La correspondencia de María de Anjou, reina de Mallorca. Entre conformismo y precariedad, discreción y escándalo
Note de l’auteur
Abreviaturas: ACA= Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona); ADM= Archivo de los Duques de Medinaceli; AHCB= Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona; ASV= Archivio Segreto Vaticano; C= Cancillería; carp.=carpeta; CR= Cartas Reales; EI= Extra Inventarium; ES= Extra Series; Leg.= Legajo; P= Pergaminos; reg.= registro. Le agradezco mucho a Mathias Ledroit su ayuda en mejorar el castellano de este artículo. Soy el único responsable de los eventuales errores que hayan podido subsistir.
Plan détaillé
Texte intégral
1María de Anjou, la cuarta hija de los prolíficos reyes de Sicilia Carlos II (1285-1309) y María de Hungría, nació alrededor de 1290 en el reino de Nápoles1. Se casó en 1304 con el heredero al trono de Mallorca, Sancho, razón por la cual es conocida también bajo el nombre de María de Mallorca. En 1311, cuando Sancho subió al trono, se convirtió en reina de Mallorca, compartiendo con su esposo el dominio sobre las Baleares, el Rosellón y la Cerdaña, así como derechos en Montpellier. En 1324, enviudó sin haber tenido hijos. Tres años más tarde, se casó de nuevo, esta vez con un noble valenciano, Jaime de Jérica (Jaume de Xèrica, en catalán), de ahí que fuese llamada también María de Jérica (Maria de Xèrica)2. Después de la muerte de su segundo marido, con el cual tampoco tuvo hijos, fue trasladada a Provenza, en aquel entonces bajo dominio angevino. Murió probablemente entre abril de 1346 y enero de 13473.
2Esta trayectoria mediterránea no ha dejado muchas huellas en las obras de los historiadores medievales. Ramon Muntaner la evoca en el capítulo CCXIX de su Crònica dedicado a la llegada a Perpiñán, a finales de 1315, del heredero al trono de Mallorca, el infante Jaime4. El cronista, testigo de primer orden, tenía el encargo de entregar al heredero a los reyes de Mallorca. Relata cómo el niño fue acogido por madona la reina de Mallorca, es decir por la madre del rey Sancho de Mallorca, Esclarmonda, y por la reina jove, María de Mallorca. Esta última imitó a su suegra: tomó al niño en brazos y le besó varias veces (e puis madona la reina jove pres-lo, e així mateix besà’l moltes vegades), pero guardó un papel secundario en esta circunstancia. Solo la reina madre reconoció al infante y recibió cartas de su padre, el infante Fernando de Mallorca5.
3Después de este relato aislado de Muntaner, la reina jove despertó un interés moderado y discontinuo entre los historiadores a partir del siglo XVI. Jerónimo Zurita, figura tutelar en los estudios de la Corona de Aragón, fue el primero en poner énfasis en el carácter, a su parecer, poco idóneo de la reina para su cargo, así como en su final trágico:
Murió por este tiempo don Jaime señor de Ejérica que estaba casado con la reina doña María hermana del rey Roberto, mujer que fue del rey don Sancho de Mallorca y tía del rey don Alonso; y no tuvo hijos ningunos en ella. Esta princesa fue muy exenta en su vida y costumbres y vivió con gran soltura y deshonestidad; y don Jaime por esta causa la tuvo retraída en Ejérica cuatro años antes que muriese y con grande guarda. El rey [de Aragón] manda llevar a la reina doña María a Valencia para tenerla recogida. Y el rey, conocida su liviandad y que trataba de casarse otra vez, la mandó sacar de Ejérica y llevarla a Valencia a donde estuviese como a su honor convenía hasta que el rey Roberto su hermano enviase por ella6.
4Probablemente gracias a Zurita y a la recepción de su obra, el escritor Jean de la Chapelle hizo de María de Anjou la heroína de una novela corta de juventud, publicada por primera vez en 1680, Marie d’Anjou reyne de Mayorque, nouvelle historique et galante7. Después de este libro abiertamente extraído de la imaginación exuberante de su autor y muy alejado de lo que las fuentes medievales pueden revelar de la princesa, María no parece haber sido el tema de otras obras de ficción.
5Cabe esperar hasta principios del siglo XX para que fuese objeto de un interés renovado por parte de los investigadores. Además de actualizar a veces las críticas de Zurita –Finke menciona las «debilidades psíquicas» de María8; Martínez Ferrando subraya y denuncia su «anormalidad», su «comportamiento inaguantable para su marido» (sic) Jaime de Jérica9–, los historiadores han esclarecido sobre todo algunos aspectos importantes en la vida de la princesa: su primera boda, parte de un plan más general de acercamiento entre angevinos, aragoneses y mallorquines, estrechamente vinculado con la boda coetánea de su hermano Roberto de Anjou con Sancha de Mallorca10; su unión problemática con Jaime de Jérica, quien llegó a encerrarla, y las negociaciones sobre el pago del resto de su dote por los reyes de Mallorca11; su traslado y su estancia en Provenza, donde vivió bajo custodia12. Con todo, María no ha dejado de ser una «figura histórica débilmente esbozada»13, en cierto modo en la sombra de otras princesas angevinas o mallorquinas, como su madre María de Hungría, su hermana Blanca, esposa de Jaime II de Aragón, su suegra Esclarmunda, reina de Mallorca, o su cuñada Sancha de Mallorca, esposa del rey Renato de Anjou14. No existe una biografía pormenorizada sobre ella y su actuación como reina de Mallorca entre 1311 y 1324 no ha dado lugar a ningún estudio profundizado. Lógicamente, sus cartas no han sido reunidas ni tampoco estudiadas hasta el momento.
6Ahora bien, en la perspectiva de este volumen, la correspondencia de María parece relevante desde varios puntos de vista. Metodológicamente, la constitución del corpus y su análisis conllevan problemas nada desdeñables. Además, en sus varias vidas (angevina, mallorquina, jéricana, provenzal), María fue una mujer menos poderosa que muchas otras figuras estudiadas, lo que invita a reflexionar sobre el papel de actores tradicionalmente considerados como secundarios en el ámbito diplomático. Finalmente, los cambios de lugares, de entorno y de estatus social hacen de María un caso interesante para indagar la continuidad y las variaciones de una práctica epistolar, su permeabilidad a los cambios contextuales, en especial a los cambios de orden político.
El corpus y sus límites
7Para quien quiere estudiar la correspondencia y, de manera más general, la historia de María de Anjou, varias dificultades de orden documental obstaculizan de entrada el camino. Los archivos de la cancillería real mallorquina han desaparecido en su mayor parte con la huida del último rey de Mallorca, Jaime III, y la integración de sus territorios bajo el dominio directo del rey de Aragón Pedro el Ceremonioso en 1343-134515. Las principales huellas de esta producción documental están almacenadas en el Archivo del Reino de Mallorca (Palma), en los Archives départementales des Pyrénées-Orientales de Perpiñán, en los archivos de Montpellier, en el Archivo comarcal de Cerdaña (Puigcerdà) y en el Archivo Nacional de París. Sin embargo, no se han encontrado en estos archivos cartas de la princesa ni tampoco actas expedidas por su hipotética cancillería. Cabe añadir a este panorama desolador la destrucción de la mayor parte de los archivos angevinos de Nápoles en 1943, lo que probablemente supuso la desaparición de una fuente importante de información sobre las actuaciones de María de Anjou.
8Afortunadamente, los registros pontificios, el Archivo de la Fundación ducal de Medinaceli (en Sevilla, con copias en el monasterio de Poblet) que almacena los registros de los condes de Ampurias, y, sobre todo, los fondos del Archivo de la Corona de Aragón permiten, sino colmar todas las deperdita, por lo menos constituir un corpus epistolar y esclarecerlo con muchos otros documentos16. Así se han podido reunir unas 57 cartas de la correspondencia de María, despachadas entre 1305 y 1336, entre las cuales figuran 29 cartas de la princesa17, así como 28 dirigidas a ella18. Todas las cartas de María están en papel. Se conservan en original entre las Cartas reales diplomáticas del Archivo de la Corona de Aragón, a menudo con huellas de sello, sin que este pueda, sin embargo, ser reconstruido con precisión19. En cambio, todas las cartas dirigidas a María se conservan bajo forma de registro, en volúmenes producidos por las cancillerías de los papas, de los reyes de Aragón –Jaime II, Alfonso IV, Pedro IV–, así como de los infantes Alfonso y Pedro de Aragón.
9Varios aspectos problemáticos merecen ser destacados en este conjunto. El primero es la discontinuidad y el desequilibrio cronológico del corpus. Una gran parte de la documentación se concentra en los años 1324-1327 (figura 1), periodo en el cual María era reina viuda. Es probablemente a la vez un efecto de conservación –había más interés en guardar unas cartas que se referían a asuntos críticos, como lo eran los intercambios y las negociaciones para la segunda boda de María y su traslado a otras tierras–, y la consecuencia de una investigación más sistemática para esta fase crucial. Sin embargo, la distribución temporal de la correspondencia así conseguida refleja muy probablemente también una intensificación de la comunicación epistolar, cuya importancia desconocemos. Fuese como fuese, con esta base, los papas, los reyes de Aragón, y sus infantes más influyentes –Alfonso y Pedro–, fueran primogénitos o no, dominan de manera aplastante la documentación conservada (figuras 2 y 3). No se encuentran apenas huellas de correspondencia con otros personajes, con excepción de Dalmau de Pontons, vicecanciller del rey de Aragón20.
10Ahora bien, este conjunto documental ofrece un reflejo limitado y deformante de las correspondencias de María. Varios argumentos abogan a favor de unas comunicaciones epistolares más importantes. La escasez, por no decir la inexistencia de las correspondencias preservadas con la familia angevina, tanto con sus padres como con sus hermanos, parece inverosímil. Se explica fundamentalmente por la mala conservación de los documentos intercambiados entre ambas casas, debida a la desaparición de gran parte de sus archivos. La densidad ciertamente más importante de estas correspondencias se adivina en otras correspondencias, por ejemplo cuando Juan XXII alude a cartas intercambiadas entre María y su hermano Roberto de Anjou21.
11El mismísimo papa recibió unas cuantas cartas de la princesa, tal y como lo indica repetidas veces en su propia correspondencia, por ejemplo cuando María le significó la muerte de su esposo22. Además, Juan XXII otorgó múltiples beneficios a consecuencia de intervenciones de la reina23. Ello indica una implicación en el sistema beneficial que se apoyó probablemente en mensajeros, quizás en procuradores, y seguramente en cartas, hoy perdidas a raíz de la débil conservación de las súplicas originales por la administración pontificia.
12En cuanto a sus relaciones epistolares con el rey de Aragón y con los miembros de su familia, fueron también, y de manera cierta, más desarrolladas de lo que se podría desprender del solo examen de las cartas reunidas para este artículo. Jaime II escribió o, más bien, mandó escribir varias veces a María para responder a algunas cartas suyas, hoy desaparecidas24. La mención de tales cartas, actualmente perdidas, aparece también en la correspondencia del rey de Aragón con su esposa, Blanca de Anjou, la hermana de María25. Al escribir simultáneamente cartas a varios destinatarios de una misma corte, la princesa también correspondía con un círculo y una intensidad mayor de lo que revelan sus cartas26. Ella misma las presentaba a veces como respuestas a otras cartas que quedan todavía por buscar y, llegado el caso, por identificar27.
13A este conjunto cabe finalmente añadir los probables intercambios epistolares de María con otros correspondientes (otros miembros de las familias reales28, personajes de su entorno, súbditos a la búsqueda de favores o de intercesión, oficiales reales cuando ejercía como reina de Mallorca, etc.). Con todo, parece obvio que la correspondencia de María fue mucho mayor y más numerosa, en una proporción que, sin embargo, sigue siendo desconocida.
14De esta forma, los fragmentos de correspondencia reunidos solo permiten un análisis limitado de las características archivísticas, diplomáticas y paleográficas de las cartas de María. El modulo cancilleresco de escritura es tan regular y difundido que no deja distinguir unas manos de escribano, menos aún la de la reina. No hay autógrafos identificados, tampoco firmas o menciones de cancillería que permitirían identificar una eventual jussio reginae y al personal utilizado a ese fin. Solo se puede destacar la utilización de un «sello secreto» (sub sigillo nostro secreto) seis veces por la reina, lo que, dicho sea de paso, supone probablemente, para sus otras cartas, el uso de otro sello29. Por lo que se refiere a la conservación de estas cartas, sigue la práctica general en el archivo real de Barcelona: al dorso, además del nombre del destinatario, se anota de vez en cuando un breve resumen hecho por los escribanos del rey de Aragón – regina Majoricarum super obitu domini regis («la reina de Mallorcas sobre la muerte del señor rey») por ejemplo30. Al menos desde mediados del siglo XIV, varias cartas fueron conservadas en sacos, concretamente el saco B, conservado en un armario, el llamado Armari de Mallorca, según otras indicaciones dorsales31. Por cierto, este armario, los sacos y la clasificación antigua han desaparecido con los reordenamientos sucesivos del archivo, lo que supone una dificultad más para la investigación.
15Sin alcanzar, ni mucho menos, el volumen de las correspondencias de Eleonor de Sicilia o de Yolande de Bar algunas décadas después, este corpus incompleto, heterogéneo, fragmentario y en buena parte problemático no deja de ser honorable, en términos cuantitativos, e incluso contrastable con el de Blanca de Anjou32. Sobre todo, se trata de un material suficiente para distinguir e indagar los dos principales momentos de la correspondencia reginal, una fase que puede ser calificada de clásica, y, después, el tiempo de apertura de los posibles.
¿Figuras diplomáticas obligatorias (1301-1324)?
