A V I DA O M U E RTE
P E R S EC U C I Ó N A LO S R E P U B L I CA N O S ES PA ÑO LES
B I B L I OTE CA D E
L A C ÁTE D RA D E L E X I L I O
CÁTE D R A D E L EX I LI O
Universidad de Alcalá • Universidad Carlos III de Madrid • Universidad
Nacional Autónoma de México • Universidad Nacional de Educación
a Distancia • Fundación Pablo Iglesias
GUTMARO GÓMEZ BRAVO Y
AURELIO MARTÍN NÁJERA (coords.)
A vida o muerte
Persecución a los republicanos españoles
Prólogo
Fernando Martínez López
FONDO DE CULTURA
ECONÓMICA
Primera edición en la Biblioteca de la Cátedra del Exilio, 2018
Gómez Bravo, Gutmaro y Aurelio Martín Nájera (coords.)
A vida o muerte. Persecución a los republicanos españoles /
coord. de Gutmaro Gómez Bravo, Aurelio Martín Nájera ; pról.
de Fernando Martínez López. – Madrid : FCE, Cátedra del
Exilio, 2018
285 p. : fots., cuadros, gráfs. ; 23 x 15 cm – (Colec. Biblioteca
de la Cátedra del Exilio)
ISBN: 978-84-375-0797-2
1. España – Historia – Guerra Civil – 1939 2. Prisioneros de guerra
– España – Guerra Civil – 1939 3. Campos de concentración –
España – 1939 I. Martín Nájera, Aurelio, coord. II. Martínez López,
Fernando, pról. III. Ser. IV. t.
LC ML207 C8
Dewey 946-081 G643e
© 2018, Cátedra del Exilio
© 2018, Prólogo, Fernando Martínez López
© 2018, Fondo de Cultura Económica de España, S. L.
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Diseño de portada: Cyan, S. A.
a
Fotografía de portada: “La imagen de la deportación. De
camino al campo. Karlag, Kazajstán”. Archivos Nacionales
de la República de Kazajstán (Astaná). Gentileza de Marat
Absementov.
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra
—incluido el diseño tipográfico y la portada—, sea cual fuere
el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por
escrito del editor.
ISBN: 978-84-375-0797-2
D. L.: M-9018-2018
Impreso en España · Printed in Spain
Sumario
Prólogo, por Fernando Martínez López ....................................................................
9
Introducción, por Gutmaro Gómez Bravo y Aurelio Martín Nájera ........
17
Primera parte
La persecución a los republicanos españoles en la Europa
de la Segunda Guerra Mundial ...............................................................................
19
El fenómeno represivo español y el contexto europeo:
del relato historiográfico a la narrativa digital,
por Ángeles Egido y Matilde Eiroa...........................................................................
21
El orden nacionalsocialista, por Luis Arroyo Zapatero ....................
57
El estatus jurídico del exilio republicano en Francia
(1939-1945), por Jonay Pérez Rodríguez .............................................................
73
La Francia de los campos: el horizonte alambrado de los
refugiados españoles de 1939, por Josu Chueca........................................
99
Españoles internados en la Unión Soviética (1941-1956),
por Luiza Iordache Cârstea ..........................................................................................
111
Segunda parte
La persecución a los republicanos españoles en la España
franquista ................................................................................................................................
153
Campo cerrado, exilio abierto. La represión
concentracionaria como motor de la diáspora republicana,
por José Ramón González Cortés ...............................................................................
155
Negocio y resistencia: empresas y cautivos en las
infraestructuras ferroviarias bajo el franquismo
(1937-1957), por Fernando Mendiola Gonzalo.................................................
201
Batallones de trabajo forzado del sistema
concentracionario franquista: organización,
desarrollo y cuantificación de mano de obra cautiva,
por Juan Carlos García-Funes ....................................................................................
239
Cárceles de mujeres durante el primer franquismo
(1936-1945), por Fernando Hernández Holgado .............................................
265
Prólogo
El libro A vida o muerte que tiene el lector en sus manos constituye
un documento valiosísimo para el análisis comparado de la integración del caso español en el marco internacional de la degradación de
los derechos humanos entre 1930 y 1945, y especialmente para el
conocimiento de la larga nómina de castigos y persecuciones que
sufrieron los republicanos españoles dentro y fuera de sus fronteras
durante los años cuarenta.
