Un monasterio “evangélico” (2) - Protestante Digital

Un monasterio “evangélico” (2)

Segundo artículo sobre la historia reciente del Monasterio de san Isidoro del Campo.

15 DE AGOSTO DE 2020 · 18:00

REY. BATANERO. - (1849-07-22). ,
REY. BATANERO. - (1849-07-22).

Terminé nuestro encuentro anterior mencionando cómo la Fundación evangélica “Reina Valera” compró una parte fundamental del monasterio de San Isidoro del Campo (enclave que ahora se va a restaurar por la Junta de Andalucía, como en este medio se informó).

Les pongo los pormenores al respecto según el BOE del 17 de mayo de 1982, en que se “reconoce, clasifica e inscribe como Fundación cultural privada la denominada “Evangélica Reina Valera.” (…)

Resultando que por don Emilio Aparicio Rojo se presentó instancia ante este Ministerio, en solicitud de reconocimiento de la citada Institución, acompañada de una escritura pública otorgada ante el Notario de Madrid don José Aristónico García, a 31 de julio de 1981, suscrita por don Juan Llobregat Canut, don Emilio Aparicio Rojo, don Santiago Aparicio Desiderio, don Manuel Filgueiras Arias y don José Cardona Gregori, conteniendo dicha escritura el acta constitucional y los Estatutos de la mencionada Fundación, cuyo objeto es desarrollar sus actividades que se centran en, la promoción de la biblia castellana clásica, estudios especializados de la Biblia y proyectados a la difusión de la fe evangélica, para lo cual adquirirán en su totalidad el conjunto de edificios y terrenos situados en Santiponce (Sevilla) y que forman parte del monasterio de San Isidoro del Campo, declarado conjunto histórico-artístico, instalando ahí su sede y que será centro de encuentros cristianos para el estudio e información de la literatura bíblica, biblioteca y archivo a nivel de Universidad, Museo de la Biblia y centro de conferencias, seminarios y retiros espirituales de inspiración cristiana. Resultando que el capital inicial aportado asciende a pesetas 1.856,601, depositadas según acreditan en Entidad bancaria a nombre de la Fundación, que en su patrimonio figura parte del ya mencionado monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce (Sevilla) adquirido a “Unión Cervecera, S. A.”, según nos consta en escritura otorgada ante el Notario de Madrid don Alejandro Bérgamo Llabrés, el 8 de septiembre de 1981.

Constando asimismo la aceptación de cargos de parte de los designados para el Patronato de la Fundación, del que es Presidente don Juan Llobregat Canut, Vicepresidente don José Cardona Gregori, Secretario don Emilio Aparicio Rojo, Tesorero don Manuel Filgueiras Arias, y Vocales don Santiago Aparicio Desiderio, don Eric Bermejo, don Tomás Rodríguez Castillo, don Francisco Gómez Moreno, doña Belia Milo; y su domicilio se fija en Santiponce (Sevilla), calle de Guzmán el Bueno, número 13, edificio que forma parte del monasterio de San Isidoro del Campo…”

Esta historia, hoy ocultada, es un buen referente para los viejos del lugar, y para que los jóvenes que al lugar evangélico han llegado conozcan su historia, toda. Por supuesto, sabiendo que hace casi cincuenta años el terreno (extraordinario) al que se hace referencia no estaba en la situación ruinosa actual. No tenía la solidez de un fortín, pero daba el apaño. En esas dependencias se realizaron actividades, (incluso algunos se casaron) y dio aposento a varias familias.

Los responsables, conocer, conocer, muy bien no conocían la historia de la Reforma española, pero ese voluntarismo sentimental los animó, al principio, y como se ve, le pusieron a la entidad el nombre de dos personajes de esa Reforma. Alguien incluso les indicó que uno de ellos (Cipriano de Valera) escribió unas cosas tocantes al monasterio, y esa “oración profética” la usaron como propaganda de su entidad, reclamando que se cumplía lo que el bueno de Valera rogó.