16Antes de que María escribiera o dictara cartas en su nombre, su destino ya se había convertido en tema diplomático. Cuando ella apenas tenía unos diez años empezaron unas complejas negociaciones para establecer una alianza matrimonial entre los reyes angevinos de Nápoles, sus padres, y los reyes de Mallorca, con la intervención determinante del rey de Aragón Jaime II como facilitador y mediador33. Durante estos tratos, entre 1301 y 1304, se intercambiaron numerosas cartas, mensajeros y embajadas entre las cortes de Nápoles, de Barcelona, de Perpiñán y de Aviñón. Se barajaron distintos proyectos de unión hasta acordarse en el matrimonio de María con Sancho de Mallorca, el heredero del pequeño reino. Del mismo modo que la boda del rey de Aragón con Blanca de Anjou en 1295 y el matrimonio de Federico de Sicilia con Eleonor de Anjou, una hermana de María, en 1302, y de manera conjunta con la boda de Roberto de Anjou con Sancha de Mallorca, la unión de María con Sancho debía contribuir a asegurar la paz después de la guerra del Vespro, a demostrar el acuerdo entre la dinastía angevina y las distintas ramas, sicilianas, barcelonesas y mallorquinas de la familia real aragonesa. Ahora bien, María apenas tomó palabra en este asunto trascendental para su propio destino. No dejaba de ser tratada como una puella, eso sí «admirable» (spectabilis)34. A diferencia de Sancho, quien protestó por haber sido excluido de unas negociaciones decisivas para su futuro35, no hay apenas constancia del involucramiento personal de María en este largo proceso. Solo otorgó una procuración junto a su padre Carlos II para la celebración a distancia de su matrimonio. Su primer papel diplomático consistió así, de manera clásica, en ser sencilla y meramente un objeto de negociación36.
17Viajó después a Perpiñán para reunirse con Sancho y su corte. De las fechas de expedición de sus cartas se deduce que vivió entre la capital del condado de Rosellón y, de manera menos regular, Ciutat de Mallorca, es decir en las dos ciudades principales del rey de Mallorca37. Allí fue princesa hasta 1311 y desde aquel entonces hasta 1324, reina de Mallorca. Desempeñó varios papeles que podemos calificar de diplomáticos. Destacan primero sus intervenciones a favor de reuniones familiares. En octubre de 1305, el rey de Aragón, de visita en Perpiñán, mencionaba en una carta a su mujer Blanca de Anjou la petición instante de María para que la reina de Aragón, su hermana, viniera a visitarla con sus hijos38. En 1321, el mismo rey de Aragón indicaba al papa que María deseaba ver a su cuñado Felipe de Mallorca para conseguir el regreso de este último a Perpiñán39. Jaime II, rey de Mallorca, ordenó que su hijo Sancho y María viajaran en su lugar a Provenza para ver al rey Carlos II de Anjou, el padre de María, pero este último tuvo que irse a Nápoles para curarse en los baños de Pozzuoli, de modo que este encuentro probablemente no acabó de concretarse40. Participó también en vistas reales y en destacados acontecimientos diplomáticos. A principios de marzo de 1309, tenía previsto viajar con su marido a fin de verse otra vez con Jaime II de Aragón41. A finales del verano del mismo año, Sancho y ella estaban presentes en Aviñón para el coronamiento de su hermano Roberto de Anjou como rey por el papa42. Se encontraba de nuevo en la corte pontificia en enero de 132043 y estaba esperada en Marsella en el mes de febrero del mismo año para asistir al traslado de las reliquias de Luis de Anjou, su hermano recién canonizado44.
18Los elementos de su correspondencia de esta época revelan una actividad epistolar más bien modesta, 12 cartas expedidas en 18 años y, aparte de cartas pontificias, ninguna recibida. Las vicisitudes de la conservación documental han dejado un conjunto probablemente muy fragmentario de la correspondencia de la princesa. Sea como sea, dominan las litterae de statu que proporcionan información sobre la salud de la princesa y de la familia real mallorquina45. Las otras noticias son escasas y poco detalladas, por ejemplo cuando se menciona la ausencia del rey para el asedio del modesto castillo de Quer, en la Cerdaña46. La implicación en la circulación de informaciones de carácter familiar se pone también de manifiesto en cartas de pésame47. En 1319 deploraba el ingreso del heredero de Aragón, Jaime, en la Orden del Hospital –diplomáticamente hablando, la carta es similar a una consolación después de un fallecimiento48. Cinco años más tarde, notificó también al rey de Aragón la muerte de su marido Sancho49.
19Mediante sus cartas intercedía de vez en cuando a favor de súbditos del rey de Mallorca ante el rey de Aragón. Solicitó así el indulto para el sobrino de un escribano racional y doméstico del rey que había sido a su juicio injustamente condenado por Jaime II50. Escribió al menos dos veces a este último y una vez a su vicecanciller para defender la causa de un escudero y domicellus (donzel) que solicitaba la restitución de unas caballerías en Aragón51. En la misma línea intervino repetidas veces a partir de 1316 para conseguir beneficios a gente de su favor en la diócesis de Elna52. Durante este periodo, su carta más destacable fue dirigida al infante Alfonso de Aragón con el fin de mediar en una amenazante discordia, la brica –la bregua en catalán– o contradicción entre el infante y el noble Ramon Folc de Cardona53. De este modo, la princesa y luego reina asumía, en tono menor, los papeles clásicos esperados de una mujer de su estatus social: intercambiaba noticias familiares, proponía su intercesión a favor de súbditos o actuaba a favor de la pacificación.
20El papel de sus correspondencias merece no obstante ser precisado con dos hechos importantes. En primer lugar, sus cartas, a pesar de su relativa brevedad, no eran sencilla y meramente formularias. En esta modesta correspondencia como en muchas otras, la variación retórica era decisiva para tejer y mantener lazos firmes entre correspondientes alejados por la distancia, pero que se consideraban como miembros de una misma comunidad. No hay por ejemplo dos litterae de statu estrictamente iguales entre sí, tampoco cuando se observan las distintas partes del discurso epistolar, con excepción de la fecha. Valga aquí como prueba el ejemplo de las distintas intitulaciones empleadas por María en sus cartas:
[...] Infantissa Maria egregii domini Jherusalem et Sicilie regis filia uxorque incliti dompni Sancii illustris domini regis Maioricarum primogeniti et locumtenentis [...]
[...] Infantissa Maria egregii domini regis Jerusalem et Sicilie filia uxorque incliti domini infantis Sancii illustris domini regis Maioricarum primogeniti [...]
[...] Infantissa Maria egregii domini regis Jerusalem ac Sicilie filia condam felice memorie uxorque incliti infantis domini Sancii illustris domini regis Maioricarum primegeniti [...]
[...] Infantissa Maria clare memorie egregii domini regis Jerusalem et Sicilie filia uxorque illustris domini regis Mayorice primogeniti [...]
[...] Maria per eandem [Dei graciam] regina Maioricarum [...]54.
21Primero infanta, hija de rey y mujer de primogénito, después infanta, hija de rey muerto y mujer de primogénito, reina y solo reina: tal fue el primer recorrido de la intitulación de María hasta la muerte de su primer esposo, Sancho, a inicios del mes de septiembre de 1324. Se adaptaba así el formulario a la condición cambiante de la princesa y de sus correspondientes, a la muerte de los padres o de los cónyuges, se jugaba con las posibilidades estilísticas para conseguir cartas únicas.
22En segundo lugar, muchas cartas de María deben ser entendidas también como una parte de un flujo de intercambios epistolares más complejo entre varias cortes. El papa escribió repetidas veces a María y a Sancho, considerando de hecho la pareja en su conjunto como destinataria de sus bulas55. Más aún, con excepción de las intercesiones a favor de súbditos, las cartas expedidas en nombre de María acompañaban generalmente otras cartas de su marido Sancho o de sus suegros, los reyes de Mallorca. En consecuencia, no se trata aquí de caracterizar la capacidad de actuación de la reina a través de sus cartas consideradas de manera aislada, sino, más bien, de desentrañar la articulación entre estas distintas correspondencias y los efectos así buscados.
23Tomemos un primer ejemplo. El 19 de agosto de 1307, el rey Sancho de Mallorca y su esposa María enviaron dos cartas de statu distintas a Jaime II de Aragón56:
Carta de María a Jaime II | Carta del infante Sancho de Mallorca a Jaime II |
Inclito et quamplurimum diligendo domino Jacobo, Dei gracia regi Aragonum Valencie Sardinie et Corsice comitique Barchinone ac sancte Romane Ecclesie vexillario ammiratui et capitaneo generali. Infantissa Maria egregii domini Jherusalem et Sicilie regis filia uxorque incliti domini infantisque Sancii illustris domini regis Maioricarum primogeniti. Salutem et scincere (sic) dilectionis continuum incrementum. Karissime domine, scientes nos noviter recepisse litteras vestras nobis admodum graciosas. Que quidem continebant sanitatem vestram atque prosperitatem necnon et domine Blanche regine consortis vestre et sororis nostre karissime utique et liberorum vestrorum. De quo valde letate sumus. Set quia nos semper credimus de prosperitate nostra vos letati, vobis presentibus nuntiamus quod dominus rex predictus Maioricarum dominaque regina necnon et dominus infans Sanccius vir noster karissimus et dominus et nos una per omnipotentis clementiam sospitate vigemus. Quapropter dominationem vestram attente deprecamur quatinus57 statum vestrum ac domine Blanche regine supradicte liberorumque vestrorum nunciare velitis, cum vobis oportunitas se obtulerit scribendi. Si qua vero de partibus istis vobis placida fuerint, vobis rescribere velitis cum fiducia obtinendi. Datum Perpinani . XIII°. Kalendas . septembris anno Domini . Millesimo . CCC°. Septimo. | Illustrissimo principi et quamplurimum diligendo domino Jacobo, Dei gracia regi Aragonum Valencie Sardinie et Corsice comitique Barchinone ac sancte Romane Ecclesie vexillario ammiratui et capitaneo generali, consanguineo suo karissimo. Infans Sancius illustris domini regis Maioricarum primogenitus. Salutem cum incremento glorie ac honoris. Vidimus, domine, vestram litteram nudius nobis missam continentem statum vestrum necnon et serenissime domine regine consortis vestre ac etiam liberorum vestrorum fore prosperum Dei dono. De quo noster animus fuit quidem admodum congavisus. Et quum scimus quod hoc idem de nobis audire plurimum vos delectat, magnificencie vestre presentibus intimamus quod predictus dominus rex et pater noster reverendus ac domina regina mater nostra necnon et nos una cum inclita infantissa dompna Maria consorte nostra karissima per omnipotentisque graciam vigemus corpora sanitate. Rogantes vos attentius quatinus placeat vestre magnificencie nobis statum vestrum gaudere quotiens vobis fuerit [-]. Datum Perpinani . XIII°. Kalendas . septembris anno Domini . Millesimo . CCC°. Septimo. |
24La estructura diplomática de ambas cartas es similar, pero con matices importantes. En la salutatio, María utiliza inclito et diligendo, mientras Sancho se dirige al illustri quamplurimum diligendo rey de Aragón. María se define como infante, hija de y esposa. Sancho es únicamente hijo de sus padres. La salutación de María menciona el amor, la de Sancho la gloria y el honor. En el dispositivo, el texto de María contiene términos, como karissime, menos empleados por Sancho. La carta de la princesa indica el nombre de su hermana, la reina de Aragón Blanca, a diferencia de Sancho que se limita al título. María pide informaciones sobre la salud de otros miembros de la familia real y propone facilitarle al rey de Aragón cualquier cosa de su tierra. La carta de Sancho no contiene ni la demanda ni tampoco esta oferta. La comparación con otras litterae de statu conduce a observaciones similares. Los textos de María y de Sancho se refuerzan entre sí, con tres diferencias principales: las cartas de María están más desarrolladas, el léxico afectivo está más presente, las informaciones y las peticiones sobre la salud se refieren a un círculo familiar más amplio.
25El segundo ejemplo es la intervención ya mencionada de la princesa para mediar en el conflicto entre el vizconde de Cardona y el infante Alfonso de Aragón. María actuó en este asunto de manera coordinada con su esposo. El vizconde de Cardona había escrito tanto al rey de Mallorca como a la reina para pedir su intervención. Ambos expidieron una carta a favor de la pacificación entre Alfonso de Aragón y el vizconde, los 9 y 10 de noviembre de 1317. Se conservan en original, en papel58:
Carta de María al infante Alfonso de Aragón | Carta de Sancho de Mallorca al infante Alfonso de Aragón |
Inclito infanti dompno Alfonso superillustris regis Aragonum filio, Dei gratiaque comiti Urgellenci carissimo nepoti nostro. Maria per eandem Regina Maioricarum, prosperarum incrementa successum et cincere (sic) dilectionis affectum. [G]ratanter suscepimus vestram litteram et ejus tenorem intelleximus diligenter, et q[uo]m[odo] nobilis Raymundus Fulconis Dei gracia vicecomes Cardone, prout vere didiscimus, ponit se in magno ratione super hiis que scripcistis (sic) domino regi viro nostro carissimo ac domino et nobis. Rogamus vestram intimam dilectionem quatinus vos assimili faciatis hoc idem, si placet, taliter facientes quod [brica] contradictio seu dicentia inter vos et ipsum minime possit esse. Prefatus dominus rex scribit vobis super hiis largo modo. Datum Perpiniani IX. die novembris anno Domini. M°.CCC°.septimodecimo. | Egregio ac illustri domino infanti Alfonso superillustris domini regis Aragonum filio, Dei gratia comiti Urgellense et vicecomiti Agerense cons[angu]ineo nostro carissimo. Sancius per eandem Rex Maio[rica]rum comes Rossilionis et Ceritanie et dominus Montis[pessulani]. Salutem et votivorum successuum incrementa. Vestre serenitate recepimus litteras per Dalmacium de Timor [-] et contenta in ipsis litteris ac que dictus miles ex cred[enci]a vestra sibi comissa in dictis vestris literis dicere [vo]luit circa [-] guerre quam dicitis nobilem R. [F]ulconis contra vos suscitare intelleximus sollicite et attente. Super quibus habuimus colloquium cum dicto Dalmatio de Timor. Et quia in nostris visceribus tenemus tenaciter tractare et curare cum effectu cum quibuslibet quecumque respicientia vestrum comodum et honorem, multo fortius ad id inducimus cum illis quibus annectimus nexu sanguinis et amoris. Quare, auditis tenore literarum vestrarum et credentia dicti Dalmatii, ex firma confidentia quam gerimus de dicto R. Fulconis, predicto Dalmatio respondimus nos curatoros et facturos cum effectu quod dictus nobilis de plano faciet omnia rationabilia apta et necessaria in omnibus et per omnia ad que nobis teneatur et habeat facere nobiscum, et antequam dictus Dalmatius a nobis recederet supervenit nobilis R. Fulconis cum quo de predictis fuimus locuti. Qui annuens voto nostro obtulit se facturus gratanter erga vos sicut predixeramus (sic) Dalmatio de Timor, et quod numquam fuit nec est voluntatis nec intentionis sue dare vel facere guerram vobiscum, nec tractare aliqua per se vel alium per que contingere de[beat] causa dissent[ionis] vel guerre [-], quod est volunt[at]is facere quecumque beneplacito nobis. Cum igitur invenerimus eum talis oppinionis erga vos et sit gradu consanguinitatis nobis propincus et de concilio et domo nostra, rogamus attente sinceritatem vestram quatinus dictam oblationem ad ejus complimenta nos astringimus velitis acceptare benigne et juste, nec adversus eum credere omni [-]. Nam forte sunt aliqui quibus non displiceret, si viderent inter nos et ipsum, quod absit, discordiam et tumultum. Quod si eveniret causa vel culpa ipsius nobilis, displiceret nobis valde, quod hostenderemus et faceremus sibi sentire. Placeat ideo serenitati vestre, ut dissentionem, quem esse dicitur inter ipsum et vos, velitis ponere in posse comunum amicorum, ne inde sequentur guerre vel dampna. Datum Perpiniano quarto Idus novembris anno Domini millesimo Trecentesimo septimo decimo. |
26La comparación entre ambas cartas conduce a resultados en cierto modo opuestos a los del precedente caso. La carta de María es aquí mucho más breve que la de su marido, y se refiere explícitamente a ella para más detalles. En cambio, Sancho de Mallorca no alude a la reina en su propia carta, y desarrolla aspectos decisivos para el proceso de mediación, como la recepción del embajador Dalmau de Timor, la conversación entablada con él y la petición al infante de Aragón de entregar a una tercera parte la resolución del conflicto con el vizconde. Además, es aquí el rey quien menciona vínculos de afección y lazos de sangre. La intervención reginal resulta, eso sí, importante, pero queda abiertamente subordinada a la del rey.
