Con 'Flora y su hijo Max', el cineasta irlandés John Carney vuelve al terreno de 'Once', 'Begin Again' o 'Sing Street', sus tres anteriores trabajos para la gran pantalla: películas con canciones que conmueven y sacan lo mejor de sus personajes y espectadores. Una fábula dublinesa que llega al catálogo de Apple TV+ después de que esta la comprara por unos sorprendentes 20 millones de dólares en el pasado Festival de Sundance. Carney nos habla de todo ello en exclusiva.

Tú la letra y yo la música

Mi oficio es imaginar historias”, cuenta en una charla vía Zoom – un medio de lo más apropiado a película vista – el irlandés John Carney (Dublín, 1972), el director de 'Once' (2007) o 'Begin Again' (2013), quien después de siete años alejado del cine y tras probarse en el mundo de las series con ‘Modern Love’, vuelve al largo con 'Flora y su hijo Max', otra historia marca de la casa que protagonizan Eve Hewson, Joseph Gordon-Levitt, Jack Reynor y el debutante Orén Kinlan.

“Cuando veo a alguien andar por la calle con una mochila a su espalda, es una cosa. Si lleva un instrumento musical, es otra bien distinta. Para mí, esa es la puerta de entrada a una fábula. Es lo que me pasó con 'Sing Street' (2016)”, dice de su último film. "Vi en el metro a un chaval con uniforme escolar, la corbata desabrochada, el pelo alborotado, una guitarra y un ojo morado. Supe que ahí había algo."

'Flora y su hijo Max' nació de una forma parecida, nos cuenta. “Fue al principio de la pandemia. Salí a dar un paseo y, caminando por mi barrio, creo que con una pinta de leche en la mano, vi un contenedor en el que tiraban los trastos de un piso que había quedado vacío. Y miré qué había, porque no importa lo bien que me vayan económicamente las cosas, siempre tengo que mirar entre los escombros para ver qué puedo encontrar. Podría ganar 100 millones de dólares en la lotería y seguiría haciéndolo, ver si encuentro alguna ganga. Cogí un amplificador roto… con la idea de arreglarlo, como la docena de trastos que tengo en casa esperando que alguien los salve”, ríe. “Pero pensé, ‘¿y si alguien hace como yo, pero lo que encuentra es una guitarra?’ ¿Alguien que, además, no sabe tocarla pero decide probarse? Y así fue cómo nació: alguien con experiencia cero en todo lo referente a música que encuentra un instrumento y se lo lleva a casa. Pensé que podía sacar una historia de este arranque, y más en el momento en el que sucedió todo, en pandemia o final de pandemia”.

flora y su hijo max
David Cleary


Play it again, John

Eso es lo que le sucede a Flora, una madre soltera de Dublín que usará la música como puente para conectar con Max, su hijo adolescente, mientras aprende a tocar la guitarra con las clases on-line de Jeff, un otrora aspirante a cantante y músico que vive en California. “Me veo arrastrado a este tipo de historias. Más que musicales, son películas con canciones. Hay algo mágico en ver a alguien tocando y cantando.”

Para el papel de Flora, Carney seleccionó a Eve Hewson, actriz conocida por sus papeles en series como 'The Knick' o 'Hermanas hasta la muerte' e hija de Bono, el líder de U2, grupo con el que el cineasta colaboró estrechamente en la producción de 'Sing Street'. “Conecté con ella”, cuenta. “A ver, hay algo evidente y es que es dublinesa. Haber crecido en Dublín ayudó pero es que, además, entendió el personaje desde el primer momento, supo ver esa energía, ese carácter, el humor… y que lo veía desde un lugar divertido, alejándose de la vertiente trágica. Otro punto es que quería a alguien que no fuera una virtuosa de la guitarra. A veces es mucho más complicado desaprender lo aprendido… Y está claro que Eve viene de una familia musical, tiene un gusto excelente, pero no era música. Y después, lo que me acabó de convencer de ella fue, más allá de su padre-estrella-total-del-rock es algo muy difícil de explicar con palabras: leía el guion más como una partitura que un texto. Hay gente que tiene esa habilidad”, sigue Carney.

"Ven el mundo distinto. Creo que no se debe rodar una película con alguien con quien no conectes casi instintivamente, con quien sientas una conexión que nace de tus tripas. A veces te ves obligado a trabajar con quien está disponible o con quien puedes conseguir, no con quien desearías rodar, o con alguien que te permite conseguir la financiación necesaria, porque hacer cine es es un oficio caro."

flora y su hijo max
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Film it like You feel it

'Flora y su hijo Max' es, como se apuntaba antes y, una película con canciones más que un musical, algo que Carney reafirma al decir que, "más allá de los tres números musicales que tenía claro que tenían que tener un peso emocional y dramático en la trama, en el resto del film la música no tiene tanto peso".

"Tienes el rap de Max, el número final y claro, la escena del tejado en el que Flora y Jeff", dice del personaje que encarna Joseph Gordon-Levitt, "viven su momento romántico y rompen la barrera de sus pantallas", apunta. Unas escenas en las que Carney pone toda la carne en el asador y consigue esos momentos de conexión emocional entre personajes y espectadores que caracterizan a su cine. Algo que, nos cuenta, “tiene que darse también en el set. Tienes que sentirlo cuando lo estás rodando. Si la cámara no capta esa sensación en el estómago, no funcionará en el montaje. Es como si intentaras capturar un reflejo en el cristal de una botella. Ya es difícil conseguir eso en una película ‘normal’, por así decirlo. Lo es mucho más cuando hay música de por medio y es con la que quieres contar la historia.”

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Pantallas sin fronteras

Presentada en el último Festival de Sundance, ‘Flora y su hijo Max’ protagonizó una de las mayores ventas del certamen, algo que, al menos en nuestro país, hará que el film se vea en VOD y no en pantalla grande: Apple TV+, siguiendo el modelo de hace un par de años con 'CODA', film con el que se convirtió en la primera plataforma en ganar el Oscar a Mejor Película, pagó por los derechos de la cinta 20 millones de dólares.

“La TV, además de haber sido una experiencia muy interesante, me ha ayudado a pagar la hipoteca. Pero es el cine, al que he vuelto para vivir otra clase de experiencias, con el que lleno la casa de vida”, dice Carney. “No es solo contenido y ya está. Creas algo que va a llegar a la vida de los espectadores, sea en la forma que sea. Y en el cine, al contrario que con las series, tienes un tiempo limitado, es algo que termina: cuentas lo que tienes que contar y se acabó."

"Eso es lo que amo del cine, de estar de vuelta a este juego en el que se apagan las luces, alguien le da al play y tienes una hora y media para contar una historia. Me hace feliz. Lo que no quita algo que para mí es muy obvio: mi historia de amor con el cine nació en la cocina de mis padres, con el VHS y la TV de 14 pulgadas. Ahí es donde aprendí a amarlo, viendo a Truffaut o a Hitchcock. De pequeño no íbamos tanto al cine en casa, veíamos 'Star Wars' o películas así. Pero mi educación sentimental cinefila la tuve en casa, de un modo privado o con mis hermanos. Una buena película te cautiva si la ves en una sala IMAX, en un proyector con una sábana en casa o en un televisor… Aunque estés rodeado de 1000 espectadores en una sala, el cine es siempre una experiencia personal. Y claro que Sundance fue algo genial y nunca pensé que esa historia que imaginé fuera recibida con esas risas y aplausos, pero cuesta muchísimo levantar un proyecto, al menos a mí, y lo que cuenta es que se vea.”

flora y su hijo poster
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