Es curioso que algunos evangélicos con buen sentimiento, al enterarse ahora de la restauración prevista del monasterio, han recordado con gran afecto las palabras de Valera. Esto pasa por ocultar la historia, porque esas mismas palabras ya se presentaron cumplidas con la actuación de la Fundación “Reina Valera”.

Les pongo esas palabras, porque son un signo de la ruina que luego vino. Así presentaron como cumplida la visión de Valera.

“Si Dios algún día hace misericordia a Sevilla, será razón que este monasterio de San Isidoro se convierta en Universidad, donde la Teología principalmente se profese. (…) Tan grandes y mayores cosas que éstas ha hecho Dios en nuestro tiempo”. Más o menos resumida, la oración de Cipriano de Valera fue mutilada de entrada y salida. De entrada, porque en el texto (Dos tratados) esas palabras tienen un previo sin el cual pierden su sentido. Les paso el texto completo, copiado de: Dos tratados (del papa, 1588, edición de Usoz, pp. 264-265):

“Dios que es justo, no dejará sin castigo estas tan grandes mentiras, tan falsos testimonios, y tan fieras crueldades: su día vendrá a los Inquisidores, aunque se tarde. Porque la sangre de los justos, santos, y fieles y Católicos Cristianos que han derramado, grita delante de Dios, como la sangre de Abel diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? A los cuales les respondió: que reposasen un poco de tiempo, hasta que sus consiervos fuesen cumplidos, y sus hermanos, que también habrían de ser muertos, como ellos.” Y luego, cuando venga “su día a los Inquisidores”, cuando esto se cumpla, y no sin su cumplimiento:

“Esperamos pues, este día con paciencia. Si Dios algún día hace misericordia a Sevilla, será razón que este monasterio de San Isidoro se convierta en Universidad, donde la Teología principalmente se profese. Las rentas del monasterio, que son grandes, bastan y aun sobran para mantener la dicha Universidad: y la casa asolada de Isabel de Baena se convierta en una pública Iglesia, donde se predique la palabra de Dios, y los Sacramentos sean administrados conforme a la institución de Jesús Cristo, sin añadirles ni quitarles. Tan grandes y mayores cosas que éstas ha hecho Dios en nuestro tiempo”.

Y de salida, porque la parte final: “y los Sacramentos sean administrados conforme a la institución de Jesús Cristo, sin añadirles ni quitarles”, no se puso nunca en ningún sitio. Pues sabían que con eso Valera estaba haciendo referencia también al bautismo infantil. Así que, lo que no conviene, se oculta.

Pero esta historia tiene un final, de momento, del que sabemos poco (yo, nada), aunque con un resultado evidente: en 1988 la Fundación “Reina Valera”, vendió estos referidos terrenos a la Junta de Andalucía. En algún sitio he leído que por un precio de más de veintidós millones de pesetas. (Sí conozco, por conversación privada con el alto funcionario de la Junta de Andalucía que llevó a cabo la negociación y cierre del asunto, que la Fundación fue casi obligada para arreglar los desarreglos en los que se estaba incurriendo, y que las maneras no fueron precisamente de fiel testimonio evangélico. Pero sólo lo apunto.) A los viejos del lugar, y a los jóvenes que al lugar han llegado, ¿no les pica la curiosidad de saber qué pasó?, ¿por qué se perdió tal edificio?, ¿cuáles fueron las causas? No ya picar la curiosidad, sino la más elemental ética evangélica. ¿Por qué el patronato dispuso la venta? ¿Pidió alguien explicación, o responsabilidad? ¿Se puede todavía saber la verdad?

Es paradójico que ahora con el interés despertado (en algunos) por conocer nuestra Reforma del XVI, tengamos este ocultamiento de años recientes, y de la mano del propio pueblo que se dice heredero de aquéllos.

Me parece (es retórica, lo sé) que los fundamentos de esas fundaciones y entidades que quieren comprar o restaurar la memoria de nuestra Reforma, no pocas veces están construidos de la adulteración de la verdad. Puedes decirlo de otra manera, pero al final, es eso.