27Por lo tanto, a pesar de las apariencias, no había una repartición fija de los papeles de María y de Sancho en estas cartas emparejadas. Su combinación y las posibilidades de la retórica epistolar ofrecían recursos importantes para adaptar los discursos a los destinatarios y a los fines perseguidos, en una repartición de las tareas que evitaba poner en tela de juicio el balance desigual entre los miembros de la pareja real.
28De esta forma, hasta la muerte de su marido, una gran parte de la actividad epistolar conservada de María pertenece al ámbito diplomático lato sensu, tanto por la vía de la intercesión aparentemente más personal, como por su integración en un flujo más amplio de correspondencias reales, y sobre todo de la pareja que formaba con Sancho. Ello no significa necesariamente que la composición de buena parte de sus cartas estuviera completamente subordinada a las de su marido, sino, más bien, que existía a menudo una estrategia epistolar y retórica global de la pareja real –cuya elaboración desconocemos. Lo que sí se puede añadir, es que mientras era infante y reina, al no cumplir con la esperanza de dar a luz a un heredero, fue privada de una parte fundamental y común de la actuación diplomática de las reinas de la época. No pudo de hecho actuar en los tratos matrimoniales para sus hijos. María fue así la reina de un pequeño reino y tuvo que conformarse con un papel diplomático seguramente bastante limitado.
¿El tiempo de apertura de los posibles (1324-1328)?
29La muerte sin hijos de su marido Sancho supuso un cambio decisivo para el estatus y el papel diplomático de María. Al anunciar la noticia al rey de Aragón, María destacaba de manera clásica la buena catolicidad de la muerte de su esposo y su respeto de la voluntad divina. Subrayaba también su propia desolación, su angustia, su soledad debida a la ausencia de amigos:
[...] Quia de universis succesibus nostris tam adversis quam prospectis vos, domine, participem esse debere cognoscimus, notifficamus vestre magnificencie cum maxima attamen angustia et amaritudine corporis atque mentis, quod dominus rex Sancius vir noster reverendus ac dominus memorie recolende die quarta presentis mensis septembris suum clausit diem extremum tanquam verus et catolicus orthodoxa. Super cuius obitu doloris [-] penetravit intima cordis nostris et nos pro dolor remanemus in hoc seculo omni consolatione et gaudio totaliter destitute. Benedictus sit Dominus a quo bona proveniunt universa, Qui nos adeo letaliter voluit visitare, et placeat eidem animam ipsius tam pii tamque clementissimi principis in sinu Abrahame collocare, et nos repletas tot et tantis angustiis meroribus suis sanctis consolationibus consolari. Et [-] nobis visum est nos omnibus amicis nostris in hoc puncto esse quodammodo destitutas, placeat magnifficentie vestre nos sepe atque sepius per vestras litteras visitare [...]59.
30A continuación, cuando estalló el conflicto sucesorio mallorquín entre Jaime II de Aragón y los partidarios de Jaime de Mallorca60, el sobrino de Sancho designado como heredero por este, la reina viuda pareció también en un primer momento quedarse fuera del juego. Así, mientras que el rey de Aragón y su hijo Alfonso respondieron al anuncio de la muerte de Sancho por Jaime de Mallorca, negándole con una cierta violencia diplomática el título de rey61, estas tensiones no se plasmaban en las cartas de pésame dirigidas a María estos mismos días62. Destacaban las ofertas de ayuda, así como los vínculos familiares. El infante Alfonso de Aragón llegaba incluso, de manera poco sorprendente, a afirmar que consideraba (simbólicamente) a su tía María al igual que su madre. Detrás de estas fórmulas, el papel ya débil de la reina parecía desvanecerse.
31Sin embargo, fue precisamente el momento en el cual María y el control de su cuerpo se convirtieron de nuevo en unos hitos políticos y diplomáticos importantes. Aunque fuese muy poco probable, cabía primero asegurarse de que no alumbrara a un heredero. Los cónsules de Perpiñán, quienes se presentaban como los defensores del testamento de Sancho de Mallorca, le impidieron a la reina viuda dejar el castillo de la ciudad, en el cual estaba bajo guardia, e irse a residir en un albergo como ella lo quería, ya que ello podía, al parecer de los perpiñaneses, poner en peligro los derechos del rey de Mallorca y el cumplimiento de las últimas voluntades de Sancho63. Paralelamente, apenas una semana después de la muerte del rey, el papa escribía a Roberto de Anjou, el hermano de María, para que interviniese a fin de que ella no se quedase viuda64. Sobre todo, tanto Juan XXII como los reyes angevinos intervinieron por cartas a fin de que la princesa volviera a las tierras de sus padres, primero en Provenza y después en Nápoles. A principios de noviembre de 1324, el papa escribió a María, al rey-niño de Mallorca, Jaime, a sus consejeros, a su tutor Felipe de Mallorca así como a los administradores del reino, para que se asegurasen de que María cumpliese con la voluntad de su hermano Roberto y viajase sin retraso a Aix-en-Provence con una comitiva honorable y decente65. Para el papa y los angevinos, la reina viuda ponía en peligro el honor de la casa mallorquina que defendían contra el rey de Aragón66. El papa juzgaba que María estaba expuesta a la lubricidad, le pedía alejarse de unos jóvenes que no correspondían a su estatus, rodearse de mujeres casadas y dignas, de hombres maduros y prudentes que le ofrecieran unos ejemplos dignos de imitación y buenos consejos de comportamiento en su situación precaria67.
32A pesar de estas múltiples presiones, la reina se negaba a volver a las tierras de sus padres. Alegó primero que su salida era prematura y pondría su honor en tela de juicio68. El papa rechazó este argumento al considerar que, en enero de 1325, un «tiempo no módico» (temporem non modicum) había transcurrido ya69. Sin efecto. A principios de octubre del mismo año, Juan XXII instaba de nuevo a María a que viajara hacia Provenza, esta vez con el maestro de la orden del Hospital, Hélie de Villeneuve, al cual el rey Roberto había escrito especialmente al respecto70. Sin embargo, a pesar del tono cada vez más perentorio del papa –en mayo de 1326, le exhortaba a no poner una macula a su gloria al trasladarse a otro lugar71–, y de cartas enviadas conjuntamente por el rey de Nápoles a la princesa, al rey y al primogénito de Aragón72, no se consiguió convencer a la princesa. María adelantó al papa ciertas excusas (quasdam excusationes) que desconocemos para no hacer el viaje tan anhelado y resistió las presiones pontificias y de su familia angevina73. Es la primera señal del aumento de su autonomía de acción durante este periodo.
33Mientras tanto, la reina viuda iba convirtiéndose otra vez en un hito de negociación para proyectos matrimoniales concurrentes74. Los reyes angevinos querían controlar y eventualmente casarla de nuevo75, cuando Jaime II de Aragón y su primogénito apoyaban otros proyectos de unión para ella76. El infante Pedro, otro hijo del rey aragonés, se comprometió a actuar para favorecer los proyectos matrimoniales de María, su tía, e intervino varias veces por cartas y por mensajeros a ese fin77. El papa, por su parte, no dejó de insistir en la necesidad de casarla de nuevo78. Además, al menos un pretendiente, que resultó exitoso, el noble valenciano Jaime de Jérica, manifestó su deseo de casarse con la reina viuda79. Sin entrar en todos los entresijos de los sondeos y tratos paralelos llevados a cabo entre varias cortes –Perpiñán, Nápoles, Barcelona, Aviñón–, lo importante, en la perspectiva de este estudio, es que, a diferencia de lo ocurrido veinte años antes para su primera boda, la reina viuda también tomó partido en los intercambios, y lo hizo de manera decisiva.
34En noviembre de 1325, según el papa, generalmente muy bien informado, María estaba dando su preferencia al conde de Armañac, pero se informaba también sobre el hermano del conde de Saboya en el caso de que fracasara el primer proyecto80. En enero de 1326, envió a su confesor al rey de Aragón para decirle «algunas palabras sobre asuntos que tocaban mucho a [su] persona, su honor y su estado, así como a su ánima» (algunes paraules sobre affers qui toquen molt la persona de la dita reyna e sa honor e estament e encara sa ànima)81. A principios de septiembre del mismo año, a instancias de la reina, el infante Pedro de Aragón, su sobrino y fiel apoyo en la causa matrimonial, explicaba a su padre, Jaime II de Aragón, que María confiaba más en los aragoneses que en sus propios padres. El deseo y la voluntad de la reina viuda de casarse, el hecho de que no estaría bien sin marido y el peligro de una deshonra para los aragoneses eran los argumentos claves desarrollados por el infante en un alegato vibrante a favor de la boda con Jaime de Jérica, a pesar de la voluntad contraria del rey Roberto de Anjou:
[la reina] ha gran cor e gran voluntat de fer matrimoni ab lo noble en Jacme de Exèricha. E ha mi pregat de part sua molt instantment que sobre·l fet d’aquest matrimoni deges escriure a la vostra senyoria. On, senyor, con segons que la vostra senyoria bé sap, yo per moltes rahons sia molt tengut e molt obligat de treballar en tota res qui honor bé e profit sia de la dita senyora reyna, e la dita senyora reyna [...] sia de condició que no esta bé menys de marit, maiorment pus de tan gran cor e voluntat e entena e desija viure e morir en la vestra senyoria, ni altra persona, senyor, yo no veia que sia pus covinent ne pus honrat a la dita senyora reyna con és lo dit noble en Jacme de Exèricha, assenyaladament per ço con és ajustat ab la sanch real. E la dita senyora reyna haia maior confiança en la vostre altea que en persona qui al món sia per lo gran deute acostament que ha ab vos, senyor. E per la dita confiança que ha en la vostra excel·lència singular e special, desempara e vol desemparar la voluntat del molt alt rey Robert frare seu e dels altres seus amichs. [...] sosplech e clam merçè a la vostra paternitat e excel·lència que sia bona vostra senyoria de consentir en lo dit matrimoni e sobre aquell donar endreça, segons que a la vestra alta reyal magnificència mils e pus profitosament sera vist ésser faedor, en tal manera, senyor, que venga a bó acabament. [...] Val e pus covinent és ésser en matrimoni que ésser votivat. E pus, senyor, que la dita senyora reyna és en tan gran voluntat de fer lo dit matrimoni, si la vestra senyora ara no y provehïa, poria, senyor, leugerament venir en cas que seria escàndel e deshonor de la vostra senyoria e de nosaltres [...]82.
35La mismísima reina escribió al rey de Aragón el 5 de octubre de 1326, explicándole haber enviado a su confesor para tratar el tema, haber recibido a un mercader como embajador del noble y enviado a un monje ante Jaime II. Adoptaba una posición prudente y en cierto modo sumisa, que contrastaba con lo que afirmaba el infante Pedro de Aragón. Declaraba conformarse en todo con el rey de Aragón para el negocio de su boda. Sin embargo, el mero hecho de elegir a quien decidiría sobre su futuro –fuese el papa, el rey Roberto o el rey de Aragón– ya era, de por sí, una manera de influir en la decisión, sin ponerlo de manifiesto de forma demasiado abierta, de manera que la discreción de la reina fuese preservada:
[...] Super negocio matrimonii vestre magnifficencie nuper oretenus explicati per religiosum et honestum fratrem Ferrarium Regalis confessorem nostrum, venit ad nos noviter quidam mercator de Valencia missus, ut asseruit, per nobilem Jacobum de Xerica ad inclitum dominum infantem Alffonssum et ad vos et per consequens ad nos. Qui quidem mercator inter cetera dixit nobis quod ipse fuerat vobiscum loqutus et cum dicto domino infante super matrimonio antedicto, adhiciens quod vobis et predicto infanti placebat pre[dic]tum matrimonium supradictum. Multa etiam verba dixit nobis preffatus mercator ad inducendum nos ad prebendum assensum matrimonio sepefacto. De quibus vestra magnifficencia poterit informari relatione dilecti nostri fratris Raimundi de Lupianio monachi montis Ollii presentium latitoris, cui, si placet, credere velitis super hiis que de voluntate et proposito nostris vestre celsitudini re[ffer]et oraculo vocis vive. Tenentes quod nos non intendimus neque decet hoc nec aliud ponderis facere nisi mediantibus vestris consilio et assensu. Quare excogitet vestra magnifficencia tam super predictis quam super conditione nostra, et procedatis in predicto negocio, prout vestre serenitati videbitur faciendum. Dictus etenim monachus habet a nobis in mandatis quod faciat et adimpleat illud quod sibi volueritis injungere et mandare [...]83.
