Este largometraje está escrito y dirigido por Griff Furst, actor en sus ratos libres y no solo en producciones menores, que ya hizo sus pinitos en el spoiler con Swamp Shark en 2011 y que volverá a hacerlo en 2017 con Trailer Park Shark y en 2018 con Nightmare Shark. Los tiburones son su afición, qué le vamos a hacer. La mayoría de sus películas plantean su concepto ya desde el título, que debe captar la atención del espectador, y Ghost Shark no miente sobre su mercancía. Un tiburón asesinado por unos pescadores domingueros idiotas regresa en forma espectral para vengarse de la pequeña ciudad de Smallport, en Florida. Un grupo de adolescentes que presenciaron su primer ataque no son creídos por las autoridades, pero intentarán acabar con la maldición. Como en Tiburón de Spielberg. Con semejante panorama, el espectador sabe qué esperar: una historia sencillamente surrealista, personajes con poca profundidad, un tiburón chiflado, muertes brutales y, ya que hay sol y agua, gente en bañador. La narración no es especialmente inteligente, y que el filme está llena de tonterías y malas decisiones, Ghost Shark lo tiene todo, pero sin desdén.
En esta película el tiburón puede salir de cualquier parte donde haya una gota de agua, una idea que el largometraje explota al máximo, sin ningún pudor: de una tubería, de un cubo, de una bañera o de un vaso de agua, y os dejo descubrir el resto de sitios. Griff Furst saca el máximo partido a este sinsentido, gracias a la hermosa luz californiana, a sus telegénicos actores, a unos efectos especiales bastante logrados y a unos encuadres bien elegidos. Algunos planos están desordenados, demasiado mal cortados para ser comprensibles, pero otros aprovechan al máximo las características específicas del tiburón, mientras que la película ralentiza a veces su ritmo para momentos más tranquilos, a veces bastante agradables estéticamente. Recordemos que es un telefilme de baja calidad, así que es correcto dentro de los límites o al menos mejor que otras películas realizadas por Syfy sobre estos encantadores pececitos.