Desde los primeros estudios de principios del pasado siglo de mano de señaladas figuras como Dámaso Alonso o Alfonso Reyes, la “necesidad de volver a los comentaristas” se ha visto bien reafirmada hasta bien entrado el siglo xxi. Más aún cuando se iniciara en 2014 desde el laboratorio Obvil (Observatoire de la vie littéraire) de la Sorbona el proyecto “Góngora”, impulsado por un gran número de especialistas bajo la dirección de Mercedes Blanco y que, recogiendo las riendas que disponían Robert Jammes y Joaquín Roses hace casi treinta años, se destina a la edición digital crítica y anotada de aquel amplio catálogo que más tarde se conocería como “polémica gongorina”.

Desde la carta que Lope de Sotomayor remitiría a su padre desde Córdoba dándole noticia de un nuevo afamado poeta, fueron muchos los eruditos y curiosos, admiradores y detractores, que quisieron aportar sus reflexiones sobre el...

You do not currently have access to this content.