Sánchez se ha reído de España, pero Milei no se deja tomar el pelo - Federico Jiménez Losantos - Libertad Digital
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Federico Jiménez Losantos

Sánchez se ha reído de España, pero Milei no se deja tomar el pelo

Es pura justicia poética que Milei, tras derrotar a los Kirchner de su tierra, denuncie a los Kirchner de la nuestra.

Es pura justicia poética que Milei, tras derrotar a los Kirchner de su tierra, denuncie a los Kirchner de la nuestra.
El presidente argentino, Javier Milei, durante una conferencia. | Europa Press

El domingo pasado, comentamos el estrepitoso fracaso de la apelación a las masas de ese político bananero con ínfulas de dictador llamado Sánchez. El lunes tuvimos que comprobar que como todo psicópata, es un perfecto manipulador de sentimientos ajenos, para lograr esa sensación de poder absoluto que supone al ver a millones de personas pendientes de una decisión total y exclusivamente personal, sin leyes ni instituciones de por medio. Un país de 48 millones de personas, el cuarto de Europa, a merced de un "período de reflexión" sobre si "valía la pena" seguir pastoreando un rebaño en el que algunas reses se habían atrevido a mugir sin permiso y a cuestionar la integridad de su mujer, traficante de influencias a su sombra.

A Felipe González no le engañó el montaje de Sánchez

Felipe González, el jefe y chamán de la tribu que ahora acaudilla Sánchez, definió muy bien la enorme estafa informativa tras la supuesta reflexión de Sánchez. Preguntado por su opinión sobre la supuesta decisión final del presidente, dijo: "¡Ah! No sabía que hubiera habido ninguna decisión!". Es decir, que todo el montaje del "me voy a ver si merecéis que me quede" estaba perfectamente decidido de antemano, era una triquiñuela política y personal para convertir sus problemas de corrupción en ataque a su familia.

En la Derecha, sólo hubo dos dirigentes que desde el principio dijeron que lo de Sánchez era un montaje: Feijóo y Ayuso. Era también la opinión de la mayoría de los comentaristas políticos, al menos hasta el lunes. Ahora bien, cuando el inquilino de la Moncloa se presentó en Zarzuela, incluso yo creí que esa visita sólo podía tener por objeto presentar su dimisión. Otra cosa era burlarse del Rey y cebar el discurso melodramático ante el atril de la Moncloa, repitiendo la escenografía de la última convocatoria electoral. Y de los diez minutos empleados, ocho fueron para quejarse de lo mala que es la prensa, la judicatura, la oposición y la gente en general. Y en los dos que le quedaban dio un giro teatral y dijo que, ante tanta maldad, se quedaba con más fuerza que nunca para combatir a los enemigos de la democracia.

Ahora resulta que la democracia es la impunidad de Begoña

Porque la democracia es él, los negocios de Begoña, gracias a él, son la demostración de la calidad de nuestra democracia, y las denuncias, ninguna desmentida, fruto de una conspiración reaccionaria universal a la que él va a hacer frente para mostrar al mundo como se combate a los reaccionarios. Es más, dijo que Begoña había sido la primera en respaldar la decisión que ya tenía tomada cuando dijo que se retiraba a pensarlo. Qué desvergüenza.

Lo más grave, sin embargo, de esos cinco días de estafa institucional ha sido la confirmación de que el proyecto de dictadura personal de Sánchez y sus socios separatistas, terroristas, golpistas catalanes y comunistas tiene en los medios un verdadero ejército de propagandistas dispuesto a respaldar las trolas más abyectas que puedan convenir al Tiranosaurius Moncloveus. La misma piara que ha respaldado todas las infamias contra Ayuso y su familia ha fingido escándalo ante los datos, no opiniones, que demuestran la corrupción del Gobierno, del partido y del entorno personal de Sánchez. Añadamos la desvergüenza del Fiscal Alvarone y la presencia de Pumpido en el Constitucional para dibujar un escenario de dictadura a la venezolana.

Y va el "oscargután" Puente y llama drogadicto a Milei

En estas estábamos cuando el mulo que trajo Sánchez para cocear a la oposición llamó drogadicto al presidente argentino. Óscar Puente tiene un arco cigomático genuinamente neandertal según la última reconstrucción científica de los rasgos de una mujer de esa especie que, durante milenios, vivió junto al homo sapiens, y, un día, se extinguió. Creímos que del todo. Pero, al menos en lo fisiognómico, quedaron restos a orillas del Pisuerga.