La gran mayoría de las investigaciones sobre la Guerra Civil y la
dictadura franquista suelen coincidir en que el uso de la violencia
política fue uno de los rasgos definitorios del régimen franquista
desde sus orígenes hasta el final de su existencia. Se había forjado
en una cruenta guerra, fruto de un golpe de Estado frustrado en
julio de 1936, cuyos diseñadores tenían como objetivo acabar por la
fuerza con la legalidad republicana. La voluntad de exterminio estuvo presente entre los sublevados contra la República desde los prolegómenos de su levantamiento. La dura y poliédrica violencia desencadenada en el interior de España por los militares rebeldes y sus
apoyos sociales durante la guerra y el franquismo, tal como analizan
los autores y autoras de este libro, tuvo como objetivo destruir en el
orden personal y corporativo a las organizaciones y a la base social
del republicanismo y del movimiento obrero, eliminar a las instituciones que habían dado soporte ideológico a los procesos de democratización y modernización de nuestro país y crear un clima de
miedo y de terror que facilitara el control social sobre la población,
imposibilitara todo atisbo de rebeldía y disidencia contra el “nuevo
Estado” surgido de la contienda e hiciera posible la consolidación
de la dictadura. Dicho de otro modo, el objetivo era poner fin a la
democracia, eliminar a los demócratas y preparar la construcción de
una nueva sociedad en la que no tenían cabida los que habían estado comprometidos con la anterior.
La historiografía suele situar el castigo físico, las depuraciones
profesionales, las sanciones económicas e incautaciones de bienes
como los pilares en los que se sustentó la violencia política durante
9
la Guerra Civil y la dictadura franquista para la eliminación del contrario1. El castigo físico incluyó muy diversas fórmulas como ejecuciones, cárceles, torturas, vejaciones, campos de concentración, batallones de trabajadores o empleo masivo de mano de obra cautiva.
España se convirtió en una inmensa prisión –a 1 de enero de 1940
se cifraban en más de 280.000 las personas encarceladas– y los lugares de detención poblaron la geografía española entre 1936 y
1945. De ellos salieron miles y miles de republicanos para ser fusilados sin juicio previo en “aplicación de los bandos” de los generales
sublevados o para sufrir los consejos de guerra sumarísimos que
funcionaron desde el mismo momento de la rebelión y permanecieron en los años posteriores a la Guerra Civil.
Tras la “limpieza” de los años de guerra, la violencia se generalizó y aunque se trató de centrar propagandísticamente en la persecución de “masones y comunistas” que, según los ideólogos del franquismo, eran los causantes de los males materiales y espirituales de
España, esta afectó a todas las organizaciones obreras y republicanas. El Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el
Comunismo, creado el 1 de marzo de 1940, mantuvo plena actividad
a lo largo de 23 años enviando a los masones españoles a las cárceles hasta que sus funciones fueron asumidas en 1963 por el Tribunal
de Orden Público. Paralelamente, junto a las vejaciones sobre las
mujeres y la sistemática estigmatización de los vencidos, se desencadenó otra represión –menos conocida y camuflada por las autoridades franquistas bajo el estigma social de bandidos y bandoleros para
quitarle toda significación política– sobre la resistencia armada a la
dictadura que supuso el maqui, los huidos al monte o el ejército
guerrillero durante los años de guerra y posguerra.
Sin embargo, la violencia física no fue suficiente. Se crearon
todos los instrumentos posibles para evitar el regreso de los profesionales progresistas y de izquierdas a su actividad anterior al 18 de
julio de 1936. España se plagó de Comisiones de Depuración que
acabaron con numerosas trayectorias profesionales, bien conocidas
en lo concerniente al personal docente de primaria y secundaria o el
Véase el prólogo de Marta Bizcarrondo al libro de Álvaro Dueñas, Manuel:“Por
el ministerio de la ley y la voluntad del Caudillo”. La Jurisdicción Especial de Responsabilidades Políticas (1939-1945). Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2006, pp. 15-28.
