas, o la relación con un cura “majete”, siempre disponible para echar una mano cuando ocurren fenómenos extraños tras los cuales podría estar el demonio. La pinta de colegiala de la protagonista, Sophie Cookson, no ayuda en exceso a la credibilidad de lo que se cuenta, así como sus reacciones a los sucesos raros que le ocurren en el hotel.

Faltan cohesión y ritmo medianamente vibrante en la narración, pues se aportan elementos inconexos –el testimonio de la psiquiatra sobre una posible esquizofrenia, o el de la amiga monja que cuenta secretos de la fallecida y de otro cura que se suicidó en circunstancias muy extrañas, por ejemplo– que se disimulan con los sustos de rigor. Tampoco las interpretaciones resultan especialmente memorables.