36Su implicación en la negociación de su propio matrimonio queda también puesta de manifiesto por la acreditación que, a principios de enero de 1327, después del envío de otros «nuncios especiales»84, dio a su capellán y familiar Bartomeu Serra (Bartholomeus Serra) para que tratase el asunto de su boda con el rey de Aragón85. Varios intercambios de cartas y de mensajeros con el infante Pedro de Aragón versaron probablemente sobre ese mismo tema86. A finales de enero de 1327, María mandó a su confesor Ferrer Real pedir al rey de Aragón que la extrajese de un lugar, Perpiñán, en el cual algo malo podía ocurrirle rápido87. Otros emisarios de la reina fueron sucesivamente enviados a Jaime II y a su primogénito durante los primeros meses de 1327 sobre su boda88. Al final, su realización necesitó la aprobación tanto del papa y del rey Roberto de Anjou89, como, según la exigencia de este último, la prueba de la pertenencia de Jaime de Jérica a la estirpe real aragonesa, lo que no fue un problema ya que era hijo bastardo de Jaime I de Aragón, así como el consentimiento del rey de Mallorca y de su tutor, Felipe de Mallorca, del rey de Aragón, de su primogénito Alfonso y de sus otros hijos, especialmente Pedro y Juan, arzobispo de Toledo y canciller del rey de Castilla90. Sin embargo, en esta fase también, la aprobación de la reina viuda, el «proyecto de su voluntad» (propositum voluntatis) se consideró determinante91. El papa lo exigió antes de dar su visto bueno a la dispensa necesaria para que se cumpliera el matrimonio con el noble jéricense92. Después de estos largos trámites, la boda fue concluida a finales de 1327. Incluso si la palabra de la reina fue en cierta medida mediatizada por los miembros de la familia real aragonesa, incluso si padeció de no estar bé menys de marit93, y si intervino ante todo para entregar su destino en manos aragonesas, ella misma participó así seguramente de manera activa en la negociación de su matrimonio.
37Otro elemento aboga a favor de la importante agentividad de la reina en una situación más bien precaria: la muerte de su marido y los conflictos políticos sobre el destino del reino de Mallorca fueron acompañados de una actuación diplomática de María intensa y probablemente en cierta medida nueva. Guardó eso sí su titulatura, Maria Dei gracia regina Maioricarum o Maria regina Maioricarum. Mantuvo intercambios frecuentes con potentes extranjeros, a veces de manera paralela al tutor Felipe de Mallorca94, a menudo de manera exclusiva. El rey de Aragón, sus hijos Alfonso y Pedro le dirigieron sus representantes acreditados directamente95. Siguió interviniendo ante el rey de Aragón a favor de particulares de su tierra, tanto para un viajero que necesitaba un salvoconducto más extenso96, tanto para unos mercaderes que habían sufrido un agravio97, tanto para un inocente parador de Perpiñán acusado de fraude98, tanto para un caballero suyo culpado por error99. Pero el abanico de sus intercesiones se abrió. Intervino a petición de un noble catalán a favor de un doméstico suyo que había sido desterrado del dominio del rey de Aragón por el asesinato de un sacerdote. Pidió que se le dejase la libertad de circular, alegando que las pruebas eran nulas100. Algunos meses más tarde envió una solicitud muy similar al infante Pedro de Aragón, conde de Ampurias, a favor de dos súbditos suyos que habían sido desterrados del condado101. De manera más espectacular aún, mientras que la división iba hundiéndose en las tierras mallorquinas, la reina viuda obtuvo del papa un cese del entredicho que pesaba allí para celebrar misas en el aniversario de la muerte de su marido102. Del mismo modo, escribió al rey de Aragón a favor de una prórroga de las treguas entre unos contrincantes de las tierras del rey de Mallorca, el tutor Felipe de Mallorca y Dalmau de Castelnou103. En estos dos últimos casos, lamentablemente se han perdido sus cartas, pero las respuestas aragonesas, positivas, demuestran sin lugar a dudas cómo, a pesar de su situación personal precaria y gracias a la situación de incertidumbre política en los territorios mallorquines, su autonomía y su importancia como correspondiente y como actora diplomática tenían en aquel entonces un peso nada desdeñable. Era probablemente mayor en ciertos casos en comparación con su periodo de reina consorte, aunque el carácter incompleto de su correspondencia conservada no permite afirmarlo de manera taxativa.
38Con todo, sus cartas dejan traslucir una cierta evolución de los recursos argumentativos. Anteriormente a su viudez ponía generalmente de relieve el carácter de plegaria de sus peticiones104. Este registro siguió siendo presente en sus cartas de intercesión, pero con un matiz añadido: había que responder favorablemente a las peticiones de María para que los solicitantes se dieran cuenta de su eficiencia, del carácter performativo de su intercesión. Bertran de Rochamora, quien pedía ser reembolsado de una suma de dinero por unos mercaderes de Tortosa, y para el cual Felipe de Mallorca ya había intervenido, debía así sentir que las plegarias de la reina ante el rey de Aragón eran fructuosas:
Ffideli ac devoto nostro Bertrando de Rochamora mercare105 ac habitatore Perpiniani intelleximus referentem, quod sibi et cuidam fratri suo debentur pluries peccunie quantitates per quosdam mercatores Dertuse et aliorum latorum districtui et dominationi vestris subditorum. Qui quidem mercatores prefatas peccunie quantitates prefato Bertrando solvere contradicunt diffugis et elongamentis nitentes se juvare. Unde, cum inclitus dominus Philipus de Maioricis patruus ac tutor excelsi domini regis Maioricarum scribat super predictis, prout vere didiscimus, vestram rogamus magnifficenciam, quatenus placeat serenitati vestre mandare officialium vestris ut super dictis peccunie quantitatibus supradictis creditoribus satisfiat indilate, omni diffugio et elongamento rejectis, taliter facientes quod iamdictus Bertrandus preces nostras super premissis sibi sentiat fructuosas106.
39Ahora bien, durante su viudez, también pidió que se le respondiese favorablemente por su honor107, y empezó sobre todo a erigirse en defensora y ayudante de sus súbditos. Justificaba así su intervención a favor de la liberación de un parador de Perpiñán acusado de fraude y que había sido privado de sus bienes por la negligencia de la curia valenciana:
Unde, cum nos teneamur subditos regnis hujus deffendere et juvare, rogamus vestram magnifficenciam, quatinus placeat vobis mandare officialibus vestris curie Valentine, quod dictum Johannem Scarrerii cum omnibus rebus suis debeat absolvere et emparam quam fecerant penitus relevare, cum nichil fecerit dictus Johannes Scarrerii in fraudem curie supradicte, set potius propter negligenciam factam extitit illius qui albaranum curie quo quiliberi distulit presentare prefate Valentine108.
40Sin alcanzar el estatus de regente, la reina viuda se presentaba así en sus cartas como un baluarte de los derechos de los súbditos de los reyes de Mallorca.
41No obstante, la evolución de su argumentación no fue nada lineal. Mientras que su reivindicación del poder real se hacía más fuerte en algunas cartas, en otras, coetáneas, enfatizaba su debilidad, su desamparo, su miedo y su desesperación personal. Así significaba al rey de Aragón su desasosiego después de más de dos años en Perpiñán:
Et pro Deo, domine, habeatis compationem de nobis que sumus hic tristes, flebiles plurimum et perplexe. Facientes taliter quod extrahatis nos celeriter de hoc loco uno modo vel alio antequam nobis accidat majus malum109.
42La paradoja es solo aparente y tiene que ver con la diversidad temática de sus cartas. La debilidad sobresale en las que se refieren a su situación personal. En cambio resaltan los llamamientos a su potencia en las cartas a favor de súbditos y de las tierras de los reyes de Mallorca. Por lo tanto, el cambio favorecido por la precariedad de la reina consistió no solo en un enriquecimiento de su capacidad argumentativa, sino también en la capacidad de plasmar realidades –fingidas o no– muy contradictorias entre sí, lo que no era el caso antes, o que, por lo menos, no trasluce a través de sus cartas llegadas hasta hoy.
43El matrimonio con Jaime de Jérica supuso inicialmente una prueba más del carácter camaleónico de la correspondencia de María. Dan testimonio de ello tres cartas a Alfonso de Aragón redactadas entre finales de diciembre de 1327 y marzo de 1328110. En estas cartas, sobresalen dos cambios. María se define en la primera como hija del rey de Jerusalén y señora de Jérica, y en la segunda también como tía del rey Alfonso de Aragón, y en la tercera... ya no menciona su estatus de señora de Jérica. La primera carta está escrita en aragonés, las dos siguientes en catalán. Esta variación lingüística, por cierto bastante común en las correspondencias reales coetáneas, significa tanto una adaptación a los usos de su nuevo marido, Jaime de Jérica, que alternaba también entre el aragonés y el catalán111, como un argumento de proximidad con su sobrino Alfonso. Fuese como fuese, solo intervino a favor de particulares –unos juglares de su hermano Roberto que habían festejado navidades en Jérica e iban a visitar al rey de Aragón112; un padre cuyo hijo había sido ahorcado y que querría darle sepultura;113 unos mercaderes agraviados114– pidiendo al nuevo rey de Aragón cumplir con sus solicitudes, haciéndole así honor y placer. Su papel diplomático y sus argumentos resultaban considerablemente reducidos en comparación con los años anteriores.
44El epílogo de la historia de María fue brutal y en cierto modo oscuro115. Su segundo marido la encerró durante cuatro años alegando su «inestabilidad anímica y la falta de honestidad de sus gestos» (animi instabilitatem ac gestuum inhonestatem), así como la necesidad de evitar la «confusión y el escándalo para ella, para los suyos como para su casa» (suam et suorum ac domus sue tanquam discretus et providus confusionem et scandalum vitare cupiens)116. Cuando enviudó otra vez en 1335, se convirtió de nuevo en un hito diplomático. El rey Alfonso IV subrayó en una carta a Roberto de Anjou el peligro que podía representar María: después de su boda con Jaime de Jérica, descalificada entonces como una deshonra, quería casarse otra vez por «lascivia» y por «falta de discernimiento» (discretionis deffectum), lo que, al parecer del rey, podría traer solo oprobio y abyección117. Fue puesta bajo control y, después de nuevos intercambios con los reyes angevinos, enviada, probablemente en 1337, a Provenza, donde acabó sus días.
45Durante este periodo, la actuación de la reina se nos aparece principalmente a través del filtro extremadamente deformante de cartas que denuncian su actitud. Además de sus deseos matrimoniales que parecían inconvenientes, se condenaba también su resistencia a seguir la misa durante dos años y su rechazo patente a volver a la tierra de sus padres y de su hermano. Su propia voz se evanece en la documentación. Así no se conserva ninguna carta de ella después de 1328. Solo se deduce de una respuesta del papa la confirmación de que ella le había mandado una petición de beneficio a favor de uno de sus protegidos118. En cambio, siguió recibiendo cartas de los reyes de Aragón, principalmente para significarle las decisiones tomadas para ella y la obligación de obedecer119. De manera significativa, el acto conocido de mayor relevancia realizado por María durante estos años consistió en dar, al parecer de manera forzada, su procuración al rey Alfonso de Aragón para que él actuara en su nombre en el complejo proceso de recuperación de la dote de su primer matrimonio120. Otro acto notarial expedido el 24 de julio de 1345, en Barjols (Provenza) y que hasta ahora había pasado desapercibido por los investigadores, cierra la débil producción documental realizada en nombre de la princesa en los últimos años de su vida: María expresa sencillamente su satisfacción por el pago de 1.000 libras a Francesca de Ribes por los consejeros de Barcelona endeudados con María121.
46Al final, el examen a grandes rasgos de esta compleja trayectoria vital conduce a subrayar primero la gran plasticidad de la correspondencia de la princesa según los destinatarios, su situación personal y los contextos. Sus correspondencias dan también fe de que los actores precarios –es decir actores cuyo papel no estaba perfectamente definido y reconocido de manera unánime, y cuyo estatus resultaba problemático– desempeñaban un papel importante en la diplomacia. No deja de ser destacable el hecho de que la mayor agentividad diplomática de María se observara precisamente en un periodo de viudez y de gran división en los territorios de su difunto esposo. En aquel entonces, el juego diplomático, ya de por sí bastante abierto en esa época, se abría aún más, dando más espacio a unos actores, a una mujer en este caso, para que actuasen de manera distinta de lo que solía hacer en otros contextos. Escribir, intercambiar mensajeros y embajadas eran en sus primeros años de viudez para María recursos fundamentales, ya que carecía de fuerza armada. Sin embargo, era una posición muy frágil, temporaria. Cuando algunas debilidades se le detectaron, de manera más o menos forzada, quedó muy aislada, de tal forma que, después de 1335, no pudo actuar con la misma eficacia que para su segunda boda. En cierto modo, regresó a su antiguo estatus, estando tratada casi como una puella, cuya capacidad estaba puesta en tela de juicio, cuando no negada del todo. Ello puede explicar al menos en parte su silencio epistolar durante los últimos años de su vida, en Valencia y después en Provenza. Puede ser también que siguiera escribiendo cartas desde su residencia provenzal. Lo ignoramos. De la misma manera, ¿fue realmente María la autora de todas sus cartas durante estos periodos no desprovistos de tensiones? Se sabe que la mano de su sobrino, un niño, fue utilizada por los roselloneses, para escribir cartas cuyo contenido probablemente no podía entender en su integridad. ¿Pasó a veces algo parecido con la frágil María? En todo caso, sus correspondencias revelan una figura ambivalente: en sus propias cartas bastante discreta y conforme con las normas, de vez en cuando débil, a veces reivindicativa, en cambio cada vez más insana, escandalosa y cazadora de maridos desde la perspectiva de muchos parientes suyos y del papa. María aparecerá, esperemos, menos borrosa y más compleja después de este estudio, pero quedan todavía por aclarar muchos interrogantes sobre su historia.
