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Dirección: Ryan Fleck
Reparto: Ryan Gosling, Jeff Lima, Nathan Corbett, Shareeka Epps, Tyra Kwao-Vovo, Rosemary Ledee
Título en V.O: Half Nelson
Nacionalidad: USA Año: 2006 Fecha de estreno: 21-05-2007 Duración: 107 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Ryan Fleck, Anna Boden Fotografía: Andrij Parekh Música: Broken Social Scene
Sinopsis: En la película de Ryan Fleck, Gosling da vida a Dan Dunne, profesor de un instituto de Brooklyn cuyos alumnos tienen que hacer verdaderos esfuerzos para interesarse por lo que su maestro explica. Un día, Dan es sorprendido por Drey (Shareeka Epps), una de sus pupilas, mientras se inyecta heroína. Un tercer personaje, el camello (Anthony Mackie) que llevó a la cárcel al hermano de Drey, entra en acción. Lo mejor de Ryan Gosling es que no cesa de profundizar y profundizar. Le embarga un deseo inmenso de aprender y crecer, afirma Ryan Fleck, que anteriormente había dirigido el corto Gowanus, Brooklyn, germen argumental de esta Half Nelson, y el largometraje Young Rebels (2005). En Half Nelson también se habla sobre las políticamente incorrectas y siempre sospechosas relaciones entre un mayor y una menor, y sobre las rupturas sentimentales sin marcha atrás.Fecha de estreno: 25 de mayo de 2007.

Crítica

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Esta película tiene el mismo tono, intimista y relajado, que Descubriendo a Forrester (Gus Van Sant, 2000) y relata una historia parecida: la relación, digámoslo así, entre el intelectual y la criatura de la calle. En la película de Gus Van Sant, el intelectual era un escritor maduro, huraño y solitario, un has been como cualquier otro, y la criatura de la calle, un jovencito de color tan desnortado como el resto de la fauna de su barrio. Aquí estamos ante una adolescente también de color, con un brother que trafica con droga, y ante un joven profesor y aspirante a escritor, tan solitario como Forrester, que palía su dolor existencial dándole a la droga. La escena en que la alumna pilla al profesor poniéndose ciego en el retrete del instituto marca el principio de una relación que irá dando tumbos entre la admiración mutua y el rechazo: él intenta apartarla del peligro que supone su contacto diario con el narcotráfico; ella procurará entender los motivos de su drogodependencia.Por fortuna, Fleck y su coguionista Boden se mantienen a prundente distancia del sermón, dejando que los personajes respiren por su propia cuenta, sin acento tremendista alguno. Y Ryan Gosling, que aspiraba al Oscar que se llevó Forest Whitaker por su composición de Idi Amin, mantiene altísimo el nivel dramático de su personaje, un loser casi en la constelación de John Huston: el plano final de Gosling y Shareeka Epps, de hecho, podría ser la versión juvenil del inolvidable cierre de Fat City (John Huston, 1972).

Para adictos a las películas de profesores, aquí nada ejemplares. Lo mejor: Gosling, tan entregado como en El creyente.
Lo peor: su apartado visual es discreto.