Karma: m�s que una relaci�n causa-efecto

Mente

La popularidad del karma en las sociedades occidentales va en aumento, sin embargo, y pese a que la Real Academia Espa�ola recoge el t�rmino, Philippe Cornu, presidente del Instituto de Estudios Budistas, nos confiesa que "a menudo est� mal interpretado o mal entendido".

Con el objetivo de clarificar el concepto me pongo en las manos del monje Gueshe Thubten Ch�den, lama residente en el Centro de estudios tibetanos Nagarjuna, y Ariel Miranda, en el rol de traductor. Ambos vestidos de granate, como dicta la vestimenta tradicional de los monjes budistas tibetanos, se muestran dispuestos a esclarecer cualquier duda.

La definici�n parece simple: la palabra karma proviene del s�nscrito (lengua cl�sica de los eruditos indios) y significa "acci�n"; sin embargo, "en el budismo se refieren a ella como la ley de causalidad", detalla el lama. Busc�ndole un hom�logo cient�fico, el karma ser�a el equivalente a la ley de Newton, que formula que cada acci�n conlleva una reacci�n proporcional. As�, en la vida como en la f�sica, estamos regidos por una relaci�n causa-efecto que se encuentra muy por encima de las leyes de cualquier pa�s, del mismo modo que la ley de la gravedad, del movimiento planetario o las leyes de la termodin�mica.

"Es necesario que exista una causa o una circunstancia para que se genere un fen�meno, ya que no hay ning�n acto absoluto que se sostenga por s� mismo. Todos los fen�menos (mentales o f�sicos) dependen unos de otros, es decir existen de forma interdependiente". En este sentido nuestras acciones f�sicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias, �nicas para cada individuo, son sus efectos.

Thubten Ch�den matiza, adem�s, que debido a que la �tica budista es una �tica de intenci�n, el pensamiento cobra gran importancia para el karma. Recuperando la expresi�n popular: "la intenci�n es lo que cuenta". "Un acto f�sico involuntario no es karma. El karma es ante todo una reacci�n, un acto de origen mental. Si aplastas una hormiga por descuido, eso no es karma, aun cuando el acto tiene consecuencias terribles para la peque�a v�ctima. En cambio, si veo la hormiga y conscientemente pongo mi pie encima para matarla, eso es karma, y del peor tipo" coincide Philippe Cornu.

La vida se torna, entonces, un 'boomerang' donde si buscas perjudicar a alguien acabar�s por ser t� el da�ado. "Esto no debe asociarse a una idea divina. El karma es una ley universal de causalidad relacionada con todos los seres con consciencia. No tiene nada que ver con la religi�n" explica el lama de Nagarjuna. As� pues, la ley del karma nada tiene que ver con la existencia de dioses invisibles encargados de hacerla cumplir. Y, puesto que el budismo no es pesimista ni optimista, tampoco debe asociarse a la fatalidad o a la dicha divina sino a una inercia natural.

TIPOS DE KARMA

En cuanto a los tipos de karma que podemos acumular, o bien arrastramos de vidas pasadas, Thubten Ch�den apunta que este "puede ser positivo, negativo o neutral". El primero ser�a consecuencia de las buenas acciones o pensamientos, como la generosidad, la bondad, la verdad o el perd�n. Por su parte, el karma negativo es resultado de malas acciones o pensamientos como la avaricia, el enga�o, el egocentrismo o la cr�tica destructiva, que da�an a quienes los albergan.

La purificaci�n del karma negativo podr� llevarse a cabo "en la medida que seas capaz generar m�s karma virtuoso. Y, aunque no lo consigas eliminar por completo, con buenas acciones vas a evitar que madure", aclara Thubten Ch�den, quien, adem�s, apunta que "la felicidad que tengamos en esta vida va a depender de la cantidad de buenas acciones realizadas".

Por el contrario, aquellos que sistem�ticamente odian, envidian, desean el mal ajeno, ejecutan venganzas... est�n creando un campo energ�tico totalmente negativo que se vuelve contra ellos mismos. Y es que el origen de las malas acciones est� en nuestras propias perturbaciones mentales, "derivan de nuestra actitud egoc�ntrica" y son la raz�n principal por la cual experimentamos sufrimiento. Tenemos que sufrir las consecuencias de nuestros pensamientos y actos para, en t�rminos espirituales, hallar una vida m�s plena.

Ximo Mart�nez, maestro principal del Centro Budista Kadampa Duldzin de Valencia, aclara, no obstante, que "aunque el sufrimiento es una experiencia indeseable para cualquier persona, desde un punto de vista espiritual, aquel sufrimiento que no se puede evitar, puede ser transformado. Aqu� podemos hacer referencia al t�pico de que una experiencia dif�cil para una persona, pasado un tiempo, puede ser recordada como una etapa de crecimiento y que, gracias a esta mala experiencia, han surgido cosas o logros positivos".

SIN LUGAR A LA CASUALIDAD

Sin embargo, cabe destacar que las deudas k�rmicas no se van pagando simplemente por sufrir sino que es necesario "aprender la lecci�n". Adem�s, es posible morir sin haber limpiado completamente tu karma y esto es algo que se relaciona forzosamente con la reencarnaci�n. Incluso, "las consecuencias de nuestros actos pueden dar frutos en la siguiente vida", manifiesta Thubten Ch�den.

Eso s�, el mal experimentado nunca ser� fruto de la casualidad, sino de la causalidad, ya que la ley del karma no contempla la posibilidad de accidentes o sucesos propios del azar. Todo ocurre por algo y esta es la �nica explicaci�n que puede existir a la desigualdad en la que vivimos. Gozar de privilegios por nacimiento, vivir entre desastres naturales, sufrir de mala salud... son experiencias vitales bajo la responsabilidad personal de cada uno.

Para el lama de Kadampa Duldzin "el t�rmino karma usado coloquialmente es contradictorio en este sentido, porque por una parte se dice "es mi karma", pero a la vez se tiene la sensaci�n de no tener el control sobre ello, como si no fuera responsabilidad nuestra, lo entendemos m�s como una fatalidad sin remedio, cuando en realidad no es as�". Nuestra vida no est� guiada por la suerte o las coincidencias, por lo que no hay lugar para el victimismo: "Cada uno recoge lo que siembra" (Buda).