Notes de bas de page
1 La fecha de nacimiento de María se deduce de una carta del 24 de marzo de 1301 del rey de Aragón, Jaime II (1291-1327), a su tío y homónimo Jaime II de Mallorca (1276-1311). Al barajar varias hipótesis para casar al heredero Sancho de Mallorca, el rey aragonés indica una diferencia de tan solo un año o sea un intervalo intergenésico mínimo entre María y su hermana mayor Eleonora. Ahora bien, esta última nació en 1289, de ahí la aproximación ca. 1290 para María. El rey de Aragón ofrece una primera caracterización de la joven princesa María, destaca su idoneidad y su valoración por el papa Bonifacio VIII: [Maria] que minor est unico anno tantum illa, de qua superius est predictum. Que siquidem, ut vidimus, ita ordinatam et decoram dispositionem obtinet corporalem, sicut aliqua ex filiabus regis prefati [Carlos II de Anjou]. Inductive etenim cause inter alias, que nos promovent, sunt hec: origo tam alti sanguinis, quo puella descendit, tam annexi vinculi proximitas, qua domus patris sui cum nostra coniungitur, nec minus, quod puella hec domini summi pontificis ‘filiola’, seu specialis in Deo filia per ministerium babtismatis seu lavacrie regenerationis existit, qui paterno affectu inter alias prelibati regis filias illam prediligit et eandem, ut credimus, specialibus graciis et favoribus prosequetur [...] (ACA, C, reg. 334, fol. 12v°[2]-13r°, ici 13r°, parcialmente publicado, con un error de signatura, por Heinrich FINKE, Acta Aragonensia. Quellen zur deutschen, italienischen, französischen, spanischen, zur Kirchen- und Kulturgeschichte aus der diplomatischen Korrespondenz Jaime II. (1291-1327), 3 vol., Berlín: Walter Rothschild, 1908-1922, I, doc. 67, p. 97). Sobre Carlos II y su descendencia, veánse: Stephen RHYS DAVIES, Marriage and the Politics of Friendship: The Family of Charles II of Anjou. King of Naples (1285-1309), tesis doctoral (PhD), Universidad de Londres, 1998; Andreas KIESEWETTER, Die Anfänge der Regierung König Karls II. von Anjou (1278-1296). Das Königreich Neapel, die Grafschaft Provence und der Mittelmeeraum zu Ausgang des 13. Jahrhunderts, Husum: Matthiesen, 1999. Sobre Eleonor de Anjou, veáse en primera aproximación Andreas KIESEWETTER, «Eleonora d’Angiò, regina di Sicilia», Dizionario Biografico degli Italiani, Treccani, 42, 1993 [https://www.treccani.it/enciclopedia/eleonora-d-angio-regina-di-sicilia_%28Dizionario-Biografico%29/].
2 Su estatus de antigua reina ha sido a veces mencionado en documentos ulteriores. Su hermano Roberto de Anjou evoca así domine Marie, olim Majoricarum regine, en una carta al senescal de Provenza, fechada el 26 de septiembre de 1338 (Alain VENTURINI, «Un compte de l’hôtel de Marie d’Anjou, reine de Majorque, retirée en Provence», Bibliothèque de l’École des Chartes, 146, 1988, p. 69-129, doc. 1, p. 109).
3 Ibid., p. 78, con pruebas documentales sólidas. Gabriel ALOMAR ESTEVE, «Sobre l’estatge final i la sepultura d’Isabel, darrera Reina titular de les Mallorques», Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana: Revista d'estudis històrics, 49, 1993, p. 65-74, p. 66, considera que María murió en estado de demencia, en 1350, y está sepultada con su madre en Nápoles, pero sin aportar otra prueba que la posible representación de María como cariatide en el monumento funerario dedicado a su madre.
4 María no aperece, por ejemplo, ni en el Llibre de Pedro el Ceremonioso ni tampoco en la llamada Crónica de San Juan de la Peña. No se han conservado crónicas coetánas dedicadas principalmente a la breve dinastía de los reyes de Mallorca.
5 Ramon MUNTANER, Crònica, ed. Ferran SOLDEVILA, Les Quatre grans cròniques, Barcelona, Aedos, 1971, cap. CCLXIX, p. 908-909.
6 Jerónimo ZURITA, Anales de Aragón, ed. de Ángel CANELLAS LÓPEZ. Edición electrónica de José Javier ISO (coord.), María Isabel YAGÜE y Pilar RIVERO, IFC, 2003, libro VII, cap. XXIII (versión consultable aquí: https://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/2448).
7 Jean DE LA CHAPELLE, Marie d’Anjou reyne de Mayorque, nouvelle historique et galante. Première partie, Amsterdam: chez Abraham Wolfgang, 1680 (hubo al menos otra edición en 1682, en París, por Jean Ribou). El entusiasta autor considera su tema como «un des plus beaux endroits de l’Historie (sic) d’Italie dont la plus part des avantures sont autorisées de plus d’un Historien Italien & Espagnol qui, en certaines occasions, se sont plus estendus que moy & en d’autres moins, ayant estê obligéz de garder leur caractere d’Historien serieux, comme j’ai voulu suivre le mien d’Historien galant. Il y a quelque chose de plus Heroïque dans leur narration, mais il n’y a pas peut être plus de verité que dans mon recit & comme ils ne voudroient sans doute pas estre caution de tout ce qu’ils rapportent, je ne voudrois pas non plus étre garant de tout ce que je dit. C’est assez que je les ayes suivis dans les choses les plus essentielles de l’histoire, le reste est une broderie necessaire â une Nouvelle. Il y a eu une Marie d’Anjou fille de Charles II. Reyne de Mayorque qui à aimé le Comte d’Aveline & qui là épousé en secondes nopces. Il y a eu une Comtesse de Palomer d’une des plus illustres maisons de Mayorque qui à causé par sa jalousie beaucoup de desordre dans cette cour: qui à servi les Aragonois dans la guerre qu’ils ont euê contre le Roy Charles & que les Espagnols font beaucoup plus emportêe que je ne le fais, mais il est bien permis à un Auteur qui ne cherche qu’à plaire de radoucir un peu le caractere de ses Heros & sur tout celui d’une Heroïne. Cette Reyne de Mayorque obligea le Roy Jaques d’Aragon qui estoit épris de sa beauté à faire une treve avec le Roy Charles son Pere & ensuite à conclure tout-à-fait la paix par l’entremise de Boniface en épousant la princesse Blanche soeur aynée de cette Reyne » (ibid., p. 3). Resultaría fastidioso desentrañar lo – muy escasamente – verdadero de lo confuso en este ejercicio literario. Tomemos solo dos ejemplos. Al seguir a Jean de la Chapelle, María de Mallorca consiguió por su belleza enamorar al rey de Aragón, imponerle una tregua y casarle con su hermana mayor, Blanca. Ahora bien, María tenía menos de cinco años cuando se hizo la boda de Jaime II con Blanca de Anjou, en 1295. Jean de la Chapelle denuncia también su matrimonio con un rey de Mallorca demasiado viejo («Le Roy son Pere la donna, où plustot il la sacrifia au Roy de Mayorque [...] un homme vieux, d’une humeur bizarre & farouche, qui avoit dêja eu deux Femmes; & qui estoit même en reputation de s’en savoir deffaire, quand il lui plaisoit», ibid., p. 2), pero Sancho nació alrededor de 1277, y María fue su única mujer.
8 Heinrich FINKE, «Nachträge und Ergänzungen zu den Acta Aragonensia Band 1-3», Spanische Forschungen der Görresgesellschaft, Reihe I, 4, 1933, p. 355-536, reed. in: ID., Acta Aragonensia. Quellen zur deutschen, italienischen, französischen, spanischen, zur Kirchen- und Kulturgeschichte aus der diplomatischen Korrespondenz Jaime II. (1291-1327), 3 vol., Aalen, Scientia Verlag, 1966-1968, 3, p. 651-652. Algunos años antes, también A. LECOY DE LA MARCHE, Les relations politiques de la France avec le royaume de Majorque, 2 vol., París: Ernest Leroux, 1892, I, p. 366, p. 377, p. 392, p. 393 y p. 490-491 hace brevemente alusión a María de Mallorca.
9 J. Ernest MARTÍNEZ FERRANDO, La tràgica història dels reis de Mallorca. Jaume I. Jaum II. Sanç. Jaume III. Jaume (IV). (Isabel), Barcelona: Aedos, 1960, p. 136-138.
10 Stéphane PÉQUIGNOT, «Interponere partes suas: les bons offices de Jacques II d’Aragon entre les cours de Naples et de Majorque (1301-1304)», in: Jean-Marie MOEGLIN (ed.), L’intercession au Moyen Âge et au début de l’époque moderne. Autour d’une pratique sociale, Ginebra: Droz, 2004, p. 215-261, con referencias a la bibliografía anterior. A la preparación de esta boda cabe añadir el levantamiento de un fouage (fogaje) sobre el burgo de Castellane, en Provenza (veáse Thierry PÉCOUT, «Un registre en italien du clavaire de Castellane», Memini. Travaux et documents, 19-20, 2016, p. 177-202 (https://journals.openedition.org/memini/795; §7).
11 Maria Mercè COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica i la seva política en relació amb la monarquía de la corona d’Aragó (segles XIII-XIV), Barcelona: Fundació Noguera, 1998, p. 127-140.
12 A. VENTURINI, «Un compte de l’hôtel de Marie d’Anjou, reine de Majorque».
13 Ibid., p. 70.
14 Veáse al respecto, además de S. RHYS DAVIES, Marriage and the Politics of Friendship; Simone COINCY-SAINT PALAIS, Esclarmonde de Foix, reine Jayme II de Majorque, París: Éditions J. F., 1960; Jean-Paul BOYER, «Sancia di Maiorca, regina di Sicilia-Napoli», Dizionario Biografico degli Italiani, Treccani, 90, 2017 (https://www.treccani.it/enciclopedia/sancia-di-maiorca-regina-di-sicilia-napoli_(Dizionario-Biografico)/) con amplia bibliografía; Cristina ANDENNA, «Women at the angevin court between Naples and Provence. Sancia of Majorca, Delphine of Puimichel, and the “Struggle” for a female franciscan life», in: Nikolas JASPERT y Imke JUST (ed.), Queens, princesses and mendicants. Close relations in a European perspective, Viena: LIT, 2019, p. 29-52; Gemma Teresa COLESANTI, «Notas sobre las practicas epistolares de las reinas angevinas: dimensión personal, acción política, promoción institucional, asistencial y religiosa», in: Ángela MUÑOZ FERNÁNDEZ y Hélène THIEULIN-PARDO (dirs.), Saberes, cultura y mecenazgo en la correspondencia de las mujeres medievales, e-Spania Books, 2021 (disponible en Internet: <http://books.openedition.org/esb/3132>. ISBN: 9782919448371. DOI: https://doi.org/10.4000/books.esb.3132); Isabel MUNAR CATALA y Cristina ORTIZ MORENO, «Las grandes desconocidas: reinas e infantas del Reino de Mallorca (1276–1349)», in: Silvia CERNADAS MARTÍNAS y Miguel GRACÍA-FERNÁNDEZ (eds.), Reinas e infantas en los reinos medievales iberícos. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela, 2018, p. 153-74, dedican a la reina María sólo una página, con varios errores.
15 Veánse al respecto David ABULAFIA, Un emporio mediterráneo. El reino catalán de Mallorca. Barcelona: Ediciones Omega, 1996 [ed. original en inglés: A Mediterranean Emporium. The Catalan Kingdom of Majorca, Cambridge: Cambridge University Press, 1994]; Gabriel ENSENYAT PUJOL, La reintegració de la Corona de Mallorca a la Corona d’Aragó (1343-1349), 2 vol., Mallorca: Editorial Moll (El treball i els dies, 40-41), 1997; Pierre-Vincent CLAVERIE, La conquête du Roussillon par Pierre le Cérémonieux (1341-1345), Perpiñán: Trabucaire, 2014.
16 En el Archivo de la Corona de Aragón se han vaciado sistemáticamente las Cartas reales diplomáticas de Jaime II y Alfonso IV de Aragón, así como los pergaminos de Jaime II transcritos en los indices de José Llaris (n°1–n°2900) y los Pergaminos Extra Inventarium de este mismo rey (a pesar de su título, están catalogados desde 2019). Los registros de la cancillería real han sido también explorados de manera sistemática para los años 1324-1327, de manera necesariamente más puntual para los demás periodos considerando la amplitud de la documentación.
17 Hay 22 cartas de María a Jaime II de Aragón: 1 de julio de 1306, Perpiñán; 6 de marzo de 1307, castillo de Collioure; 5 y 19 de agosto de 1307, Perpiñán; 7 de octubre de 1308, Perpiñán; 17 de agosto de 1310, Perpiñán; 27 de marzo de 1311, Palma de Mallorca; 22 de diciembre de 1314, Palma de Mallorca (dos cartas); 14 de enero de 1320, Aviñón; 10 de septiembre de 1324, Perpiñán; 16 de diciembre de 1325, Perpiñán; 18 de junio, 3 de agosto, 5 de octubre, 7 de noviembre y 10 de diciembre de 1326, Perpiñán; 3 y 23 de enero, 7 de febrero, 27 de marzo y 1 de abril de 1327, Perpiñán (respectivamente ACA, C, CR de Jaime II, caja 21, n°2732, caja 20, n°2642, caja 23, n°2992 y n°2973; caja 27, n°3373; caja 30, n°3783 y n°3845; caja 41, n°5090; caja 40, n°5032; caja 49, n°6074; ACA, C, CR de Jaime II, caja 150 [ES], n°692; caja 69, n°8425; caja 72, n°8818; caja 73, n°8937; caja 74, n°9071 [ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 77, p. 345-346]; n°9130; caja 75, n°9217; caja 68, n°8463; n°8484 [ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 82, p. 350-351]; caja 69, n°8530; caja 76, n°9288, n°9298). Cabe añadir 3 cartas de María al infante Alfonso de Aragón, fechadas los 9 de noviembre de 1317, 15 de diciembre de 1325 y 6 de octubre de 1326, Perpiñán (ACA, C, CR de Jaime II, caja 47, n°5799; caja 69, n°8422; caja 74, n°9074); 3 cartas suyas al rey Alfonso IV de Aragón, fechadas el 28 de diciembre de 1327 en Jérica y los 5 y 18 de marzo de 1328, en Valencia (ACA, C, CR de Alfons IV, caja 2, n°175 [ed. Antonio RUBIÓ I LLUCH, Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, 2 vol., Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 1908-1921 [reed. facsimil bajo el título Documents per a la història de la cultura catalana medieval, Barcelona: Institut d’Estudis Catalans (Memòries de la Secció Histórico-arqueològica, 54/1-2), 2000], I, doc. LXVIII, p. 80-81]; CR de Alfonso IV, caja 1, n°137, n°144), y una carta de María a Dalmau de Pontons, del 21 de octubre de 1314, en Palma de Mallorca (ACA, C, CR de Jaime II, caja 41, n°5089).