Hay quien dice que los neandertales eran mejores en muchos aspectos que los cromañones, pero eso es sólo una hipótesis. Lo sorprendente es que un ser que recuerda esa hipótesis se siente en el Consejo de Ministros. Y para colmo, en el sillón del ministerio más corrupto del sanchismo, el de Ábalos, cuyos hombres de confianza en la trama de las mascarillas se ha cuidado muy bien de despedir. Para lo que le conviene, el antropoide es prudente.

Otra cosa es la veta histriónica cuando actúa con un público de partido. Entonces se lanza de cabeza a copiar a los chistosos de Club de la Comedia, seguro de los "reidores", como llaman en Argentina a los palmeros de aquí. Y como el PSOE es ya la copia exacta de Podemos, o sea, de Venezuela, no sólo grita en los mítines "¡Sí se puede!", sino que repite lo que Monedero decía impunemente contra Albert Rivera, cuando lo acusaba de esnifar.

La diferencia es que Milei no es como Rivera y no le pasa ni una al que le lleva la contraria, a veces incluso en exceso, como con Fernández Díaz. En todo caso, tachar de drogadicto al presidente de Argentina no es una broma cualquiera, y menos viniendo de delincuentes con sillón ministerial, y de su jefe, que lo trajo de Valladolid para insultar a la Oposición, y se ha llevado el bofetón que merece pero que aquí no le dan ni el PP ni Vox. La nota es correcta, salvo el mantra de Vox, de los ilegales que pondrían en peligro a las mujeres. En ese ámbito, son mucho más graves la Ley del sí es sí y la Ley Trans. Pero no creo que alguien la haya leído entera. Lo importante es espetarle que debería preocuparse por su mujer y su corrupción, llevando al ámbito internacional, donde Milei es el hombre de moda, la idea de que el proyecto de Sánchez es implantar una dictadura para que nadie denuncie en los medios o en los tribunales el enriquecimiento de su entorno familiar.

Sánchez no se ha atrevido a contestarle a Milei

Que Sánchez, paria global, no puede intercambiar golpes con Milei ha sido evidente incluso para Sánchez, que no se ha atrevido a responderle. Feijóo y Abascal, como es lógico, han aprovechado la campaña catalana para pedir la dimisión de Puente y hacer responsable del ataque a Sánchez, seguros de que su soberbia le impide todo lo que no sea cerrar filas contra "el fascismo, el neofascismo y similares", como la Ley Delcy que acaba de aprobarse en Caracas y que es el modelo censor que prepara el Gobierno.

Es costumbre podemita y del Grupo de Puebla, también de Sánchez, insultar a cualquier político señalado por sus publicistas como encarnación del mal en el mundo, seguros del aplauso de la izquierda totalitaria en los medios y no digamos en los mítines. Que un antropoide sanchista ataque a Trump le da igual a Trump. Que el gobierno de España, cuyo presidente no quiso ir a su toma de posesión, lo insulte, no es algo que a Milei le deje indiferente. Él se reúne con Elon Musk y Sánchez no puede reunirse con nadie, pero España es un lugar de enorme importancia simbólica y donde se aprecia especialmente la gesta liberal de Milei. Al defenderse, nos defiende.

Por otra parte, es pura justicia poética que Milei, tras derrotar a los Kirchner de su tierra, denuncie a los Kirchner de la nuestra. Todo lo que aquí hace Sánchez, copiado de Podemos, es fruto político, ideológico y moral del kirchnerismo. Lo que debería acelerar Milei es la forma de que los españoles que luchamos contra el sanchismo podamos acogernos a la embajada argentina, como los que, huyendo de Maduro y sus torturadores, han hecho en la de Caracas. En el gran acto de la Fundación Libertad, en el que Milei estuvo apoteósico, el gran Gerardo Bongiovanni dijo que, como argentino, se sentía orgulloso de que su embajada fuera asilo para quienes luchan por la libertad. Milei debe pensar ya en dar la nacionalidad argentina a los que, en cualquier país del mundo, luchan contra el comunismo. Pero rápido, porque esto está fatal. Este es el milagro de Milei: Argentina convertida otra vez en tierra de promisión y refugio. ¡Como en tiempos de Alberdi!

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