El crepúsculo de los dioses - Película - 1950 - Crítica | Reparto | Estreno | Duración | Sinopsis | Premios - decine21.com
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El crepúsculo de los dioses
9 /10 decine21
El crepúsculo de los dioses

Sunset Boulevard

Premios

Oscar
1951
Ganadora de 3 premios
Nominada a 9 premios

Dónde ver (plataformas)

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Reparto

9 /10 decine21

Crítica El crepúsculo de los dioses (1950)

Decadencia y caída

Decadencia y caída

El cine ha mirado con frecuencia al otro lado de la cámara. A la cabeza de ese “cine dentro del cine” está El crepúsculo de los dioses, que ahondó en lo que oculta la imagen glamourosa de Hollywood. Nadie antes de Billy Wilder había dirigido una película sobre el lado oscuro de la meca del cine. Era la novedad de una historia en el fondo antigua: deseos de brillar, nostalgia de la posición de antaño, anhelo de riqueza, abuso de los sentimientos del otro y del poder… Temas previos a Hollywood, y que todavía hoy dominan la vida de los hombres.

Con D.M. Marshman Jr. y Charles Brackett, Wilder puso patas a una trama: la relación entre una vieja gloria del cine mudo y un joven. Ella vivía anclada en el pasado, en una mansión decadente. Él sería guionista, con ganas de triunfar en Hollywood. Pero tras la idea vino el bloqueo. ¿Y qué más? Nada. Pasaron semanas. Hasta que saltó la chispa: ¿y si la vieja dama matara al joven guionista? De ahí salió el resto: el guionista estaba sin blanca; la estrella caída era rica y le compraba poco a poco, primero su tiempo y trabajo, luego su amor; ella tenía un mayordomo con un pasado misterioso… Aquello cobraba forma de tragedia griega, con personajes que desean brillar en el Olimpo de Hollywood, y caen en pecados no muy distintos a los de los dioses helenos.

En el film hay un juego de espejos entre realidad y ficción donde las fronteras se difuminan. El film lo producía Paramount, y la historia transcurría en sus dominios. La diva juega al bridge con viejos compadres del cine, que lo eran en la vida real. Además se usaron fragmentos de La reina Kelly, film inacabado de Erich Von Stroheim con Gloria Swanson. Y el momento en que Max dirige al equipo de noticias, adquiere enormes proporciones: Von Stroheim vuelve a mandar tras la cámara, Swanson brilla como protagonista de su trágica vida.

El inicio es fascinante, con un recurso poco ortodoxo: la narración de un muerto. No importa romper las reglas de la lógica, si se hace con garra. “Hay que dar saltos peligrosos, pero con un impulso que impida ver la inverosimilitud”, decía Wilder. Para rodar la escena de la piscina se colocó un espejo en el fondo. Al recoger el reflejo con la cámara fuera, se conseguía el efecto de que el plano pareciera tomado desde el agua.

Una buena historia necesita buenos actores. El entonces desconocido William Holden encajaba con la idea del director de Joe Gills: “Un joven macho americano, robusto y normal, que pusiera de relieve la decadencia que lo rodeaba.” Primordial era el papel de la vieja gloria. Mae West, Mary Pickford y Pola Negri lo rehusaron, pero no Gloria Swanson, que fue nominada al Oscar. Erich Von Stroheim, el mayordomo, agradecía que Wilder le escuchara: “Algunos directores con los que he trabajado no aceptan sugerencias de un director de hace 30 años. Eso rompe el corazón.” Para Betty, novia de Joe (interpretada por Nancy Olsen), Wilder se inspiró en Audrey, su esposa. Cecil B. DeMille apareció como antiguo director de Norma. También intervinieron el genial Buster Keaton, H.B. Warner y Anna Q. Nilsson. Keaton cuenta en sus memorias que “hacer un trabajo de un día (...) llegó a parecerme más una juerga que la feliz oportunidad de ganar 1000 pavos rápidos.”

Gloria del cine mudo

Para Norma Desmond, un personaje clave, Wilder quiso una actriz que hubiera brillado en el cine mudo. Se barajaron los nombres de Mae West, Mary Pickford y Pola Negri, pero costaba interpretarse, en parte, a una misma.

Entonces alguien sugirió a Gloria Swanson, que había superado el doble escollo del sonoro y la edad, hasta el punto de tener un programa televisivo.

Comienzo en la morgue
Comienzo en la morgue

El comienzo de El crepúsculo de los dioses era distinto al que prevaleció. Empezaba con la voz en off de William Holden pero, comenta Wilder, “su cuerpo reposaba en el depósito y asistíamos a una conversación entre cadáveres que yacían bajo las sábanas”. Esta exhibición de humor negro no encajaba con el tono de la película (la reacción del público en los tests fue negativa) y se descartó, pasando directamente a los policías en sus motos y al cadáver en la piscina.

Últimos comentarios de los lectores

Jesús Gómez - Hace 3 años

Maravilloso crepúsculo el narrado por Billy Wilder, ácido, corrosivo y crítico con su mundo. Al mismo tiempo nostálgico con lo que acaba. Grandes interpretaciones, iluminación, efectos. Cine redondo sobre el cine, que se mira a si mismo con afán crítico en la auténtica acepción de la palabra: búsqueda de la verdad.

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