Vista a lo largo de 86 (muy largos) años, la historia de la violencia homicida en México nos muestra cinco periodos distintivos. Estos periodos son los siguientes: Inestabilidad (1931-1947), Pacificación (1948-1973), Estancamiento (1979-1992), Mejora gradual (1993-2007) y Ruptura (2008 a la fecha). El gráfico, las fuentes y los datos pueden consultarse y descargarse aquí: . Nótese que no se cuentan con datos para los años 1974-1978.

La Inestabilidad, fue un periodo de 17 años caracterizado por una alta variabilidad en las tasas registradas de homicidios. El periodo de la Pacificación ha sido el periodo con los mayores avances en la reducción de la violencia homicida en la historia reciente del país. Este periodo consistió en 26 años continuos de descensos en las tasas de homicidios; un cuarto de siglo básicamente. Este logro, civilizatorio a mi juicio, no lo hemos vuelto a repetir. Posteriormente vino el Estancamiento: un periodo de 14 años de baja variabilidad en las tasas de homicidios. Un periodo durante el que, si la violencia homicida no aumentó, por lo menos no empeoró. Luego vino el periodo de la Mejora gradual. Éste fue otro periodo favorable en la reducción de la violencia homicida, con 15 años continuos de descenso lento, pero consistente, en la tasa de homicidios. Y finalmente tenemos el periodo de la Ruptura, el que prosigue al día de hoy. Este periodo es diferente del pasado por su aumento no lineal, pero sí elevado y en aceleración, de los homicidios. Lo llamo Ruptura, porque efectivamente rompe con los tres periodos previos de Mejora progresiva, Estabilización y Pacificación, que en conjunto rebasan el medio siglo (55 años).

El periodo de la ruptura es un retroceso. Es muy lamentable ver que, en 2017, la tasa de homicidio es similar a la de 2011. Pero si nos vamos más atrás en el tiempo, en realidad estamos como en 1962 (ver gráfica). Ese año, el presidente de la República era Adolfo López Mateos. Cabe decir, que su sexenio (1958-1964) es parte del periodo de la Pacificación, en donde se observó un descenso muy significativo de homicidios. Pero lo más lamentable es que, dejando atrás la frialdad de las tasas, estamos hablando de que entre 2008 y 2017, ha habido un total 229,702 víctimas de homicidio. Seguramente llegaremos al cuarto de millón con lo que viene sucediendo este 2018. Si esto no es una tragedia, y una ruptura con los avances que hicimos en el pasado, pues no sé qué lo sea.

Desconozco cuánto tiempo vive una generación, pero para mí, mi generación es la de todos los que estamos vivos. Pienso en aquellos que cumplieron la mayoría de edad en 1962 y que deben ser adultos mayores por estos días. Me pregunto ¿en manos de quién dejaron el país?

Investigador (SNI-3).
Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo).
Twitter: @CJVilalta

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