1
10
“desmoche” de la universidad, pero que afectó a un espectro muy
amplio de médicos, jueces, arquitectos, funcionarios y empleados de
todas las administraciones, Correos, ferrocarriles, etc.2
Tampoco fue suficiente con fusilar, encarcelar y depurar. Desde
los primeros momentos de la guerra apareció la represión económica
sobre los vencidos, complementaria con las anteriores, cuyos perfiles
empezaron a definirse con la incautación de los bienes. La incautación, inicialmente espontánea o impulsada por bandos de los generales sublevados o por el decreto del general Cabanellas de 13 de
septiembre de 1936, quedó regulada definitivamente por el decreto
de Franco de 10 de enero de 1937 y tuvo su principal herramienta
en los tribunales de excepción creados por la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939. Los vencidos podían ser sancionados por 17 supuestos delitos entre los que se encontraba haber
estado afiliado a partidos republicanos y obreros bajo la legalidad
constitucional republicana. No importaba estar encarcelado o haber
sido fusilado para sufrir complementariamente las sanciones económicas que eran transferibles a las familias. Unas Comisiones Provinciales de Incautación y unos Tribunales de Responsabilidades que,
según las investigaciones más recientes, incoaron más de 300.000
expedientes en toda España. Aunque la ley fue derogada en 1945 no
se puede olvidar que el Estado franquista necesitó 30 años para considerar liquidadas las responsabilidades políticas en España3.
Todos estos tribunales –Consejos de Guerra, TERMC, Comisiones Depuradoras Profesionales, Comisiones Provinciales de Incautación de Bienes y Tribunales de Responsabilidades Políticas– asumieron la misión de hacer pagar a los reales o imaginarios enemigos del
“nuevo Estado” sus supuestos pecados y responsabilidades, en una
tragedia colectiva que quienes juzgaban, paradójicamente, habían
sido los principales responsables en provocar. La historia de estos
organismos es uno de los mejores ejemplos de la amplitud, larga
perdurabilidad y diversas caras de la violencia política del franquismo, que no se limitó exclusivamente a la brutal eliminación física de
2 Véase Cuesta, Josefina (dir.): La depuración de funcionarios bajo la dictadura
franquista (1936-1975), Madrid, Fundación Largo Caballero, 2009.
3 Gómez Oliver, Miguel; Martínez López, Fernando y Barragán Moriana, Antonio (coords.): El “botín” de guerra en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley
de Responsabilidades Políticas, 1836-1945, Madrid, Biblioteca Nueva, 2015.
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los opositores y potenciales enemigos del bando sublevado contra la
República, sino que abarcó una infinidad de aspectos que solo desde
fechas relativamente recientes y gracias a la apertura de nuevos archivos, renovados enfoques y temáticas en la historiografía estamos
comenzando a conocer con exactitud4.
Precisamente el seminario A vida o muerte: cárceles, correccionales, campos de concentración y batallones de trabajo de los republicanos
españoles, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en
2017 bajo la organización de la Cátedra del Exilio (Fundación Pablo
Iglesias), cuyo fruto directo es este libro, constituye un buen ejemplo de cómo, dentro de este complejo sistema de violencia y de
castigo, la historiografía más reciente ha mostrado un considerable
interés en abordar de una manera rigurosa otros campos de investigación, como el sistema penitenciario y concentracionario franquista,
cuyos centros de reclusión constituyen una pieza clave para entender la lógica de un proceso represor planificado e iniciado en el
mismo transcurso de la Guerra Civil. Las cárceles no solo tuvieron
un objetivo punitivo y de “limpieza” político-social sino que, como
ha señalado en diversas ocasiones Gutmaro Gómez Bravo, coordinador de esta obra, terminaron por asentarse como un sistema propio
de centros en donde la imposición ideológica del régimen fue el
ejemplo más claro de la intencionalidad de las prisiones: los reclusos
republicanos no solo serían castigados, también pagarían el supuesto daño causado a través del trabajo, la redención, la reeducación y
la conversión ideológica. Todo un sistema penitenciario en el que las
cerca de 23.000 mujeres encerradas en las cárceles franquistas fueron sometidas a unas condiciones específicas por ser rojas y por ser
mujeres5.
