Omara Portuondo: Bolero a la vida
Omara Portuondo: Bolero a la vida
Omara Portuondo: Bolero a la vida
Omara Portuondo: Bolero a la vida

Omara Portuondo es una nonagenaria cantante cubana, una artista integral imprescindible para acompañar historias de la cultura nacional. Nacida el 29 de octubre de 1930 en La Habana, a sus 91 años continúa con una vitalidad envidiable. Su voz forma parte de la banda sonora de varias generaciones de cubanos y personas de todo el mundo por su manera de cantar y contar la vida. Con su presencia narra, recrea épocas pasadas y marca aún la contemporaneidad con suma vitalidad en sus cualidades vocales y destreza en todos los ámbitos en los que se inserta.

La Portuondo es reconocida también como la Diva del Buena Vista Social Club, agrupación de la cual fue una de sus iniciales integrantes y que en este 2021 celebra 25 años de su primer concierto en público. Junto a otros grandes como Ibrahím Ferrer, Papi Oviedo y Rubén González, también íconos de cubanía en todo el mundo, reposicionaron el gusto por nuestra música tradicional y popular. No obstante, antes del Buena Vista ya Omara contaba con una consolidada carrera en varios estilos que le dieron credenciales para ser nombrada también la novia del feeling. En su repertorio ha sido constante la presencia de boleros. Son inolvidables sus interpretaciones de temas como Veinte años de María Teresa Vera, Dos gardenias de Isolina Carrillo, Silencio de Rafael Hernández, Lo que me queda por vivir de Alberto Vera, No puedo ser feliz de Adolfo Guzmán, por solo citar algunos. No obstante, actualmente el nombre de Omara vuelve a ubicar titulares a ritmo de bolero. Esta vez junto a la joven cantante y compositora guatemalteca Gaby Moreno, autora junto a Santiago Larramendi de la letra y música de Bolero a la vida.

Una vez más se unen en una obra musical las tradiciones de dos naciones tan unidas históricamente. Es una canción optimista, que conjuga juventud y experiencia y exhibe parte de los sonidos diversos que convergen en esta parte de América. Las sonoridades de las cuerdas pulsadas, el piano, las claves y el perfecto empaste vocal de ambas intérpretes, recrea y actualiza una tradición arraigada en ambas orillas.

Actualmente, Cuba y México trabajan de conjunto por declarar al bolero patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Les convido a escuchar este tema cuyo estribillo dice:

Vida te traigo un bolero,

porque me has querido y te quiero.

Vida eres mía y de nadie,

Vida hay tiempo y espacio,

queda tiempo por vivir.

Bolero a la vida es una ofrenda a la gracia de experimentar la dicha de estar y permanecer, de crecer a las adversidades y ser mejores seres humanos. La magia perenne de Omara ha estado en mostrar la frescura que mantiene para todos y esa capacidad para improvisar en cada una de sus interpretaciones, mostrando indiscutibles dotes para desenvolverse en variados géneros y estilos, y no solo de la música cubana. La excelencia interpretativa alcanzada por Omara Portuondo está avalada por la experiencia de haber sido integrante de diversos formatos y agrupaciones de la música cubana en su carrera artística, donde sobresale su vasta experiencia en el trabajo armónico-vocal.

 Bolero a la Vida no solo ha sido muy bien acogida en el público, sino que también la academia ha reconocido sus valores. Está nominada a los Grammy como Mejor canción tropical y también a los Premios Lucas, certamen dedicado al video clip cubano, por Mejor Dirección de su gestor, el multipremiado realizador Joseph Ross. El simbolismo del video utiliza como escenario una piscina y el agua como origen de la vida acompaña cada escena y ensalza los valores originales de la canción. Del mismo modo, la presencia de personajes tan heterogéneos como la propia vida, entre los que destacan las intérpretes Omara y Gaby, así como la presencia de la única nieta de la consagrada cantante, la joven Rossio Jiménez como muestra de la continuidad de su vida personal y artística.Bolero a la vida es un tema para ser cantado por multitudes porque la vida es como un bolero con sus diversos matices y retos. Es una canción para bailar, cantar, reir, llorar, sufrir, gozar, aprender y siempre crecer.

Por Yurien Heredia Figueras / Fotos de archivos