Todos hablan de Jamie (2021), de Jonathan Butterell

Jamie New, joven de baja extracción social de Sheffield que acaba de cumplir 16 años, confiesa en su clase que aspira a convertirse en drag queen. Pese a que cuenta con el apoyo de su mejor amiga –la islámica Pritti–, sufrirá el acoso de Dean, matón del instituto. Para acudir al baile de fin de curso con un vistoso vestido, que le servirá también para debutar como cantante en un local gay, Jamie acude a Victor’s Secret, una tienda especializada, donde hará buenas migas con Hugo, el propietario, que después de contarle sus triunfos en los escenarios se convertirá en su mentor.

Jonathan Butterell debuta como realizador con esta adaptación del musical que dirigió sobre las tablas del West End londinense, a su vez basado en una historia real, ya recogida en Jamie: Drag Queen at 16, documental de Jenny Popplewell. Cuenta con cuidadas canciones –resultan llamativas las secuencias coreografiadas que recrean sueños–, y un sólido trabajo del veterano Richard E. Grant, que como Hugo se ocupa de enseñar a Jamie la historia del movimiento LGBTQ. Además, se debe reconocer el carisma del debutante Max Harwood, que encarna al personaje central.

Resultan odiosas las comparaciones con Billy Elliot, otro film sobre joven inglés de clase baja, que tiene que enfrentarse a los prejuicios, y donde también aparecía un chico homosexual, aunque se trataba de un secundario. Además, llega después del film The Prom, de Ryan Murphy, con el que guarda muchos puntos en común, por lo que le falta frescura. Y como ocurría en aquélla pesa una mirada un tanto superficial, a la hora de abordar la tolerancia, y se nota que se confía demasiado en que su mensaje activista causará el entusiasmo de los simpatizantes, sin cuidar detalles como dibujar a los personajes secundarios, pues tanto el acosador escolar, la madre comprensiva o el padre lleno de prejuicios hacia los homosexuales resultan demasiado estereotipados. Algunos añadidos, como la balada que canta Margaret, madre de Jamie, ralentizan demasiado el film, sin aportar demasiado.