En A vida o muerte llama sumamente la atención el análisis riguroso del sistema concentracionario de campos, batallones de trabajo
Álvarez Rey, Leandro: Los diputados por Andalucía de la Segunda República,
1931-1939. Diccionario Biográfico, Sevilla, Fundación Centro de Estudios Andaluces,
2009, tomo I, p. 92.
5 Véase Gómez Bravo, Gutmaro: La redención de penas. La formación del sistema
penitenciario franquista, 1936-1950, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2007. Asimismo Chaves Rodríguez, Candela: Los reclusos de Franco. El sistema penitenciario y concentracionario franquista en la provincia de Cáceres (1936-1950), Cáceres, Ediciones de
Ambroz, 2017, pp. 9-12.
4
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forzado y el negocio de las empresas públicas y privadas con la
mano de obra cautiva, especialmente para comprender la dimensión
del castigo que sufrieron los republicanos españoles, su imbricación
con el fenómeno de campos europeos y su relación directa con los
regímenes totalitarios de la década de los treinta y la Segunda Guerra Mundial. Como se pone de relieve a lo largo de varios capítulos
de este libro, el sistema concentracionario franquista fue utilizado
como una herramienta más de represión. Su finalidad era doblegar
al individuo con duras condiciones de supervivencia y formas de
humillación y aprovechar la mano de obra que proporcionaba una
población estancada a la espera de destino, aspectos en lo que apenas se difiere, salvando el concepto específico de campo de exterminio nazi, de sus homólogos fascistas, nazis y soviéticos.
Ni el hambre, la miseria o la enfermedad eximieron del trabajo
forzado a los republicanos españoles o a los soldados del ejército republicano vencido. Las cifras que avanza esta obra –más de 407.000
prisioneros en batallones de trabajadores entre 1937 y 1942– son
bastante ilustrativas de la dimensión que tuvo la mano de obra cautiva en el proceso de reconstrucción de “todo aquello que habían destruido”, como diría la retórica del “nuevo Estado”, cuando en muchos
casos se trató más de construir que de reconstruir. Si a ello se añaden
los presos y presas que se acogieron a la redención de penas por el
trabajo, en torno a unos 138.000 entre 1939 y 1945, las investigaciones más avanzadas están apuntando que más de 547.000 personas
fueron sometidas al trabajo cautivo para “reparar la Patria” en la órbita de una cultura punitiva, barnizada además de una cobertura católica de justicia, caridad y redención por la que el preso podría “redimir
la pena impuesta por unos tribunales creados ex profeso por aquellos
que condenaban las ideas, los comportamientos y las prácticas de los
que consideraban la anti-España”.
No fue precisamente un camino de rosas el panorama europeo
que se encontró el medio millón de republicanos españoles que
tomaron el camino del exilio en 1939 en un éxodo masivo de hombres, mujeres, niños, ancianos y soldados hacia Francia o el norte
de África como nunca se había producido en nuestra historia contemporánea. Como se recoge en la primera parte de A vida o muerte,
el miedo y el temor a las represalias de los vencedores les impulsaron a traspasar la frontera hacia un horizonte incierto en donde se
encontraron con un mundo concentracionario improvisado por el
13
Gobierno francés en los campos ya míticos de Argelès-sur-Mer,
Barcarès, Saint-Cyprien, Gurs, Rivesaltes, etc., en el sur de Francia o
los de Morand, Suzzoni, Relizane o Djelfa en la Argelia francesa.
Quienes creyeron la promesa de Franco de que no les pasaría nada
a los que “no tuvieran las manos manchadas en sangre” regresaron
para acabar fusilados, en las cárceles o en los campos de concentración franquistas.
La gran mayoría se quedó en territorio francés para enrolarse en
las compañías de trabajadores extranjeros, los regimientos de marcha de voluntarios extranjeros, la Legión francesa o pasar a trabajar
en la agricultura o la industria con salarios de miseria. Habían huido
de una guerra y tuvieron que librar una nueva batalla contra el fascismo y, sobre todo, sobrevivir en la pesadilla de una Europa que
había mirado para otro lado y permitido la llegada de Mussolini al
poder, la guerra de España, el ascenso de Hitler, el estallido de la
Segunda Guerra Mundial y las políticas de deportación y exterminio
nazis que muchos de ellos sufrieron personalmente. No es de extrañar que muchos intentaran salir de esa Europa devastada, caótica y
moralmente decadente hacia las latitudes americanas, y otros, los
menos, hacia la URSS, en donde los disidentes del sistema comunista terminarían por sufrir el horror, la desnutrición y el trabajo forzado de los campos de concentración del Gulag.