En la localidad donde se asienta el monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce), hace (no me acuerdo, ni importa mucho) unos veinte años se instaló una fundación (se llama ABRE) y un seminario de ella dependiente (ha tenido varios nombres, y ahora sigue. El director es el mismo desde el inicio). La razón: recuperar el monasterio y poner dentro el seminario. Nunca se informó en la propaganda de ese propósito (seguro que legítimo en sí mismo) que sólo hacía unos años había sido propiedad evangélica y lugar de enseñanza.

Qué conocimiento y comunión se tenga por estas dos entidades evangélicas con los que en el monasterio estuvieron, no lo sé (es retórica, sí lo sé), pero los hechos son evidentes, y a ellos me remito. Sólo un par de ejemplos. Ni siquiera se trata de un juicio de valor personal, sino de la simple exposición de hechos, de los que quizás algún lector o lectora haya sido testigo.

Uno. El director del seminario (no pongo el nombre porque no viene al caso), cuando ha dirigido un recorrido explicativo por el monasterio, al llegar a la sala capitular, donde pueden verse pinturas murales con la historia de San Jerónimo, sin que se le mueva un solo músculo de la cara (es que lo he visto yo mismo), te dice que allí los monjes protestantes pintaron su historia, y en vez del episodio del león en el monasterio de la historia mítica de San Jerónimo, él te pone a la Inquisición y al mismísimo Julianillo con su burro trayendo libros al monasterio. Por supuesto, luego también hay lugar para la huida. Esto es falso falsísimo. Entre otras evidentes razones, porque las pinturas son de época cuando el bueno de Julianillo ni habría nacido. ¿Se ha retractado ante tantos y tantos que han visitado el enclave? No. La verdad, seguro que alguien lo pensará, tiene muchas “versiones”. Pues vale. Que se siga. Pero en la sala capitular no está nuestra Reforma. Solo se puede poner allí, si se falsifica la historia. Restaurar el monasterio, ha sido señuelo, pero no se ha logrado; “restaurar” la historia, sí, pero a “versión” de conveniencia.

Dos. Esto parece una anécdota, pero tiene su gravedad. A menos que a los viejos del lugar y a los jóvenes que al lugar llegan, no les importe para nada la verdad, con minúscula o con mayúscula. En el 2015 vi estupefacto lo que se había puesto en la Wikipedia dentro del tema del monasterio. Después de explicarse sus inicios y otros pormenores, todos correctos, se incluyó lo siguiente:

“En 1835, con la Desamortización de Mendizábal el convento perdió su condición. Tras varios destinos alternativos, desde 1956 hasta 1978 volvió a tener uso religioso siendo ocupado de nuevo por los Jerónimos. En la actualidad se encuentra en fase de reconstrucción para su uso como seminario evangélico, por el Seminario Teológico Al-Ándalus y la Fundación ABRE, en Santiponce.”

He puesto en negrita lo relevante. Un hermano de nuestra iglesia eliminó la mentira que alguien (¿quién?, ¡quién!) coló como un hecho. ¿A quién le interesó poner eso? Las cosas tienen consecuencias; esta información (no lo pongo ni siquiera entrecomillado, pues es una mentira gordísima, para la que las comillas se quedan cortas) yo la he visto colocada en páginas de turismo. La borramos de la Wikipedia, (no sabemos cuánto tiempo estuvo colocada) pero de los lugares que copiaron, es imposible. ¿Daría alguien algún donativo, al “ver” que ya estaban arreglando el monasterio para que el seminario se asentara dentro?

Viejos del lugar y jóvenes que al lugar evangélico habéis llegado, ¿qué calificativo os merece esta falsificación de la realidad? Os ayudo: quien remitió esa falsedad sobre la fundación ABRE y el seminario, no tiene vergüenza.

No quiero terminar sin hacer mención de gente que, respecto al monasterio, desde ámbitos muy diversos, ha trabajado con generosidad y honradez. Desde los que lucharon para preservarlo tras la desamortización, hasta los que ahora mismo trabajan como “amigos” del monasterio para conservarlo. Gente para las que el testimonio de algunos “evangélicos” no será fácil “restaurar”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Reforma2 - Un monasterio “evangélico” (2)