En el asesinato�de la menor hubo cuatro escenas fundamentales: dos en pleno centro de Santiago y dos en el vecino municipio de Teo. El estreno de la serie de Netflix los devuelven este viernes a la actualidad
25 abr 2024 . Actualizado a las 18:01 h.Desde este viernes, Santiago y su entorno llenar�n la pantalla. Lo har�n con el estreno de la serie de Netflix,�El caso Asunta, la ficci�n sobre el asesinato de la ni�a�Asunta Yong Fang en el 2013 en la capital gallega.�
Con su padre, Alfonso Basterra, a�n en prisi�n, y su madre, Rosario Porto, muerta, Trist�n Ulloa y Candela Pe�a �retroceder�n� m�s de una d�cada para narrar un crimen imborrable para la historia negra de Espa�a.
Al audiovisual saltan desde el 26 de abril escenarios reales que recogieron el paso a paso de los padres de Asunta hasta acabar con su vida.�
�Aqu� hab�a una clienta que dec�a que le habr�a hecho ilusi�n hacerse una foto con Candela Pe�a, pero no con Rosario Porto�, explicaba en septiembre a La Voz de Galicia la dependienta de un comercio de la calle Doutor Teixeiro de Santiago, donde vivieron madre e hija, quienes despu�s se convirtieron en v�ctima y verdugo.�
Santiago
El tri�ngulo familiar. El n�mero 31 de la calle Doutor Teixeiro es clave en los hechos. Estrecho y adyacente�a un taller mec�nico (que hace unos meses sufr�a un incendio) desdice un poco del entorno, donde se combinan cafeter�as, tiendas de ropa y despachos de abogados. El portal remite a las im�genes de Rosario entrando a la carrera y protegida por la polic�a los d�as posteriores al crimen. La fachada tiene cuatro balcones; en el tercero vivieron Rosario Porto y Asunta Basterra, madre e hija, asesina y v�ctima.�
A la vuelta de la esquina, a menos de 50 metros, en la calle Rep�blica Arxentina est� la vivienda que habitaba Alfonso Basterra, separado de su mujer, pero instalado entonces muy cerca de su familia. En ese apartamento fue donde se machacaron las pastillas de Orfidal que Asunta tomar�a con la comida aquella tarde, primer paso en su ejecuci�n.
No hay que caminar mucho para llegar al tercer v�rtice de este tri�ngulo compostelano: la casa de los abuelos maternos de Asunta en la calle Xeneral Pardi�as. Un portal abierto, elegante, amplio, con tres plataformas elevadoras para que las personas con movilidad�reducida�puedan salvar los tramos de escalera sin ascensor. Del garaje de este inmueble sali� Rosario Porto con el coche en el que recogi� a Asunta para llevarla a la ejecuci�n que ya ten�a prevista en aquel momento. Desde all�, un peque�o recorrido de un par de minutos para pasar junto a la gasolinera cuyas c�maras de seguridad tomar�an las famosas im�genes que incriminaron a Rosario y que acabar�an por ser las �ltimas en las que se pod�a ver a Asunta con vida. En unos diez minutos, las dos llegaron al cercano municipio de Teo.
Teo, el chal�
La casa de los horrores.�Ese fue el sobrenombre que usaron los vecinos para indicar cu�l fue la casa en la que�Asunta fue asfixiada: la casa de los horrores. La finca da a una estrecha pista en una zona con bastantes viviendas unifamiliares.�Oculta entre��rboles, la casa languidece. Tanto que estuvo okupada hasta hace siete meses. Sus nuevos moradores�se instalaron all� al poco tiempo de cerrarse la investigaci�n del caso. El inmueble, que lleg� a sufrir un incendio, estuvo a la venta por un mill�n de euros, incluso antes del asesinato de Asunta.�El �ltimo precio conocido del inmueble fue medio mill�n de euros.
Teo, la pista forestal
El altar de Asunta Fang Yong. Desde el chal� hasta el lugar donde se encontr� el cuerpo de Asunta hay menos de diez minutos de en coche. All�, en una pista de tierra, al pie de un pino de buen tama�o, se ha establecido un altar que permanece desde el d�a en que fue hallado su cuerpo: flores de pl�stico y flores de verdad; dos decenas de peluches sobre los que han ca�do ya muchos litros de lluvia y muchos kilos de polvo; figuritas y estampitas de la Virgen y algunas leyendas. Los mensajes siguen recordando a la ni�a. Un lugar, que aunque lo parezca, no est� demasiado apartado. La carretera est� a menos de�20 metros.�
El no escenario
Enterrada con su madre.�Aunque el crimen ya estaba consumado, en la memoria est�s otros hechos que ten�an lugar el diciembre del 2020. Es el cementerio de Boisaca. Rosario Porto era enterrada all� tras quitarse la vida en la c�rcel de Brieva, en �vila. Junto a su f�retro se depositaron las cenizas de su hija Asunta, en el que se consider�la �ltima vuelta de tuerca�de la historia. Casi�el final. Si Alfonso Basterra no habla desde Teixeiro, nunca se sabr� por qu� estos padres mataron a su peque�a.