En cualquier caso, como se señala en esta obra, el impacto humano de la diáspora republicana fue significativo. “Causó vidas rotas,
familias deshechas, desarraigo, rechazo, persecución larvada de las
autoridades y desconfianza de la opinión pública de los países receptores, pérdida de identidad, inadaptación, soledad, enfermedades
y olvido al tiempo que todos estos exiliados sobrevivieron a base de
fabricarse un país de remembranzas”. Una marcha hacia el exilio que
se reactiva tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la salida masiva de los republicanos de las cárceles españolas. La España de
Franco era realmente asfixiante para quienes habían defendido los
ideales republicanos, especialmente en las zonas rurales, donde el
estigma de rojos y vencidos cayó sobre las familias, mientras la asimetría marcaba la diferencia entre las víctimas de los vencedores
y de los vencidos. El “nuevo Estado” homenajeó y reparó moral y
económicamente a sus víctimas, los llamados “caídos por Dios y por
España”, y construyó una memoria oficial distorsionada y maniquea
en la que no había lugar para el olvido de sus “mártires” en lo que
14
se definió como una “cruzada contra la barbarie y el terror rojo”.
Este acto reiterado de conmemoración de “sus muertos” se convirtió
de hecho en una manera de invisibilizar a las víctimas antifascistas y
de excluir de la escena pública a los vencidos en la guerra mediante
su criminalización y eliminación simbólica6. Consecuentemente muchos de ellos emprendieron un nuevo éxodo al anonimato de las
grandes ciudades y sus conglomeraciones, al exilio interior, o salieron a Francia a través de los pasos clandestinos fronterizos, donde
se produjeron reintegraciones familiares y un nuevo exilio del que
gran cantidad de ellos no volvió hasta la muerte de Franco.
A vida o muerte pone de relieve cómo las investigaciones de los
últimos años en torno a lo que se viene llamando la “memoria histórica” han dado un paso de gigante en el conocimiento riguroso de
lo que pasó en la guerra, la posguerra y la dictadura, y la integración
del caso español en el marco internacional de la degradación de los
derechos humanos entre 1930 y 1945. Es evidente que quedan muchas lagunas por cubrir. Las investigaciones en marcha, impulsadas
desde el mundo universitario y el movimiento memorialista, la apertura de nuevos archivos, los avances digitales al servicio del conocimiento de la historia ayudarán a satisfacer la demanda de verdad,
justicia y reparación que se viene exigiendo desde diversos sectores
de la sociedad española. Libros como A vida o muerte son necesarios
para acercarse al insuficientemente valorado fenómeno concentracionario franquista, al trabajo forzado y la mano de obra cautiva, al
sufrimiento y persecución del exilio republicano, a las cárceles de
mujeres y al marco comparado entre España y Europa en el umbral
de los años treinta y cuarenta del siglo XX, máxime cuando tiene la
virtud de hacerlo llegar al gran público, cada vez más interesado en
conocer nuestra historia reciente.
Enhorabuena y muchas gracias a Aurelio Martín Nájera y a Gutmaro Gómez Bravo, coordinadores de esta obra, y a todos los investigadores e investigadoras por ofrecernos sus trabajos, que no solo
constituyen un homenaje a las víctimas de la represión franquista
sino que aportan un material valiosísimo para que nuestra ciudadanía conozca algo más la verdad de lo que ocurrió entre 1936 y 1945.
6 Ledesma, José Luis y Rodrigo, Javier: “Caídos por España, mártires de la libertad. Víctimas y conmemoración de la Guerra Civil en la España posbélica (19392006)”, Ayer, 63 (2006), pp. 233-255.
15
Esperamos que la Fundación Pablo Iglesias siga impulsando las reflexiones de historiadores e historiadoras sobre la llamada “memoria
histórica” y continúe con su labor de dar a conocer estos rigurosos
y necesarios trabajos de investigación.
