Pacto de silencio está basada en una novela de Neil Gordon sobre los miembros de Weather Underground (un grupo radical anti Vietnam de finales de los sesenta) que lograron esconderse y cambiar de identidad. Con la ayuda de un reparto veterano estelar que da solidez a la historia, Robert Redford describe a estos activistas con amabilidad, recuerda sus motivaciones, sus ideales, su arrepentimiento por algunos de sus actos y su sufrimiento al tener que vivir con las consecuencias.
El veterano cineasta no hace, aunque algunos se lo han reprochado, una apología del grupo radical, sino de sus ideales, a la vez que le interesa ver cómo se han echado a perder. Se centra en el drama humano: qué fue de aquellos hombres y mujeres, cómo han evolucionado en la sociedad norteamericana. La mayoría rechazan la violencia y se preocupan por sus hijos; han madurado, pero ¿han cambiado de ideas?
Redford (Leones por corderos, La conspiración) vuelve a rodar una fábula política, y lo hace con brillantez, y dirige actores de maravilla, pero sus planteamientos pecan de simplismo, y el texto, de discursivo –en este caso, mucho menos que en la soporífera Conspiración–. La película no ha caído bien en Estados Unidos, tal vez porque duele…