18 Hay 15 cartas de los papas, una de Clemente V a Sancho y María, fechada el 10 de noviembre de 1305, Lyon (Regestum Clementis papae V ex Vaticanis archetypis sanctissimo domini nostri Leonis XIII pontificis maximi iussu et munificentia nunc primum editum cura et studio monachorum ordinis S. Benedicti anno MDCCCLXXXIV, 8 vol., Roma: e typographia vaticana, 1885-1892, I, p. 202, n°1110), y 14 de Juan XXII a María: 11 de septiembre de 1309 (a Sancho y María); 11 de septiembre de 1310; 10 y 19 de diciembre de 1316; 9 de abril de 1317; 27 de febrero de 1320; 1 de julio de 1322; 21 de septiembre y 6 de noviembre de 1324; 5 de enero, 7 de julio y 8 de octubre de 1325; 14 de mayo y 21 de julio de 1326, siempre en Aviñón (Guillaume MOLLAT, Jean XXII (1316-1334), Lettres communes, París: De Boccard, 1904-1947, n°4749, n°6055; n°2211; n°2284; n°11059; n°15697; n°22754; Auguste COULON y Suzanne CLÉMENCET, Lettres secrètes et curiales du pape Jean XXII relatives à la France, 10 vol., París: De Boccard, 1900-1973, coll. 117, n°163-135; ASV, reg. vat. 113, fol. 27r°[2], fol. 28v°[3], fol. 31r°-v°, fol. 240v°; fol. 243r° [parcialmente ed. por A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2267; 2351-2353; 2620; 2824]. Se conservan al menos 6 cartas de Jaime II de Aragón a María: 22 de diciembre de 1319, Barcelona; 16 y 19 de septiembre de 1324, Barcelona; 29 de marzo y 12 de septiembre de 1325; 2 de octubre de 1327, Barcelona (ACA, C, reg. 348, fol. 30r°; reg. 347, fol. 13r°[2]-[3], fol. 62v°, fol. 18r°; reg. 248, fol. 257v°-258v°; reg 250, fol. 64r°[2]-v°). Hay cuatro cartas del infante Alfonso de Aragón a María: 18 y 21 de septiembre de 1324, Barcelona; 7 de octubre de 1325, Zaragoza; 27 de noviembre de 1326 (ACA, C, reg. 397, fol. 221r°-v°, 224r°-v°; reg. 424, fol. 43r°[2], 76r°[2] [segunda numeración del volumen]). Se han encontrado también una carta del infante Pedro de Aragón, conde de Ampurias, a María, del 14 de agosto de 1326 (ADM Ampurias, l. 72-9603 [=r. 325, 497-1]), una del rey Alfonso IV de Aragón, expedida el 25 de abril de 1335, en Valencia (ACA, C, reg. 536, fol. 51v°) y una del rey Pedro IV de Aragón a María, del 16 de junio de 1336, en Lérida (ACA, C, reg. 1053, fol. 141r°, éd. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 163, p. 409).
19 Las cartas con huellas de sello de Mária son dirigidas al infante Alfonso de Aragón el 9 de noviembre de 1317, el 15 de diciembre de 1325 y el 4 de noviembre de 1326, al rey Jaime II el 16 de diciembre de 1325, el 18 de junio, el 3 de agosto y el 7 de noviembre de 1326, el 7 de febrero, el 27 de marzo y el 1 de abril de 1327, al rey Alfonso IV de Aragón el 28 de diciembre de 1327 y el 5 de marzo de 1328 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 47, n°5799; caja 69, n°8422, n°8425; caja 72, n°8818; caja 73, n°8937; caja 74, n°9074, n°9130; caja 69, n°8530; caja 76, n°9288, n°9298; ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 2, n°175 [ed. A. RUBIÓ I LLUCH, Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, I, doc. LXVIII, p. 80-81]; caja 1, n°137).
20 Carta de María del 21 de octubre de 1314, desde Palma de Mallorca (ACA, C, CR de Jaime II, caja 41, n°5089).
21 Dos cartas de Roberto a María anteriores al 6 de noviembre de 1324 son mencionadas en una carta del papa a la princesa (ASV, reg. vat. 113, fol. 28v°[3]).
22 Ibid., fol. 27r°[2], fol. 31r°, fol. 184v° [carta al obispo de Elne].
23 G. MOLLAT, Jean XXII (1316-1334), Lettres communes, 2213, 2218-2222, 18634, 19003, 19496, 20289.
24 Cartas de Jaime II a María del 29 de marzo y del 12 de septiembre de 1325 (ACA, C, reg. 248, fol. 257v°; reg. 347, fol. 62v°).
25 Carta de Jaime II a Blanca, 10 de octubre de 1305: «[...] Scire vos volumus nos, ad magnam instanciam et preces inclite sororis vestre Marie [uxoris] incliti infantis Sancii, illustris regis Maiorice filii, concessisse eidem, liberos nostros videre afectanti, quod vos in adventu vestro adducetis vobiscum inclitos comunes liberos karissimos nostros, infantes Iacobum, Alfonsum, Mariam et Constantiam [...]» (Jesús Ernesto MARTÍNEZ FERRANDO, Jaime II de Aragón. Su vida familiar, 2 vol., Barcelona: CSIC (Estudios, 9), 1948, II, doc. 31, p. 18).
26 Carta de María a Dalmau de Pontons, el 21 de octubre de 1314: «[...] Ecce quod nos ad instantiam G. Coste domicelli scutiferi nostri ac dilecti [-] dicto regi Aragonum eundem deprecantes quod super contentis in litteris quam sibi transmittimus se habeat graciosum. De quibus per dictam litteram poteritis plenarie edoci [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 41, n°5089).
27 Carta de María a Jaime II del 27 de marzo de 1311 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 30, n° 3845).
28 Carta a María del infante Pedro de Aragón del 14 de agosto de 1326 (ADM Ampurias, l. 72-9603 [=r. 325, 497-1]).
29 Cartas al infante Alfonso del 4 de noviembre de 1326, al rey el 7 de noviembre y el 10 de diciembre de 1326, el 3 y el 23 de enero, el 7 de febrero de 1327 (respectivamente ACA, C, CR de Jaime II, caja 74, n°9074, n°9130; caja 75, n°9217; caja 68, n°8463, n°8484 [ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 82, p. 350-351]; caja 69, n°8530).
30 Carta del 10 de septiembre de 1324 de María a Jaime II de Aragón (ACA, C, CR de Jaime II, caixa 150 [ES], n°692).
31 Ibid.
32 Veánse al respecto Claire PONSICH, «Violant de Bar (1365-1431). Ses liens et réseaux de relations par le sang et l’alliance», in: Reines et princesses au Moyen Âge, actes du 5e colloque international de l’Université Paul Valéry de Montpellier 24-27 novembre 1999, Les Cahiers du C.R.I.S.I.MA., 2 vol., Montpellier: Presses Universitaires de Montpellier, 2001, I, p. 233-276; Sebastian ROEBERT, Die Königin im Zentrum der Macht. Reginale Herrschaft in der Krone Aragón am Beispiel Eleonores von Sizilien (1349-1375), Berlín/Boston: De Gruyter, 2020. Solo se han podido encontrar 14 cartas de Blanca de Anjou entre las Cartas reales diplomáticas de Jaime II del Archivo de la Corona de Aragón (Alexandra BEAUCHAMP, «La conservation de las cartas de las reinas de Aragón del siglo XIV», in: Jean-Pierre JARDIN, Hélène THIEULIN-PARDO, Patricia ROCHWERT-ZUILI y José Manuel NIETO SORIA (eds.), Cartas de mujeres en la Europa medieval: España, Francia, Italia y Portugal (siglos XI-XV), Madrid: La Ergástula, 2018, p. 69-87).
33 S. PÉQUIGNOT, «Interponere partes suas».
34 Veánse al respecto las cartas del rey Jaime II de Aragón a Jaime II de Mallorca, el 13 de septiembre de 1303 y el 5 de enero de 1304 (ACA, C, reg. 334, fol. 149r°[1], fol. 150v°[2]).
35 S. PÉQUIGNOT, «Interponere partes suas».
36 ACA, C, reg. 334, fol. 161r°[1].
37 Veánse las referencias reunidas más arriba en la nota 18.
38 J. E. MARTÍNEZ FERRANDO, Jaime II, II, doc. 31, p. 18.
39 ACA, C, reg. 338, fol. 79r°.
40 Carta del rey Carlos II de Anjou a Jaime II de Aragón, el 19 de abril, desde Marsella (ACA, C, P. de Jaume II, EI, n°111): «[...] hodie die jovis xviiii° presentis mensis aprilis recepimus litteras quasdam principis incliti patrui vestri consanguinei nostri carissimi domini Jacobi Dei gracia regis Maioricarum illustris nobis transmissas per quas nobis rex ipse intimavit se a certo habuisse quod vos et regina consors vestra filia nostra carissima ex causa deliberaveratis nos ad presens non adire. Quamobrem et ipse idem rex ordinaverat quod infans Sancius primogenitus eius et Maria ipsius consors filii nostri carissimi non per mare sed per terram ad nos venirent. Nos itaque carissime fili rumoribus ipsis acceptis atque attento quam necessarium nobis iuxta consilium medicorum est prope certam nec modicam corporis molestiam qua diu iam afflicti sumus esse omnino in partibus regni nostri intra presens vernale tempore balneorum Putheoli competentibus nobis remediis fruituri deliberavimus statum nostrum istunc accelerare recessum [...]». Esta carta fue despachada entre 1304, año de la boda de Sancho con María, y 1309, cuando murió Carlos II de Anjou. Ahora bien, no hay ningún jueves 19 de abril en este periodo. Se trata probablemente de un error de escritura.
41 Carta del rey de Aragón al rey de Mallorca, el 2 de marzo de 1309 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 27, n°3440).
42 Carta del rey de Mallorca al rey Jaime II de Aragón, el 19 de agosto de 1309, desde Montpellier: «[...] sciat etiam vestra serenitas nos cum illustri regina consorte nostra esse in Montispesulo ubi expectamus adventum illustrium regis et regine Jherusalem et Cicilie filiorum nostrorum carissimorum qui sunt Avinione ubi coronationem suam a domino papa receperunt honorifice prima domenica presentis mensis augustis. Cui coronatione interfuerunt infans Sancius primogenitus noster et inclita infantissa Maria consors sua filii nostri, qui una cum rege et regina fratribus suis venturi sunt ad nos in Montispesulem ubi debemus consolari mutua visione [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 29, n°3636).
43 Carta de María a Jaime II de Aragón, 13 de enero de 1320, Aviñón (ACA, C, CR de Jaime II, caja 49, n°6074).
44 Noël COULET, «Les entrées solennelles en Provence», in: Id., Rites, histoires et mythes de Provence, Aix-en-Provence: Presses Universitaires de Provence, 2012, p. 13, menciona los preparativos hechos en Marsella a principios de 1320 para acoger a los reyes de Mallorca, convidados por los angevinos. Sobre el mismo tema, veáse también Jean-Paul BOYER, «Sancia par la grâce de Dieu reine de Jérusalem et de Sicile», Mélanges de l’École française de Rome - Moyen Âge [on line], 129-2 | 2017: http://journals.openedition.org/mefrm/3655; DOI: https://doi.org/10.4000/mefrm.3655, especialmente §81.
45 ACA, C, CR de Jaime II, caja 20, n°2642; caja 21, n°2732; caja 23, n°2973; caja 27, n°3373; caja 30, n°3783; caja 41, n°5090.
46 Carta de María a Jaime II de Aragón, el 1 de julio de 1307, Perpiñán: «[...] Qum vero non fecimus mentionem de illustro domino rege Mayoricarum vel de eyus sospitate ac viri karissimi nostri, scientes antedictos in obsidionem castri, quod idem castrum vocatum est Quer, volumus vos certificare, ut exinde negligentia nostra non valeat comiti [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 21, n°2732).
47 Cuando, el 16 de noviembre de 1305, el rey de Aragón informa al marido de María, el infante Sancho de Mallorca, de la muerte del hermano de su esposa, el infante Ramón Berenguer, le recomienda no comunicárselo a ella hasta el regreso del rey Jaime II de Mallorca (ACA, C, reg. 236, fol. 64r°, ed. ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN, La muerte en la Casa Real de Aragón. Cartas de condolecencia y anunciadoras de fallecimientos (siglos XIII al XVI), Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 2018, doc. 4, p. 23).
