Los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ya conocen a Ainhoa Armentia

Ha sido un proceso natural, orgánico e inevitable. Hace ya más de dos años que Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia son pareja y casi seis meses desde que el que fuese jugador de balonmano es 'un hombre libre'. Cabe recordar que el exduque firmó los papeles de su divorcio con la infanta Cristina el pasado mes de diciembre de 2023.

Era “cuestión de tiempo” que sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, tuviesen que cruzarse con la vitoriana y compartir algo de tiempo con ella y así ha sido. Los hijos de la expareja ya conocen a la novia de su padre, desde hace ya bastantes meses, tal como ha podido saber Vanitatis a través de fuentes solventes.

El primero en saludar y poner en su mapa a Armentia fue Pablo, quien la conoció en un partido de balonmano, y después ha coincidido con ella en más ocasiones. Estos días han aparecido informaciones confirmadas -con fotografías, algunas; por este digital con testimonios, otras- que situaban a Urdangarin en Camboya y en Londres. En el país asiático ha estado su hija, Irene, de cooperante durante unos meses, y en la capital británica vive su hijo mayor, Juan.

"Hace un tiempo"

No se trata, sin embargo, de una ‘tourné’ del exduque para presentar a sus hijos y su novia porque “eso ya sucedió hace un tiempo, de la forma más natural, como en cualquier matrimonio con hijos que se separa y hay una nueva pareja”, señalan las citadas fuentes.

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Y como es habitual en casi todos los divorcios, fue al principio cuando aparecieron las principales dificultades porque los vástagos se mostraban reticentes a entablar relación con la 'madrasta'. Con todo, quienes conocen a la familia apuntan a Vanitatis que “estos niños adoran a su padre”, algo que suelen repetir todos a quienes consultamos con frecuencia, y “conocer a su pareja es de lo más normal, lo raro sería lo contrario”.

Adoración paterna

Los Urdangarin de Borbón han visto sufrir a su Iñaki como a pocas personas, señalado y juzgado por la sociedad, condenado por los tribunales, encarcelado y después desempleado. Una situación que hace que sean con él especialmente cariñosos y comprensivos, y aunque al principio les chocó -y a algunos, como a Irene, incluso les supuso cierto trauma-, al final han abierto la puerta de sus vidas a Armentia.

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Además, según explican a Vanitatis, ella es una mujer cariñosa con los Urdangarin, muy correcta y educada, consciente de que son unos chicos ya mayores que no quieren hacer sufrir a su madre. El acercamiento, repetimos, natural y discreto, empezó tras el divorcio y, sobre todo, cuando la pareja se fue a vivir al mismo piso. “Sería muy extraño que los hijos de don Iñaki no conocieran a la mujer con la que convive y que cuando le van a visitar no la vieran a ella, como en todas las parejas que se separan; ha sido un proceso lento pero inevitable y, sobre todo, relajado”.

"En casa"

Ha sido complejo confirmar este extremo porque todo lo que hace esta familia en los últimos tiempos está protegido por sus entornos. Ha sido un proceso de separación complicado, especialmente al principio, por razones obvias -a nadie le gustaría ver a su marido con otra mujer en la portada de una revista- y también por motivos evidentes las aguas han ido volviendo a su cauce. Porque tienen cuatro hijos en común y porque doña Cristina es consciente del sufrimiento que arrastra su exmarido. Así, la relación entre ambos es distante, “como tiene que ser en un exmatrimonio”, pero cordial.

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Las fuentes consultadas nos remiten a aquellas primeras palabras de Pablo Urdangarin el mismo día en el que ‘Lecturas’ publicaba su exclusiva con las imágenes de Urdangarin y Armentia en una playa del País Vasco francés. “Son cosas que pasan. Nos vamos a querer igual. Es algo que hablaremos en casa”. Así ha sido. Todo ha quedado en casa, y mientras a los periodistas se les decía, incluida a quien esto escribe, que los hijos de la infanta Cristina no conocían a la pareja de su padre, los chicos ya habían sido presentados e incluso habían iniciado una relación cordial. Todo tenía que quedar en casa.

Camboya, Londres, Vitora

Ahora, pasado el tiempo, vemos cómo Urdangarin viaja con su pareja de forma frecuente y que sus dos últimas escapadas han coincidido con lugares en los que viven (en el caso de Irene, vivía) sus hijos. Las especulaciones sobre si Ainhoa visitaría el campamento de Irene o si permanecería en el hotel en solitario, por ejemplo, quedan ahora desfasadas: ya se conocían y claro que se vieron. Pero los detalles, por discreción y respeto a la intimidad familiar, se quedan, como dijo Pablo, “en casa”.

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Lo que está claro en este contexto es que la relación entre Urdangarin y Armentia se ha consolidado en el tiempo y que ella se ha convertido en el gran apoyo de su pareja. Porque por mucho que algunos lo intenten negar, quienes conocen bien al exduque de Palma informan de que está sufriendo horrores por no tener trabajo, algo que le quita el sueño según pasa el tiempo. Porque cada vez lo ve más difícil y, sin objetivos laborales a la vista, su ánimo se derrumba.

Con todo, fuentes del entorno directo de Iñaki ya informaron a Vanitatis hace unos días de que “una cosa es que no tenga trabajo, que así es, y otra que no tenga dinero”. Porque la Audiencia de Palma ha ingresado, recientemente, 33.199,22 euros en su cuenta, lo que le permite llevar una vida más holgada. Esta cantidad se tiene que sumar a los más de 200.000 que le ingresaron en 2022, con lo que por el momento puede vivir sin preocuparse por el día a día, lo que no quita que viva con el ojo puesto en un futuro demasiado incierto para un hombre de 56 años.