“Nunca es tarde para ser lo que podrías haber sido”, George Eliot.

“Yo siempre había creído que tener una vida de calidad, el disfrute y la sabiduría eran mis derechos adquiridos desde el nacimiento y que serían automáticamente depositados en mí con el paso del tiempo. Nunca sospeché que tendría que aprender a vivir. Que había disciplinas y formas de ver el mundo que tendría que dominar antes de que pudiera despertar a una simple vida feliz, sin complicaciones » -Dan Millman

La psicóloga Sonja Lyubomirsky, dedicada desde hace más de 20 años al estudio científico de la felicidad, aporta algunas ideas sugerentes a cerca de la felicidad, su consecución y las creencias mitificadas que la acompañan.

Entre estas creencias mitificadas, ideas irracionales y erróneas (al tiempo que limitantes) a cerca de la felicidad, destacan 3:

1. Se tiene que “encontrar”.
2. Consiste en cambiar nuestras circunstancias, gracias a un golpe de suerte o a un giro radical en nuestra vida.
3. La tienes o no la tienes. («Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado/a»)

Según Lyubomirsky, «la felicidad no es un golpe de buena suerte que debamos esperar; tampoco es algo que debamos encontrar, como una calle en un mapa o una cartera que hemos perdido”. Para la autora, más correcto que la “búsqueda” de la felicidad debería ser la “creación” o la “construcción” de la felicidad. Y a esta construcción deberíamos dedicarnos si pretendemos alcanzarla.

Estudios llevados a cabo por Lyubomirsky sobre el pensamiento positivo y sobre la felicidad, han demostrado que las personas felices, optimistas, positivas, poseen en común una serie de características relacionadas con su manera de hacer las cosas; un modo de actuar orientado a aumentar sus niveles de felicidad.

Este modo de actuar se relaciona con la tendencia de las personas felices a:

  1. Expresar su gratitud. – Cuando aprecias lo que tienes, lo que tienes cobra valor. Así que, básicamente, ser agradecido/a por las cosas buenas que ya tienes en tu vida te dará un sentido más profundo de la felicidad. ¡Y sin tener que salir a comprar nada! Ya tienes todo lo que necesitas para ser feliz, sólo necesitas aprender a apreciarlo. No será posible ser feliz nunca, si no estamos agradecidos por lo que ya tenemos.
  2. Cultivar el optimismo. – Los ganadores tienen la capacidad de fabricar su propio optimismo. No importa cuál sea la situación. La persona optimista sabe que el fracaso es sólo una oportunidad para crecer y aprender una nueva lección de la vida. Las personas que piensan con optimismo ven el mundo como un lugar lleno de un sinfín de oportunidades, especialmente en tiempos difíciles.
  3. Evitar pensar demasiado y la comparación social. – Compararse uno mismo con otra persona puede ser venenoso. Si estamos de alguna manera «mejor» que la persona con la que nos estamos comparando, tendremos un sentido positivo de superioridad. Nuestro ego se infla. Sin embargo, si estamos «peor» que la persona con la que nos estamos comparando, nos sentiremos frustrados/as y, por lo general, esta frustración desacreditará el trabajo duro que hayamos podido hacer. Si una/o tiene la tendencia a compararse con alguien, lo ideal es que se compare con una versión anterior de él/ella mismo/a.
  4. Practicar la amabilidad. – Parafraseando a Dalai Lama “la verdadera felicidad consiste en hacer felices a los demás”. La realización de un acto de bondad libera serotonina en el cerebro. (La serotonina es una sustancia que tiene enormes beneficios de salud, incluida la de que nos hace sentir más felices.) Ayudar a alguien desinteresadamente es una estrategia estupenda para sentirse bien por dentro. Lo mejor de todo es que no sólo te sentirás mejor tú, sino también lo estarán las personas testigos del acto de bondad. Genial, ¿no? Está comprobado que quien percibe un acto de bondad, de humanidad o de ayuda desinteresada, en general, se ve beneficiado también con la liberación de serotonina, sólo por ver lo que está pasando.
  5. Fomentar las relaciones sociales. – Las personas más felices del planeta son los que tienen relaciones profundas y significativas. ¿Sabías que los estudios muestran que las tasas de mortalidad de las personas se duplican cuando se sienten solas? Hay un factor protector de la felicidad, un factor que aumenta la felicidad, que viene de tener un activo círculo de buenos amigos con quien compartir las experiencias. Probablemente porque nos sentimos conectados y parte de algo más significativo que nuestra existencia solitaria.
  6. Aprender a perdonar. – Albergar sentimientos de odio es horrible para el bienestar de cualquiera.
  7. Aumentar las experiencias del fluir (flow). – El flow es un estado en que se siente como si el tiempo se detuviese. Es cuando estás tan concentrado en lo que estás haciendo que te conviertes en uno con la tarea. Acción la conciencia se combinan. Eres lo que haces mientras lo estás haciendo. Nada te distrae. 8. Saborear las alegrías de la vida. – La felicidad profunda que no puede existir si no disminuimos la velocidad con la que vamos por la vida y nos permitimos parar para disfrutar de las pequeñas alegrías cotidianas. Cuando nos olvidamos de apreciar esos pequeños instantes, le robamos a la vida su magia. Son las cosas sencillas de la vida las que pueden ser las más gratificantes.
  8. Comprometerse con las metas. – Estar de todo corazón dedicado/a a hacer algo con lo que te sientes absolutamente realizado/a. Las cosas empiezan a suceder cuando nos comprometemos a hacer todo lo posible para llegar a alguna parte. Cuando estás totalmente comprometido/a a hacer algo, no tienes más remedio que hacer eso, y lo haces… y de repente descubres que has alcanzado todo aquello que te propusiste.

La felicidad es el sentido y la finalidad de la vida, el objetivo y fin de la existencia humana (Aristóteles)

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