48 Carta del 14 de enero de 1320, desde Aviñón: «Serenissimo principi domino Jacobo Dei gracia regi Aragonum Valencie Sardinie et Corcisse (sic) comitique Barchinone ac sacrosancte Romane ecclesie vexillario et ammiratui capitaneoque generali carissimo fratri nostro. Maria per eandem reginam Maiorcarum. Salutem felicibus successibus abundantem. Magnificencie vestre litteras suscepimus quas nobis attulit presentium exibitor. Quarum quidem tenore intellecto, fuimus admodum desolate super hiis que inclitus infans Jacobus vester primogenitus carissimusque nepos noster peregit mundum sic deserendo et religionique habitum assumendo. Consolari attamen vos debemus ex quo Deo placuit disponere, qui finem omnium rerum quemadmodum principia bene novit, ipse quidem disposit omnia p[-] et scit tamen quare sic de dicto infanti sibi placueuit ordinare. Placeat eidem Altissimo per quem reges regnant et principes dominant, quod ipse dignetur ex quo sic est inclitum infantem Alfonsum vestrum secundogenitum amabilem nepotum nostrum, custodire incolumen et dirigere in agendis, et faciatque eumdem ipsum dominum omnipotentem et apud homines virtutibus crescere et graciis abundare, taliter quod post decursum regni huius seculi pervenire mereatur ad gaudia regni illius quod est permansurum in secula seculorum. Augmentet continue et dirigat Altissimus decus vestrum. Datum Avinione XIII. die januarii anno Domini Millesimo CCC°.XVIIII°» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 49, n°6074).
49 Carta del 10 de septiembre de 1324, desde Perpiñán (ACA, C, CR de Jaime II, caja 150 [ES], n°692).
50 Carta del 5 de agosto de 1307: «[...] Jacobo de Olesia scriptore rationali ac domestico domini regis Maioricarum predicti referente, didicimus quod ipse est per se et [-] Petrum de Olesia nepotem suum per vestros iudices quamdam sententiam [condempn]atus. De qua sentencia, ut dictus Jacobus asserit, prelibatus nepos suus ad vestram magnificentiam apellavit. Verum cum prefatus Jacobus sit homo pro quo nos hec et maiora facere nos teneamur, eo quia est et fuit servicio antedicti domini regis longissimus temporibus mancupatus, vestram magnificentiam deprecamur attente, quatinus vestris judicibus tradere dignemini in mandatis quod causam prefate sententiae breviter [...] ac sine longo strepitu judiciario debeant terminare [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 23, n°2992).
51 Cartas del 21 de octubre y del 22 de diciembre de 1314, Mallorca (ACA, C, CR de Jaime II, caja 41, n°5089; caja 40, n°5032).
52 Veánse las referencias indicadas en la nota 23.
53 ACA, C, CR de Jaime II, caja 47, n°5799. Sobre esta carta, veáse más abajo.
54 Cartas a Jaime II de Aragón, 1 de julio y 5 de agosto de 1307, 7 de agosto de 1308, 17 de agosto de 1309 y 22 de diciembre de 1314 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 21, n°2732; caja 23, n°2992; caja 27, n°3373; caja 30, n°3783; caja 41, n°5090).
55 Carta de Clemente V, el 10 de noviembre de 1305 (Regestum Clementis papae V, I, p. 202, n°1110) y de Juan XXII el 11 de septiembre de 1309 y el 11 de septiembre de 1310 (G. MOLLAT, Jean XXII (1316-1334), Lettres communes, 4749, 6055).
56 ACA, C, CR de Jaime II, n°2973, n°2976.
57 Suscrito.
58 ACA, C, CR de Jaime II, caja 47, n°5799-5800.
59 ACA, C, CR de Jaime II, caja 150 [ES], n°692.
60 Sobre este conflicto, me permito remitir a Stéphane PÉQUIGNOT, Une mer troublée. La grande division des terres du roi de Majorque (1324-1326), mémoire inédit d’habilitation à diriger des recherches, defendido en junio de 2018, cuya publicación está en preparación.
61 Carta del rey Jaime II de Aragón a su sobrino Jaime de Mallorca del 16 de septiembre de 1324, desde Barcelona (ACA, C, reg. 347, fol. 13r°[1]).
62 Cartas a María de Mallorca del rey de Aragón y de su primogénito Alfonso, respectivamente el 16 de septiembre de 1324, y, para el segundo, los 18 y 21 del mismo mes, desde Barcelona (ACA, C, reg. 347, fol. 13r°[2]-[3]; reg. 397, fol. 221r°-v°, fol. 224r°-v°).
63 Carta de los consules y probi homines de Perpiñán al rey de Aragón, el 25 de septiembre de 1324: «[...] Unde, cum serenissimus princeps dominus Sancius, rex Maioricarum preclare memorie, sequtus dispositionem suorum serenissorum parentum in suo testamento, instituerit heredem universalem serenissimum dominum Jacobum primogenitum incliti domini infantis Ferrandi memorie recolende nunc Dei gracia regem Maioricarum ac nostrum dominum predilectum, nisi serenissima domina Regina eius consors postumum pariat, nos nitimur totis viribus prefata jura ac comoda serenissimi domini nostri prelibati promovere, ut tenemur, ac inviolabiliter conservare. Inter cetera nunc obviantes cum debita reverentia nude voluntati serenissime domine regine prelibate, volentis penitus recedere a castro regio Perpiniani, eius honori et honestati congruo ubi decenter cum sua familia more solito habitat, necnon disponentis accedere causa habitandi ad unum hospicium huius ville [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 150 [ES], n°703, copiado en ACA, C, reg. 347, fol. 34r°).
64 Carta del 10 de septiembre de 1324, Aviñón: «[...] Expedit sibi carissime quod regem prefatum nepotem tuum regia providentia quantum bono modo poterit ad se trabat sedulam quam curam adhibeat quod regina predicta diu non perseveret vidua, sed vigilanter intendit sibi de viro prope vel longe providere [...]» (ASV, reg. vat. 113, fol. 54v°).
65 Cartas del 6 de noviembre de 1324, desde Aviñón (ASV, reg. vat. 113, fol. 28v°-29r° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2268, 2269, 2270]). Así se escribió, por ejemplo, a Felipe de Mallorca: «[...] Cum, sicut accepimus, carissima in Christo filia nostra Maria, regina Maioricarum illustris soror tua de voluntate ac beneplacito carissimi in Christo filii nostri Roberti regis Sicilie illustris germani sui debeat ad partes comitatus Provincie moratura ibidem per aliqua tempora se transfere, tuumque ac carissimi in Christo filii nostri Jacobi regis Maioricarum illustris nepotis tui et domus regie Maioricarum honorem deceat, ut eadem regina cum commitiva sufficienti et aliis necessariis suis decenter et honorifice hujusmodi valeat agere iter suum [...]» (ASV, reg. vat. 113, fol. 28v° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2270]).
66 Carta de Juan XXII a los administradores del reino de Mallorca del 6 de noviembre de 1324: «[...] discretionem vestram rogamus attentius et hortamur quatinus, ut eadem regina cum sufficienti comitiva et aliis necessariis decenter et honorifice ad partes easdem Provincie venire valeat et perficere iter suum ordinare ac operibus exequi, prout ejusdem regine statui ac carissimi in Christo filii nostri Jacobi regis Maioricarum illustris honori congruit [...]» (ASV, reg. vat. 113, fol. 28v° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2269]).
67 Carta del papa a María del 10 de septiembre de 1324, desde Aviñón: «[...] Ceterum, quia ex tenerrimo caritatis affectu quo ad preclara trahimur regie domus prosapiam, eaque adhuc in animis juvenilibus ambulas, a facilis infamie lubrico vitari cupimus, pedes tuos serenitatem tuam rogamus, monemus periter et hortamur, paterno nichilominus tibi sanoque consilio suadentes, ut abdicata prorsus [-] juvenium comitiva quorumlibet, honestas tibi adhibeat matronas et graves cum quibus juventutem tuam morum gravitate compensans earum commiseratione laudabili perfruaris, habeas queque tecum aliquos viros provides et maturos quorum dirigaris consilio ad agenda, sicquod tu laudabiliter demum et constanter incedas per bona et lucida tue nationis exempla, quod laudabilis tue fame fruetur, integritas Altissimo dedices tue honestatis insignia et gloriosum propium meritura rependium sibi offeras cui debes sacre pudicitie holocausta [...]» (ASV, reg. vat. 113, fol. 27r°[2]).
68 Esta carta no ha sido encontrada. Su contenido se deduce de la respuesta del papa indicada en la nota siguiente.
69 Carta de Juan XXII del 5 de enero de 1325, desde Aviñón (ASV, reg. vat., 113, fol. 31r° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2351]). Sobre el mismo asunto escribió también al rey-niño Jaime de Mallorca así como a su tutor Felipe de Mallorca (ibid., fol. 31r°-v° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2352-2353]).
70 Carta de Juan XXII a María del 8 de octubre de 1325, desde Aviñón: «Marie, regine Majoricarum. Dudum serenitati tue, ut, juxta consilium et beneplacitum carissimi in Christo filii nostri Roberti, regis Sicilie illustris, germani tui, te ad partes transferes Provincie, moraturam ibidem in civitate Aquensi, per nostras litteras meminimus suasisse; et licet quasdam excusationes pretendens, quare tunc obtemperare nequibas commode nostris persuasionibus hujusmodi et beneplacitis dicti regis, quia tamen nunc cause dictarum excusationum omino cessare noscuntur, tuam magnificentiam attentius exhortamur, sano tibi nichilominus consilio suadentes quatinus, voluntati et ordinationi prefati regis super hiis promptis operibus te coaptans, ad easdem partes Provincie non differas, honeste tamen et honorifice juxta status tui decentiam, te transferre. Cumque prefatum regem de tua salute et honore solicitum, dilecto filio Helionoro de Villanova, magistro hospitalis Sancti Johannis Jerosolomitani, ut te, cum ad partes veneris supradictas, associet, speciales litteras perceperimus direxisse, idemque magister sit ad presens in illis partibus pro suo capitulo celebrando, regie providentie consulimus ut cum eodem magistro habere tractatum et colloquium super hoc non postponat [...]» (ASV, reg. 113, fol. 233r° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2620, y 2621 para la carta a Hélie de Villeneuve]). El mismo día, Juan XXII le pedía al rey de Mallorca que se asegurara de una comitiva decente para María (ASV, reg. 113, fol. 233r°).
71 Carta de Juan XXII a María del 14 de mayo de 1326: «[...] Tenet nostra memoria nec a tua, filia carissima, credimus excidisse, quomodo te iteratis vicibus duxerimus exhortandam sano tibi consilio suadendo ut carissimi in Christo filii nostri Roberti, regis Sicilie illustris, germani tui, consiliis acquiesciens, deberes ad Provinciam te conferre, decenter et honeste ibidem moratura quousque ipse curasset de viro conveniente tibi, favente Domino, providere. Sane quia nondum est exhortationibus nostris et consiliis hujusmodi satisfactum, nos eas iterum repetentes, circumspectionem regiam rogamus attentius et hortamur quatinus quod inprovide hactenus super hiis est omissum adimplere sublato more dispendio, regalis sublimitas non postponat. Et quia res lubrica noscitur fama pudoris, regie providentie suademus ne ad partes alias, nisi vellet, quod absit, in sui nominis gloria maculam ponere presumat quomodolibet se transferre [...]» (ASV, reg. vat. 113, fol. 240v°, ed. A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2824, veánse también ibid., 2825-2826 las cartas del papa a Jaime de Mallorca y a su tutor Felipe de Mallorca sobre el mismo tema).
72 Cartas del rey Roberto a Jaime II, el 19 de junio de 1326, del papa a María el 21 de julio de 1326, a Jaime II de Aragón y a su primogénito Alfonso, los 21 y 26 de julio de 1326, a Roberto de Anjou el 18 de agosto de 1326 (ACA, C, P. de Jaume II, carp. 206 [EI], n°370; ASV, reg. vat., fol. 243r°, fol. 266v°; ACA, C, Bulas, Leg. XXXV, n°113-114, ed. Tilmann SCHMIDT y Roser SABANÉS I FERNÁNDEZ, Butllari de Catalunya: documents pontificis conservats als arxius de Catalunya, 3 vol., Barcelona: Fundació Noguera, 2016, II, doc. 841-842, p. 1128-1129).
73 Carta de Juan XXII a María del 8 de octubre de 1325 (ASV, reg. 113, fol. 233r° [A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2620]).
74 Para una primera aproximación al respecto, veáse M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, p. 127-140.
75 Cartas del papa a María el 21 de julio de 1326, a Jaime II de Aragón y a su primogénito Alfonso, los 21 y 26 de julio de 1326, a Roberto de Anjou el 18 de agosto de 1326 (ASV, reg. vat., fol. 243r°, fol. 266v°; ACA, C, Bulas, Leg. XXXV, n°113-114, ed. T. SCHMIDT y R. SABANÉS I FERNÁNDEZ, Butllari de Catalunya, II, doc. 841-842, p. 1128-1129).
76 Cartas de Alfonso de Aragón a Jaime II, el 18 de febrero de 1326 y a María, el 27 de noviembre del mismo año (ACA, C, CR de Jaime II, caja 70, n°8557; reg. 424, fol. 76r°[2]).
77 Carta patente del infante a favor de la reina, el 12 de junio de 1326, desde Castellón de Ampurias: «[...] tenore presentium vobis prefate domine regine convenimus et promittimus bona fide quod nos tam super negociis matrimonii per vos contrahendum quam aliis quibuslibet negociis per vestram regiam precellentiam nunc vel imposterum peragendis vestram serenitatem regiam velut nepos et filius vester karissimus adjuvabimus et circa securem et bonam expeditionem et profectionem negociorum ipsorum laborabimus et instabimus totis viribus et conatu. In cujus rei testimonium presentes magnificencie vestre fieri mandavimus nostri sigillo munimine roboratus [...]» (ADM Ampurias, l. 74-9651 [=R 327,126-2/3]). Veáse también la carta del infante a su padre Jaime II, el 4 de septiembre de 1326 (ibid., l. 74-9652 [=R 327,138-2-4]).
78 Carta de Juan XXII à Roberto de Anjou, el 15 de abril de 1326 (ed. Angelo MERCATI, Saggi di storia e letteratura, 2 vol., Roma: Edizioni di storia e letteratura, 1982, 2, artículo «Dagli “Instrumenta Miscellanea” dell’Archivio Segreto Vaticano», doc. VI, p. 371-372).
79 M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, p. 127-140.
80 Carta de Juan XXII a Roberto de Anjou, el 20 de noviembre 1325: «[... ] regina Maioricarum pro marito posuit cor suum in comite Armaniaci pre ceteris [...]» (ed. Angelo MERCATI, Saggi di storia e letteratura, 2, doc. I, p. 365).