Fernando Martínez López
Catedrático de la Universidad de Almería
Almería, enero de 2018
16
Introducción
Bajo el título A vida o muerte: cárceles, correccionales, campos de concentración y batallones de trabajo de los republicanos españoles se celebró en 2017 un seminario en el Círculo de Bellas Artes de Madrid,
organizado por la Cátedra del Exilio y la Fundación Pablo Iglesias,
en el que pudieron contarse, al menos, dos aspectos: el interés del
público no necesariamente especializado por las cuestiones de memoria y el notable avance que ha desarrollado la investigación historiográfica en el conocimiento y comprensión de los sistemas represivos. Un estudio, el del fenómeno violento que asoló Europa,
marcado especialmente por la crisis de los años treinta, la Guerra
Civil española y la Segunda Guerra Mundial.
Los trabajos que aquí se recogen son una muestra representativa
de ese avance. El objeto es bien concreto: el análisis comparado del
caso español y su integración en un marco internacional de degradación de los derechos humanos, del éxodo al internamiento y la
represión sistemática como origen de los regímenes totalitarios y las
dictaduras. Las páginas que siguen están escritas por un conjunto de
especialistas, nacionales e internacionales, que tratan de mantener
esa visión de conjunto al tiempo que explicar las particularidades en
la persecución que sufrieron los republicanos españoles, dentro y
fuera de sus fronteras. Un fenómeno sobre cuya planificación, conexión y enormes consecuencias a medio y largo plazo aún existe un
notable vacío. No en vano, la Guerra Civil española sigue siendo uno
de los conflictos que mayor número de víctimas de violencia política
ha dejado a lo largo de la historia contemporánea. Antes de que se
diera por terminada oficialmente, ya se había iniciado el encarcelamiento y el empleo masivo de mano de obra esclava, que resultarían
decisivos para la consolidación de la dictadura franquista. Campos
de concentración, batallones de trabajadores, colonias penitenciarias, prisiones habilitadas y todo tipo de lugares de detención poblaron la geografía española y se extendieron por toda Europa.
Este libro pretende fundamentalmente acercar al lector los avances
en la investigación sobre la larga nómina de castigos que sufrieron los
17
republicanos españoles en sus dos grandes vertientes, dentro y fuera
de España, a lo largo de los años cuarenta.
A medida que se han ido abriendo los archivos y se ha ampliado
el propio concepto de las víctimas del franquismo, se ha podido
construir un campo científico que antes no existía. Campo que, en
ningún caso, hubiera sido posible consolidar sin el interés y la creciente demanda social por comprender las páginas más oscuras de
nuestro pasado reciente. El grado de interiorización de esas políticas
sobre un conjunto amplio de la sociedad española es todavía, por
tanto, impreciso. Contribuir a llenar ese vacío es el objetivo fundamental de esta obra coral y colectiva. Cuenta con gran parte de documentación inédita hasta el momento, además de múltiples casos y
registros personales, un legado íntimo y colectivo de la persecución
y la presión social a la que tuvieron que enfrentarse a lo largo de su
existencia.
Esta obra compone, por encima de todo, un itinerario generacional de hombres y mujeres que se enfrentaron a una situación inédita y desconocida para ellos y de la que dejaron constancia de múltiples formas. Todos son casos representativos de las diversas formas
de coerción que se implantaron en la sociedad desde el comienzo de
la guerra. Su impacto fue tan amplio y de tal calado que marcaron
tanto la consolidación de la dictadura como el papel que cada individuo y su familia podían desempeñar en ella. Los documentos de
aquella época revelan sus principales mecanismos de interiorización.
Muchos de ellos siguen activos en la memoria, están presentes aún
y forman parte de nuestra sociedad actual a través de una transmisión generacional que quedó violentamente interrumpida e incompleta. Rescatar esa experiencia del olvido con rigor científico y objetividad constituye el mejor antídoto contra la amnesia colectiva que
sufre la sociedad actual.
Gutmaro Gómez Bravo
Universidad Complutense de Madrid/
Aula de Historia Social
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Aurelio Martín Nájera
Fundación Pablo Iglesias/
Cátedra del Exilio