En las profundidades de Stuttgart, ciudad alemana conocida por su modernidad y su industria automotriz, el pasado romano emerge una vez m�s para contar su historia. Desde principios de este a�o, un equipo de arque�logos del Landesamt f�r Denkmalpflege (LAD) bajo la direcci�n de Andreas Thiel, ha estado excavando en el antiguo fuerte romano de Altenburger Steige en Bad Cannstatt. Este sitio fue en su momento un bullicioso enclave romano, inicialmente un fuerte militar alrededor de los a�os 100 a 150 d.C., que con el tiempo dio paso a un extenso asentamiento civil.
La ampliaci�n de una escuela infantil revel� un tesoro patrimonial
La raz�n detr�s de esta reciente actividad arqueol�gica es la ampliaci�n de una escuela municipal en Altenburg, un proyecto que ha permitido explorar m�s a fondo los secretos que yacen enterrados en este lugar hist�rico. Durante las excavaciones, los arque�logos hicieron un descubrimiento fascinante: una estatua de arenisca, modesta y manchada de barro, que a simple vista no revelaba su verdadero valor. Fue un trabajador quien, intrigado por su forma, decidi� inspeccionarla m�s de cerca.
Una criatura h�brida del pante�n romano-germ�nico
Al limpiar la estatua, emergi� una figura arrodillada de 30 cent�metros de altura, con una cabeza humana y un cuerpo que terminaba en una forma serpentiforme. Este descubrimiento, como explic� Thiel, representa una criatura h�brida del pante�n romano-germ�nico, un 'gigante' que formar�a parte de una columna de J�piter-Gigante. Estas columnas no solo serv�an como elementos decorativos en las plazas p�blicas, sino que tambi�n incorporaban un profundo simbolismo religioso y cultural, fusionando elementos cl�sicos con creencias locales.
El gigante encontrado se relaciona directamente con otros hallazgos en la misma �rea, descubiertos hace m�s de un siglo. Este v�nculo ha permitido a los arque�logos como Thiel y su equipo, junto con Astrid Fendt del Museo Estatal de W�rttemberg, empezar a reconstruir la historia y significado de estas impresionantes columnas. En el almac�n del museo, se conserva una 'piedra de los cuatro dioses', muy da�ada, que probablemente formaba parte de la base de una columna similar.