81 Carta del infante Pedro de Aragón a su padre Jaime II, el 26 de enero de 1326 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8502 (ed. parcial con una signatura errónea H. FINKE, «Nachträge und Ergänzungen», doc. 31, p. 473-474).
82 ADM Ampurias, l. 74-9652 (=R 327,138-2-4).
83 ACA, C, CR de Jaime II, caja 74, n°9071, ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 77, p. 345-346.
84 Entre ellos figuró Ferrer de Canet, en noviembre de 1326, también accreditado por Jaime de Mallorca (ACA, C, CR de Jaime II, caja 74, n°9127, n°9130).
85 Carta de María a Jaime II del 3 de enero de 1327, Perpiñán: «Serenissimo ac magnifico principi domino Jacobo Dei gracia regi Aragonum Valencie Sardinie et Scorcice comesque (sic) Barchinone ac sancte Romane Ecclesie vexillario et amirato et capitaneo generali fratri nostro carissimo. Maria eadem gracia Maioricarum regina comitissa Rossilionis et Ceritanie et domina Montispessulani, salutem et votiva prosperorum successum incrementa. Licet alias pro negocio tractandi matrimonium inter nos et nobilem Jacobum de Xericha serenitate vestre nostros nuncios destinaverimus speciales, nicholominus [--] et discretum Bartholomeum Serra capellanum et familiarem nostrum, qui super predictis et quibusdam aliis mittimus vobis appariet voluntatem serenitati vestre duximus destinandum, credentes excellentissime domine, si placet, eidem in hiis que ex parte nostra vobis duxerit exponenda. Datum Perpiniani sub sigillo nostro secreto. Tertio nonas Januarii anno Domini millesimo . CCC. Vicesimo . Sexto» (ACA, C, CR de Jaime II, caixa 69, n°8463).
86 Carta de María a Jaime II de Aragón del 10 de diciembre de 1326: [...] «Cui monacho si placet credere velit vestra sublimitas super hiis que vestre serenitati refferenda duxerit oraculo vocis vive [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 75, n°9217).
87 Carta del 23 de enero de 1327, Perpiñán (ACA, C, CR de Jaime II, caixa 69, n°8484, ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 82, p. 350-351).
88 Veáse por ejemplo la carta credencial de María para Andrea Paransos ante el rey de Aragón, despachada el 7 de febrero de 1327: «Serenissimo principi domino Jacobo Dei gracia regi Aragonum Valencie Sardinie et Corcisse (sic) comitique Barchinone ac sancte romane ecclesie veyxillario (sic) ammirato et capitaneo generali nobis karissimo velut fratri. Maria eadem gracia Maioricarum regina. Salutem cunctis felicitatibus opulentam. Cum nos, domine, comiserimus verba quedam Andree Paransos presentium latitori, rogamus vestram magnificenciam, quatinus ipsi Andree credere velitis super hiis que ex parte nostra vestre serenitati referenda duxerit oraculo vocis vive. Datum Perpiniani sub secreto sigillo nostro VII° Idus februarii anno Domini Millesimo trecentesimo vicesimo sexto» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8530). Del mismo modo, veáse la nueva acreditación de su confesor Ferrer Real ante Jaime II, el 27 de marzo de 1327 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 76, n°9288); así como M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, p. 127-140.
89 Cartas de Jaime II de Aragón al papa y a Roberto de Anjou, el 31 de marzo de 1327 (ACA, C, reg. 250, fol. 9v°-10r°).
90 Veánse al respecto las cartas expedidas el 2 de agosto de 1327 por Juan, arzobispo de Toledo, a su padre Jaime II de Aragón (en dos ejemplares) y a su hermano Alfonso, la carta del 17 de agosto de Jaime II a Alfonso para pedirle su voluntatis beneplacitum et assensum, la carta de Alfonso a Roberto de Anjou del 21 de septiembre para asegurarle de la pertenencia de Jaime de Jérica a la sangre real, y las cartas de Jaime II a María y a Roberto de Anjou de los 2 y 7 de octubre en las cuales daba su beneplacitum para la boda y tranquilizaba al rey sobre la ascendencia del noble jéricense (ACA, C, CR de Jaime II, caja 78, n°9562, n°9563; n°9564 [ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 91, p. 356-357], n°9584; reg. 424, fol. 109v°-110r° [segunda numeración]; reg. 250, fol. 64r°[2]-v; fol. 71r°[2]).
91 La fórmula aparece en una carta de Jaime II al rey Roberto de Anjou, el 31 de marzo de 1327: «[...] propositum voluntatis illustris domine Marie Maioricarum regine germane vestre sororis nobis karissime radicatum fore e certo didiscimus in hiis partibus remanendi et quod infra regnum nostrum sibi matrimonium procuretur [...]» (ACA, C, reg. 250, fol. 10r°).
92 Carta de Bernat Llull, procurador en la curia de Jaime II de Aragón a este último, el 27 de marzo de 1327: «[...] Et statim [dominus papa] respondit, quod non dispensaret cum eo, nisi exprimeretur persona, cum qua intendit contrahere dictus nobilis et causa inductiva ad dispensandum [...]» (H. FINKE, « Nachträge », doc. 32, p. 475).
93 ADM Ampurias, l. 74-9652 (=R 327,138-2-4).
94 Cartas de María a Jaime II, el 16 de diciembre de 1325, desde Perpiñán, de María y de Felipe de Mallorca a Alfonso de Aragón, el 6 de octubre de 1326 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8425; caja 74, n°9074, n°9075).
95 Carta de Alfonso a María del 7 de octubre de 1325, y de María a Alfonso, el 15 de diciembre del mismo año (ACA, C, reg. 424, fol. 43r°[2] [segunda numeración]; CR de Jaime II, caja 69, n°8422).
96 Carta de María del 3 de agosto de 1326 a favor de un cierto Jacobus de Basora (ACA, C, CR de Jaime II, caja 73, n°8937).
97 Carta de María del 16 de diciembre de 1325 a favor de Bertrandus de Rochamora (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8425).
98 Carta de María del 18 de junio de 1326 a favor de Johannes Scarrer (ACA, C, CR de Jaime II, caja 72, n°8818).
99 Carta de María del 1 de abril de 1327 a favor, de nuevo, de Jacobus de Basora (ACA, C, CR de Jaime II, caja 76, n°9298).
100 Carta de María del 15 de diciembre de 1325 a favor de Arnaldus de Aquilone (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8422).
101 Carta del infante Pedro de Aragón a María, el 14 de agosto de 1326 (ADM Ampurias, l. 72-9603 [=r. 325, 497-1]).
102 Autorización del papa, el 7 de julio de 1325, para que María pueda asistir a la misa en territorios bajo interdicho, y carta del pontifice al obispo de Elna del 25 del mismo mes (G. MOLLAT, Jean XXII (1316-1334), Lettres communes, 22754; ASV, reg. vat. 113, fol. 184v°-185r°, ed. A. COULON y S. CLÉMENCET, Jean XXII. Lettres secrètes et curiales, 2549).
103 ACA, C, reg. 347 fol. 62v°. Sobre este asunto, veáse para más detalle S. PÉQUIGNOT, Une mer troublée.
104 Veáse por ejemplo su carta a Jaime II del 22 de diciembre de 1314, en favor de su escudero Guillem de Costa: «[...] Admirari non debet vestra regia celsitudo si pro nostris [-] precamina effundamus. Hinc est igitur quod fidelis scutifer noster Guillemus de Costa coram nobis proposuerat supli[-] cavalleria sua vocata de Costa sunt diminuta inalienata minus utiliter quodam presida et aliqui redditus in dicta [-] cavallerie sue predicte. Unde ad instantem suplicationem dicti nostri scutifieri vestram magnificentiam [-] rogamus attente quatinus ipso nostro scutifero restituente precium quo fuerunt vendita et alienata predicta cavellariam suam predictam restitui faciatis si hoc possit fieri bono modo nam erit nostris beneplacitis [...]» (ACA, C, CR de Jaume II, n°5032, en mal estado).
105 Sic para mercatore.
106 Carta del 16 de diciembre 1325 de María a Jaime II (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8425). Otro ejemplo con similares fórmulas finales en las cartas del día anterior de María a Alfonso de Aragón y del 1 de abril de 1327, a Jaime II (ACA, C, CR de Jaime II, caja 69, n°8422; caja 76, n°9298).
107 Carta del 3 de agosto de 1326 a Jaime II: «[...] Intelleximus quod vos vestra gracia concessistis Jacobo de Besora ad nostros rogatus literam securitatis, ita quod possit stare ire et redire ut primitus faciebat. Et cum non videtur esse dicto Jacobo, ut asserit esse, sufficiens, et completa rogavit nos, ut denuo vobis scribere dignaremur, quod ipsam graciam deberetis ampliare, et illud punctum declarare cum dicitis, ut primitus faciebat. Quamobrem rogamus vestram serenitatem, quatinus placeat vobis ipsi Jacobo facere gratiam latam et completam, ut petit nostri honore intuitu ac nostrarum rogatuum interventu [...]» (ACA, C, CR de Jaime II, caja 73, n°8937).
108 Carta a Jaime II del 18 de junio de 1326 (ACA, C, CR de Jaime II, caja 72, n°8818).
109 Carta del 23 de enero de 1327, Perpiñán (ACA, C, CR de Jaime II, caixa 69, n°8484, ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 82, p. 350-351).
110 ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 2, n°175 [ed. A. RUBIÓ I LLUCH, Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, I, doc. LXVIII, p. 80-81]; caja 1, n°137, n°144.
111 Veánse por ejemplo las cartas escritas en aragonés de Jaime de Jérica al rey Alfonso IV, el 2 de mayo, los 6 y 13 de junio de 1328 (ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 3, n°417; caja 4, n°427, n°438).
112 Carta del 28 de diciembre de 1327, en Jérica: «[...] Sabet, sobrino, que an [t]enido agora con nos en Exerica la fiesta de Nadal Alegret e Petrucho jutgalers del duch sobrino nuestro e fijo qui es del senyor rrey Robert hermano nuestro los quals se van agora pora a vos. Por aquesto rogamos a vos que vos por honra vuestra e por onor nuestra e de los sobreditos hermano e sobrino nuestros ayades por bien de facer los alguna ayuda e merce en a tal manera que los sobre ditos Alegret e Petrucho jutgalers entiendan que las nuestras rogarias los an mucho aprovechado como nos a vos agradecer vos lo haremos mucho, e par que ellos se puedan laudar mucho delant los sobre ditos senyor rey Rubert e duch fijo suyo e delant aquellas otras gentes en aquellas partidas [...]» (ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 2, n°175 [ed. A. RUBIÓ I LLUCH, Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, I, doc. LXVIII, p. 80-81).
113 Carta del 5 de marzo de 1328, desde Valencia: «[...] Ffem vos saber a nos aver suplicat Martin Periz de Exea pare de Fferrando Periz que, com la cort de Valencia aia penjat lo dit Ferrando per ço com fo encolpat de mort de una fembra, et jassia que no y meris[-] mal, per ço com hac por de la senyoria, s’absenta et fo confés de la dita mort, e dada sentència que d’aquell e puys a trobat en la ciutat fon feita exsecució en la persona d’aquell, segons que dit és, que deguessen pregu[ar] e soplicar a vos, senyor, que us degues plaure que·l dit Ferrando fos despenjat e que fos soterrat. Per tal, senyor, pregam e soblicam a la vostra bonea e altea que us placie per honor nostra manar ab carta vostra que·l dit hom sie despensjat e liurat [a] soterrar. E en açò, senyor, farets a nos gran plaer e hi farets merçè [...]» (ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 1, n°137).
114 Carta del 18 de marzo de 1328, desde Valencia: «[...] A la vostra altea fem saber que·lls amats nostres en Ramon de Monlor e en Bernat Cordal gendre d’aquell vehins de Mayllorcha són venguts denant nos ací en la ciutat de València e an nos recomtat com per malls comendataris als quals havien comanat de ço del lur són [-] venguts menys a alscuns mercaders de la ciutat de Mayllorcha e de Perpinyà dels quals havien comprats draps que tenien lur hobrador. Per la qual cosa ells se són haüts a absentar de la dita ciutat de Mayllorcha. Ara, senyor, los dits R[amon] e Bernat an concertat e enteniment de procurar que les comandes que havien feytes e ells deutes qui·ls són deguts en la ciutat e en la ylla de Mayllorcha puxen cobrar per si o per lus procurados per ço que puxen pagar los creedos a qui ells són obligats. Per que nós pregam la vostra altea que a vos placie donar guiatge als dits en Ramon de Monlor e en Bernat Cordal per IIII anys que ells puxen anar salvament e segura per tots los regnes e terres vostres, per ço que ells puxen procurar lurs afers e adonar recapte a lurs creados. E d’açò, senyor, farets a nos gran plaer honor, cor aquests sien homens als quals nós siam de volentat procurar e fer los bé e merçè, cor totavia los ajam trobats preparats al nostre servey [...]» (ACA, C, CR de Alfonso IV, caja 1, n°144).
115 Para este párrafo, seguimos de cerca la demostración de M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, p. 136-140.
116 Según se desprende de una carta del rey Alfonso de Aragón a Roberto de Anjou, del 20 de mayo de 1335 (ACA, C, reg. 544, fol. 88, ed. parcial H. FINKE, «Nachträge und Forschungen», doc. 65, p. 531-532; ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 159, p. 406-407).
117 Ibid.
118 Carta del papa a María, el 10 de enero de 1335 (G. MOLLAT, Jean XXII (1316-1334), Lettres communes, 1108).
119 Credenciales de Alfonso IV de Aragón ante María, el 25 de abril, el 20 de mayo de 1335, carta de Pedro IV a María del 16 de junio de 1336 para significarle su traslado hacia Provenza (ACA, C, reg. 536, fol. 51v; reg. 544, fol. 88, ed. parcial H. FINKE, «Nachträge und Ergänzungen», doc. 65, p. 531-532, ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 159, p. 406-407; reg. 1053, fol. 141, ed. M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 163, p. 409).
120 M. M. COSTA I PARETAS, La Casa de Xèrica, doc. 158-159, p. 405-407.
121 AHCB, Pergamins 1A-443.
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